Reinventarse, clave para el crecimiento y las inversiones que se vienen en Misiones

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La economía de Misiones cerrará el año con un crecimiento de entre 15 y 18 por ciento. Será el segundo año consecutivo de un crecimiento inusual, impulsado primero por el cierre de las fronteras durante el 2020, que se terminó de consolidar en 2021. La mayoría de los sectores económicos cierra un buen balance positivo, mientras que el turismo, el más golpeado por la pandemia, comienza a dar señales aceleradas de reactivación.

El crecimiento va de la mano de numerosas empresas que día a día ponen su granito de arena, inversiones y esfuerzo. Misiones este año recibió anuncios de inversiones por varios millones, como Arcor en Papel Misionero, con 20 millones de dólares, el grupo Dass, de Eldorado que invertirá un monto similar para sus operaciones en la Argentina. 

Hubo otras inversiones, de empresarios locales que también marcaron el ritmo: los cien millones de la empresa familiar Cinco Hermanos sacudieron el tablero. El turismo también se prepara para el escenario pospandemia: 500 millones en un shopping en Iguazú y varios más en una nueva oferta del más alto nivel a orillas del Paraná.

Economis, como cada año, reunió a empresarios de primera línea, emprendedores y actores económicos esenciales de Misiones para analizar el panorama. La coincidencia es que fue un año bueno, con matices de acuerdo a cada área en particular. Cuidar el empleo, generar inversiones y recuperar mercados, las proyecciones para 2022. 

La reunión, en uno de los salones del hotel Bagu, de Posadas -una de las inversiones que se dieron en plena pandemia para reabrir el hotel de Crucero del Norte- convocó a Rosamonte y la la Cooperativa Yerbatera Andresito, dos de las principales yerbateras de Misiones, la cadena de supermercados Cinco Hermanos, Juan Manuel Zorraquin, dueño de Puerto Bemberg y CEO de Virgin Lodge, Flavio Bogado, ejecutivo de una empresa de entretenimientos, Diego Bruno, dueño de la franquicia Patagonia, Graciela Turella, del lodge Alkamar, José Stekler y Yanina Villalba, dueños de la fábrica de bicicletas que estrenó un enorme local propio en Oberá, además de los emprendedores textiles Mirna Masacotte y Ricardo Nirich de Ao Kate.

El encargado de romper el hielo fue Flavio Bogado, más conocido en su faceta de DJ, pero que tiene una empresa dedicada a los servicios nocturnos y pantallas LED que emplea a más de 20 personas. Después de un año crítico, el 2021 trajo consigo el levantamiento de algunas restricciones y con eso, un repentino boom de eventos que demandan sus servicios. 

“Con el tiempo transformé la música en una empresa, o tratar de hacer una empresa, que siempre en Argentina es difícil tratar de ser empresario, tratando de ofrecer un servicio que hoy todas las empresas necesitan”, indicó Bogado, quien fue justamente el encargado de ponerle luz y sonido a la inauguración de la fábrica de bicicletas obereña. 

“La tecnología LED, todas las empresas que tienen que ver con iluminación han empezado a trabajar mucho, la tecnología led ha dado servicios opcionales, porque podemos brindar un montón de efectos que no solamente son ocupados para la noche, sino para cualquier inauguración, para cualquier acontecimiento, para cualquier cosa que desea ser iluminada. Llegó la pandemia, nuestra parte que es de proveedores de eventos se paró el 100%, realmente se pararon los eventos. También soy el dueño de la discoteca UMA que está en la avenida Maipú de Posadas, donde en los últimos años estuvieron desde Los Nocheros, Paulo Londra, Damas Gratis, Sky de Los Redondos, siempre lo hicimos como una productora independiente, sin apoyo del Estado, cien por ciento independiente. Cuando llegó la pandemia se paró todo. En ese momento contábamos con 27 empleados. La pandemia también hizo ver la importancia de nuestro rubro, que es el de proveedores, porque siempre se lo tomó a los proveedores de eventos como la joda, como la noche, como el boliche, pero hay empresas que estamos hace muchos años trabajando y pagamos impuestos y tenemos nuestros empleados. Hoy en la Argentina tener más de 20 empleados no es poca cosa, para una empresa de nuestro sector que se vio muy, muy parada estos dos años. Pasado lo peor de la pandemia, desde octubre empezamos a trabajar y no damos abasto, hablo por mí y por un montón de colegas que hacemos lo mismo, la verdad que los sábados no damos abasto de los servicios, de lo que hacemos. Aprendimos lo importante que fue el crecimiento de lo que hacemos y ser serios para dar el servicio desde una empresa como Toyota a la inauguración de una fábrica de bicicletas, pasamos a ser una pata muy importante porque sabemos lo que hacemos y sobre todo, logramos como una conexión entre los clientes y los dueños. Brindamos tecnología, servicios y seriedad”. 

Para Bogado, como para todos, es clave que no haya retrocesos en la situación sanitaria. “El 2022 se proyecta muy bien en materias de espectáculos”, cuenta Flavio. Para eso, acondicionó el salón UMA con 18 nuevos equipos de aire acondicionado para tener un salón de eventos de primera línea en la capital misionera. 

La yerba mate, como siempre, atraviesa distintas realidades. Para el productor fue un buen año con los precios altos, por encima de lo fijado por el último laudo. Para las industrias, el escenario es más complejo por el costo de la materia prima y las restricciones en góndola. 

Sin embargo, la actividad fue una de las que no paró por ser considerada esencial. 

José Hreñuk, uno de los líderes de la nueva generación yerbatera, está en la dirección de Rosamonte, la tradicional yerba apostoleña. “Somos una empresa familiar desde hace 55 años. Nos dedicamos en mayor medida a la producción de yerba mate, pero tenemos té, piscicultura, ganadería, forestación, tuvimos un par de años difíciles, pero no como el año difícil que tuvieron los del sector turístico, gastronómico o de servicios: Al ser de primera necesidad, no paro un día la empresa. De la plantilla de empleados que son 650, un 10% estuvo dispensado, por edad, por enfermedad preexistente, esas 60, 70, personas en su mayoría tuvimos que reemplazarlas, recién el mes pasado se terminaron de reincorporar”, explicó. 

Rosamonte tiene una política particular. Pese a ser uno de los gigantes del mercado, tiene relativamente, poca yerba. Compra mucho en la zona sur y por eso también mueve la economía de la región. “Nos abastecemos de la hoja verde de más de 800 productores, que nos entregan a nosotros, 3 hectáreas, 100 hectáreas, 10 hectáreas, es decir, de todo tipo. Hace 3, 4 años se pagaba a 90 días, este año y el año pasado, el productor bajaba la yerba e iba a la oficina y quería cobrar al contado. Las empresas grandes tuvimos que ir al banco para poder cubrir la necesidad de hoja verde, para pagar prácticamente de contado y al precio que el productor quería. Pero pudimos trabajar, control de precios de por medio, nosotros ya venimos desde hace muchos años con Precios Máximos, Precios Cuidados, hay una amplia gama de precios, como la empresa es grande casi todas están en esos programas. Lo bueno, es que, con toda la incertidumbre, los problemas que todos pasaron, no dejamos de pagar un día, la cadena de pagos está bastante complicada, pero se cobra, se sigue con clientes de siempre, estamos.

En la misma línea, Héctor Hessler, vicepresidente de la Cooperativa Yerbatera Andresito aseguró que “veníamos creciendo, antes de la pandemia, pero para la industria no fue un buen año. Fue más bien para el productor, no tan bueno para los industriales”. 

