“Fue un proceso duro, complejo y doloroso”. Así resume el fiscal Martín Rau el juicio que terminó con la condena a Germán Kiczka a 14 años de prisión y a su hermano Sebastián a 12, por delitos vinculados a la tenencia, facilitación y distribución de material de abuso sexual infantil. En diálogo con el noticiero de Canal 12, Rau repasó los detalles del fallo que se conoció el miércoles pasado, respondió dudas que persisten en la sociedad y confirmó que los condenados no accederán a la libertad condicional.
“Nos tocó evaluar un caso difícil. Junto con mi colega Vladimir Glinka hicimos un gran equipo. No sé si fue el más relevante de la historia judicial de Misiones, pero sin duda fue el de mayor repercusión mediática”, sostuvo.
Las diferencias entre las penas
Una de las preguntas más frecuentes tras la sentencia fue la diferencia entre las penas impuestas a los hermanos. Germán recibió 14 años, mientras que Sebastián fue condenado a 12. ¿Por qué?
“La diferencia está en la cantidad de material hallado y los dispositivos incautados. A Germán se le aplicó un concurso real de delitos, lo que sumó una pena más elevada”, explicó Rau. “Sebastián tenía un delito de abuso, sí, pero encuadrado dentro de los tipos penales con penas más bajas. En cambio, a Germán se le sumó la distribución agravada, lo que eleva considerablemente la escala penal”.
¿Pueden salir antes?
En medio del debate público, surgió la preocupación por una posible reducción de penas por buena conducta o beneficios carcelarios. Rau fue tajante:
“No deberían acceder a la libertad condicional. La última reforma al Código Penal impide ese beneficio para los delitos por los que fueron condenados. Salvo un imprevisto, deben cumplir la pena completa”.
Consultado sobre su experiencia personal durante el juicio, Rau no ocultó su conmoción: “Ver ese material fue devastador. No hay palabras para describirlo. Me afectó profundamente, sobre todo por ser padre. Estamos hablando de niños sometidos, abusados, filmados y luego distribuidos como objetos. No es una cuestión moral. Es un crimen atroz”.
Durante el proceso surgieron elementos que derivaron en la apertura de causas paralelas. Una apunta a los testimonios del diputado Pedro Puerta y Leonardo Kiczka, el padre de los condenados, quienes fueron testigos en el juicio.
“Encontramos inconsistencias en los mensajes entre Germán y Pedro Puerta. Eso nos llevó a pedir la formación de causa por posible falso testimonio. No afirmamos que haya delito, pero estamos obligados a iniciar la investigación. Será llevada por otra fiscalía, desde cero”, aclaró Rau.
También se mencionó una denuncia contra Germán Kiczka por un hecho con otra persona, ya fallecida, que no llegó a ser parte del expediente, en la que la joven revelaba una relación no consentida. “Esa situación no fue incorporada al proceso por falta de elementos. Lo que había era una captura de pantalla extraída de un dispositivo, sin posibilidad de corroboración ni testimonio. Legalmente no podía avanzar”, explicó.
El proceso judicial fue relativamente corto, pero la intensidad de las pruebas, la sensibilidad del caso y la magnitud del delito lo convirtieron en un hito. Rau concluyó: “La condena es ejemplar y efectiva. Lo importante ahora es que se cumpla, y que como sociedad entendamos la gravedad de estos delitos. Cada visualización de uno de esos videos es un abuso sexual consumado”.
La condena a catorce años de prisión efectiva para Germán Kiczka y a doce para su hermano Sebastián, por los delitos de tenencia, facilitación y distribución de material de abuso sexual infantil, cierra un capítulo horrendo para la sociedad misionera, que durante meses observó atónita los gustos sexuales aberrantes de un diputado provincial y como otro confesaba entre risas que utilizaba un “yuyito” para subyugar sexualmente a “guainas, gurises” o “guainos”, depende del gusto de cada uno. “Me quedé sin yerba”, se reía Pedro Puerta, quien ahora también será investigado por posible falso testimonio en el juicio a su amigo y socio político.
Los fiscales sienten que Pedro se sigue riendo: en la respuesta por escrito que envió al Tribunal, contestó que no era amigo de Germán y que nada sabía de sus preferencias ni había intercambiado material sexual. Hay frondosa prueba en manos de Martín Rau y Vladimir Glinka que dice lo contrario. La palabra “fotija” será una clave a seguir cuando se abra la investigación paralela, que posiblemente quede en manos de la fiscal Patricia Inés Clerici. Puerta eludió responder esa pregunta de los fiscales, pero todo indica que tiene un significado vinculado a lo sexual.
