El dólar condiciona el futuro de las Pymes

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Así lo grafica el informe Coyuntural: Primer semestre 2020 y perspectivas de la Fundación Observatorio PyME la recuperación del sector industrial depende de un efectivo control del tipo de cambio por parte del Gobierno nacional

Si el Gobierno logra controlar el tipo de cambio y evitar un salto violento del dólar, el 51% de las PyME industriales prevé recuperar el nivel de producción pre-pandemia en diciembre 2020 y el 33% durante el primer semestre de 2021. El restante 16% prevé alcanzarlo en el segundo semestre de 2021 y el primero de 2022, aunque algunos sectores manufactureros como autopartes y la industria del vidrio, cerámica y minerales no metálicos prevén recuperaciones más distantes.

Aun con las diferentes características estructurales y dinámicas, las previsiones de recuperación de las PyME de la Industria Manufacturera siguen el mismo ciclo que las PyME de Software y Servicios Informáticos.

El ciclo de recuperación del segmento de pequeñas y medianas empresas sigue, además, un patrón muy similar al observado en la economía mundial según los reportes del FMI, Banco Mundial y OECD, siempre que no ocurra un fuerte rebrote del COVID-19.

Si, por el contrario, ocurriera un salto devaluatorio antes de fines de año, el principal impacto será sobre el poder de compra del mercado interno y no sobre la balanza de comercial de las PyME. No habrá más exportaciones y tampoco mayor protección contra las ya muy deprimidas importaciones. Es decir, la devaluación de la moneda postergará el ritmo de recuperación de las PyME locales y alejará al país del patrón de recuperación mundial.

El resultado de las encuestas realizadas por FOP durante los meses de julio agosto muestra que mejoran las expectativas de reactivación para los próximos meses, pero que el grado de iliquidez de las empresas es máximo. Entre las PyME manufactureras se liquidan stocks de materias primas, a pesar del riesgo de devaluación que perciben todos los empresarios (y su potencial efecto sobre el ritmo de aumento de los precios). La profunda recesión y la necesidad de liquidez se observa también en la velocidad de entrega de los proveedores de estas PyME que aumentó drásticamente durante la pandemia (el indicador de FOP pasa de un nivel de 53 en abril a 64 en julio).

En un escenario de parcial recuperación de la economía internacional (ahora amenazada por un nuevo rebrote del COVID-19), los rasgos más destacados de la actual coyuntura de las PyME argentinas son tres:

  1. A partir del piso de la recesión observado en el segundo trimestre del año, comenzó a recuperarse la confianza de las PyME de todos los tamaños, sectores y regiones del país. Está aumentando la cartera de pedidos y en algunas actividades el ritmo previsto de recuperación es muy importante: software y servicios informáticos, madera y muebles, aparatos eléctricos y electrónicos y alimentos y bebidas. Es probable que el año para las PyME cierre con una caída de la producción inferior al estimado para el conjunto de la economía que ronda el 10-12%.
  2. Actualmente, el problema con mayor difusión entre las PyME manufactureras es el incremento de los precios de las materias primas (afecta al 68% de las empresas), que desplazó del primer lugar al problema de la caída de las ventas (afecta al 57% de las empresas). En tercer lugar de difusión, pero muy cercano a la caída de las ventas, se sitúa el retraso en el pago de los clientes (55%). El incremento de los precios de las materias primas se explica, en buena parte, por el ritmo de devaluación del peso.
  3. Se amplió la diferencia de desempeño entre las pequeñas empresas (10-50 ocupados) y las medianas (50-250 ocupados) que se viene observando desde hace ya prácticamente un quinquenio en el sector industrial. En el segundo trimestre del año la caída interanual de la producción de las firmas pequeñas fue del 30,5% mientras que la caída en las medianas fue del 9%. Las discrepancias entre ambos grupos en el ritmo de producción fueron acompañadas con diferencias en la dinámica del empleo: entre las pequeñas la ocupación cayó 5% en términos interanuales, mientras que entre las medianas se mantuvo prácticamente constante (+0,5%).
    El programa de asistencia del Gobierno “ATP”, créditos blandos al 24% y algunas otras medidas (laborales, fiscales y financieras), aunque están disponibles para todos los tamaños de empresas, parece que impactan más entre las empresas medianas que entre las empresas de menor tamaño. En tal sentido, es probable que la “Moratoria ampliada 2020” también muestre este patrón de impacto sobre el segmento PyME.
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CAME pide que los aumentos sean “diferenciales por región, tamaño y tipo de empresa”

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Mientras la UIA apoya la medida para el sector privado pero piden financiamiento, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa manifestó preocupación sobre “enfrentar más costos cuando ya la rentabilidad y competitividad están comprometidas desde hace meses”.