“No tuvimos el acompañamiento del Gobierno nacional, está bien que lleguen productos baratos al consumidor, pero en el caso de la yerba pasó algo atípico. Hubo un faltante de hoja verde, la materia prima subió, no digo casi el doble de lo que fue la inflación, teníamos la presión del Gobierno de mantener todo el año con el precio de marzo, pero ¿qué empresa puede aguantar si te sube la materia prima un 70%, los envases, el costo los empleados? Te obliga a trasladar precios. Por eso tomamos la decisión de reducir las ventas por ser cooperativa. El socio lleva su producto al secadero, que también fue una pelea porque al haber un faltante de hoja verde, entra la oferta y la demanda. Como cooperativa no tenemos un colchón de plata, porque dependemos de lo que entra de nuestro paquete. Todo lo que elaboramos va al paquete, tenemos un margen de venta mensual y con ese margen nos mantenemos, para no endeudarnos en los bancos. En 2020 tuvimos un bajón, el 21 tuvimos una recuperación, pero no como el año 2019. Pero no tenemos deudas.

¿Cuál es la proyección del mercado yerbatero, teniendo en cuenta la dificultad del precio?

Lo que vemos es que en 2022 va a haber un equilibrio en lo que es la oferta de la hoja verde. No habrá apuro en salir a comprar hoja, confiamos en que nuestros socios van a entregar el 100% de su producción. Hoy tenemos un buen stock para enfrentar 2022. Andresito es una marca nueva, apenas tiene 22 años. Tratamos de estar en todos los lugares porque Andresito se posicionó en un precio medio, no es una “una yerba barata”. También se tomó esa política para poder tener un cierto margen para poder seguir creciendo. Porque no podés estar todos los años casi empatando en precios e invertir. Andresito invirtió en los últimos años en estructura, tratamos de ir modernizando en lo que pudimos, pero nos siguen faltando inversiones. Algo que nos falta en Argentina son créditos blandos para poder invertir,y tenemos la contra de que si producís algo tenés que pagar más impuestos. Es una política que con el tiempo, las empresas que están estables, no van a poder seguir. Pero el que trabaja y el que produce, que es perseverante por más que no sea un país estable, mal o bien puede crecer, es un desafío”.

Graciela Turrella se animó a invertir en turismo en un lugar donde la oferta no abundaba. El exclusivo lodge Al Kamar es un oasis de tranquilidad a corta distancia del parque temático de la Cruz de Santa Ana.

Como toda la actividad turística, el 2020 fue de parálisis. “Estuvimos cuatro meses cerrados completamente cerrados, con el apoyo del Gobierno y del ministerio de Turismo, pero fue duro, incluso hasta diciembre que nos habilitaron toda la semana, porque podíamos trabajar sólo sábados y domingos. Somos una empresa chica, una empresa familiar, que tenemos 17 plazas, no buscamos que sea exclusivo específicamente, pero sí especial. Un lugar de naturaleza, de privacidad, de relax, que el usuario, el huésped sea invitado a vivir una experiencia distinta dentro de lo que es el turismo. Este es turismo de experiencia, más que de servicio. Este año estamos trabajando bien, inclusive tuvimos que abrir el restaurante porque demandaba la gente que había que tener un lugar para comer. Entonces hicimos una inversión en tener un cocinero y estamos haciendo una buena gastronomía donde la gente busca ir a almorzar, a cenar cualquier día de la semana. Estamos trabajando bien, con buenas expectativas. A su vez, apostamos a mejorar servicios, más que a más gente, mejores cabañas en el ámbito de naturaleza, pero con más servicios. Tenemos spa, un lugar de juegos y recreación, senderos, estamos proyectando una restauración de monte nativo y hacer una reserva natural de 10 hectáreas para mostrar que se debe respetar a la naturaleza para volver al equilibrio, en este momento muy complicado con el calentamiento global y todo lo que implica el clima”. 

La reactivación fue alta y la demanda es mucha. No hay prácticamente día sin reservas. Pero “se puede ir a caminar por el predio o andar en bicicleta, se puede hacer los senderos, no así usar la pileta y los demás servicios”, cuenta Graciela. 

Diego Bruno es uno de los empresarios que se animó a invertir en plena pandemia con el desembarco de la cerveza Patagonia en Puerto Iguazú, la ciudad más castigada por la crisis sanitaria. 

“La cervecería es consecuencia de una empresa gastronómica de 25 años. Nuestro mercado es el gastronómico, tenemos hotelería, pero la tercerizamos. Comenzó con el negocio familiar mi papá, yo me recibí de licenciado en administración, mi hermano se recibió de Chef, entre los dos formamos una empresa que se llama “Bruno Hermanos”. Esta empresa antes de la pandemia tenía varias marcas, todas en Iguazú, la más conocida Pizza Color, teníamos Oil Fratello, te Amaré Maitena, una cervecería que en ese momento se llamaba Si Tu. La pandemia nos pegó mal. Mientras que el cierre de las fronteras favoreció a otros destinos, a nosotros nos complicó porque el 95% de Iguazú no solo vive del turismo, sino que también del comercio fronterizo. La frontera de Iguazú-Foz de Iguazú, es la segunda más importante después de Ezeiza. En 2019 entraron dos millones y medio de personas por esa frontera, el Parque tuvo 1,8 millones de visitas, por lo tanto, estamos hablando de cuatro millones de personas que han pasado por Iguazú en un año. Era un circuito de gente, excesivo para nosotros. Teníamos varios negocios gastronómicos y de un momento para otro nos quedamos sin nada, siete meses sin nada. El Estado nos ha ayudado, pero en un cinco por ciento de lo que necesitábamos, hemos tenido el REPRO, el ATP”, pero no alcanzó para todo”. 

“Teníamos varios proyectos antes de la pandemia, uno de esos era el de la franquicia de la cerveza Patagonia, que habíamos cerrado el acuerdo en 2019 y cuando arrancó todo tuvimos la gran disyuntiva de decidir si continuamos con el proyecto. Era una inversión grande de aproximadamente 150 mil dólares y con la realidad que se venía no sabíamos si podíamos llevarlo adelante o no. Pero dijimos que es el momento para poder invertir, para cuando todo esté abierto estar en la misma recta de largada que el resto. Creo que no le hemos pifiado, porque el 3 de noviembre inauguramos y estamos trabajando muy bien, más de lo que pensábamos. Estamos facturando un 30% más de lo que habíamos proyectado en un inicio. Con ganas de abrir otras franquicias de la cerveza Patagonia en otras partes de Misiones, Paraguay y Brasil”, anunció.

“En pandemia la palabra reinventarse estuvo muy de moda. Hemos desarrollado un concepto de gastronomía nuevo, tenemos una planta de elaboración propia, una fábrica de 750 metros cuadrados que es donde tenemos estandarizada la producción de todos nuestros locales, entonces en pandemia lo que hicimos es desde ahí generar un producto, registrar nuestra marca que es Color en Casa, registrar la fábrica en el Registro Nacional de Establecimiento Industriales, para poder realizar alimentos: hemos desarrollado 20 productos envasados al vacío para poder vender en supermercados, en estaciones de servicios. Hoy tenemos 20 productos que no estamos comercializando en el resto de la provincia, pero en Iguazú sí, la idea es el año que viene desarrollar la marca para poder vender en el resto de la provincia estos productos que surgieron de casualidad en la pandemia. Esto que decían que en la pandemia surgen oportunidades: es un producto que está congelado y envasado al vacío, se calienta a baño maría 10 minutos, se corta la bolsa y se sirve en un plato. Estamos hablando de productos gourmet, se puede hacer lo que sea, nosotros estamos haciendo productos caseros y algunos gourmets, empanadas congeladas, pizzas congeladas, chipa… todos estos productos los hacemos en nuestra planta de elaboración. Antes de la pandemia teníamos 130 empleados, ahora tenemos 78-80 empleados”, contó Diego.  

