Empresarios de la India ven a Paraguay como un hub regional para energías renovables

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El ministro de Industria y Comercio de Paraguay, Javier Giménez, recibió a una delegación empresarial de India que busca explorar oportunidades de inversión en energías alternativas en el vecino país.

Los integrantes de la comitiva expresaron su interés en posicionar al país como un “hub” de energías renovables en la región, con proyectos enfocados en biocombustibles, hidrógeno y energía solar. Evalúan inversiones que podrían impulsar la economía y fortalecer el liderazgo paraguayo en el sector energético. La delegación fue encabezada por el embajador de Paraguay en India, Fleming Duarte.

Al concluir la reunión, los empresarios resaltaron que Praj Industries, empresa reconocida en el ámbito de los biocombustibles, jugará un papel crucial en ayudar a pequeños productores a diversificar sus cultivos y mejorar sus ingresos.

Los inversionistas señalaron que Paraguay se perfila como un líder potencial en la producción de combustibles innovadores para la aviación sostenible, utilizando etanol para responder a la creciente demanda internacional.

Además, discutieron una posible colaboración con la Alianza Solar Internacional para desarrollar parques solares en el país.

Shishir Joshipura, CEO y Director General de Praj Industries, manifestó su entusiasmo por las oportunidades de cooperación entre India y Paraguay. Subrayó el potencial de Paraguay en el sector del hidrógeno y la energía solar, destacando la disponibilidad de grandes extensiones de tierra y los recursos agrícolas del país.

Joshipura destacó que Paraguay tiene “una oportunidad única para posicionarse como líder en soluciones de biocombustibles a nivel global”.

Por su parte, Rohan Pingale, gerente regional de Praj Industries, señaló que este es un momento clave para que el país aproveche sus recursos, especialmente en el Chaco. Afirmó que la empresa está en condiciones de suministrar los materiales necesarios para garantizar la sostenibilidad de los proyectos a largo plazo.

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Omisiones, falsedades y tergiversaciones de las energías eólicas y solares

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Tuvo algo o bastante difusión, en un medio informativo económico y en publicaciones “especializadas” (más bien vinculadas a los intereses que fomentan las “renovables sesgadas” eólicas y solares), la opinión del Director del Consejo Global de Energía Eólica (GWEC, por sus siglas en inglés), Ramón Fiestas. 

Con cierta sutileza, la información que pretende instalarse, es la condicionada afirmación, según la cual la energía eólica “permitiría” a Argentina economizar 7.000 millones de dólares en cinco años. Comentario no fundamentado, pues nada dice de dónde saca esa cifra de supuestos “beneficios” para Argentina, pero con connotaciones fuertemente efectistas, como para que sea reproducido por otros operadores vinculados al tema, así como por las huestes de “progresías” embelezadas por el tema “energéticamente correcto”, pero que son militantes ultra ecologistas carentes de toda fundamentación técnica en el especializado tema de la Energía. 

Para comenzar un análisis serio y bien fundamentado, debe entenderse que esa no es una opinión neutra ni objetiva, pues la institución transnacional del opinante, así como su “vinculada por los mismos intereses”, la Cámara Eólica Argentina, son entes con fuertes motivaciones económicas y de políticas energéticas concretas en el tema que promocionan. O sea, cero de objetividad, pues lucran y sacan ventajas con la promoción a ultranza de ese tipo de energía “renovable sesgada”. Dicho en castizo popular, es como poner al zorro a cuidar el gallinero. 

¿De donde saca, el promotor “experto”, ese dato de “ahorro” de 7.000 millones de dólares? Porque si calcula el teórico reemplazo de hidrocarburos importados, supuestamente reemplazados por energía eólica, el dato “hace agua” ante elementales análisis. Para empezar, con el petróleo y/o el gas, utilizadas en usinas Termoeléctricas, se genera Energía Firme, de Base, libre de intermitencias, tal como sucede con las generadoras Hidroeléctricas y Nucleares. Pero la eólica y la solar, por sus insalvables intermitencias (pues el ser humano no controla los vientos ni el sol), son simples Energías Complementarias, que no reemplazan a las Energías de Base. 

Por otra parte, los rendimientos efectivos y concretos (más allá de los “versos” de sus promotores y los ultra ecologistas), de las energías eólica y solar, son muy bajos, mucho menores que las probadas y efectivas Generadoras de Base Hidroeléctricas, Nucleares y Termoeléctricas. 

