Tras asignar el menor presupuesto de la historia a la ley de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, el presidente Javier Milei dispuso disolver el Fondo de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, aduciendo inactividad o “falencias” en su aplicación, mediante el Decreto 888/2024 publicado este martes en el Boletín Oficial. La motosierra también alcanzó al Fondo Nacional de Emergencias y el Fondo Fiduciario de las becas Progresar.
La medida llevada adelante por el Ministerio de Economía determinó el cierre “tras un proceso de revisión”, en el que los tres fondos fiduciarios “evidenciaron ineficiencias en su implementación”, según explicaron desde la cartera que comanda Luis Caputo.
La decisión es consecuente con la Ley Bases, en la que se establece que “el Ministerio de Economía propondrá al Poder Ejecutivo Nacional, según corresponda, la modificación, transformación, unificación, liquidación o disolución de los fondos fiduciarios públicos”.
El Fondo Fiduciario para la Protección Ambiental de los Bosques Nativos (FOBOSQUE), en tanto, fue creado para financiar medidas de protección de los bosques, “en el marco de la contribución nacional, de conformidad con la voluntad del Estado Nacional manifestada en el Acuerdo de París”.
En el documento oficial se recordó que parte de los recursos que abastecían al FOBOSQUE “provendrían del 2% del total de las retenciones a las exportaciones de productos primarios y secundarios provenientes de la agricultura, ganadería y sector forestal, correspondiente al año anterior del ejercicio en consideración”. Actualmente, según datos oficiales, el Fondo cuenta con 14 mil millones de pesos que quedaron del año pasado y la plata de 2024 que serían nueve mil millones de pesos, lo que da un total de 23 mil millones. “La amenaza se da a futuro, porque sin fondo fiduciario que lo contenga, se va a perder o reasignar en el presupuesto de cada año”, explicó Manuel Jaramillo, de la Fundación Vida Silvestre. Los fondos que ahora “desaparecen” y estaban asignados a Misiones representan 596 millones entre 2023 y 2024.
A pesar de esta premisa, el Gobierno expuso que eso no fue reflejado en los presupuestos nacionales de los últimos años (2021, 2022 y 2023) y aportó que “del Informe de Auditoría realizado al efecto por la SIGEN surgen importantes observaciones respecto del desenvolvimiento del referido Fondo”.
En este aspecto, desde Economía indicaron que la auditoría “puso en evidencia debilidades en los registros, mostrando un déficit de capacidad institucional y logística de las jurisdicciones, así como también la inexistencia de indicadores claros sobre la gestión realizada”.
De esta manera, argumentaron que “dadas las disposiciones contenidas en la Ley de Bases y los objetivos perseguidos por el Gobierno Nacional, el cierre de estos fondos conlleva principios de ordenamiento en la gestión gubernamental y el resguardo de una mejor administración de los recursos públicos”.
No es la única motosierra para los bosques. El Proyecto de Ley de Presupuesto General de la Administración Nacional para el Ejercicio Fiscal del Año 2025 ha sido presentado por el Poder Ejecutivo para su tratamiento en el Congreso de la Nación. En él se asigna al Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos un monto de $9.090.909.091 (nueve mil noventa millones novecientos nueve mil noventa y uno pesos) y al Programa Nacional de Protección de los Bosques Nativos un monto de $909.090.909 (novecientos nueve millones noventa mil novecientos nueve pesos). Sin embargo, el presupuesto estipulado corresponde apenas al 2,5% de lo que debiera destinarse para la protección de los bosques, si la ley se cumpliera correctamente.
En otras palabras, en caso de que se apruebe este proyecto de ley, la provincia de Misiones recibirá apenas $290.909.091 en lugar de $11.285.255.859 para proteger sus bosques, según cálculos de Fundación Vida Silvestre Argentina.
La fundación Naturaleza y Hombre, que nació hace tres décadas en Cantabria, España, eligió a Misiones para un proyecto de restauración que comenzará en breve. El desembarco se hará con la compra de unas mil hectáreas entre monte degradado y capueras, para iniciar un proceso de recuperación del bosque nativo.
Carlos Sánchez Martínez es un destacado ambientalista y líder de la Fundación Naturaleza y Hombre, una organización que se enfoca en la conservación de la biodiversidad y el desarrollo sostenible en Europa, África y ahora también Latinoamérica. La fundación trabaja en proyectos relacionados con la protección de ecosistemas, la educación ambiental y la promoción de prácticas sostenibles entre comunidades locales.