Sin empleados propios, pero con un fuerte impacto en el mercado laboral, Mirna Mazacote, dueña de la marca Ao Kate tuvo un año de fuerte expansión en el rubro textil con impronta misionera. “Vimos la oportunidad porque Misiones es muy rica y tenemos mucho para mostrar. Como emprendedores estamos trabajando hace tres años, con un emprendimiento de multimarcas, éramos revendedores, hasta ahora seguimos comprando otras marcas, en esa experiencia se nos ofrece tener la franquicia de Cartoon Network, todos estos personajes de ropa para chicos de Cartoon Network, pero veíamos que no eran mejores que otras marcas que se confeccionaban en Buenos Aires. Así que dijimos: “A ver, ¿qué tenemos acá?, ¿Por qué no hacemos algo en Misiones, por qué no hacemos algo nuestro, por qué tenemos que vender al Ratón Mickey, por qué tenemos que comprar algo del exterior, por qué no nos vemos a nosotros mismos como potencia? Tenemos una mente, manos, podemos crear así que en eso estamos, aprendiendo, confeccionando, aprendiendo de las telas. Hoy por hoy, compramos el insumo de Buenos Aires y hay tres talleres que están trabajando para nuestra marca”.

“Cada taller, tiene entre cinco y diez personas, pero no son solo confeccionistas, sino que hay chicos, que dibujan exclusivamente para la marca, que están registrados. Nosotros hacemos todo el trabajo legal previo, para no tener problemas y para que sea distinto, no es un copy y paste de internet, sino que es algo muy exclusivo. Estamos muy contentos, porque tenemos mucha aceptación, hemos hecho remeras, vestidos, un poco de todo, pero de la ropa urbana, de lo que usamos todos los días”, agregó.

La mayoría de los talleres que se sumaron a la marca, se dedicaban exclusivamente a uniformes escolares y casi quebraron durante 2020 por las escuelas cerradas. Si bien no son personal directo de Ao Kate, fue una salida laboral en medio de la crisis. “Hay chicos que están estudiando dibujo y ellos muestran una leyenda o un mito, que hemos conocido de los tíos, de los abuelos, de toda la provincia. No es solo una marca de ropa que va a competir contra Buenos Aires, la idea es tener algo más arraigado como nuestro. En vez de remeras en inglés, en francés, por qué no usar algo en guaraní. Yo no entiendo guaraní, pero tampoco entiendo francés. No es solo una marca de ropa, porque el año que viene sale un libro, para chicos de mitos y leyendas, para nivel inicial de escuelas. Si bien somos responsables del medio ambiente, no estamos haciendo lo suficiente para llegar a cambiar un poco la realidad, estamos convencidos que tiene que venir una generación completa con ese pensamiento del medioambiente de cuidado”, agregó Ricardo Nirich, pareja y socio. 

La marca se impuso, tanto que Mirna renunció a un trabajo de 18 años y ahora se dedica exclusivamente a la firma. 

¿Se puede pensar en invertir en turismo cuando todavía no hay señales claras de recuperación? Juan Manuel Zorraquin es un especialista en turismo sustentable y desde hace años está convencido de que se puede crecer más allá de las Cataratas del Iguazú. La pandemia significó una oportunidad para la posada Puerto Bemberg, en Puerto Libertad, que tuvo una ocupación plena apenas comenzaron a levantarse las restricciones. Además, Zorraquín maneja el Virgin Lodge, a metros de los Saltos del Moconá. 

“La verdad que la pandemia fue muy rara, primero porque fue un tamiz. Nosotros siempre pensamos que Misiones es un lugar turístico, el primer dato que nos dio la pandemia es que no es así, Misiones no hace turismo, Iguazú tiene turismo como plaza internacional, pero el resto de la provincia no. Uno de los datos relevantes, es que con el propio mercado interno, todo el sistema interno de la provincia tuvo números incalculables antes de la pandemia, tuvo plazas completas. Iguazú tuvo muchos problemas para la recuperación, lo que nos lleva a entender que las cosas son diferentes. Por el tipo de turismo que hacemos y yo vengo hace 14 años trabajando en este rubro y haciendo lo mismo. El problema es que tenemos una gran concentración y no hay una generación de empleo genuina. Nosotros generamos 1,8 millones de visitas al año y tenemos una densidad de contratación directa de 12 mil personas. Costa Rica, que tiene ochocientos mil visitantes al año, tiene 200 mil personas viviendo del turismo. Ahí podemos ver cómo puede cambiar la escala, cómo nosotros administramos mal, creo que eso es una oportunidad muy interesante. Nosotros venimos trabajando naturaleza, Puerto Bemberg es una reserva natural privada declarada, que tiene un hotel, básicamente es eso. Es un emprendimiento que viene del año 1925, yerbatero, que se convirtió en turístico, por un lado lo cultural porque es un emprendimiento que tiene mucha historia con respecto a los pioneros, además de la historia natural, esa es una conjunción que era el extranjero el que lo valoraba. Nos costaba mucho, por ahí gente de Córdoba, de Buenos Aires, por ahí sí, el misionero nada. Nosotros siempre decíamos que el misionero se tenía que involucrar con esto porque era parte de la historia. La pandemia cambió todo. Nuestro mercado era extranjero, mucho regional, brasileño, paraguayo. Eso cambió, porque recién el primero de noviembre empezó de vuelta y pasó un año y medio casi. La verdad es que hubo una reconversión, tanto Moconá que tuvo un crecimiento exponencial, que hoy es un destino estrella, en crecimiento de la provincia. Pero hablando en especial del turismo naturaleza, Misiones tiene un tercio de su territorio como sistema de áreas protegidas, inmenso, ahí es donde nosotros entramos con esta idea de desarrollo natural, con alto impacto porque, por ejemplo, Puerto Bemberg es chico, generamos 22 puestos de trabajos directos, tenemos unos 6-7 contratados. En el mismo predio, con 400 hectáreas estamos generando otra inversión, de un millón y medio de dólares para generar otro hotel, con otros 34 puestos de trabajo directos. La proyección es que para el 2027 podamos tener cuatro hoteles, en una misma área, sin impacto ambiental. Porque todo va a ser en base al desarrollo de menor impacto de la construcción, porque va a ser construcción en seco. Hoy la tecnología de la construcción avanzó de tal manera que te permite tener aislaciones, sistemas de calefacción, o de energía que antes no existían, que permiten crear un sistema de bajo impacto, pero con buena calidad. El 15 de enero empieza la obra, para este nuevo hotel, nosotros estamos asociados a una empresa que viene con capitales extranjeros y argentinos”, anunció el empresario. La ocupación sobre el cierre del año en Puerto Bemberg fue de 70 por ciento. 

En el Virgin Lodge, a orillas del Moconá, la situación es distinta. Cerró el año con 92% de ocupación. Es un hotel chico, de 18 habitaciones, con salón de eventos y actividades náuticas. “Creemos que tenemos que contener a toda la gente que va a Iguazú, que no tiene nada que hacer más que bajar, no le ofrecemos naturaleza, salvo lo que le ofrece el parque”, explica.

“Misiones tiene toda una contextura de proyección turística que no está desarrollada, si está desarrollado en Iguazú, pero no en el resto. En Puerto Bemberg con un trabajo muy artesanal surfeamos la ola de la mejor manera, seguimos para arriba, no tuvimos que despedir a un solo personal, pudimos administrar y manejar la crisis”, asegura Zorraquín. 

Como perspectivas, el especialista señala que hay espacio para el desarrollo de nuevas estrategias, porque “hoy el consumidor cambió” y elige destinos de naturaleza. “Hay una proyección muy buena, por lo que vemos en las reservas para enero, febrero, marzo, otros proyectos que vienen, la obra que comienza en enero, estamos con muchas ganas de que empiece el año”.

Sobre ruedas cerró el 2021 para Steckler. Emprendedores que crecieron hasta montar una gran empresa. Y una sede propia para la fábrica de bicicletas con marca registrada y hechas en Oberá. 