El supuesto “experto” en eólicas, omite que gracias a Vaca Muerta y los nuevos y/o remozados gasoductos, en el año 2024 está previsto que de importadores crónicos de hidrocarburos y de electricidad, pasaremos a ser autosuficientes e incluso exportadores. O sea, cero ahorros de divisas, por la intermitente y de poca calidad energía eólica, que teóricamente se produciría. Más bien debería exponer cuantas divisas se gastarán en importar los costosos generadores eólicos, así como los paneles solares. ¡Pero como pasaba en “temas pecaminosos” entre “gente bien”, “de eso no se habla”! 

¿Y como llega a ese teórico monto de supuesto “ahorro”, si la intermitente energía eólica, de hecho debería valer mucho menos por kWh, que las energías firmes, aptas como Bases del sistema, como la termoeléctrica producida por el hoy abundante gas natural nacional? El citado y nada neutro promotor de eólicas, con ropaje de experto, nada dice acerca de la nula confiabilidad técnica de la energía eólica, que por sus intermitencias no garantiza en absoluto Potencia Firme, ni tampoco cita los costosos e imprescindibles apoyos de generadoras de Base, operando como Respaldos Operativos en Caliente (o sea generando, gastando y según el tipo de central, contaminando), para cubrir las oscilaciones en el voltaje y eventuales apagones, consecuencias de los impredecibles e inmanejables vientos, igual que sucede con las solares. 

Todos esos costos económicos y ambientales, consecuencias de las usinas de respaldo, deberían computarse como costos de las eólicas, y en su caso de las solares, pero no se los calcula como tales. 

Otros costos, muy significativos y voluminosos, que los “expertos” en eólicas y solares, nunca computan como costos vinculados directamente con esas “renovables sesgadas”, son los que resultan de las onerosas ampliaciones de los Sistemas de Transmisión, adicionales a los existentes, que deben reforzarse para permitir las interconexiones de los parques eólicos y solares, que en muchos casos están muy alejados de los grandes nodos de consumo. 

Claro que, si ya con sus costos directos de instalaciones, operaciones y desguaces finales, las eólicas y solares no son nada competitivas, menos aun lo son, al agregarse los descomunales costos en costosas infraestructuras adicionales de Transmisión. Sistemas de Transmisión que deben sobredimensionarse, para soportar eventuales picos de generación, que no compensan los frecuentes “baches” que las intermitencias crónicas de eólicas y solares provocan. 

Claramente, por ser “inconvenientes” esos costos asociados a eólicas y solares, se omiten y se forza computarlos a otros tipos de usinas. También, otros datos que parecen guardados bajo siete llaves, son los reales costos por kWh, de eólicas y solares, pues con esos datos, claramente se “desinflaría” el entusiasmo de ultra ecologistas y de decisores políticos no expertos en el tema y muy mal informados. 

El concepto que es la piedra basal del engaño masivo sobre el cual se presionan a ultranza las masivas instalaciones de eólicas y solares, es que resulta harto discutible que sean “energías limpias”, pues sus costos ambientales -que llegan a ser considerables- se omiten cuidadosamente que se divulguen. 

Las fuertes protestas de pobladores -en Gran Bretaña y España, entre otros- , oponiéndose a las instalaciones de gigantescos molinos eólicos, por los múltiples y serios problemas que ocasionan en sus entornos, nunca son registrados por los grandes medios de comunicación, ni mucho menos, considerados por los “expertos” que operan como promotores de esas energías…y de sus negocios conexos. 

Los molinos eólicos, literalmente destrozan el valor de las propiedades en que se asientan, no solo a consecuencia de ruidos molestos, sino por las amplias zonas de terrenos contiguos, en los que se debe restringir toda actividad humana y animal, por los riesgos que implican potenciales accidentes (que ocurrieron), ante desprendimientos de piezas o de bloques de hielo, transformados en peligrosos proyectiles que suelen caer en sus entornos. También están los riesgos muy concretos, ante periódicas operaciones de mantenimiento y reparaciones, que deben hacerse a grandes alturas, lo que provocó siniestros, que “se omiten” en los grandes medios de comunicación. 

