Productores yerbateros

Productores yerbateros alertan una crisis tras la desregulación: “El precio cayó a 200 pesos, pero en góndola subió”

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Productores yerbateros advierten un colapso de ingresos tras la desregulación, “Nos bajaron el precio, pero en la góndola no hubo cambios”.

La reciente desregulación del mercado de la yerba mate, que eliminó la capacidad del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) para fijar precios mínimos, generó un fuerte malestar en el sector productivo de Misiones. Jonás Peterson, referente de la Asociación Civil de Productores Yerbateros del Norte, alertó que la medida redujo de manera drástica los ingresos de más de 12.500 productores, mientras que los precios en góndola continuaron en alza: “Nos bajaron el precio, pero en la góndola el valor de la yerba no cayó”, afirmó en diálogo con Infobae en Vivo.

Fin de la regulación del INYM y caída del precio en origen

La entrevista expuso los primeros efectos del decreto nacional que desreguló el mercado yerbatero e impidió al INYM fijar valores de referencia para la hoja verde. Según Peterson, hasta 2023 el esquema regulatorio permitía un ordenamiento mínimo del mercado. “Cobramos 400 pesos el kilo de hoja verde en 2023, y ese precio cubría los costos y nos dejaba un pequeño margen para vivir”, explicó.

Con la eliminación de esos artículos, los pequeños productores quedaron —según su diagnóstico— en clara desventaja frente a “cinco o seis grandes empresas” con capacidad de industrializar y almacenar yerba suficiente para un año. Esta asimetría derivó en una marcada caída del precio pagado en chacra: la hoja verde pasó a ubicarse entre 200 y 250 pesos por kilo, en un contexto de aumento generalizado de costos.

Peterson subrayó que la pérdida de herramientas regulatorias no sólo afectó el ingreso rural, sino también la estructura productiva regional. A su juicio, la situación impacta especialmente en Misiones, donde “12.500 familias sostienen la actividad y el empleo asociado”. En contraste, señaló que en Corrientes la industrialización se concentra en dos firmas de gran escala.

Brecha entre precio al productor y precio en góndola

Uno de los puntos más sensibles planteados por el dirigente es la distancia entre el valor percibido por quienes producen la yerba y el que paga el consumidor final. “En 2023 el kilo de yerba costaba en promedio 1.800 pesos para el público. Ahora, supera los 3.000 pesos. A nosotros nos bajaron el precio a 200 pesos, pero el consumidor paga cada vez más”, cuestionó.

Peterson insistió en que no existe sobreoferta local que justifique la caída en el precio de la hoja verde. Por el contrario, afirmó que aun en años de buena producción, algunas empresas importaron yerba de Paraguay y Brasil para acceder a materia prima más barata.

El productor también advirtió por la pérdida de otras atribuciones del INYM, como el establecimiento de calendarios de cosecha y el control de calidad. Sin esas herramientas, dijo, los pequeños agricultores quedaron expuestos a prácticas que profundizan la brecha: “Si decidimos demorar la cosecha para esperar una mejora, la industria simplemente aguanta o trae yerba de Brasil o Paraguay”.

Impacto social y retroceso productivo en las chacras misioneras

Peterson describió un deterioro acelerado en la economía familiar rural tras la desregulación. Según su testimonio, el margen económico por kilo cayó de 300 pesos a apenas 80-100 pesos, mientras que los costos de insumos y servicios siguieron en aumento. Esto derivó en menor fertilización, reducción del mantenimiento y caída del rendimiento productivo.

También se observaron señales preocupantes en el mercado de tierras rurales: “Hasta el año pasado casi no había pequeñas propiedades a la venta. Ahora aparecen cada vez más, porque la actividad dejó de cerrar”, señaló.

La situación obligó a muchas familias a diversificar de manera forzada su subsistencia. “Sobrevivimos criando chanchos, gallinas, vacas para el consumo diario, y reduciendo los gastos al mínimo”, indicó. El productor comparó el momento actual con la desregulación de los años 90: “Hubo canje de yerba mate por mercadería y combustible, y a veces hasta debíamos ir a Brasil para conseguir productos básicos”.

Gestiones y respuesta del Gobierno nacional

Peterson comentó que representantes del sector viajaron a Buenos Aires para transmitir su preocupación, pero no encontraron margen para revisar la medida. “Fui a Buenos Aires, llevé mi tractor. Pero nos dijeron siempre lo mismo: la desregulación no se negocia”, relató.

El referente yerbatero consideró que la eliminación de las funciones del INYM colocó al sector en la situación “más débil en dos décadas”, tras años en los que las herramientas institucionales habían permitido avanzar en mejores condiciones económicas y laborales para el productor primario. “Cuando existía la grilla de costos y el precio mínimo, logramos cierto avance. Hoy estamos lejos de ese objetivo”, cerró.