“Quizás alguno conocía la marca, pero no la fábrica. Ahora cumplimos 20 años, en la pandemia estuvimos parados dos semanas, pero después trabajamos. La pandemia nos favoreció, porque no paramos, por ahí la gente salió más a andar en bicicleta, salió más al aire libre y a nosotros nos benefició esa parte. La fábrica inaugurada nos costó mucho, porque no hay créditos en el banco y eso que somos clientes hace 20 años. No nos dieron créditos, el Estado menos. Por ahí nos costó mucho, pero fuimos con nuestros propios productos financiando para hacer la fábrica. Quise bajar la luz, para aumentar a trifásico, tuve que pagar 800 mil pesos, para pagar eso, ni un pedal nada, nos costó. Antes de la inauguración nos cayó la AFIP, con fotos y todo, pidiéndonos que justifiquemos cómo hicimos el local. Mucha impotencia, porque no le robamos a nadie, fuimos ahorrando, comprando materiales en 20 años. Tenemos mucha mano de obra, la fábrica de cuadros en Rosario, que con eso armamos las bicicletas acá, que queremos traer acá a Misiones. En el ensamblaje de bicicletas el 70% es importado, el 30% es nacional. Cada empleado te arma 15 bicicletas, depende si es con o sin cambios. Así, entre bronca y todo, inauguramos la fábrica el 1 de diciembre. Inauguramos la fábrica, es nuestra, no le debemos nada a nadie, salvo a la AFIP, pero es nuestro, es nuestro orgullo. Nos costó mucho.”, cuenta José Stekler.

¿Ustedes van a sustituir importaciones?

No, porque no hay fábricas en Argentina, lo que se fabrica acá son los cuadros, que estamos fabricando en Rosario. Las cubiertas, asientos, la cámara, la forma, caños y asiento, el resto viene de afuera, porque no hay como competir con los chinos, por las cantidades que fabrican y por los precios. 

Hoy armamos entre 90 a 120 bicicletas por día. Mucho más barato que los precios que entran desde Buenos Aires. De acá se distribuye a cinco provincias del país, desde Oberá, con logística propia, con camiones propios, con empleados propios, hay viajantes en cada provincia, tenemos dos viajantes en cada provincia, ellos se encargan de la venta y acá sale y se entrega a la mueblería, la bicicletería. En Misiones abastecemos a todo Misiones, hasta Andresito llegamos, con muchos clientes”, relata orgulloso.

La flamante fábrica de Oberá cuenta con tres pisos donde se exhiben distintos modelos.

“Hoy estamos armando la rodado 29, que en pocas provincias del país se estaba armando la bicicleta de aluminio rodado 29 con llanta doble pared. Hoy nosotros esa bicicleta estamos armando en Oberá, que es una bicicleta con freno a disco, con freno a cable, con cuadros de aluminio, somos marca registrada. Viene de China con la marca que es I-pro. Nosotros crecimos. Hoy estamos fijos con 40 empleados, pero también tenemos afuera los que nos arman las ruedas. En total, 70, con los tercerizados”.

Fue, sin dudas, una de las inversiones top del año. Cien millones de pesos para una nueva sucursal de un mayorista que no tiene nada que envidiar a los mejores de la región. Y capitales bien misioneros, que se hicieron de abajo. Literalmente, comenzaron con una verdulería. Hoy, el grupo 5 Hermanos es uno de los más potentes del sector supermercadista de Misiones. 

Javier Lorenzo relató que “arrancamos con un emprendimiento en el año 2000. Mis padres se dedicaban a otro rubro, pero la situación del país todos recordamos cómo era. Arrancamos con una frutería y verdulería, con el tiempo nos involucramos más en la parte de comestibles, que hoy es nuestro fuerte.  También tenemos una casa de electrodomésticos, artículos para el hogar y motos, dos rubros que realmente en la pandemia fueron beneficiados. Tuvimos la suerte en lo que es lo alimenticio de no cerrar un solo día, sí tuvimos que reinventarnos muy rápidamente, porque de un día para el otro tuvimos que tomar decisiones grandes, manejando tanto movimiento de gente, con reestructuración de horarios, con reestructuración de organización. Creemos que todo esto fue posible primero gracias a que está toda la familia trabajando, si bien al frente estamos Nicolás y yo, a esta empresa la formaron nuestros padres que nos siguen guiando, cada uno en un sector. Fue un momento de decisión importante, pero son épocas de oportunidades, de reinventarse y eso nos permitió la oportunidad de crecer en ese momento”.

El crecimiento fue tal que con la nueva sucursal de Puerto Rico, son 180 los empleos directos que dependen de la familia. “Al inicio de la pandemia teníamos dos locales que eran supermercados mayoristas, pero el mayorista del interior es un mostrador, con mercadería al fondo, teníamos el local de electrónica. Ahí fue cuando dijimos arranquemos, ahí comenzamos con un mayorista con otro concepto, como se ve más en las capitales. Crecimos, reinauguramos, de un mayorista de tres cajas, pasamos a otro de 12 cajas, donde podíamos ofrecerle, mucha más variedad a los compradores de la zona, tanto al ama de casa, a los kioskos, a los pequeños revendedores, a los pequeños comercios que tenían que abastecerse de los comercios que tenemos hoy en Posadas. En una de esas locuras que tenemos en el comercio, que a todos les pasa, dijimos: “Aprovechemos hoy y busquemos la manera de expandirnos”. Nosotros estamos en ruta 14, nuestra casa central está en San Vicente, donde tenemos tres locales, el mayorista, un supermercado y una casa de electrodomésticos, también tenemos presencia en El Soberbio. Nos llamaba la atención la ruta 12, porque decíamos que, si estando allá teníamos gente que nos visitaba desde la ruta 12, de toda la zona centro, de Eldorado a Jardín América, que era el radio de los que nos visitaban en San Vicente. A Nicolás se le ocurrió  Puerto Rico, como localidad para nuestra futura sucursal. Fue un proyecto rápido y el 7 de octubre pudimos inaugurar con 50 nuevos empleos, 48 del municipio de Puerto Rico y sus alrededores”. 

“Tuvimos que pedir créditos, porque lo que teníamos como ingresos no era suficiente para llegar en tan corto plazo, pero veíamos que la diferencia estaba ahí, en decir larguemos este año, no proyectar a dos años. Hoy estamos orgullosos, teníamos un objetivo y lo logramos, viendo el segundo mes de venta, podemos decir que estamos formando nuestra clientela de la zona. Y seguimos trabajando en la excelencia en la atención, en el servicio al consumidor, para que día a día nos puedan seguir eligiendo y consolidarnos en la zona”.

Nicolás detalló que un desafío para la empresa fue conocer el tipo de consumo que se da sobre la ruta 12, que es distinto al de la 14. “Cambia mucho la ruta 12, con respecto a la ruta 14. Las marcas que busca el consumidor, día a día estamos tratando de mejorar, apuntando a mejorar el mercado. Las marcas puntualmente, la línea de marca que consumen, por ahí productos puntuales que en la ruta 14 no tracciona, en la ruta 12 sí”.

Javier agrega otro dato que revela el impacto del grupo: “Elegimos a proveedores estratégicos y misioneros. Si bien por los productos que manejamos, tenemos la posibilidad de llegar hoy por hoy a proveedores nacionales, elegimos una empresa misionera, para que nos lleve el proyecto adelante. Cuando arrancamos el negocio, poníamos una góndola y veíamos cómo quedaba, de una forma, o de otra. El último proyecto que hicimos en San Vicente, la ampliación que hicimos el año pasado, la llevamos adelante con Nicolás, realmente teníamos que salir de nuestra parte operativa, para ir al depósito, dibujar con tiza en el piso, como hace cualquier emprendedor al principio, equivocarnos, como todo emprendedor y era todo sobre nosotros. Así que dijimos tomémonos de otra manera y contratamos a Nosiglia Equipamientos de Posadas, que nos hizo todo el desarrollo. Participaron de gran parte del proyecto generando fuentes de trabajo dentro de la provincia, lo mismo con la cartelería, lo mismo con muchos rubros que van dentro de un mercado. 

Parte del equipo de Economis y Open101.7

Sergio Bresiski además de ser el presidente de la Cámara de Comercio de Posadas es el dueño de Premoldeados Posadas, desde hace más de 45 años en el rubro de la construcción. 