“Nuestra fundación naturaleza y hombre se creó hace 30 años para hacer frente a uno de los principales problemas a los que se enfrenta la humanidad que es el deterioro generalizado de la naturaleza y el medio ambiente. Lo empezamos a hacer en una localidad del norte de España, en Cantabria, para proteger una marisma, que tenía mil hectáreas y se consiguieron conservar 75, que es lo que gestionamos actualmente. Luego la Fundación, con el enfoque de la coexistencia entre el ser humano y la naturaleza, ha ido desarrollando proyectos en principio en otros puntos de la geografía española, después en Portugal y de cooperación en otros lugares del mundo. Trabajamos en zonas prioritarias que son varias en España y estábamos seleccionando en otros lugares”, detalla el ambientalista en diálogo con Economis.
Después de buscar durante varios años zonas en Sudamérica y en África, decidieron avanzar en Argentina, por el estado de la mata atlántica y en particular, en Misiones, al ver in situ los trabajos que se hacen por la preservación, tanto en el ámbito público como privado. “Hicimos cuatro viajes a Misiones, también a Paraguay y Brasil, analizando un poco la situación de la selva atlántica, su grado de amenaza, su biodiversidad, su importancia mundial. Finalmente decidimos que el área prioritaria en Sudamérica iba a ser esta zona, la selva atlántica interior. Elegimos Argentina como prioritaria y eso no ha sido casual: Cualquier persona puede navegar en el Google Earth y ver lo que queda de la selva atlántica en los tres países y eso llama mucho la atención, la mancha que queda en el Corredor Verde”, describe.
“Toda esa mancha verde es Misiones claramente y con eso está dicho todo. Es decir, es una zona que realmente está muy amenazada. Sólo quedan escasos seis por ciento del remanente original, eso nos debería poner el listado de alarma a todos y a los tres países y activar ya proyectos de regeneración, no solo de conservación. La prioridad es conservar remanentes y también empezar a restaurar, reforestaciones con especies autóctonas.
“Hemos seleccionado este sitio no solamente porque tiene más de 850 especies de aves o miles de mariposas diurnas y nocturnas. Hay una biodiversidad increíble. Pero al mismo tiempo, lo hemos seleccionado por la amenaza, estamos ante una de las selvas más amenazadas del mundo, a nivel de las selvas de Sumatra. Aunque hay gente trabajando de manera maravillosa en la preservación y lo muchísimo que ha hecho el Estado, pues vamos a aportar también nosotros nuestro granito de arena para ayudar a conservar otra porción en esta zona y que ayude a mejorar esa situación de la que Misiones se tiene que sentir orgullosa, de conservar el principal retazo, pero que en términos globales, no queda mucho.
¿Cuál será el mecanismo de intervención de ustedes dentro en Misiones?
Vamos a intervenir de dos formas: vamos a adquirir algo de territorio, tampoco va a ser mucho, no más de mil hectáreas y vamos a hacer convenios con algunos propietarios, con los que ya hemos estado hablando, para ir actuando y ayudándoles en sus propiedades. Ahí queremos hacer intervenciones dirigidas en el Corredor Verde para evitar la fragmentación del territorio, evitar que se desconecten los remanentes de selva que ya existen.
También vamos a hacer acciones de educación ambiental, divulgación y de investigación, que se focalizan inicialmente en la Reserva Biológica que la Fundación va a crear en el Corredor Verde, que será nuestra reserva base. Y de paso también apoyar en la difusión del Corredor Verde, en toda su dimensión, porque las Cataratas del Iguazú ya son un ícono, un patrimonio de la humanidad. Pero hay que fortalecer el Corredor Verde que también lo es, aunque sea menos visitado, menor su reconocimiento, pero realmente estamos ante un hábitat amenazado mundialmente y con un proyecto de conservación brillante que ha sido el corredor verde que también debe ser conocido internacionalmente. Entonces dentro de nuestras posibilidades, pues ayudaremos a la provincia a convertirse en un ejemplo de conservación mundial.
¿En qué lugar estaría aproximadamente la reserva? ¿Ya hicieron la compra?
No la tenemos comprada. Pero ya hemos visto alrededor de 20 propiedades y estamos en fase final de decisión en los próximos meses.
¿Cómo llegaron a Misiones?