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Productor yerbatero anticipa que no habrá safriña: precios bajos, pagos a plazos y crisis de ingresos

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Crisis en el sector yerbatero, el productor apostoleño Luis Andrusyszyn advierte que la safriña no se cosechará por falta de fondos y precios en caída

La cosecha 2024 de yerba mate dejó un saldo “económicamente nefasto”, según describe un productor de la zona sur de Misiones, afectado por precios muy por debajo de lo acordado, pagos que se extendieron hasta 180 días y un escenario de desfinanciamiento generalizado. La gravedad del cuadro anticipa una decisión inédita: hasta el 70% de los productores analiza no realizar la safriña, lo que podría impactar en toda la cadena yerbatera.

Precios por debajo del convenio, plazos extendidos y costos que no cierran

En diálogo con Economis, el productor apostoleño Luis Andrusyszyn sintetizó el problema: “El balance fue económicamente bastante nefasto. Se pagaron malos precios y hubo plazos de hasta 180 días. Muchos todavía no cobraron la cosecha anterior”.

El convenio sectorial había fijado valores de referencia de $305 por kilo de hoja verde, con la posibilidad de llegar a $320 como compensación. Sin embargo, según el testimonio, ocurrió lo contrario.

Muy pocos particulares pagaron los $305 durante un breve lapso. Los precios “hicieron efecto hacia abajo”, con registros que en otras zonas rurales cayeron hasta $180 por kilo. En la zona sur, la liquidación terminó entre $250 y $290, pero a plazos de 30, 60 y 90 días, lo que trasladó el costo financiero al productor.

El costo real de cosecha —considerando mano de obra, transporte e impuestos— osciló entre $330 y $340 “en blanco”. En el circuito informal, los valores rondaron los $80 a $90, aunque sin garantías laborales ni cumplimiento normativo.

“Si recibís cheques a 30, 60 y 90 días, el costo financiero lo paga el productor. Eso termina llevando el precio real a $250”, explicó.

La safriña en riesgo: falta de circulante y un consenso creciente para no cosechar

El impacto financiero se traduce ahora en una advertencia directa: “Hoy ya no conviene cosechar los yerbales. No hay dinero para hacer la safriña”, señaló Andrusyszyn.

La safriña —la cosecha de verano que complementa el ciclo anual— requiere desembolsos semanales inmediatos para pagar: jornales, fletes, carga y logística, combustibles y servicios.

Sin ingresos previos, muchos productores afirman no poder asumir esos costos.

Según el testimonio: Hasta el 70% del sector ya consensuó no realizar la safriña. Algunas empresas industriales decidieron que no recibirán hoja verde de terceros, sino solo de sus propios yerbales. La falta de circulante agrava la situación: “No hay dinero en la calle para afrontar los costos operativos”.

La decisión implicaría una reducción temporal del volumen disponible en 2025, con consecuencias en el abastecimiento, el empleo rural y los ingresos regionales.

Repercusiones para la economía misionera

La queja más reiterada del sector apunta al vacío normativo tras la eliminación del esquema de precios de referencia del INYM.

“Cuando estaba el instituto, había un precio base y se respetaba. También los plazos”, recordó el productor.

Sin una regulación que ordene precios, plazos y condiciones de pago, el mercado se volvió más volátil y desigual entre actores: algunas cooperativas pagaron $370 a $380 a socios. Otras industrias pagaron entre $280 y $305 a proveedores particulares. El resto del mercado quedó librado a negociaciones a la baja.

La posible suspensión de la safriña implicaría: menos actividad para cosecheros y fleteros, contracción en los ingresos rurales, menor flujo hacia secaderos y cooperativas, tensiones adicionales en la cadena de valor.

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Productores advierten: la desregulación hundió al sector yerbatero en Misiones

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Productores yerbateros de San Pedro reclaman reactivar el INYM y recuperar un precio justo. Reclaman cambios en el Instituto y denuncian pagos en cheques sin fondos.

La crisis del sector yerbatero sumó un nuevo capítulo con el reclamo de productores de la localidad de San Pedro, quienes advierten que la desregulación del mercado profundizó la desigualdad y dejó en una situación crítica a pequeños y medianos colonos. Desde la Asociación Civil Casa de la Familia Yerbatera, su referente Waldemar Schwider remarcó que el objetivo central es “recuperar el funcionamiento pleno del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), con autoridades designadas y un rumbo claro que defienda al productor”.

Desregulación y caída de ingresos

Los yerbateros apuntan a las consecuencias del vaciamiento institucional del INYM y la liberalización del mercado impulsada en los últimos años. Schwider advirtió que la desregulación “no fue la solución, sino que empeoró la situación de los colonos”. Según explicó, la eliminación de controles favoreció a grandes grupos económicos y dejó a los productores más chicos a merced de pagos diferidos, en muchos casos con cheques a 120, 180 o incluso 300 días.