“La eficiencia alcanzada en la empresa nos permitió adaptarnos rápido a la pandemia. No estuvimos más de 10 días sin producir. A nosotros nos encontró trabajando y sobreestoqueados, cuando los demás no seguían en mercado, nosotros avanzamos, de tener un radio de influencia de 300 kilómetros alrededor de Posadas,  hacia Corrientes, Chaco, Formosa o el norte de Misiones, pasamos a 600 kilómetros de influencia, o sea que hemos adquirido nuevos mercados. Además, ante la imposibilidad de viajar, de comprar dólares, de que se puedan canalizar en otras actividades los ahorros, la construcción era la única herramienta que tenía la clase media. Eso nos produjo un boom: de 24 empleados, hoy estamos arriba de los 45”, explicó.

Bresiski revela que está importando equipos para ampliar las líneas de producción y posicionarse definitivamente entre las grandes industrias del hormigón premoldeado y pretensado de la Argentina. “No te digo como número uno, pero con equipos con los que estaríamos a la altura de competir con cualquier industria de Córdoba, Rosario, Buenos Aires o Tucumán, que son los más fuertes hoy”. 

En cuanto a la actividad comercial, Bresiski describió que después de un 2019 muy malo, cuando se cerraron 400 comercios en Posadas, llegó la pandemia que concentró la demanda dentro de la provincia, pero con un comercio deprimido. “Con 440 comercios cerrados el último año, más los 400 del 2018, nos encontramos con una gran demanda, pero poca oferta comercial. Eso hizo que exista un boom en la parte comercial, que fue distinto a la realidad que se vive en otros lugares, eso se evidenciaba cuando llegaba algún viajante que podía llegar y se podía mover, veía que el movimiento era distinto a lo que veía en otras ciudades. Eso se verificó con la llegada de nuevas franquicias, de nuevos comercios, todo el polo gastronómico de la Costanera que es nuevo, este mismo hotel. Hoy tenemos un comercio que se ha descentralizado en la ciudad, en puntos estratégicos como en Itaembé Guazú, en todas las grandes vías de comunicación que también se han transformado en nuestra ciudad. La apertura de la frontera, hoy en lo más inmediato nos termina favoreciendo: Hoy estamos en condiciones de venderle hasta el agua de los floreros a los hermanos encarnacenos. Estamos baratos con respecto a cualquier situación que ocurra allá”.

“El año que estamos terminando, es un año positivo. A pesar de la inflación la recaudación de Rentas creció hasta el 111% anual, nominalmente. Eso, más con la frontera cerrada, nos compramos y vendemos entre nosotros. Eso fue un boom. La Nación debería haber tomado nota cuando tantas veces se le pidió o la aplicación del artículo 10 de la ley Pymes, o una Zona Aduanera Especial, económica industrial, o económica para toda la provincia porque ese es el termómetro real, de cuál es el movimiento económico Misiones”, analiza el presidente de la Confederación Económica de Misiones, Alejandro Haene.

“Hoy Misiones tiene el séptimo Producto Bruto Geográfico de la Argentina. Éramos ocho y pasamos al siete porque la industria y el comercio han trabajado bien, somos dadores de trabajo, los pagadores de impuestos, los que hacen que el derrame de la riqueza en el buen sentido, sea para Misiones. Los empresarios misioneros ganan una platita y compran una máquina, invierten en tecnología. Estamos en una isla, porque cuando en algún momento no había transporte, no había movimiento comercial, acá era como si nunca hubiéramos parado. Siempre y tomando la resolución binaria de salud, más economía”, destaca el titular de la entidad empresaria. 

Para el empresario, los desafíos para 2022 vienen de la mano de la inflación, que condiciona cualquier proyección, el precio del dólar y la distribución de energía en Misiones, que resulta fundamental para el desarrollo industrial. 

“Otro tema es la terrible presión fiscal y previsional. Aclaro que no estamos en contra de que la gente gane bien, pero no podés pagar el 50% de carga social, es el mundo del revés. Además, que no nos tiren un centro desde la Nación, salió la normativa para el NOA pero solo para el sector de industrias, cuando sabemos que comercio y servicios es el 62% del PBI de la Argentina. Lo mismo los prestadores de servicios, hay más de 200 empresas de eventos y todo eso es empleo directo, trabajo genuino”. 

“Misiones es una tierra de oportunidades, vos tirás una semilla y algo crece. Sino en pandemia la cantidad de huertas que significaron ingresos para las familias, o la economía del Conocimiento, que en otras provincias no hay. Pero debemos trabajar con el sector público sin compartimientos estancos. Vamos a seguir apostando por Misiones, creemos en la sinergia público privada”.

Tres horas de debate, música de violines en la pausa para el café y un brindis para el cierre. A diferencia del último año, con la pandemia, en 2019, con la crisis, la consolidación del crecimiento de la economía de Misiones, la rápida recuperación de los sectores más castigados y las proyecciones de inversión, fueron motivos suficientes para levantar las copas. Por un mejor 2022.

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Siete cóndores fueron liberados en Sierras Paileman, Río Negro

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El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, que conduce Juan Cabandié, a través de su secretaria de Política Ambiental en Recursos Naturales, Florencia Gómez, participó de la liberación de siete cóndores andinos en Sierras Paileman —departamento Valcheta, Río Negro— en un suceso denominado “El Retorno del Cóndor al Mar”, que incluyó la realización de ceremonias ancestrales de pueblos originarios. Se trata de la liberación más grande realizada en el país hasta el momento, en el marco del Programa Binacional de conservación del Cóndor Andino Chile-Argentina, una iniciativa que cuenta con apoyo de la cartera nacional de Ambiente.
Los ejemplares de la especie Vultur gryphus que volvieron al entorno natural tienen diferentes historias. Piuque Wenú (que significa “gran corazón”) fue rescatada por personal del Parque Nacional Nahuel Huapi, en Villa La Angostura, Neuquén. Había sido intoxicada por la ingesta de balas de plomo y luego rehabilitada en el Ecoparque de Buenos Aires. Otro ejemplar rescatado es Kurruf (viento), gracias a miembros de la Estación de Fauna Autóctona de Salta y rehabilitado posteriormente en el bioparque Temaikèn.
Por su parte, Tayel (canto sagrado), proveniente de ese mismo bioparque, fue incubada artificialmente y criada con asistencia de títeres de látex en el mencionado Ecoparque porteño. Otro ejemplar incubado y criado en el Ecoparque es la hembra Mawun (lluvia) y provino de Olavarría, del bioparque La Máxima, en cuyo espació nació asimismo Lihuen (luz de vida). También podemos mencionar a Kume Feleal (buen vivir), nacida en Temaikèn y criada en aislamiento humano en el Ecoparque nombrado. La lista se completa con Pachamama (madre tierra), nacida y criada en ZooParc de Beauval, Francia.
Cabe indicar que a mediados del siglo XIX naturalistas como Charles Darwin, Enrique Hudson y Perito Moreno daban cuenta de la presencia de cóndores en la costa Atlántica Patagónica, imagen que se perdió con su extinción local durante más de un siglo. A partir de diciembre de 2003, gracias a un esfuerzo internacional de conservación, fue posible reintroducir la especie en su antigua área de distribución. El acto realizado esta tarde se convirtió en el décimo séptimo capítulo de liberación del “Retorno del Cóndor al Mar”, que con estos ejemplares sumó 64 cóndores liberados en la costa del Atlántico.
Durante la ceremonia de liberación también participaron Dina Migani, secretaría de Ambiente y Cambio Climático de Río Negro; Federico Hollmann, subsecretario Biodiversidad y Cambio Climático de la misma provincia; Luis Jácome, presidente de la Fundación Bioandina Argentina y director del Proyecto Conservación Cóndor Andino.
Ligado a estos esfuerzos, el Ministerio de Ambiente nacional conformó el año pasado la Mesa de Trabajo Académico-Científica originada por la Estrategia Nacional contra el uso de Cebos Tóxicos, un espacio que busca amplificar acciones, generar nuevos aportes y unificar impulsos frente a esta problemática que ocasionó la matanza de cientos de cóndores y de más de 50 especies de fauna nativa.
Está liderada por la cartera de Ambiente de la Nación, a través de la Dirección Nacional de Biodiversidad de la Secretaría de Política Ambiental en Recursos Naturales; de la Dirección Nacional de Sustancias y Productos Químicos de la Secretaría de Control y Monitoreo Ambiental; y de la Dirección Nacional de Educación Ambiental y Participación Ciudadana de la Subsecretaría Interjurisdiccional e Interinstitucional.
Además, se encuentra conformada por representantes del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), del Ministerio de Salud de la Nación, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), de la Red de Evaluación y Monitoreo de Ecosistemas Acuáticos (Rem.Aqua), del Ecoparque de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, del Programa de Conservación del Cóndor Andino, de la Fundación Bioandina Argentina, del Hospital Italiano, del Hospital Posadas, del Centro de Investigaciones en Toxicología Ambiental y Agrobiotecnología del Comahue (CITAAC), del Centro de Excelencia en Productos y Procesos de Córdoba (CEPROCOR), de las facultades de Farmacia y Bioquímica y de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires (UBA), del Centro de Asesoramiento Analítico Toxicológico (CENATOXA), de la Asociación Toxicóloga Argentina (ATA), de las universidades nacionales de La Plata, del Litoral y de Córdoba, y del Grupo de Investigación en Biología de la Conservación (GrInBiC); entre otras instituciones.
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Descubren en la Patagonia restos de un cocodrilo de 148 millones de años