Kiczka era un dirigente poderoso dentro de Activar, el sello que armó el hijo del ex gobernador para colarse primero en Cambiemos y después en las filas de la Libertad Avanza. Sus aliados políticos, macristas, radicales y ahora los libertarios, se llamaron a silencio, un mutismo que dice mucho más que las palabras de compromiso.
¿Por qué es relevante ese silencio? Porque desnuda intereses, preocupaciones que se enfocan exclusivamente en los cargos y una escasa vocación real de transformación positiva de la sociedad. La desesperación radical por quedarse con la banca del expulsado Kiczka en la Legislatura, será largamente recordada. El desdén del propio Pedro y su padre, el ex gobernador Ramón Puerta, durante los primeros días de la investigación, es síntoma del mismo trastorno.
No fue un juicio por “videítos” bajados de Internet, como intentó minimizar la defensa de los Kiczka. No fue un beso robado y una “tocada de cola”, a una nena de 13 años, sino un minucioso trabajo de seducción de un hombre 30 años mayor que le enviaba fotos de su miembro y exigía “bajarle la calentura” a una preadolescente. Durante la audiencia final, se exhibieron algunos videos de los encontrados en las computadoras y teléfonos de los hermanos. “Cuando era chico me asustaban con el cuco. ¿Saben qué señores jueces? El cuco está en la red y el cuco son personas que hacen este tipo de cuestiones”, aseguró Rau.
Los rostros demudados de jueces y fiscales contrastaron con la llamativa abstracción de los abogados de la defensa. Los acusados -los degenerados, como los definió Glinka- prefirieron salir de la sala antes de ver nuevamente lo que tenían en sus computadoras.
En el juicio también se recordó al pasar que se halló entre los chats de Germán una conversación en la que quedaba en evidencia el modus operandi de los hermanos. “Lo que pasó en la pileta (…) no fue consentido, así que no te vuelvas a acercar a mi. “Si me volvés a hablar o acercar, te denuncio”, advierte la mujer. Nunca hubo denuncia. La joven se suicidó dos años después, con un cuadro de depresión, según contaron allegados de la familia.
Los abogados Sebastián Paredes y María Laura Alvarenga -por Sebastián- y Gonzalo De Paula, por Germán, mostraron escasa empatía por las víctimas. “No sabemos ni de dónde son”, dijo Paredes por las nenas que aparecían en los “videítos”. “No se podrá probar” -el abuso sexual de la menor de Apóstoles- y “no fue una violación”, agregó. Al final del proceso, Alvarenga se despidió de los periodistas entre risas al insistir en que se trató de un “resultado cantado”. De Paula llevó al extremo la estrategia coordinada de cargar la culpa en Sebastián, “el compulsivo”. “Se orinaba en la cama hasta los 14 años”, machacó en su afán de mostrarlo como un enfermo y salvar a Germán.
Para los fiscales y los jueces, en cambio, el ex diputado de Activar fue más responsable que su hermano. Lo culparon por dos casos de distribución y facilitación y otro de tenencia de videos de pedofilia de menores de 13 años. El hecho de haber encuadrado esos delitos en un concurso real les permitió subir el monto de la pena a catorce años -uno menos que la sugerencia de los fiscales-.
Aunque hubo una disidencia de Viviana Cuckla, de la que se agarraron los defensores de los Kiczka, hubo plena coincidencia en la autoría de los delitos. Los jueces Gustavo Bernie y César Yaya fueron los más duros y votaron por los catorce años, mientras que Cukla optó por ocho años para el ex legislador.
Con Sebastián, Cukla admitió un planteo de nulidad de la defensa respecto del abuso sexual y pidió seis años de cárcel por tenencia, facilitación y distribución de MASI. Rara la liviana posición de la magistrada. Bernie y Yaya coincidieron con los fiscales y avalaron los 12 años de prisión.
No debería haber atenuantes cuando se trata de menores de edad -en este caso, explotados sexualmente-. Mucho menos si se advierte un patrón que insulta la inteligencia: “No sabía que era ilegal consumir esos videos”, se excusó Sebastián, con un cinismo que parece heredar de familia. “¿Menor de edad? 12, 13 años, si tienen posibilidad de votar ya son mayores”, dijo Leonardo, el jefe del clan en una dudosa defensa de su hijo y su gusto por las nenas. No parece ser una posición aislada, sino un patrón de conducta naturalizada. La madre, quien no quiso declarar en el juicio, también emitió un polémico comentario a la menor que fue abusada por Sebastián. En un encuentro casual en Apóstoles, la ciudad natal de la familia, le contó a la adolescente que le había preguntado a su hijo -30 años mayor- porqué no aparecía más la “nuerita”.