Los paneles solares, cuando se instalan en zonas de mucha vegetación natural (como en el NEA de Argentina, y en especial en Misiones), obligan a tareas de desmonte y destrucción de vegetación autóctona, lo cual es la antítesis del “conservacionismo ambiental” que predican… Y, casi como una obviedad, los promotores de “ventiladores” eólicos y de “espejitos de colores” solares, omiten toda consideración acerca de como y a costa de quien, se dispondrá de los equipos, que al cabo de sus cortas vidas útiles, deberán desguazarse para evitar que se transformen en costosas y molestas chatarras de lujo. 

Repitamos el concepto ya expuesto y fundamentado en varios precedentes artículos. La pretendida “obligatoriedad” de instalar las falsas “grandes soluciones” energéticas y ambientales eólicas y solares, es en los hechos una herramienta del neocolonialismo, impulsado desde el núcleo del Bloque Atlantista, para impedir el necesario desarrollo socio económico de Íbero América y de África, en cuyo contexto seguiríamos siendo dóciles proveedores de materias primas, con nuestros pueblos sumidos en la miseria y el subdesarrollo crónicos. 

Ese contexto de energías caras y de baja calidad, más el agregado de neoliberalismo extremo (de Estado enanizado o destrozado, falta total de protecciones aduaneras para nuestra industria, destrucción de entes tecnológicos nacionales, y desprotección social extrema) propuestos por sectores ultra conservadores y apátridas), forman el combo perfecto para mantenernos atados al subdesarrollo crónico. Para desarrollarnos, necesitamos contar con abundante y económica energía de calidad, en particular Energía Eléctrica de Base, para lo cual es imprescindible ampliar nuestro parque de generación con usinas hidroeléctricas, nucleares y termoeléctricas, las dos primeras de conocidos muy bajos o nulos impactos ambientales, realidad que los promotores a ultranza de eólicas y solares, ocultan cuidadosamente. 

MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ, Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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Se sumaron más de 173 MW renovables al sistema eléctrico de Argentina en el segundo trimestre del año

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En este período se inauguraron siete proyectos de fuentes renovables a gran escala en cuatro provincias.

Gracias a la habilitación comercial de siete proyectos de fuentes renovables a gran escala en los meses de abril, mayo y junio, pudieron añadirse 173,12 MW de potencia instalada al Sistema Argentino de Interconexión (SADI), continuando con el avance del sector en el país.

En el segundo trimestre del año se habilitaron dos parques eólicos en la provincia de Buenos Aires, dos solares fotovoltaicos en Córdoba y otros dos en San Juan, además de una central térmica a biogás de relleno sanitario en Santa Fe.

En detalle, los flamantes proyectos son:

  • Parque Solar Zonda I en San Juan, que aportó 68,11 MW de capacidad
  • Parque Solar Zonda I-B sumó 31,89 MW en San Juan
  • Parque Eólico Pampa Energía III se incorporó en la provincia de Buenos Aires y añadió 27 MW
  • Parque Eólico El Mataco III agregó 18 MW en PBA
  • Parque Solar Cura Brochero aportó 17 MW al sistema de Córdoba
  • Parque Solar Cura Brochero –Ampliación adicionó 8 MW en territorio cordobés,
  • Central Térmica a Biogás de Relleno Sanitario San Martín Norte III D I entró en operación con 3,12 MW en la provincia de Santa Fe.

A fines del segundo trimestre del año, Argentina contaba con 202 proyectos operativos que suman más de 5 GW de potencia (5. 393 MW) a la matriz energética, permitiendo abastecer la demanda eléctrica de más de 5,8 millones de hogares.

Según datos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (CAMMESA) en el mes de abril, el 14,8% de la demanda eléctrica se abasteció por fuentes renovables, con 1.488,2 GWh de energía generada, mientras que en mayo el abastecimiento promedio fue de 13,8%, con generación de 1.493,5 GWh. Junio, por su parte, cerró con un 13% de abastecimiento renovable, con 1.567,8 GWh generados.

Además, la Secretaría de Energía, a través de la Resolución N° 36 del 31 de enero de 2023, había dispuesto la Convocatoria Abierta Nacional e Internacional “RenMDI” para celebrar Contratos de Abastecimiento de Energía Eléctrica Renovable con la CAMMESA. Los nuevos contratos implicarán la incorporación de 620 MW con el objetivo principal de sustituir generación forzada y diversificar la matriz energética.