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Bautizado como Burkesuchus mallingrandensis, su hallazgo fue publicado recientemente en la revista Scientific Reports del grupo Nature. Este animal prehistórico tenía el tamaño de un lagarto, y no superaba los 70 centímetros de largo. Caminaba en cuatro patas, las cuales poseían una postura intermedia entre aquella vertical de los antepasados de los cocodrilos y la de los cocodrilos vivientes, que se proyectan más hacia afuera. Su cuello, lomo y cola estaban cubiertos por una doble hilera de placas óseas de función protectora, superpuestas de modo similar a un tejado.

“A pesar de que sus mandíbulas y dientes no han quedado preservados, las relaciones de parentesco del Burkesuchus llevan a suponer que era un depredador de animales pequeños, probablemente invertebrados, que capturaría a orillas de las lagunas donde vivía”, indicó Fernando Novas Investigador del Conicet y jefe del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados (LACEV) del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”.

Burkesuchus nos habla de los orígenes de los cocodrilos modernos y cómo, ya hace 150 millones de años, comenzaron a modificar su anatomía, adoptando un modo de vida anfibio”, afirma Federico Agnolín, Investigador del CONICET y Fundación Azara quien fue el descubridor de los fósiles.
“Tuvimos la fortuna de contar con gran parte del cráneo de este animal. Esta es la parte más importante para estudiar los cocodrilos, pues nos muestra muchos rasgos que nos ayudan a saber si se trataba o no de una nueva especie, y con qué otros cocodrilos está relacionada” mencionó Agnolín. La estructura del cráneo revela que el Burkesuchus, al igual que sus parientes actuales, poseía una solapa carnosa que al cerrase protegía al oído cuando el animal se sumergía en el agua.
Los geólogos Manuel Suárez, Jean-Baptiste Gressier y Rita de la Cruz concluyeron que el ambiente en que el convivieron cocodrilos y dinosaurios “era cercano a volcanes activos y conos aluviales vecinos a un mar de fines del Jurásico”.

El Burkesuchus formaba parte de una fauna de reptiles que incluía, además del Chilesaurus de tres metros de largo, a grandes dinosaurios de cuello largo, parientes del Diplodocus y de los enormes titanosaurios herbívoros.

Su nombre significa “el cocodrilo de Burke procedente de Mallín Grande” y es un homenaje al estadounidense Coleman Burke (1941-2020), amante de la Patagonia y apasionado por la paleontología, quien tuvo un rol fundamental en las diversas actividades del laboratorio (LACEV).

El origen de los cocodrilos
Los cocodrilos aparecieron a comienzos del período Jurásico, casi a la par que los primeros dinosaurios. En pocos millones de años, invadieron el medio marino convirtiéndose en grandes depredadores de peces y de otras criaturas acuáticas. Los mares cálidos y poco profundos del Jurásico sirvieron a estos cocodrilos acuáticos como vías de dispersión, distribuyéndose por vastas áreas del planeta.

América del Sur es famosa por la riqueza en restos de cocodrilos marinos de gran tamaño, documentados por cráneos y esqueletos articulados y muy completos, los cuales han sido excavados en rocas jurásicas al pie de los Andes, tanto en Chile como en Argentina.
“Es todavía escaso el conocimiento del que disponemos –a nivel mundial– sobre aquellos cocodrilos que correteaban entre las patas de los dinosaurios”, afirma el Dr. Fernando Novas. “Los cocodrilos jurásicos que habitaban tierra firme no superaban el tamaño de un gato doméstico y, a diferencia de sus temibles primos marinos, su dieta se basaba en pequeños invertebrados. Nada conocíamos en Sudamérica de esos diminutos cocodrilos habitantes de charcos y lagunas, hasta que dimos con los restos del Burkesuchus”, señala el paleontólogo.

Hallazgos paleontológicos en Aysén
En cercanías de Mallín Grande, Aysén, existe un formidable yacimiento fosilífero de reptiles jurásicos con una antigüedad aproximada de 148 millones de años y con difícil acceso para los exploradores. Al rememorar el momento del descubrimiento del Burkesuchus mallingrandensis, Marcelo Isasi, técnico del LACEV recordó: “El primer día de prospección fue realmente inolvidable. Después de subir con los caballos y atravesar grandes extensiones de hielo donde los animales se hundían de golpe hasta la panza, nos pusimos a buscar fósiles en los asomos rocosos. Estábamos muy entusiasmados ya que en un área de no más de 100 metros de largo dimos con varios esqueletos articulados de Chilesaurus.
De repente Federico Agnolín, investigador del LACEV y de la Fundación Azara, gritó “¡encontré un cocodrilo!”, y todos salimos corriendo hacia él. Cuando llegamos vimos que se trataba de diminutos huesos expuestos en la superficie de la roca”.
El hallazgo del esqueleto del cocodrilo fue seguido de una sorpresa aún mayor cuando el mismo Agnolín, excavando con maza y cinceles alrededor del fósil, quebró un fragmento de roca y vio la parte posterior de un cráneo muy bien preservado.
Durante aquella expedición, la geóloga Rita de la Cruz tenía la esperanza de descubrir un dinosaurio diferente del ya conocido Chilesaurus, y no imaginó que la gran novedad sería aportada, esta vez, por un cocodrilo.
“Cuando terminó el día de trabajo, Federico se me acerca y me susurra: ‘encontré un cocodrilo’. Yo me quedé sin palabras ya que como geóloga no sabía la trascendencia que esto podía tener. Pero Federico estaba muy emocionado y como buen paleontólogo, sabía que su descubrimiento era muy importante. Ahora, varios años después, por fin, el cocodrilo sale a luz y brilla por sí mismo, alumbrando aún más el conocimiento de la fauna de fines del Jurásico”.
Una vez extraídos los bloques de roca conteniendo los fósiles, se los envolvió adecuadamente para su transporte. Fueron clave la habilidad y destreza de los baqueanos para trasladar a buen resguardo los ejemplares fósiles que los paleontólogos colectaron en lo alto de la montaña. Una vez terminada la travesía, los bloques de roca fueron transportados a Santiago de Chile, y luego de contar con los permisos necesarios, pudieron ser transportados al Museo de Buenos Aires para su preparación y estudio.
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Los incendios en Chubut son un atentado a la soberanía

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Parecería que lo único concreto hasta ahora, es que los múltiples focos de incendios, en los paradisíacos lugares cordilleranos del oeste de la hermosa provincia de Chubut, han sido intencionales.

Y con el atentado a pedradas contra el vehículo en el que iba el presidente -¡insólitamente sin custodia!-, el tema de los incendios parece haberse “tapado”.