La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) reconoció hoy la “necesidad de una recomposición salarial” para la reactivación del consumo, aunque solicitó que los aumentos sean “diferenciales por región, tamaño y tipo de empresa”.

“CAME reconoce la necesidad de una recomposición salarial, fundamental para que se reactive el consumo, aunque solicita que los aumentos sean diferenciales por región, tamaño y tipo de empresa, porque hay sectores más afectados por la crisis”, indicó la entidad en un comunicado.

Según la organización patronal, en base a declaraciones de empresarios, la “mayoría de las pymes estamos pagando dos cuotas del bono de $5.000 -que eran cinco cuotas de $1.000- y ahora el decreto establece un incremento salarial de $3.000 más y $1.000 extras en febrero, y a todo esto hay que sumarle también los compromisos anteriores de paritarias”.

En este sentido, la CAME consideró que “los incrementos determinados por el gobierno deberían ser absorbidos no sólo para ‘futuras negociaciones paritarias’ sino también en las escalas vigentes atentos a la coyuntura actual, porque a las pequeñas y medianas empresas les preocupa enfrentar más costos cuando ya la rentabilidad y competitividad están comprometidas desde hace meses”.

El vicepresidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, se refirió al anuncio del gobierno y adelantó que no los tomó por sorpresa. “Ya era previsible porque en la ley de Emergencia Económica esto estaba contemplado. La posibilidad de recurrir a una medida de caracter excepcional, y digo excepcional porque la lógica en el sector industrial es la paritaria y sobre todo apuntando a los ingresos mínimos”.

“Era previsible, lo cual no implica que estamos analizando el impacto. En la industria hay entre 800 y 1000 convenios colectivos, al haberse puesto esta suma que es un salario solidario, una suma de caracter especial, hay convenios en los que se dieron aumentos en diciembre o tienen pautados incrementos para el futuro, (y estamos viendo) cómo juega uno contra el otro, estamos pidiendo a las cámaras que nos den la información”, señaló el dirigente industrial al programa “Sábado tempranísimo” de radio Mitre.

“Filosóficamente estamos de acuerdo. La intención es buena, ahora vamos a ver cómo aplica, a los efectos de ver si necesitamos alguna aclaración o precisión”, continuó el presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), Daniel Funes de Rioja.

Y aclaró cuáles fueron los requisitos que le llevaron al Gobierno antes del anuncio del viernes. “Planteamos tres cosas: debía ser no remunerativa y lo hicieron remunerativo, pero como aclaró el ministro (de Trabajo, Claudio Moroni) esto no influye sobre los adicionales. En segundo lugar, está el tema de qué implica como cargas sociales salvo para las Pymes que tengan el certificado Mi Pyme, si no hay que computar la parte de cargas al monto”, agregó Funes de Rioja.

Y tras apoyar la iniciativa, pidió una tasa especial para los pequeños empresarios. “¿Cómo se financia esto en un país que no tiene acceso al crédito, la tasas de interés son muy altas, las pymes y economías regionales están bajo una muy fuerte presión? Le planteamos al ministro de Desarrollo Productivo (Matías Kulfas) la necesidad de encontrar, y esperemos que en estos días se pueda anunciar, algún tipo de financiamiento especial a tasas blandas para pagar esto. Porque lo que queremos es que cuando se establezcan este tipo de sumas como pasó en 2002, 2003, que haya también la posibilidad de pagarlo, y que el empresario no quede en off side y el trabajador no lo reciba. Lo concreto hoy es que no hay financiamiento”.

Por otro lado, el dirigente de la UIA se refirió a la situación de trabajadores rurales y el personal doméstico. “Tienen regímenes especiales; en los dos casos hay consejos sectoriales que actúan como paritarias y que producen la adaptación de acuerdo al perfil de la actividad. Hay que combinar la necesidad de cubrir la cuestión alimentaria y la posibilidad de que los empleadores puedan pagarlo”.

