Impuestos 2026: Ganancias y combustibles lideran el crecimiento según el Presupuesto
El proyecto de Presupuesto 2026, enviado por el Poder Ejecutivo al Congreso, estima que la recaudación tributaria alcanzará los $90,3 billones, lo que representa un crecimiento nominal del 22,5% y real del 11% respecto a 2025. El esquema contempla un PBI en alza del 5% y un impacto diferenciado según tributo, con fuerte incremento en combustibles y CO₂ y la desaparición del Impuesto PAIS.
El Palacio de Hacienda fundamentó las proyecciones en un escenario de crecimiento del PBI del 5% y una inflación estimada en 10,1% anual. Bajo estas variables, el Gobierno espera que la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) obtenga $90,3 billones en 2026, frente a los $73,6 billones que se calcula recaudar en 2025.
La mejora de los ingresos permitirá, según el Ejecutivo, compensar la pérdida de recursos generada por la eliminación del Impuesto PAIS (1% del PBI) y la rebaja en Bienes Personales (0,3 puntos del PBI).
El Presupuesto prevé además un superávit fiscal del 1,5% del PBI, menor al 2,2% estimado en los compromisos con el FMI, aunque en línea con un escenario de crecimiento más dinámico.
Los tributos que más aportarán en 2026
- Impuesto a las Ganancias: aportará $16,5 billones, con un incremento nominal del 24,2% y real del 12,8%.
- IVA neto de devoluciones: sumará $32,9 billones, con un alza nominal del 19% y real del 8%, consolidándose como el tributo más relevante.
- Impuesto a débitos y créditos bancarios: se prevé una recaudación de $16,4 billones, lo que implica un crecimiento real del 10%. Pese a su peso, es uno de los tributos bajo debate para su eventual eliminación.
- Retenciones a las exportaciones: generarán $9,9 billones, con un avance real del 11%, reflejando el repunte esperado del comercio exterior.
- Derechos de importación: alcanzarán $6,5 billones, con una suba real del 17%, en línea con el aumento proyectado en compras externas.
- Impuestos a combustibles líquidos y a emisiones de CO₂: serán los de mayor crecimiento, al pasar de $1,7 billones a $2,9 billones (+71% nominal, +55% real), por la aplicación de actualizaciones postergadas.
Desde el Ministerio de Economía se subrayó que la estrategia tributaria no descansa únicamente en mayores alícuotas, sino en la ampliación de la base imponible, la mejora en la administración y el impulso de la actividad económica.
En términos políticos, el esquema busca sostener un equilibrio delicado: recaudación creciente con menor presión fiscal selectiva, en un contexto de austeridad y renegociaciones con el FMI. La eliminación del Impuesto PAIS implica un giro relevante, ya que representaba una de las principales fuentes transitorias de ingresos en años previos.
Las proyecciones abren interrogantes sobre su viabilidad: analistas advierten que la recaudación depende fuertemente de que el crecimiento del PBI supere el 5% previsto y que la inflación se mantenga controlada. Además, sectores exportadores y bancarios podrían objetar el peso de los tributos que continúan elevados.
El debate parlamentario del Presupuesto 2026 será decisivo para confirmar estas metas, en un año donde el oficialismo buscará consolidar credibilidad fiscal sin frenar la recuperación económica.