“Mientras los insumos, el combustible y los alimentos deben pagarse al contado, a los productores nos pagan con diferidos que muchas veces no se pueden comercializar. En otros casos, incluso aparecen cheques sin fondos o con denuncias, lo que significa que se trabaja todo un año para terminar con papeles que no valen nada”, sostuvo.

El dirigente remarcó que, al cierre de la última cosecha, el precio en efectivo de la hoja verde rondó los $320 por kilo, mientras que algunos compradores ofrecían hasta $370, aunque en efectivo. Sin embargo, los pagos diferidos reducen drásticamente la rentabilidad: “Un precio de $150 o $180 a 90 días no nos deja nada”, aseguró.

El rol del INYM y la necesidad de reformas

El testimonio recogido en San Pedro también subraya la importancia de reactivar al Instituto Nacional de la Yerba Mate, al que los productores ven como herramienta central para equilibrar la cadena. “El INYM es indispensable, pero debe ser un organismo sano, con nuevas autoridades y una orientación clara hacia la defensa del pequeño y mediano productor”, explicó Schwider.

El dirigente criticó además que, en el pasado, el instituto favoreció a grandes plantadores, lo que incentivó la expansión de superficies en manos de capitales externos. “En San Pedro se plantaron miles de hectáreas de yerba por parte de gente que ni siquiera es del sector, y hoy eso repercute negativamente en toda la sociedad”, denunció.

Los yerbateros consideran que la solución no pasa únicamente por la designación de un presidente en el INYM, sino por un proceso más profundo de reconstrucción institucional: “Ahí recién va a empezar la verdadera lucha, porque hay que cambiar de raíz la forma en que se gestionó hasta ahora. Necesitamos dirigentes con credibilidad, que no se vendan por una moneda”, afirmó.

Hacia la reconstrucción de la confianza

La Casa de la Familia Yerbatera busca impulsar un movimiento de unión entre colonos, en un contexto marcado por la fragmentación interna y la pérdida de confianza. “El productor es reacio, pero si ve que quienes estamos al frente no tenemos intereses creados y realmente defendemos al sector, se va a volver a sumar”, señaló Schwider.

En paralelo, advierten que, sin cambios de fondo, el riesgo es la desaparición progresiva de los medianos productores, quienes hoy concentran las mayores inversiones en tecnología y fertilizantes. “Si no hay precio justo y reglas claras, el colono va a abandonar la actividad. Y eso no solo es un problema productivo: también es un problema social y económico para toda la región”, concluyó.

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Crisis yerbatera: productores autoconvocados exigen recuperación del INYM y llaman a unidad misionera

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En medio de una fuerte tensión en el sector yerbatero, productores autoconvocados de Misiones protagonizan una nueva movilización para reclamar la recuperación del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), tras denunciar abandono institucional, precios de hoja verde históricamente bajos y una grave crisis económica del sector. Luis Andrusyszyn, referente de la protesta, advirtió que la problemática no solo afecta a yerbateros, sino también a tareferos, comerciantes y toda la cadena productiva provincial, y convocó a una “unidad sin banderías políticas” para enfrentar lo que consideran “un intento de desmantelar” el instituto y favorecer a intereses extra provinciales.

La crisis yerbatera y la caída del INYM

La protesta surge tras meses de descontento entre los pequeños y medianos productores de yerba mate por la caída del precio de hoja verde, retrasos en los pagos y ausencia de una conducción clara en el INYM. Según Andrusyszyn, “nos pagan precios miserables” y “los plazos de pago llegan hasta 180 días”, generando una situación crítica similar a la crisis del sector de 2001.

En este marco, los productores señalan un agravante: la percepción de que decisiones políticas y económicas externas están debilitando al instituto, afectando la capacidad de negociación de los productores y abriendo el camino a grandes comercializadores. “Por capricho o intereses de algunos sectores extra provinciales dijeron hay que voltear el instituto así podemos hacer grandes negocios y matamos a los pequeños y medianos productores”, sostuvo Andrusyszyn.

El reclamo no se limita únicamente a la recuperación del INYM, sino también a la designación de una nueva conducción. “Queremos primer lugar que se nombre como corresponde un presidente”, enfatizó. En su denuncia pública, cuestionó la actuación del expresidente anterior y su falta de acompañamiento a los productores en gestiones ante el Gobierno nacional.

Repercusiones para la cadena productiva misionera

La crisis del sector yerbatero se proyecta con impacto directo en varios eslabones de la economía misionera. Según los autoconvocados, los precios actuales de hoja verde llevan a una “miseria productiva” que afecta a tareferos, pequeños productores, comercios y municipios. Andrusyszyn advirtió: “No solo nosotros estamos afectados, también el comercio, los municipios, porque no van a poder pagar impuestos… la cantidad de afectados va a ser enorme”.