No de forma casual, sino de forma organizada. Estuvimos realizando diferentes viajes por Sudamérica y visitamos varias zonas, también dentro de Argentina. Iberá, el Impenetrable, Córdoba. Decidimos Misiones por el grado de amenaza del ecosistema y al mismo tiempo su mega biodiversidad. Eso fue lo que más nos animó a apostar por un sitio menos cómodo, porque nos queda lejos. Entonces es un desafío mucho mayor. Hay otras zonas que no tienen un grado de amenaza tan grande, como tiene la selva atlántica y eso finalmente hizo que entre muchas zonas, nos decidimos por la mata atlántica, por estas singularidades, ser un hotspot, un área de gran importancia para la diversidad mundial en un altísimo grado de amenaza y uno de los once frentes de deforestación del mundo, al mismo tiempo que un sitio mega biodiverso, en aves, en mamíferos, en anfibios, reptiles, en peces. Eso es Misiones.
La ubicación de la reserva aunque todavía no determinada, estará cerca del Parque Nacional Iguazú, en la punta del Corredor Verde y en cercanías de la Reserva Urugua-í. “La mayoría de las propiedades están seleccionadas, a una hora aproximadamente de Iguazú. En el Corredor Verde, en la zona de San Pedro hemos firmado un convenio con un propietario que tiene más de 7.000 hectáreas y vamos a colaborar. En esta zona también hay un proyecto muy interesante que hemos visitado varias veces que es Juntos por la Selva. Toda esa área es increíble.
¿Ustedes van a respaldar económicamente a quienes preserven el monte?
Actuaciones que se realizan en colaboración y que están muy extendidas en Europa y que llevamos 30 años practicando. Se colabora con ellos mediante el acceso a fondos y ayudando a poner en valor económico los productos económicos generados en las chacras, como son miel o alimentos. También hemos colaborado con ese tipo de acciones en Portugal y España, donde tenemos un proyecto de un corredor biológico. Entonces son apoyos directos económicos e indirectos, que también favorecen.
¿Esto nace por altruismo, por preocupación?
Somos una fundación no lucrativa y nos dedicamos a hacer proyectos de conservación en aquellos sitios donde merece la pena. Una vez que lo hemos seleccionado, pues actuamos y tratamos de ayudar en la medida de nuestras posibilidades, lo mejor posible. La Fundación nace de una preocupación por la Conservación de la Naturaleza, nace para conservar esa pequeña marisma, en la bahía de Santander, para preservar el medio ambiente en el que vivimos, el que está más cerca de nuestras casas. Posteriormente, hemos ido ayudando en otros sitios y ahora estamos en un momento más internacional.
Estamos ya ayudando en zonas muy lejanas, pero no por ello menos importantes y que merecen la pena luchar por ellas.
¿Cómo se financian?
La financiación de cada proyecto es completamente diferente. Buscamos capitales y la Fundación tiene su propio fondo propio. Para arrancar proyectos, siempre se trabaja con fondos propios y luego tenemos nuestra bolsa de patrocinadores, de fondos privados y fondos públicos que ayudan en base a la prioridad que se marca.
Como concepto… es dejar una huella…
Es necesario, aportar todos, gobiernos, personas, la sociedad, las fundaciones privadas. Todos somos parte del problema y la solución. Los problemas ambientales están creciendo muy rápido y mucho más rápido que las respuestas que damos. Este esfuerzo es en respuesta a la crisis ambiental generalizada en la que se encuentra la humanidad. Hay que recordar y reafirmar, que estamos ante uno de los principales problemas que enfrenta la humanidad. Todos tenemos que aportar algo, lo que podamos hacer nosotros mismos o en forma organizada.
Desde Fundación Vida Silvestre expresan preocupación por la falta de fondos para la protección de los bosques nativos de Argentina. Si bien nunca se alcanzó a dotar presupuestariamente lo que estipula la Ley de Bosques, el presupuesto 2025 presenta el porcentaje más bajo desde su implementación
Argentina cuenta con una herramienta fundamental para la protección de nuestros bosques: la Ley 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, sancionada en 2007 con el objetivo de planificar el uso de estos ecosistemas y lograr equilibrar producción y conservación de la naturaleza. Sin embargo, en todos estos años, su implementación ha sido parcial y nunca contó con el total del presupuesto que debería asignarse, tanto para el control, monitoreo y vigilancia, como para estimular el uso sustentable y la restauración.