En Argentina la edad legal para votar es de 16 años, pero para la ley, una relación sexual de un adulto con un menor de 18 años es estupro. Sebastián fue condenado también por abuso sexual simple de la chica que tenía menos de quince años al momento de ser atacada en un gimnasio de Apóstoles.
Que el miércoles, mismo día de la condena, Misiones haya cancelado una vieja deuda con el Club de París es una notoria ironía del destino. El gobernador Hugo Passalacqua firmó un acuerdo de finalización de pasivos mutuos con el ministro de Economía, Luis Caputo. En el paquete había una deuda de más de ocho millones de dólares tomada por Ramón Puerta el 30 de junio de 1997 con The Export-Import Bank of Japan. Se canceló también una forma de hacer política.
Las ausencias de Germán Kickza y de Pedro Puerta en las listas opositoras, solo serán las más notorias. La oposición sufre una sangría sin precedentes. A dos meses de las elecciones el radicalismo sufre abandonos diarios, con algunos portazos notorios, como el de Úrsula Waidelich en Iguazú.
La jefa del Comité de la ciudad de las Cataratas apuntó directamente a Ariel Pianesi por la imposición de candidatos y el nepotismo en el reparto de cargos. Pianesi impuso en la Convención a Santiago Koch, otro apellido patricio que bloquea a dirigentes y militantes de a pie. En los principales lugares de la lista de diputados están Héctor Falsone -otro heredero- en el tercer lugar; Graciela Maidana, en el cuarto; y Carlos Aguilera.
En la misma jugada, Pianesi logró expulsar a Martín Arjol, su ex socio en la embestida contra la vieja guardia y también a Rodrigo De Arrechea, quien renunció a la presidencia para ser funcionario de Javer Milei y cobrar en dólares como asesor de Yacyretá.
El PRO ocupará los eslabones faltantes, por ahora con incógnitas y ausencia de nombres de peso. La fuerza tiene como principal exponente al diputado provincial Miguel Nuñéz, que quiere como candidato a Ramón Amarilla, el expolicía detenido desde septiembre por “sedición” y “conspiración” como líder de los levantamientos policiales de 2024.
En contraste, son muchos los radicales que decidieron sumarse a las filas del Frente Renovador. Muchos jóvenes dirigentes decepcionados con la conducción y la falta de perspectivas, dejaron cartas que servirán para graficar el momento político a la deriva que vive el partido centenario. En los últimos días, quizás la más notoria haya sido la renuncia de Waidelich, pero en Iguazú también hizo ruido la de Maiu Paredes, referente de la Juventud Radical que será candidata en el sublema el Cambio es Ahora, que lidera el renovador Javier Bareiro, actual presidente del Concejo Deliberante y uno de los nombres a tener en cuenta en la Iguazú de mediano plazo. Bareiro viene del sector privado y se rodeó de profesionales independientes para diseñar un plan de desarrollo de la ciudad que necesariamente debe dar un salto de calidad acorde al destino maravilla. Entre las problemáticas más notorias que pretende corregir, aparecen el agua, los problemas de energía en momentos de alta demanda, la basura, que en algunos puntos de la ciudad duele en los ojos y la sustentabilidad, que debe imitarse del sector privado. Iguazú debe dejar de ser pueblo y ponerse a la altura de su vecina brasileña. La metrópoli que rodea a las tres fronteras incluye 1,5 millones de habitantes.
El armado de Bareiro es similar al que ocurre en otras ciudades. Se anotaron 347 sublemas para competir el 8 de junio. Los de la Renovación están llenos de jóvenes y profesionales que quieren aportar su visión a la política. En Posadas habrá una competencia intensa entre los candidatos renovadores, con listas que bien podrían ser competitivas en una elección a intendente. Todas tienen la foto con Leonardo Stelatto, considerado el mejor intendente del país. En la oposición, hasta este sábado estaban buscando candidatos.