La protesta plantea un escenario crítico: pérdida de empleo, cierre de productores medianos y pequeños, y una mayor concentración del mercado en manos de grandes actores. “Hay productores que desaparecieron, pasó en Corrientes, pasó en horticultura, pasa en otros rubros”, alertó. El dirigente remarcó además que esta crisis se traduce en desigualdad económica: el consumidor paga precios altos mientras el productor recibe una fracción mínima. “Hay alguien que se está quedando en el medio. Y el Gobierno nacional está apoyando a esa gente”, denunció.

Unidad y estrategia: el llamado a la acción de los productores autoconvocados

La movilización busca generar un frente común que supere diferencias políticas y personales. Andrusyszyn hizo un fuerte llamado a la “unidad misionera”: “Esto no es de un solo partido político, se trata de una problemática de todos los misioneros. Hay que dejar de lado el fanatismo político y sumar fuerzas”.

La estrategia planteada incluye reclamos legales y acciones públicas: “Hoy tenemos que recurrir a la justicia para hacerle entender que se están pasando leyes por arriba de los productores y ciudadanos”, sostuvo. El objetivo central, según el dirigente, es recuperar la conducción del INYM como paso inicial para garantizar precios justos y condiciones sostenibles para los productores de la provincia.

El líder de la protesta dejó un mensaje claro: “Acá hay que poner espalda con espalda y sacar las cosas como corresponde… después sí repartir las cosas. Antes no se puede hacer, porque termina perjudicando a la clase pequeña y mediana de los misioneros”.

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Hugo Sand: “La irresponsabilidad de Milei provocó un daño histórico al sector yerbatero”

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Productores yerbateros denuncian perjuicios millonarios por la desregulación y exigen respuestas al Gobierno. En un reclamo que tomó forma de abrazo simbólico, productores de distintas zonas de Misiones advirtieron que la desregulación del sector yerbatero generó pérdidas por más de $200.000 millones en un año.

Señalaron la “irresponsabilidad” del Gobierno nacional, la falta de representación de Corrientes y la complicidad del poder político y judicial en una situación que afecta directamente a pequeños productores y trabajadores rurales.

Reclamo frente a la desregulación del mercado

Durante una manifestación reciente, el histórico productor yerbatero Hugo Sand explicó la magnitud de la crisis que atraviesa el sector tras la eliminación de los mecanismos de regulación. “Estamos los productores del norte de la provincia, la zona de Andresito, San Pedro, del centro y del sur, además de delegados de asociaciones y obreros rurales tareferos. Estamos aquí para pedirle al presidente de la República, Javier Milei, que cese con el delito”, afirmó.

Sand recordó que la denuncia por incumplimiento de deberes de funcionario público ya fue presentada en Comodoro Py, pero cuestionó la falta de avances en el ámbito judicial. “¿La justicia va a dilatar cuarenta años más todavía?”, se preguntó, en referencia al estancamiento de la causa.

Pérdidas millonarias para el sector primario

Según los cálculos presentados por el productor, en el primer año de desregulación los yerbateros dejaron de percibir $200.000 millones. El dato surge de una producción de casi 1.000 millones de kilos de hoja verde: mientras el sector reclamaba $500 por kilo, el precio pagado fue de apenas $180.

“Dejamos de percibir $200 por kilo. Multiplicado por la producción total, son $200.000 millones que se le quitaron al sector primario”, detalló.

El problema se repite en la cosecha actual, que aún no tiene cifras finales, pero que muestra el mismo desfasaje de precios. “Es mucho dinero perdido por la irresponsabilidad de Javier Milei y del Gobierno de Corrientes, que tampoco manda su delegado a las reuniones. A esto se suma la mirada cómplice de diputados y senadores misioneros que avalaron sin discusión el problema yerbatero”, enfatizó Sand.

Un conflicto político, económico e institucional

La desregulación de la yerba mate no solo tiene un impacto económico directo sobre los productores y trabajadores rurales, sino que abre un debate político más amplio sobre la capacidad de las provincias para defender sectores estratégicos de su economía regional.

La ausencia de representación de Corrientes en las instancias de negociación, sumada a la falta de un marco de precios de referencia, coloca a los pequeños productores en una situación de vulnerabilidad frente a grandes operadores e industriales.

El reclamo de Sand y de los productores que participaron del abrazo simbólico apunta directamente a tres actores: El Gobierno nacional, al que responsabilizan por “la desregulación y el delito contra los productores”. La Justicia federal, a la que acusan de demorar indefinidamente causas que podrían reparar los perjuicios. Los legisladores nacionales por Misiones, señalados por su falta de defensa del sector en el Congreso.

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