El Proyecto de Ley de Presupuesto General de la Administración Nacional para el Ejercicio Fiscal del Año 2025 ha sido presentado por el Poder Ejecutivo para su tratamiento en el Congreso de la Nación. En el proyecto se asigna al Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos un monto de $9.090.909.091 (nueve mil noventa millones novecientos nueve mil noventa y uno pesos) y al Programa Nacional de Protección de los Bosques Nativos un monto de $909.090.909 (novecientos nueve millones noventa mil novecientos nueve pesos). Sin embargo, el presupuesto estipulado corresponde apenas al 2,5% de lo que debiera destinarse para la protección de los bosques, si la ley se cumpliera correctamente. En otras palabras, en caso de que se apruebe este proyecto de ley, la provincia de Misiones recibirá apenas $290.909.091 en lugar de $11.285.255.859 para proteger sus bosques, según cálculos de Fundación Vida Silvestre Argentina, disponibles en su página web www.leydebosques.vidasilvestre.org.ar
En su artículo 31, la Ley de Bosques estipula que el Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos estará integrado por las partidas presupuestarias que no podrán ser inferiores al 0,3% del presupuesto nacional. Ese 0,3% para 2025 debiera ser de 352.664.245.606 (trescientos cincuenta y dos mil seiscientos sesenta y cuatro millones doscientos cuarenta y cinco mil seiscientos seis pesos) una cifra que difiere bastante de los 9.090 millones de pesos estipulados en este proyecto. El Fondo también debería recibir el 2% del total de las retenciones a las exportaciones de productos primarios y secundarios provenientes de la agricultura, ganadería y sector forestal, correspondientes al año anterior del ejercicio en consideración.
Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre afirmó: “Según el ordenamiento territorial de bosques nativos, Argentina cuenta con más de 53 millones de hectáreas de bosques en toda su extensión, que no pueden cuidarse con un presupuesto de 9.090 millones de pesos al año. En particular, Misiones cuenta con 1.612.558 hectáreas de bosques categorizados, lo que corresponde al 3% de los bosques nativos del país. En definitiva, estamos pensando que 180 pesos alcanzan para cuidar una hectárea de bosque de la provincia por un año, un aproximado de 15 pesos por mes por hectárea. Sin el adecuado estímulo financiero, las provincias se ven imposibilitadas de fortalecer su capacidad de fiscalización, control y vigilancia. Por otro lado, los propietarios de áreas con bosques nativos no reciben estímulos para desarrollar el uso sustentable o compensaciones por las áreas que deben destinarse exclusivamente a la conservación”.
Si bien al principio la Ley de Bosques fomentó una disminución progresiva en la tasa anual de deforestación en la Argentina -estabilizándose hasta el año 2019- en los últimos años volvió a incrementarse, Los bosques nativos de Argentina siguen perdiéndose en zonas donde está prohibida la deforestación, en las cuales se avanza con el cambio de uso del suelo para actividades agropecuarias, forestales, urbanísticas y viales. A su vez, las áreas deforestadas ilegalmente y las que se han quemado, no están siendo restauradas como indica la ley, y la ausencia de un registro nacional de infractores limita las posibilidades de articular esta información con otros elementos de la política pública, que permita facilitar la disuasión y la sanción de los responsables.
Los bosques nativos son proveedores de servicios ecosistémicos esenciales: contribuyen a la mitigación y adaptación al cambio climático, facilitan la regulación hídrica, son hábitat de miles de especies, dan sustento a la vida de las comunidades locales y contribuyen a la seguridad alimentaria y el desarrollo económico. Son proveedores de materias primas, alimentos, agua potable, medicinas y sirven como reguladores de eventos extremos como inundaciones, la erosión y la calidad del aire. Además, los bosques son hábitat de muchas especies y funcionan como “amortiguadores” de agentes patógenos -como virus y bacterias- que pueden afectar al ser humano. La pérdida de bosques ocasiona graves consecuencias sociales, ambientales y económicas, muchas veces, irreversibles, que atentan contra la salud y el bienestar de las personas y de muchas otras especies.
“Conservar y utilizar sustentablemente los bosques nativos argentinos, es una obligación legal y una oportunidad para el verdadero desarrollo económico y social de las diversas jurisdicciones del país y de las personas que en ellas habitan. Es necesario que exista la voluntad política apropiada para el cumplimiento de esta norma en todos los niveles, la capacidad profesional, técnica y logística para su implementación y monitoreo, y la asignación de los fondos y los recursos correspondientes que permitan lo anteriormente mencionado. Aún estamos a tiempo de transformar esta ley en un modelo de gestión y gobernanza que trascienda las fronteras nacionales” afirma Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina.
¿Cuáles son los principales problemas de implementación que enfrentó la ley desde su sanción?