El entusiasmo político en Misiones contrasta con la apatía generalizada en el ámbito nacional. Hace poco más de un año el presidente Javier Milei, ganó en casi todo el territorio. Hoy sus candidatos no hacen pie en las provincias -en Santa Fe su referente terminó tercero y lejos en las constituyentes- y él mismo tiene que ponerse al frente de la campaña en Buenos Aires y Capital Federal para poder mejorar las chances de sus laderos.
El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional fue un ganatiempo pero no una solución para los problemas agobiantes de la economía y la falta de trabajo –más de 187 mil empleos registrados se perdieron en la Argentina durante la era Milei-.
El amanecer del dólar flotante no hace más que extender la agonía. El dólar a la baja profundiza los problemas para los exportadores e incentiva las importaciones, que dañan a la industria local. En paralelo, la suba de precios no se frena, particularmente en los alimentos, lo que afecta el agotado poder adquisitivo. Los bancos subieron las tasas de plazo fijo para que los pesos no se vayan al dólar pero esto hizo que en la misma medida se encarezcan cuatro puntos promedio las tasas para los créditos, lo que proyecta una economía todavía débil. Un combo difícil en año electoral.
Este miércoles 16 de abril, el Tribunal Penal 1 de Posadas dictará sentencia en una de las causas judiciales más perturbadoras que hayan sacudido a Misiones en los últimos años: el juicio contra los hermanos Germán y Sebastián Kiczka, acusados de tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil. Tras once jornadas de testimonios, pericias, alegatos y ampliaciones indagatorias, llega el momento en que la Justicia deberá pronunciarse sobre un caso que expuso no sólo los horrores del delito cometido, sino también las redes de silencio y poder que lo blindaron durante años, cobijado el ex diputado por su amigo y socio político Pedro Puerta.
La acusación fue liderada por un inédito binomio: los fiscales Martín Rau y Vladimir Glinka, quienes construyeron una teoría del caso con pruebas concretas e inobjetables: imágenes y videos alojados en dispositivos electrónicos de ambos imputados, identificados mediante trazabilidad digital, metadatos y registros de conexión. La prueba madre, una notebook Acer incautada en un allanamiento, fue sometida a pericias forenses que revelaron material explícito, almacenado y compartido a través de canales encriptados.
Una psicóloga del Poder Judicial, convocada como testigo de cargo, fue categórica al describir el perfil psicológico de los implicados. Según su declaración, Germán Kiczka mostraba indicadores de racionalización de la conducta delictiva y una ausencia total de empatía, mientras que Sebastián presentaba rasgos de negación y manipulación emocional. Su testimonio, de más de una hora y media, fue considerado “implacable” por la fiscalía, sin que la defensa pudiera desestabilizar sus conclusiones.
La estrategia de los defensores —Gonzalo De Paula, por Germán, y Eduardo Paredes por Sebastián— consistió en intentar desacreditar la cadena de custodia y en sugerir que el material pudo haber sido plantado. Sin embargo, los peritos informáticos fueron tajantes al señalar que no hubo indicios de manipulación externa en los dispositivos secuestrados. Además, los rastros digitales permitieron vincular cuentas, alias y patrones de consumo directamente con los acusados.
En las últimas audiencias, ambos hermanos ampliaron sus declaraciones indagatorias, sin responder preguntas. Germán ensayó una defensa basada en tecnicismos, negando su responsabilidad en la descarga de los archivos y culpando a su hermano. Sebastián, por su parte, se autoincriminó, habló de compulsión y de que no sabía que mirar material de abuso sexual infantil era ilegal.
Un caso que sacude al poder político
La trascendencia del juicio no solo se debe a la gravedad de los delitos imputados, sino al trasfondo político. Germán Kiczka es amigo personal de Pedro Puerta, referente de Activar y figura de la alianza Cambiemos y ahora de la Libertad Avanza. Aunque Puerta nunca fue imputado cuando se lo citó a declarar como testigo, se negó, amparado en sus fueros parlamentarios y se limitó a enviar unas respuestas por escrito en las que negó su amistad con Kiczka, pese a la enorme cantidad de fotografías y videos en los que se los ve juntos en situaciones políticas y sociales.
Expectativa y pedido de Justicia
El fiscal Rau solicitará penas de cumplimiento efectivo. Las condenas por tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil pueden superar los 10 años de prisión. “Creemos haber acreditado de manera contundente nuestra teoría del caso”, expresó el fiscal tras la última audiencia, convencido de que las pruebas no dejan lugar a dudas.