El 27 de abril se realizó la presentación de ofertas de esta convocatoria y la primera apertura de ofertas técnicas para la licitación, en la que se recibieron más de 200 proyectos, con 2.000 millones de dólares en propuestas de inversión.

La adjudicación las ofertas de RenMDI se realizó mediante la Resolución 609/2023, publicada el 20 de julio en el Boletín Oficial de la República Argentina.

Fuente Energía Estratégica

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China necesita adoptar políticas verdes en nuevos proyectos

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Escribe Rebecca Ray en Dialogo Chino – El giro de China hacia la energía verde en América Latina es una buena noticia. Pero el “cómo” es tan importante como el “qué”

Con la noticia de que Honduras ha establecido relaciones diplomáticas con China — y de que esta a su vez aceptó financiar la ampliación del complejo hidroeléctrico hondureño de Patuca — es momento para reflexionar sobre el cambio en la financiación china para el desarrollo de América Latina y el Caribe. 

¿China volverá a su papel anterior a la pandemia como principal financiador de estatales petroleras como la brasileña Petrobras? ¿O cumplirá su compromiso de promover la energía verde en el extranjero? Y lo que es igual de importante, ¿los acreedores chinos pondrán en práctica las nuevas políticas verdes de Beijing para la gestión de sus inversiones en el extranjero?

Al considerar los préstamos de China en América Latina y el Caribe, dos grandes instituciones financieras de desarrollo ocupan un lugar central: el Banco de Desarrollo de China y el Banco de Exportaciones e Importaciones de China. Hace una década, el apoyo de estas instituciones a la región alcanzó niveles que rivalizaban con las del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, pero durante la pandemia de Covid-19 esa financiación se redujo a cero

Dos años después, la financiación china a América Latina y el Caribe está resurgiendo y posiblemente cambiando hacia nuevos sectores. Mientras que los primeros préstamos chinos se concentraban en grandes montos y líneas de crédito para petroleras, la nueva financiación en curso está enfocada en préstamos más cortos y centrados en proyectos específicos.

No cabe duda de que es alentador que los préstamos chinos para América Latina y el Caribe se alejen de los combustibles fósiles y caminen hacia sectores más preocupados con el clima. Ya se fueron los años de las líneas de crédito de diez dígitos para las compañías petroleras. En su lugar están surgiendo proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático. De hecho, dos de los tres nuevos compromisos de financiación anunciados por China en 2022 se refieren a la adaptación al clima: son proyectos para reforzar las carreteras costeras en Barbados y Guyana. Mientras tanto, los préstamos que se están negociando este año incluyen la ampliación de dos grandes proyectos de energías renovables: el parque solar de Cauchari, en el norte de Argentina, y el complejo hidroeléctrico de Patuca, en Honduras. 

Sin embargo, para que lo “barato” salga “bueno y bonito”, los proyectos financiados por China también tendrán que tener en cuenta los riesgos medioambientales y sociales locales, además de los globales. En otras palabras, cómo se planifican y gestionan los proyectos es tan importante para la sostenibilidad como qué tipo de proyecto se planifica. 

Una instalación de energía verde mal planificada puede provocar daños ecológicos considerables y conflictos sociales. El proyecto hidroeléctrico de Agua Zarca en Honduras, abandonado por la empresa china Sinohydro en medio de un conflicto medioambiental, es un claro ejemplo de la importancia de la gestión de riesgos medioambientales y sociales. Además, casi la mitad de las emisiones de carbono de América Latina y el Caribe proceden de cambios en el uso del suelo, como la deforestación tropical. La gestión de los impactos ambientales en bosques y otros ecosistemas, bien como en las comunidades que esos ecosistemas sustentan, es una parte indispensable de la mitigación del cambio climático en la región.

Cumpliendo las políticas verdes

Las nuevas directrices de sostenibilidad anunciadas por Beijing, además de los compromisos ambientales en toda América Latina y el Caribe, han demostrado que los líderes globales comprenden cada vez más el papel de la gestión de riesgos medioambientales y sociales para el éxito de los proyectos — así como la protección de ecosistemas y comunidades. 