La desfinanciación sistemática de la Ley: aunque desde la sanción de la ley las partidas presupuestarias en general han aumentado en valores absolutos, no ha habido un período donde el presupuesto asignado por el Congreso Nacional se correspondiera con lo que expresamente la norma establece. Desde 2014, la ley recibe menos del 10% de lo que corresponde. Los aumentos en valores absolutos no permiten aún una reducción significativa de la brecha entre lo que asigna y lo que la propia ley indica que debería asignarse año a año para la protección y manejo sustentable de nuestros bosques. Dificultades en los procesos de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN): tanto en su elaboración como actualización, han sido y continúan siendo procesos lentos y con deficiencias que incluyen el incumplimiento de estándares determinados por la Ley, como, por ejemplo: fallas en la participación ciudadana requerida, retrasos de tiempos y falta de progresividad en la protección de los bosques. Falta de definición de metas, indicadores y evaluación de impactos: la ley establece que se deben adoptar metas cuantitativas para la protección de bosques nativos y formas de medir su progreso y logro. Durante el 2022 el consejo Federal del Medio Ambiente (COFEMA), emitió una resolución por la cual cada jurisdicción debe desarrollar Planes Estratégicos Provinciales de Bosques Nativos y sus respectivos Planes Estratégicos Anuales actualizados para acceder a las asignaciones presupuestarias anuales. Estos planes han sido presentados, resta ahora analizar si cuentan con metas e indicadores que permitan evaluar su impacto a corto, mediano y largo plazo. La deforestación ilegal persiste: a pesar de la implementación del Sistema de Alerta Temprana de Deforestación, es preocupante que alrededor del 76% de la deforestación ocurra en zonas prohibidas por la ley (amarillas, rojas y sin categoría). En Misiones, la deforestación ilegal, en zonas amarillas y rojas, representa el 34% de la deforestación de la provincia. Esto evidencia la falta de control y fiscalización en terreno, y las sanciones insuficientes por parte de las autoridades competentes que se reflejan en la ausencia de un registro nacional de infractores actualizado. Algunos sectores indican la necesidad de una prohibición total de la deforestación, lo cual sería de dudosa eficacia, ya que en los sectores donde la deforestación está prohibida hace más de 10 años sigue ocurriendo, sin mayores consecuencias para los responsables. No ha habido avances en la tipificación del delito penal ambiental que permita mayores sanciones a quienes deforestan, ni se ha avanzado significativamente en la restauración de las áreas deforestadas y quemadas, como determina a Ley. Avances en la gestión y rendición de fondos: si bien la rendición de los fondos por parte de las Autoridades Locales de Aplicación es una cuestión que ha mejorado desde su creación y puesta en marcha, continúan habiendo demoras y problemas para una eficiente implementación y rendición de fondos.
¿Cuáles son los espacios de mejora en el marco de esta ley?
La correcta aplicación de la Ley de Bosques es el primer paso –y lo mínimo que deberíamos hacer- para proteger los bosques nativos. Pero también es importante ir más allá de la ley y asumir compromisos superadores que permitan conservar no sólo los bosques, sino también las culturas asociadas a ellos, la biodiversidad, y los servicios ambientales.
El refuerzo de las estructuras de control y fiscalización, el aumento en la capacitación y profesionalización de operarios forestales, agentes de conservación, técnicos de campo, responsables técnicos y funcionares públicos será central para avanzar en los desafíos que demanda la correcta implementación de la Ley.
La buena gobernanza, basada en el acceso a la información en tiempo y forma para los diversos grupos de interés permitirá la genuina participación en los procesos de revisión de las diferentes instancias de implementación de la Ley, desde la realización y audiencias públicas de Estudios de Impacto Ambiental a los procesos de revisión de los Ordenamientos Territoriales de los bosques nativos en las diversas Jurisdicciones.
“Con la intención de sistematizar información pública, a la cual Vida Silvestre accede en el marco de la Ley de acceso a la Información pública Ambiental, presentamos una actualización de nuestro sitio específico sobre la Ley de Bosques. Su objetivo es llamar la atención del público general, pero también de tomadores de decisión, legisladores, funcionarios y productores sobre los detalles de la ley y las oportunidades que genera para la conservación y desarrollo Sustentable de los Bosques Nativos de todos los argentinos. Desde Vida Silvestre trabajamos apoyando y monitoreando la Ley de Bosques Nativos desde su diseño, hasta su implementación, así como también evaluando su funcionamiento y propiciando propuestas de mejora. Mediante un exhaustivo análisis y recopilación de información, en la web se pueden encontrar las principales disposiciones de la Ley 26.331 y su situación actual, tanto a nivel nacional como provincial, con toda la información (perfil territorial de cada provincia, hectáreas deforestadas, especies en peligro, hectáreas bajo planes de manejo o conservación, el presupuesto correspondiente y el asignado y más). A través de esta herramienta buscamos graficar la información, poner a disposición los datos descargables y sus fuentes, y ser material de consulta y comparativo para diferentes actores clave y la presente actualización incluye la proyección de asignación de fondos para el año 2025, provincia por provincia” sostiene Jaramillo.