El caso Kiczka no es solo un proceso judicial; es un espejo que obliga a la sociedad a enfrentar sus zonas más oscuras. Y el veredicto del Tribunal será clave.
En una jornada más breve que las anteriores, se cerró este martes 15 de abril la etapa de presentación de pruebas en el juicio oral que se sigue contra Germán y Sebastián Kiczka por tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil. La audiencia número 11 tuvo como hecho destacado el cierre de la producción probatoria por parte del Ministerio Público Fiscal y una ampliación de declaración de Sebastián Kiczka.
“Tenemos acreditada nuestra teoría del caso”
El fiscal Martín Rau confirmó que ya no quedan más elementos por presentar de su parte: “Terminamos con la producción de nuestro caso. Tenemos estimado que está acreditada nuestra teoría del caso. Hoy se terminó con la recepción de las pruebas y quedamos listos ya para alegar mañana a las 8:30”, dijo en diálogo con la prensa.
Respecto a la declaración de la psicóloga convocada como testigo, el fiscal fue enfático: “Fue implacable. No hubo una sola pregunta de la defensa que pudiera desestabilizar su discurso, en casi una hora y media de interrogatorio”. La psicóloga había certificado que ambos hermanos son plenamente conscientes de su accionar.
En cuanto a la ampliación de la indagatoria de Sebastián Kiczka, Rau relativizó su impacto: “La declaración indagatoria es un acto de defensa, el imputado no está obligado a decir la verdad. La escuchamos, la analizamos, pero en términos probatorios no es algo que realmente nos importe”.
“Las audiencias siguen siendo cerradas”
Por su parte, el abogado Gonzalo De Paula, defensor de Germán Kiczka, hizo una breve intervención pública para aclarar su postura: “Nunca tuve animosidad con nadie. Soy abogado multifuero y vivo en Apóstoles, voy y vengo todos los días, las jornadas son agotadoras. Pero quiero aclarar que no pienso de la misma manera que la agencia fiscal ni que mis colegas”.
Sobre el tratamiento mediático del proceso, De Paula criticó que se comenten aspectos de las audiencias que son privadas: “Salir a decir lo que ocurrió en una audiencia no se condice con el buen desempeño profesional. Las audiencias siguen siendo cerradas”.
Consultado por un caso específico mencionado en redes sociales, donde una testigo habría dicho que el padre de los acusados intentó evitar el secuestro de una computadora, De Paula respondió: “Como lo dije en el alegato de apertura, lo importante no es quién es el dueño de una cosa mueble, sino quién hace uso de ella. El testimonio fue que el padre repetía que su hijo era diputado, para evitar que se lleven la computadora. Fue una defensa del padre, no una prueba”.
La audiencia final se realizará el miércoles a las 8:30 h, en el Salón de Usos Múltiples del Edificio de Tribunales. Será abierta al público e incluirá alegatos, contra alegatos, la última palabra de los acusados y, si hay acuerdo del Tribunal, la sentencia.
En una jornada cargada de tensión y expectativa, ambos imputados decidieron ejercer nuevamente su derecho a declarar. Germán Kiczka abrió la audiencia con un extenso relato destinado a “aclarar” cuestiones surgidas tras los testimonios de su esposa y su prima, brindados días atrás. Luego fue el turno de Sebastián, quien habló brevemente para admitir que consumió el contenido ilícito encontrado en los dispositivos, aunque aseguró no haber sabido que se trataba de material ilegal.
Este lunes surgió un dato clave durante el testimonio de una testigo presencial del allanamiento en la casa del padre de los imputados Kiczka: la identificación de una notebook Acer, como propiedad de Germán, uno de los acusados por tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil.
El aporte de una testigo de Apóstoles, vecina de los Kiczka, motivó una declaración inesperada de Sebastián, quien se atribuyó la propiedad de computadora, Acer, pese a que su padre, Leonardo, también había dicho que la computadora era de Germán y por eso mismo, no se la llevaron inicialmente de la casa. Sin embargo, esa notebook es clave, porque allí hallaron material de abuso sexual infantil junto a correos, contraseñas y documentos actuales del ex diputado de Activar. Germán también pidió volver a declarar, aunque nuevamente se negó a responder preguntas.
“PENSÉ QUE ME LO HABÍAN PLANTADO”
En su exposición, Germán Kiczka hizo foco en dos elementos clave de la causa: el pendrive de la marca Fiat y la notebook Lenovo, ambos secuestrados durante los allanamientos y en los que la fiscalía sostiene que se halló material incriminatorio.