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Aumentó la producción de las pymes industriales en marzo, según CAME

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La producción de las pymes industriales creció en marzo 3,6% interanual y entró en su noveno mes consecutivo de alza, informó hoy la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Los datos surgen de la Encuesta Mensual Industrial realizada por CAME entre 250 industrias pymes. El progreso interanual alcanzó este mes al 48,7% de las industrias, cuando en febrero creció el 42%, recuperando así terreno después de un buen diciembre y enero que había perdido vigor en el segundo mes del año, indicó la entidad en el comunicado.
En las cifras generales, la medición de CAME arrojó un incremento de 2,9% para el primer trimestre de 2018. En ese marco, el 54% de las firmas consultadas cerró con rentabilidad positiva mientras que otro 30,9% tuvo nulo beneficio y solo un 15,2% de los empresarios declaró rendimiento negativo.
En rubros como “Producción de minerales no metálicos” y “Productos eléctrico-mecánicos e informática” más del 70% de las industrias aumentaron en la comparación anual. A su vez, la proporción de firmas en baja se mantuvo en el 32,5%, mientras que el 18,8% siguió sin cambios.
Como dato negativo, el 75% de los empresarios opinó que no es un buen momento para invertir, en parte justificado porque el uso de la capacidad instalada todavía es bajo, del orden del 64,3%.
Según el informe, la mayoría de las pymes consultadas “considera que el actual no es un buen momento para nuevos proyectos, un poco por la incertidumbre sobre precios, costos y tipo de cambio, y otro porque el desarrollo no termina de afianzarse. Aun así, el 40% tiene planes de inversión para el año y otro 20% lo está evaluando”.
“El problema es la falta de líneas de financiamiento a tasas convenientes, como las que se daban dentro de los créditos productivos que fueron eliminados”, concluyó CAME.

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CAME destaca el esfuerzo de las Pymes por sostener el empleo

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“Mientras que la PyME preserva los recursos humanos, las grandes compañías prescinden de 600 operarios cuando el negocio les va mal”, señaló el presidente de CAME, Fabián Tarrío, en referencia al cierre de la planta PepsiCo.

Las pequeñas y medianas empresas siempre hacen un esfuerzo extra por retener al personal y al emprendimiento aún en momentos de crisis. En primer lugar porque es su propia fuente de trabajo y al tener pocos empleados la cercanía con el trabajador genera un entorno familiar, además invierte mucho dinero en su capacitación y porque los altos costos y el temor a litigios hacen que esta opción sea la última.

“Desde CAME lamentamos la actitud de las empresas multinacionales que dejan en la calle a sus operarios. La PyME siempre lucha, se reinventa y piensa en la responsabilidad de las familias que sobrelleva”, enfatizó Tarrío.

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La producción de las pymes industriales cayó 3,8% en abril, dijo CAME

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Según un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la producción de las pymes industriales cayó 3,8% interanual en abril, con un comportamiento dispar de los sectores, y retrocedió 1,2% ante marzo.

Las ramas que mostraron mejoras en la comparación anual fueron material de transporte (22,5%), y alimentos y bebidas (6,5%).

En cambio, siguieron en descenso muy fuerte Papel, cartón, edición e impresión (-12,3%), Calzado y marroquinería (-14,6%), minerales no metálicos (-15,5%), productos de metal, maquinaria y equipo (-12,5%), y productos de caucho y plástico (-9,8%).

“La crisis en Brasil no ayuda y el mercado interno que sigue apagado tampoco”, señaló el presidente de CAME, Fabián Tarrío.

“Como dato positivo sólo 16% de las industrias espera que la producción siga cayendo en los próximos meses y el 49% tiene planeado realizar nuevas inversiones o está evaluando la posibilidad”, agregó.

El Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) alcanzó un valor de 87,4 puntos en el mes y acumula una caída de 3,4% anual en el primer cuatrimestre del 2017, según los datos que surgen de la Encuesta Mensual Industrial realizada por CAME.

Por otra parte, creció la cantidad de industrias con planes de inversión para el año: si en marzo sólo el 18% tenían proyectos para invertir, en abril eran el 31%, y otro 18% lo está evaluando.

Asimismo, la encuesta constató una mejora de las expectativas: el 40% de las empresas cree que la producción de su empresa aumentará en los próximos meses (29% en marzo), mientras otro 44% cree que se mantendrá estable (54% en marzo), y un 16% espera que continúe en descenso (17% en marzo).

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