Argentina cuenta con una herramienta fundamental para la protección de los bosques: la Ley 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, sancionada en 2007 con el objetivo de planificar el uso de estos ecosistemas y lograr equilibrar producción y conservación de la naturaleza. Sin embargo, en todos estos años, su implementación ha sido parcial y nunca contó con el total del presupuesto que debería asignarse, tanto para el control, monitoreo y vigilancia, como para estimular el uso sustentable y la restauración.
El Proyecto de Ley de Presupuesto General de la Administración Nacional para el Ejercicio Fiscal del Año 2025 ha sido presentado por el Poder Ejecutivo para su tratamiento en el Congreso de la Nación. En él se asigna al Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos un monto de $9.090.909.091 (nueve mil noventa millones novecientos nueve mil noventa y uno pesos) y al Programa Nacional de Protección de los Bosques Nativos un monto de $909.090.909 (novecientos nueve millones noventa mil novecientos nueve pesos). Sin embargo, el presupuesto estipulado corresponde apenas al 2,5% de lo que debiera destinarse para la protección de los bosques, si la ley se cumpliera correctamente.
En su artículo 31, la Ley de Bosques estipula que el Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos estará integrado por las partidas presupuestarias que no podrán ser inferiores al 0,3% del presupuesto nacional. Ese 0,3% para 2025 debiera ser de 352.664.245.606 (trescientos cincuenta y dos mil seiscientos sesenta y cuatro millones doscientos cuarenta y cinco mil seiscientos seis pesos) una cifra que difiere bastante de los 9.090 millones de pesos estipulados en este proyecto. El Fondo también debería recibir el 2% del total de las retenciones a las exportaciones de productos primarios y secundarios provenientes de la agricultura, ganadería y sector forestal, correspondientes al año anterior del ejercicio en consideración.
Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre afirmó: “Según el ordenamiento territorial de bosques nativos, Argentina cuenta con más de 53 millones de hectáreas de bosques en toda su extensión, que no pueden cuidarse con un presupuesto de 9.090 millones de pesos al año. En definitiva, estamos pensando que 170 pesos alcanzan para cuidar una hectárea de bosque un año completo, un aproximado de 15 pesos por mes por hectárea. Lo que venimos pidiendo año tras año es que se cumpla la Ley de manera correcta. Sin el adecuado estímulo financiero, las provincias se ven imposibilitadas de fortalecer su capacidad de fiscalización, control y vigilancia. Por otro lado, los propietarios de áreas con bosques nativos no reciben estímulos para desarrollar el uso sustentable o compensaciones por las áreas que deben destinarse exclusivamente a la conservación”.
Si bien al principio la Ley de Bosques fomentó una disminución progresiva en la tasa anual de deforestación en la Argentina -estabilizándose hasta el año 2019- en los últimos años volvió a incrementarse, en gran medida producto de la frecuencia e intensidad de los incendios forestales. Los bosques nativos de Argentina siguen perdiéndose en zonas donde está prohibida la deforestación, en las cuales se avanza con el cambio de uso del suelo para actividades agropecuarias, forestales, urbanísticas y viales. A su vez, las áreas deforestadas ilegalmente y las que se han quemado, no están siendo restauradas como indica la ley, y la ausencia de un registro nacional de infractores limita las posibilidades de articular esta información con otros elementos de la política pública, que permita facilitar la disuasión y la sanción de los responsables.
Los bosques nativos son proveedores de servicios ecosistémicos esenciales: contribuyen a la mitigación y adaptación al cambio climático, facilitan la regulación hídrica, son hábitat de miles de especies, dan sustento a la vida de las comunidades locales y contribuyen a la seguridad alimentaria y el desarrollo económico. Son proveedores de materias primas, alimentos, agua potable, medicinas y sirven como reguladores de eventos extremos como inundaciones, la erosión y la calidad del aire. Además, los bosques son hábitat de muchas especies y funcionan como “amortiguadores” de agentes patógenos -como virus y bacterias- que pueden afectar al ser humano. La pérdida de bosques ocasiona graves consecuencias sociales, ambientales y económicas, muchas veces, irreversibles, que atentan contra la salud y el bienestar de las personas y de muchas otras especies.