De esos lamentables y criminales hechos de múltiples focos de incendios, sin datos concretos hasta ahora que definan con precisión los culpables, los autores materiales y eventualmente, los instigadores en las sombras; pueden no obstante analizarse los hechos y evaluar los accionares precedentes y diversos tipos de amenazas, o planteos y/o atentados de menores envergaduras, que pueden tener algunas o muchas vinculaciones con las brutalidades perpetradas.

Señalando en rápida síntesis, los sectores socio – económicos que –prima facie- han sido mencionados como probables instigadores o culpables de esos aberrantes hechos, solo como hipótesis de análisis pero sin pruebas concretas, son mencionados seguidamente.

 Los sectores del ultra ecologismo nucleados en el estentóreo “no a la mina” y grupos habitualmente de pocas lecturas de ciertas “progresías” fuera de foco, no dudaron en señalar como supuestos culpables a los fuertes intereses vinculados con la mega minería. Esa hipótesis no parece coherente, y precisamente a esas empresas no les interesa un escenario de tierra arrasada, por múltiples motivos, incluso de imagen pública.
 Culpar en sentido contrario, a los grupos de activistas anti mineros, tampoco se ve como algo coherente, más aun considerando que varios de ellos viven en las zonas afectadas, no pareciendo tampoco su modus operandi, si bien son proclives a la violencia, tal como lo dejaron patente en la agresión al móvil presidencial.
 Los millonarios extranjeros, que adquirieron enormes extensiones de tierras y cerraron accesos a lagos y otros sitios de interés local y turístico; así como especuladores inmobiliarios, son indicados por algunos opinantes como posibles instigadores de los incendios. No se mencionaron pruebas concretas.
 Los fuertes intereses geopolíticos, particularmente los alineados con el Bloque Atlantista, claramente buscan la disolución nacional, lo cual es un objetivo sin plazos y sin pausas, por parte de los que buscan instalar la globalización salvaje, cuyo objetivo es hacer desaparecer o al menos fragmentar hasta hacerlos inviables, a los países excluidos de ese grupo de poder. Mucho más si se trata de uno de grandes dimensiones y potencialidades, como Argentina, que además tiene la capacidad de nuclear a varias naciones hermanas de la región. Es de recordar que ya en 2001, en plena crisis terminal provocada por el neoliberalismo, se había fogoneado la nefasta idea de la “necesidad” de permutar deuda por territorios, mencionándose como posible la entrega parcial o total de La Patagonia Argentina, a ese efecto. Al volver el neoliberalismo en el cuatrienio 2015-2019, se volvió a operar en ese sentido, destrozando adrede el tejido social y la economía nacional, además de despreciar nuestra soberanía con acciones nocivas a los Intereses Nacionales, y en lo interno instando a las provincias al endeudamiento irracional en divisas y por montos impagables; a la vez que se desalentaban todas las actividades económicas, en particular las industriales, las tecnológicas y las economías provinciales periféricas (estas últimas mencionadas con el eufemismo de “economías regionales”). Arrasar el hermoso noroeste de Chubut y áreas cercanas de Río Negro, es una acción funcional al despoblamiento, el cual de perpetrarse, favorecería la fragmentación territorial de Argentina.
 Esos poderosos intereses del mega poder atlantista, cuentan con el beneplácito de sectores muy colonizados mentales de uniformados proceseros (afines a los que tomaron por asalto el poder en 1976, con la excusa de las guerrillas, para instalar el neoliberalismo salvaje, buscando retrotraernos a la hoy inviable economía primaria). El dogmatismo muy cerrado y nulo pensante es la caracterización de esos practicantes del patrioterismo declamativo y del accionar entreguista subordinado al ”mundo libre, occidental y cristiano” (que no es ni libre, ni occidental ni cristiano). Algunos de sus componentes son muy afines a las acciones violentas, como las que practicaron cuando las bayonetas protegían a los “Chicago’s Boys”. Son proclives a la “mano dura” represiva en vez de la integración cultural de toda nuestra población. No obstante, no parece que los incendios sean el modus operandi de esos grupos, pero tampoco cabe descartar de plano que hayan operado como instigadores de los perpetradores incendiarios, pues esos actos de terrorismo ambiental son funcionales al esmerilado político del actual gobierno, para favorecer el retorno de sectores oligárquicos neoliberales a los que son adictos los patrioteros.
 El accionar de pequeños pero muy activos grupos violentos, autodefinidos como “mapuches”, es muy conocido, tanto en el sur argentino como en el chileno. De hecho, la denominación de “mapuche” desplazó a la de “araucanos”, que era el nombre de esa etnia existente en Chile antes de la llegada de los españoles. Se sabe que a ambos lados de la cordillera, no solo amenazaron, sino también agredieron a propiedades y personas de etnias no mapuches, instigando el odio al blanco, incluso incendiando o destruyendo iglesias católicas. Esos grupos tienen discursos dictados desde la ONG Mapuche Nation, con sede en Bristol, Gran Bretaña (una institución que muestra trazas de ser operada por “los servicios” colonialistas británicos). Desconocen la soberanía argentina, fogoneando la fragmentación territorial a favor de la pretendida nación mapuche. Operando contra la pacífica mestización de la población argentina (que permite la integración y mezcla de diversas etnias que componen nuestra población), sus promotores –como el anarquista y por ende apátrida Osvaldo Bayer-, promueven la instalación de odios irreconciliables, como paso previo a la violencia, la cual sumada al trabajo de zapa de grupos ultra indigenistas, buscan la disolución nacional. Sus accionares y discursos muy violentos, los posicionan como posibles sospechosos de los incendios.

Cabe la salvedad, elemental pero no siempre conocida, que al ser actos de repercusiones internas pero con claros ribetes geopolíticos, es muy difícil aportar pruebas concretas, máxime analizando los hechos desde el otro extremo geográfico de Argentina. Tan elemental como entender que los análisis geopolíticos difícilmente puedan sustentarse en pruebas concretas y tangibles, por ser hechos realizados generalmente en forma solapada, y en muchos casos con atentados de distracción para ocultar los objetivos principales.

¡Claro está que no faltan enjundiosas personas opinantes, que desde mentalidades “progres fuera de foco” (de esas “antimperialistas” que terminan siendo marionetas de los poderes que dicen aborrecer), exigen pruebas concretas y tangibles, para hechos consumados desde lo oculto y muchas veces tergiversado!

Llama la atención la inacción de organismos de inteligencia para prever y ahora dar con los instigadores de esos actos criminales que costaron vidas, cuantiosos bienes y brutales daños ambientales.

Y la carencia total de aviones hidrantes, con cuyo accionar se hubieran salvado bienes y vidas, no es concebible en un país de dimensiones continentales como Argentina. Hay versiones que el rabino puesto a Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable del macrismo (tema del cual nunca demostró conocimientos), habría cancelado las operaciones de leasing (alquileres) que permitían que contemos con esos valiosos elementos para combatir grandes incendios. Faltan precisiones que terminen con los entrecruzamientos de versiones y fake news maliciosos.