En 2021 y 2022, las nuevas orientaciones verdes del gobierno chino incluyeron cambios para inversionistas y para el sector de construcción civil, además de directrices exclusivas para que los inversionistas desarrollen mecanismos transparentes para recibir y resolver reclamos. 

También se han producido cambios significativos en América Latina y el Caribe. La región reconoce la importancia de mantener ecosistemas sanos para la vida de las comunidades indígenas y tradicionales, y han acogido los derechos de estos grupos a través de acuerdos de las Naciones Unidas y del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El Acuerdo de Escazú también representa un gran avance en el tema, ya que es un tratado regional que se compromete con la transparencia, la participación de las partes interesadas y el acceso a la justicia en cuestiones medioambientales relacionadas con el desarrollo de nuevos proyectos. 

Muchas de estas directrices y compromisos se adoptaron durante la pandemia de Covid-19, cuando la financiación de nuevos proyectos se estaba acabando. Pero ahora que los proyectos vuelven a empezar, China, América Latina y el Caribe tienen la oportunidad de renovar su relación financiera, basada ahora en principios y compromisos de desarrollo sostenible. 

En Brasil, por ejemplo, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha prometido políticas medioambientales firmes en su nuevo gobierno, mientras que su homólogo chino, Xi Jinping, defiende una “civilización ecológica” como eje de desarrollo. Ambos se iban a reunir hace unos días en Beijing — un encuentro esperado por muchos en busca de señales sobre el estado de la relación de China con América Latina —, pero Lula pospuso su visita por cuestiones de salud. 

Los dos proyectos de gran escala que aún se discuten — la posible ampliación del parque solar de Cauchari y la central hidroeléctrica de Patuca — son oportunidades importantes para poner en práctica estos nuevos compromisos. Ambos proyectos tienen potencial para contribuir significativamente a la reducción de las emisiones regionales de carbono. Sin embargo, a nivel local, cada uno de ellos también tiene riesgos medioambientales y sociales a lo largo de sus etapas de operación. Las coordinaciones de los proyectos pueden anticiparse a los posibles impactos medioambientales y sociales por medio de tres categorías de territorios sensibles: áreas protegidas nacionales, tierras indígenas y hábitats críticos para la biodiversidad. Por ejemplo, el parque solar de Cauchari, en su tamaño actual, ya se encuentra dentro de los tres tipos de territorio sensible, mientras que Patuca está situada río arriba de los tres tipos de zonas — un punto crucial para cualquier represa.

No cabe duda de que los proyectos no son necesariamente imprudentes por su mera proximidad a territorios sensibles, pero su ubicación indica la necesidad de una mayor gestión medioambiental y conciencia sobre los posibles riesgos. Por supuesto, estas categorías de territorios sensibles no abarcan todos los riesgos posibles, pero sus definiciones globales permiten hacer comparaciones entre países.

Hay tres factores fundamentales para la gestión de riesgos ambientales y sociales en los proyectos de infraestructura: evaluaciones de impacto ambiental (EIAs) exhaustivas, participación significativa de las partes interesadas y compromiso de transparencia a lo largo de todo el proyecto. Si sólo estos dos proyectos chinos (el de Argentina y Honduras) se financian este año, será crucial que los bancos y contratistas chinos se aseguren de que las EIAs sean exhaustivas, que las consultas a los indígenas incluyan a comunidades locales y cercanas, y que todo el proceso sea transparente. Siguiendo estos tres pasos, las empresas chinas pueden asegurarse de que están cumpliendo las nuevas políticas verdes de financiación, construcción e inversión de China, así como los compromisos de los países latinoamericanos en virtud del Convenio 169 de la OIT y el Acuerdo de Escazú. 

Si China sienta un precedente basando sus decisiones para estos dos proyectos en sus nuevas directrices ecológicas, su giro hacia la energía verde será una poderosa fuerza para el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe.

Rebecca Ray es becaria postdoctoral de la Iniciativa de Gobernanza Económica Global del Centro de Políticas de Desarrollo Global de la Universidad de Boston

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Eólicas y solares no aportan potencia firme: solo son energías intermitentes, complementarias

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Así como los no especialistas en Energía, no suelen tener en claro las diferencias entre Potencia Instalada y la Generación, ni menos aun ciertas sutilezas técnicas, como Potencia Firme o Potencia Nominal; similar desconocimiento existe respecto al verdadero rol que técnicamente pueden cumplir las energías “renovables sesgadas” eólicas y solares, a las que les suelen suponer capacidades técnicas que no poseen. 