“Conservar y utilizar sustentablemente los bosques nativos argentinos, es una obligación legal y una oportunidad para el verdadero desarrollo económico y social de las diversas jurisdicciones del país y de las personas que en ellas habitan. Es necesario que exista la voluntad política apropiada para el cumplimiento de esta norma en todos los niveles, la capacidad profesional, técnica y logística para su implementación y monitoreo, y la asignación de los fondos y los recursos correspondientes que permitan lo anteriormente mencionado. Aún estamos a tiempo de transformar esta ley en un modelo de gestión y gobernanza que trascienda las fronteras nacionales”afirma Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina.
¿Cuáles son los principales problemas de implementación que enfrentó la ley desde su sanción?
La desfinanciación sistemática de la Ley: aunque desde la sanción de la ley las partidas presupuestarias en general han aumentado en valores absolutos, no ha habido un período donde el presupuesto asignado por el Congreso Nacional se correspondiera con lo que expresamente la norma establece. Desde 2014, la ley recibe menos del 10% de lo que corresponde. Los aumentos en valores absolutos no permiten aún una reducción significativa de la brecha entre lo que asigna y lo que la propia ley indica que debería asignarse año a año para la protección y manejo sustentable de nuestros bosques.
Dificultades en los procesos de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN): tanto en su elaboración como actualización, han sido y continúan siendo procesos lentos y con deficiencias que incluyen el incumplimiento de estándares determinados por la Ley, como, por ejemplo: fallas en la participación ciudadana requerida, retrasos de tiempos y falta de progresividad en la protección de los bosques.
Falta de definición de metas, indicadores y evaluación de impactos: la ley establece que se deben adoptar metas cuantitativas para la protección de bosques nativos y formas de medir su progreso y logro. Durante el 2022 el consejo Federal del Medio Ambiente (COFEMA), emitió una resolución por la cual cada jurisdicción debe desarrollar Planes Estratégicos Provinciales de Bosques Nativos y sus respectivos Planes Estratégicos Anuales actualizados para acceder a las asignaciones presupuestarias anuales. Estos planes han sido presentados, resta ahora analizar si cuentan con metas e indicadores que permitan evaluar su impacto a corto, mediano y largo plazo.
La deforestación ilegal persiste: a pesar de la implementación del Sistema de Alerta Temprana de Deforestación, es preocupante que alrededor del 76% de la deforestación ocurra en zonas prohibidas por la ley (amarillas, rojas y sin categoría). Esto evidencia la falta de control y fiscalización en terreno, y las sanciones insuficientes por parte de las autoridades competentes que se reflejan en la ausencia de un registro nacional de infractores actualizado. Algunos sectores indican la necesidad de una prohibición total de la deforestación, lo cual sería de dudosa eficacia, ya que en los sectores donde la deforestación está prohibida hace más de 10 años sigue ocurriendo, sin mayores consecuencias para los responsables. No ha habido avances en la tipificación del delito penal ambiental que permita mayores sanciones a quienes deforestan, ni se ha avanzado significativamente en la restauración de las áreas deforestadas y quemadas, como determina a Ley.
Avances en la gestión y rendición de fondos: si bien la rendición de los fondos por parte de las Autoridades Locales de Aplicación es una cuestión que ha mejorado desde su creación y puesta en marcha, continúan habiendo demoras y problemas para una eficiente implementación y rendición de fondos.
¿Cuáles son los espacios de mejora en el marco de esta ley?
La correcta aplicación de la Ley de Bosques es el primer paso –y lo mínimo que deberíamos hacer- para proteger los bosques nativos. Pero también es importante ir más allá de la ley y asumir compromisos superadores que permitan conservar no sólo los bosques, sino también las culturas asociadas a ellos, la biodiversidad, y los servicios ambientales.
El refuerzo de las estructuras de control y fiscalización, el aumento en la capacitación y profesionalización de operarios forestales, agentes de conservación, técnicos de campo, responsables técnicos y funcionares públicos será central para avanzar en los desafíos que demanda la correcta implementación de la Ley.