“Yo estaba convencido de que ese pendrive me lo plantaron”, afirmó al inicio. Sin embargo, dijo haber recordado luego que el dispositivo fue un obsequio de su padre y que lo había usado en 2015 o 2016 para actividades académicas y laborales. Aclaró que tiempo después no supo más del objeto y que su hermano Sebastián le dijo haberlo utilizado también, aunque “según él se lo llevó de nuevo a su casa”, cosa que no ocurrió.
Sobre la notebook Lenovo, Germán sostuvo que “jamás” vio archivos ilegales durante su uso y que Sebastián —con quien actualmente comparte celda— le aseguró haber borrado todos los archivos comprometedores tras utilizarla. Sin embargo, en el expediente figura que admitió haber “mirado pornografía” en la computadora Lenovo y que los archivos de abuso sexual infantil eran “descargas a ciegas”, “muchas veces en idioma desconocido”, por lo que “al haber material no deseado por mi siempre los he eliminado”..
En su declaración de este lunes, Germán también intentó desentenderse del contenido de las notebooks, a contramano de los datos que figuran en el expediente. Durante la investigación se hallaron fotografías de fecha 28 de Agosto del 2023 y de fecha 18 de Septiembre del año 2023 donde se lo puede observar utilizando las dos computadoras, tanto la Acer como la Lenovo; sobre su escritorio en la oficina que le pertenecía en la empresa Cigarros Misioneros S.A., donde trabajaba para Pedro Puerta, su amigo y socio político.
En la Acer se hallaron carpetas de la app Emule a nombre de Germán con MASI, 18 sesiones completas y 913 archivos completos bajados. En la Lenovo, material, sus claves e indicios de modificaciones de archivos el 28 de Febrero del año pasado, cuando la causa estaba en marcha. Antes aparecen archivos MASI en distintos formatos con una totalidad de 28 archivos y videos con menores de 13 años.
Germán también quiso despegarse de las actividades en grupos de Telegram: “Jamás escribí, jamás pregunté, ni participé de ninguna manera. Que alguien haya escrito una palabra indebida no tiene fundamento para ser atribuida a mí”, enfatizó.
Otro de los puntos que abordó fue el canal de YouTube denominado El show del tío Germán, donde subía videos durante la pandemia con “contenido para sus sobrinos”. Sin embargo, las pericias psicológicas determinaron que esos videos se utilizaron para captar posibles víctimas, con elementos que remiten a la pedofilia.
“Era una actividad familiar que hacíamos todos los domingos. Editaba los videos con aplausos y risas. Participaban mi mamá, mi papá, mis hermanos. Nos divertíamos en pandemia, cuando no se podía hacer nada”, relató. Señaló que como los archivos eran demasiado grandes para enviarlos por WhatsApp, su cuñado le sugirió subirlos a YouTube para compartirlos mediante un enlace.
“Me dolió muchísimo que se haya tergiversado para mostrar una cosa tan perversa”, dijo en alusión a cómo este contenido fue interpretado por la acusación.
Luego de la declaración de su hermano, Sebastián Kiczka solicitó brevemente ampliar su indagatoria. Reconoció haber sido él quien accedió al material que originó la causa, aunque intentó justificarlo: “Realmente no sabía que era ilegal. Está ahí en internet, al alcance. Yo no vi ningún problema”. Su declaración contradice sus propias palabras que figuran en el expediente en una conversación por Whatsapp: “Quiero la de 14…No se como pero siempre safo…Y mira q me coji menores” (sic). Tampoco es cierto que los videos de pedofilia estén “al alcance” en cualquier página pornográfica, ya que incluso las más explícitas aclaran que son actrices mayores de 18 años por cuestiones legales.
Sebastián juró que utilizó la computadora de su hermano en una noche de excesos: “Tomé cerveza, miré esos videos… pensé que borré todo, pero me olvidé del pendrive. Yo siempre ando con uno para imprimir cosas”. En el pendrive se halló abundante material MASI
El juicio contra los hermanos Kiczka se encuentra en una etapa avanzada, con testimonios clave de peritos, familiares y vecinos. Uno de los puntos centrales del debate es el hallazgo de material de abuso sexual infantil en dispositivos electrónicos pertenecientes a los acusados. La fiscalía, encabezada por Martín Rau, sostiene que hubo tenencia, almacenamiento y circulación de dicho material, mientras que las defensas intentan desligar responsabilidades o minimizar las conductas.