Llamo “renovables sesgadas” a eólicas y solares, pues amañadamente en las leyes que en Argentina las definen, se excluyó a las hidroeléctricas de mediana y gran potencia, pese a que técnicamente son también, sin duda, renovables, todas las generadoras hidroeléctricas. 

Se puede entender -y respetar- que un intendente u otros funcionarios no manejen con precisión esos conceptos, pero se supone que el Ministro de Energía de Misiones y sus colaboradores, deberían asesorar con precisión, acerca de esas sutilezas técnicas, para evitar comentarios erróneos y que se generen falsas expectativas. 

Esas “imprecisiones técnicas”, por errores u omisiones asignan a la energía solar cualidades de las que adolece no poseer, como por caso no aportan Potencia Firme, pues su generación es aleatoria y solo de día; además de otras muy desafortunadas afirmaciones (como dar por sentado que con el hidrógeno – en su faz experimental-, se supliría la carencia del gasoducto, lo cual es una aberración técnica y un disparate económico), están marcando el discutible accionar del citado ministerio. 

Menos mal que el Gobernador corrigió la errónea opinión, y públicamente reclamó por la construcción del gasoducto a Misiones. Ya al comienzo de su gestión, al instalarse el primer conjunto de “espejitos de colores” solares, el por entonces nuevo ministro demostró desconocer la historia del Sector Eléctrico de Misiones, pues afirmó que esa instalación solar marcaría el comienzo de la utilización de energías renovables en Misiones; afirmación osada que evidencia dos posibles causas de semejante grueso error. O está “en línea” con el discurso falaz de los promotores a ultranza de eólicas y solares, que excluyen de las “renovables” a las generadoras hidroeléctricas; u opinó omitiendo la larga historia de utilización de la energía hidroeléctrica en Misiones. 

La historia de la utilización en Misiones de la energía hidroeléctrica, incluye jalones notables, como la pequeña usina de una conocida familia yerbatera del entorno de Apóstoles, hace cerca de un siglo atrás; otra hidroeléctrica situada al borde del ejido urbano de Wanda, construida y utilizada desde la pasada década del ’60; después el inconcluso Complejo Hidroeléctrico Saltito, instalado entre las décadas del ’70 y ’80, en Dos De Mayo, del cual su alma mater fue mi amigo el incansable pionero don Alejandro Orloff; de efímeras vidas útiles, por su muy escasas potencias y mínimas producciones de energía, las microcentrales hidroeléctricas en los años ’80 y ‘90, en las que intervino la propia Facultad en la que se graduó el citado ministro; y por supuesto, el muy relevante rol de la Hidroeléctrica Urugua-Í, la cual nos libró del costoso monopolio de la generación termoeléctrica y sus devoradoras de combustible líquido, la misma que nos permitió no sufrir el corte masivo de electricidad en 2019, el cual fue motivado por la pésima gestión del gobierno neoliberal nacional, que no invirtió en el imprescindible mantenimiento de los Sistemas de Transmisión; también de mucho antes cabe citar la utilización en Misiones, de la energía provista por Acaray (de Paraguay), y varios años después, por Yacyretá, gracias a la demorada interconexión con el Sistema Interconectado Nacional. 

La breve síntesis precedente, demuestra que es de muy larga data la utilización de energía hidroeléctrica en Misiones, y que pese al dogmatismo anti hidroeléctrico de los intereses vinculados con eólicas y solares, la hidroeléctrica es energía renovable. ¿Cómo pudo omitir todo eso el joven Ministro de Energía? 

Entre las muchas confusiones y desaciertos conceptuales y técnicos, que marcaron las expresiones públicas del Ministro de Energía de Misiones, cabe agregar las expresiones del intendente de Bernardo de Irigoyen, quien afirmó que el parque solar de cinco hectáreas, a instalarse en 2023, aportará 2,5 MW de Potencia, lo cual representaría el 70 % de la demanda actual de ese municipio y su entorno, según expresiones del citado intendente reproducidas en medios provinciales. 