La buena gobernanza, basada en el acceso a la información en tiempo y forma para los diversos grupos de interés permitirá la genuina participación en los procesos de revisión de las diferentes instancias de implementación de la Ley, desde la realización y audiencias públicas de Estudios de Impacto Ambiental a los procesos de revisión de los Ordenamientos Territoriales de los bosques nativos en las diversas Jurisdicciones.
“Con la intención de sistematizar información pública, a la cual Vida Silvestre accede en el marco de la Ley de acceso a la Información pública Ambiental, presentamos una actualización de nuestro sitio específico sobre la Ley de bosques. Su objetivo es llamar la atención del público general, pero también de tomadores de decisión, legisladores, funcionarios y productores sobre los detalles de la ley y las oportunidades que genera para la conservación y desarrollo Sustentable de los Bosques Nativos de todos los argentinos. Desde Vida Silvestre trabajamos apoyando y monitoreando la Ley de Bosques Nativos desde su diseño, hasta su implementación, así como también evaluando su funcionamiento y propiciando propuestas de mejora. A través de un exhaustivo análisis y recopilación de información, en leydebosques.vidasilvestre.org.ar se pueden encontrar las principales disposiciones de la Ley 26.331 y su situación actual, tanto a nivel nacional como provincial, con toda la información (perfil territorial de cada provincia, hectáreas deforestadas, especies en peligro, hectáreas bajo planes de manejo o conservación, el presupuesto correspondiente y el asignado y más). La Web busca graficar la información, poner a disposición los datos descargables y sus fuentes, y ser material de consulta y comparativo para diferentes actores clave y la presente actualización incluye la proyección de asignación de fondos para el año 2025, provincia por provincia” sostiene Jaramillo.
El Decreto 753/2024 aprobó dos contratos fundamentales para la financiación y ejecución del “Programa de apoyo para la mejora de la gestión y de la preservación de la Selva Misionera”. En esencia, este programa tiene como objetivo proteger y mejorar la gestión de los bosques nativos y áreas naturales protegidas en la provincia de Misiones, una región de gran biodiversidad en Argentina.
El contrato se celebra con relación a un préstamo otorgado por la Corporación Andina de Fomento (CAF) a la Provincia de Misiones por un monto de u$s5 millones. El objetivo del préstamo es financiar un programa para mejorar la gestión y preservación de la Selva Misionera.
El Contrato de Garantía establece que la República Argentina (el Garante) proporcionará una garantía solidaria, incondicional e irrevocable a CAF. Esto significa que, si la Provincia de Misiones no cumple con sus obligaciones bajo el contrato de préstamo, la República Argentina se compromete a asumir esa responsabilidad en términos definidos en el contrato.
¿Cuál es la importancia de este decreto?
Este decreto es un ejemplo de cooperación entre diferentes niveles de gobierno y organismos internacionales para abordar un problema ambiental de gran relevancia. Al asegurar la financiación y la ejecución del programa, se busca:
Preservar la biodiversidad: la Selva Misionera es uno de los ecosistemas más ricos de Argentina, y su conservación es crucial para proteger numerosas especies de flora y fauna.
Promover el desarrollo sostenible: el turismo basado en la naturaleza puede generar ingresos para la región sin comprometer el medio ambiente.
Fortalecer la gestión ambiental: el programa busca mejorar las capacidades de las instituciones provinciales para gestionar los recursos naturales de manera sostenible.
¿Cuáles son los principales puntos del Decreto?
Financiamiento Internacional: la Corporación Andina de Fomento (CAF), una institución financiera de desarrollo, otorgará un préstamo al gobierno de la provincia de Misiones para financiar el programa de conservación.
Garantía Nacional: dado que se trata de un préstamo internacional, el Gobierno se compromete a garantizar el pago de la deuda en caso de que la provincia no pueda cumplir con sus obligaciones. Esta garantía busca asegurar que el préstamo sea otorgado y que el proyecto se lleve a cabo.
Contragarantía Provincial: la provincia de Misiones, a su vez, se compromete a pagar la deuda al gobierno nacional si este tuviera que hacerse cargo de ella. Esta medida adicional busca asegurar que la provincia sea responsable por el uso de los fondos y que el proyecto se ejecute de manera eficiente.
Mecanismo de Cobro: en caso de incumplimiento por parte de la provincia, el gobierno nacional podrá descontar el monto adeudado de los fondos que la provincia recibe del gobierno federal, a través de la coparticipación federal de impuestos.
Aprobación de los Contratos: El decreto aprueba los modelos de los contratos de garantía y contragarantía, que serán firmados por los representantes de los gobiernos nacional y provincial, así como por la CAF.