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Leonardo Di Caprio colabora con la reinserción del yaguareté en los esteros del Iberá

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La viuda de Douglas Tompkins, Kristine conversó con el diario Perfil sobre la cesión de tierras al Estado, el reciente encuentro con el Papa y su visión de Trump. Y también de los mitos que generó su matrimonio.
San Alonso. Kristine en Iberá, en la estancia se ubica la isla donde planean liberar el próximo año las dos primeras crías de yaguaretés. Foto: CLT argentina / Abuin
En San Alonso nada es más importante que la naturaleza. Arboles, plantas y animales rodean la estancia que se encuentra en una isla dentro de los Esteros del Iberá. No es casualidad que Kristine Tompkins y su fundación eligieran el lugar para llevar a cabo la reinserción del yaguareté, especie que lleva décadas extinta en Corrientes (N. de la R.: el yaguareté había desaparecido de esa provincia). A simple vista se la ve cómoda y alegre al aire libre. “Perdón por rascarme tanto. Llegué hace tres días del Impenetrable en Chaco y me picaron bastante”, explica entre risas.
A los 20 años, Kristine comenzó a trabajar en una empresa de indumentaria y a los 40 era gerente de la marca. “Podría haberme quedado hasta los 50 o 60 años pero no podía imaginar que mi vida iba a ser solo eso”, indica al comienzo de la entrevista. Mientras tanto, a su esposo, Douglas Tompkins, reconocido empresario textil, le sucedía algo similar. “Estaba cansado de producir cosas que nadie necesitaba y quisimos cambiar de vida”, comenta la mujer que hoy tiene 68 años y dona sus tierras en Argentina y Chile para convertirlas en Parques Nacionales.
Douglas ya no está. Murió hace tres años en un accidente de kayak, pero su viuda continúa la misión. “Creo que decidí seguir adelante a gran velocidad con los proyectos y probablemente eso me salvó”, afirma Kristine.
—¿Por qué eligieron Argentina y Chile?
—Doug pasó mucho tiempo acá cuando era joven. Tenía mucho que ver con ambos países en los 60. Corría en esquí y entrenaba aquí. Hubo muchas cosas familiares que nos trajeron al Cono Sur.
—Al principio los criticaron mucho…
—Cuando empezamos en Chile hubo muchas sospechas. Nos decían que estábamos robando el agua para venderla a los chinos, que queríamos crear un basurero nuclear para Estados Unidos y hasta que construíamos una base argentina en Chile para conquistarlo. Teníamos amenazas del Estado y nos escuchaban los teléfonos. Hubo mucho conflicto. Cuando uno mira esa época con ojos de hoy es obvio que dos extranjeros que vienen de afuera y empiezan a comprar tierras en grandes cantidades generan sospecha. Probablemente yo también las tendría pero cuando llegaron los hechos los mitos desaparecieron.
—¿Hoy la gente reconoce su trabajo?
—Sí, pero no todos. Hay individuos que el próximo siglo dirán que la familia Tompkins quiso robar el agua para los chinos. Pero en el transcurso la gran mayoría empieza a cambiar sus expectativas para la salud de su medio ambiente. Lo importante es que la gente entienda que es su Parque Nacional y que nadie lo va a destruir. Al principio tienen sospechas y lo rechazan. Luego empiezan a entender la idea y el nombre de los Tompkins se olvida. Y eso está bien.
—¿Cómo conocieron los Esteros del Iberá?
—Cuando llegamos en el 97 no tuvimos intención de visitar, alguien nos trajo. Hacía mucho calor, muchos bichos y yo me preguntaba qué era eso. Entonces le dije a Doug que nos teníamos que ir pero él vio algo que yo no. Así que a mis espaldas vino dos meses después y compró las tierras. Sin hablar conmigo.
—¿La sorprendió?
—Sorpresa es una palabra muy suave. Discutíamos todo juntos; él sabía que yo iba a rechazar la idea y que no querría trabajar ahí. Pero vio algo y gracias a Dios que lo hizo porque quedamos enamorados.
—¿Cómo financian los emprendimientos?
—De nuestra fundación invertimos 270 millones de dólares. En el lado de Chile del Parque Patagonia tenemos socios que aportaron otros 15 millones. En el caso de Iberá hay donantes y socios para la reinserción del yaguareté. DiCaprio por ejemplo (N.de la R: donó US$ 1,5 millones para los yaguaretés).
—¿Ayuda que personas como él se involucren?
—Para nosotros el aporte de Leo es importante. Se expande la audiencia de gente hablando del tema. En ese sentido cuanto más hablen, mejor. El nombre de Leo se conoce en todo el planeta. No lo conozco en persona pero sí su trabajo, que está focalizado en el cambio climático.
Kristine y The Conservation Land Trust tienen varios proyectos en simultáneo. “Estoy acá en invierno unos cuatro meses. Después paso tiempo en Chile, en Estados Unidos y algo en Europa”, explica a PERFIL durante la charla.
—¿Tenés un parque favorito en Argentina?
—No, todos son iguales. Cuando estoy en Iberá y tengo que irme me pongo triste. Lo mismo con el Patagonia. El Impenetrable es extraordinario y es supersilvestre. Son como hijos y cada uno representa su propio desafío.
—¿Por qué donan las tierras al Estado?
—Mucha gente nos pregunta por qué no compramos la tierra y lo mantenemos privado. Para nosotros eso es un punto clave. Si compramos muchas hectáreas y lo cerramos podemos hacer nuestros proyectos pero nadie puede entrar. Queremos que los países y su gente entren. Cuando donamos la tierra, la infraestructura y los costos pasan al Estado. Nosotros empezamos y la sociedad sigue. Con Iberá es muy claro: si van a los pueblos vecinos verán una economía cambiada. Es el desarrollo económico como consecuencia de la conservación.
—¿Y siente que los gobiernos ven ese cambio?
—Hemos trabajado con casi diez presidentes distintos entre Argentina y Chile. Nunca tuvimos uno que nos haya rechazado las donaciones de parques nacionales.
—¿Qué opina de Trump?
—Es tan extremo y tan ilegal. No puedo ni empezar a hablar de él. Está todo el tiempo dando de baja regulaciones relacionadas con el medioambiente en beneficio de las empresas.
Tras la muerte de Tompkins se supo que el empresario no dejó herencia a sus dos hijas de un matrimonio anterior. Una de ellas, llamada Summer, inició un juicio por los bienes y eso causó incertidumbre sobre el destino de las tierras. “Puedo decir dos cosas”, comienza Kristine mientras se incorpora en su sillón. “Primero que yo no hablo de eso porque realmente no tiene mucho que ver conmigo sino con los bienes de Doug y una de sus hijas. Y además el juicio no tienen nada que ver con la fundación o los parques”, dice y así finaliza la entrevista.
El ‘minirreto’ del Papa. El 30 de junio, cumpleaños de Kristine, el papa Francisco la recibió en el Vaticano para hablar sobre su trabajo. “Me invitó a conversar con él en privado. ¿Quién no iría, ¿no?”, relata a PERFIL. “No soy católica ni religiosa pero cuando lo vi algo pasó. Fue algo impactante y la conversación fue muy interesante”, recuerda sobre el encuentro. La charla duró media hora, más de lo que se había pactado, y tocó diferentes temas. “Hablamos del concepto de paz. Yo creo que es demasiado limitado. Siempre los premios se dan a personas que ayudan a personas. Entonces le expliqué al Papa que él se concentra específicamente en la pobreza social y la inequidad, que existe, pero que sin un ecosistema en equilibro no se podía solucionar eso. Por lo tanto, es necesario incluir dentro del concepto a humanos, animales y al propio ecosistema”, explica. “El reconoció que era verdad, pero me miró fijo y me dijo que sus documentos se focalizan en lo social. Como un minirreto (risas). Le respondí que podía ser, pero es imposible negar que el impacto es más grande y se da en varios ámbitos. Fue muy lúdica la conversación. El nos regaló rosarios y nosotros le llevamos artesanías producidas en cada parque. Además le mostramos a los bebés yaguaretés que están siendo reinsertados en Argentina”, cierra Kristine.
Un filántropo que vino del norte. Douglas Tompkins nació en 1943 en Estados Unidos. Durante la década del 60 compitió en carreras de esquí y escaló montañas de su país, Europa y América del Sur. Con los años comenzó su etapa de empresario y fundó The North Face, su primera compañía de indumentaria. Más tarde haría lo mismo con Esprit, que se convirtió en una de las marcas más vendidas de la época. Sin embargo, a medida que la popularidad y el dinero aumentaban su preocupación por el medioambiente también lo hacía. Por ese motivo decidió vender sus acciones y dedicarse a la conservación. A mediados de los 90 llegó a Chile y Argentina con el objetivo de mejorar los ecosistemas y la biodiversidad de ambos países. Hasta el día de hoy su obra es reconocida en el ámbito de las organizaciones ecológicas.

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