En el reportaje, parece mezclar Potencia con Energía, pero además evidencia partir del supuesto que el pequeño parque solar, le dará Potencia Firme, lo que es falso, pues las solares tienen insalvables intermitencias, estando la Potencia Total obtenible, reducida a unas pocas horas por día, en el cenit…siempre y cuando no llueva o esté nublado, lo cual ocurre muy a menudo en Misiones, y sobre todo en el norte provincial. 

Tampoco tiene en cuenta el entusiasta intendente de B. de Irigoyen, que en el horario pico de consumo, que en general en esta provincia se da al anochecer y en las primeras horas de la noche, en ese lapso horario los paneles solares están inactivos. Y si se intentara paliar esas serias limitaciones, instalando baterías para acumular energía, debe tenerse presente que es una solución parcial y muy onerosa, además de ser marcadamente anti ecológica. En cualquier caso, la potencia nominal, o teórica, solo se podrá utilizar un breve lapso de cada día. Y eso no es ninguna solución. Además de eso, trascendió que está planificada una central termoeléctrica (consumidora de combustible derivado del petróleo), en el entorno de San Pedro – Bernardo de Irigoyen, lo cual será imprescindible para cubrir los baches de generación que caracterizan a la generación solar. Y eso implica un notable retroceso cualitativo, en la matriz eléctrica provincial. Es volver a depender de los combustibles fósiles, que deben transportarse por 1.000 Km, desde San Lorenzo, Santa Fe. Gracias a Urugua-Í, se terminó con el costoso monopolio de la muy costosa y contaminante generación termoeléctrica, que empobrecía a la provincia mientras enriquecía a las petroleras, los proveedores de repuestos para los equipos termoeléctricos, y los transportistas de combustible. 

Pero como era y es previsible que la demanda provincial de electricidad crezca, en los 31 años transcurridos desde que comenzó a generar Urugua-Í, debieron encararse nuevas centrales hidroeléctricas, para cubrir adecuadamente la demanda, con energía limpia y económica, como lo es ese tipo de generación. 

Existen ocho proyectos hidroeléctricos en cursos de agua interiores, que deberían estar en los archivos provinciales, y como material de estudio en la Facultad de Ingeniería de la UNaM, además de los grandes proyectos binacionales de Corpus, Garabí y Panambí, cuyas demoras en construirse significan enormes volúmenes de lucro cesante, que la provincia sigue desperdiciando, hora tras hora; eso a consecuencia del terrorismo ecolátrico que instigó miedos en la población, en base a discursos tremendistas carentes de toda fundamentación seria y técnicamente bien basada. 

Los costos ambientales y económicos, de la central termoeléctrica a instalarse, en realidad deben computarse como atribuibles directamente a los poco eficientes paneles solares. 

Un detalle no menor, es que no se informó cual es el costo real, por kWh, de los parques solares que se están instalando en diversos puntos de la provincia, ocupando valiosos terrenos que al efecto deben ser desmontadas sus vegetaciones. ¿Es eso “cuidado del medio ambiente”…? ¡Y pese a todo ello, sus promotores siguen sosteniendo que la solar es energía limpia, y que dará solución a la creciente demanda eléctrica de esta pequeña pero dinámica provincia! 

Otro tema vinculado, es la expresión de una alta funcionaria del Ministerio del Cambio Climático, quien al referirse al COP 27, expresó que, entre otras alternativas, se contempla apoyar construcciones de centrales hidroeléctricas de hasta 5 MW. ¿En base a que criterio y que sustento técnico sólido, se estableció ese límite para los aprovechamientos hidroeléctricos? ¿Acaso se puede creen que, con pequeñas usinitas, se podrá satisfacer la creciente e importante demanda eléctrica de Misiones? 

Es necesario que, en el estratégico tema de la Energía, se opine y se accione, en base a sólidos conocimientos técnicos, en vez de prejuicios teñidos de un ecologismo a ultranza, el cual se utiliza para mantenernos atados al subdesarrollo crónico. 

Si no se corrige el sesgo marcadamente ecolátrico o al menos marcadamente dogmático que parece caracterizar a la cuestionable gestión del tema energético, nada acorde con otras acciones positivas que impulsan a esta provincia, la dinámica y pujante economía de Misiones (hoy de un destacado Producto Bruto Geográfico en el contexto del NEA), pasaremos a ser un gigante económico con pies de barro. 

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