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El 2% dice presente

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Para la consultora Ecolatina el IPC núcleo creció 1,9% y anticipa un cierre de año cercano al 30% de inflación.

La inflación nacional registró en septiembre un aumento del 2,1% mensual, según los datos del INDEC, marcando una aceleración de 0,2 puntos porcentuales respecto de agosto y convirtiéndose en la variación más alta desde abril. Aun así, los precios se mantienen dentro del rango previsto por el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central, que proyectaba un alza similar.

Con este registro, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumula un incremento del 22% en lo que va de 2025, mientras que la inflación interanual se ubica en 31,8%, el valor más bajo desde mediados de 2018. El dato consolida la tendencia de moderación inflacionaria observada en los últimos trimestres, en un contexto de mayor estabilidad cambiaria y retracción del consumo.

Combustibles, vivienda y educación lideraron las subas

De acuerdo con el informe oficial, los precios regulados —que incluyen tarifas y combustibles— registraron el mayor incremento, con un 2,6% mensual, impulsado por las subas en combustibles (+3,9%) y electricidad, gas y otros servicios (+3,0%).

Los precios estacionales avanzaron 2,2%, revirtiendo la caída de agosto (-0,8%). Dentro de esta categoría, frutas y verduras aumentaron 5,2%, reflejando la volatilidad del sector agroalimentario. En contraste, la indumentaria —que suele acelerarse con el cambio de temporada— mostró un alza moderada del 1,1%, por debajo de lo esperado.

El IPC Núcleo, que excluye precios regulados y estacionales y refleja con mayor precisión la dinámica de fondo de la inflación, se incrementó 1,9% y desaceleró 0,1 puntos respecto de agosto. Este comportamiento sugiere que el proceso inflacionario continúa bajo control, con un traslado a precios (pass-through) limitado frente a las variaciones del tipo de cambio.

“La inflación núcleo se mantiene por debajo de la evolución del tipo de cambio oficial, que subió 5,5% en el mes”, detalla el informe. “Esto confirma que la economía atraviesa un régimen inflacionario moderado, influido por una mayor apertura comercial y menor actividad económica”.

En la comparación por sectores, vivienda, agua, electricidad y gas fue la división con mayor aumento (+3,1%), seguida por educación (+3,1%) y transporte (+3,0%). Por el contrario, restaurantes y hoteles tuvo el menor incremento (+1,1%), reflejando la desaceleración del consumo en servicios.

Bienes vs. servicios: la brecha se amplía

La diferencia de comportamiento entre bienes y servicios sigue marcando el pulso de la inflación. En septiembre, los bienes subieron 2,0%, mientras que los servicios aumentaron 2,3%. En el acumulado anual, los bienes trepan 17,9%, pero los servicios casi duplican ese ritmo con 31,2%, impulsados por los ajustes en tarifas y alquileres.

La tendencia confirma que el peso de los costos regulados y los servicios públicos continúa siendo determinante en la dinámica inflacionaria, a pesar de la estabilidad del tipo de cambio y de la política monetaria restrictiva que limita la demanda agregada.

Octubre por encima del 2% y un cierre del año en torno al 30%

Para octubre, las proyecciones oficiales y privadas anticipan que la inflación volverá a ubicarse por encima del 2% mensual, con especial atención en la evolución del tipo de cambio y la política cambiaria hacia fin de año.

La estabilidad lograda hasta ahora —explicada por la mayor apertura comercial, la contracción del crédito y el anclaje salarial— permitió reducir el pass-through y evitar un salto inflacionario mayor, incluso en un contexto de incertidumbre electoral y restricciones cambiarias.

“Estimamos que la inflación cierre 2025 en torno al 30% anual, algo por encima de lo previsto meses atrás, pero marcando una fuerte desaceleración respecto de 2024”, concluye el informe.

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Entre canastas: por qué baja la pobreza en los números pero no en la percepción

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Cada vez que se conoce el dato de pobreza en la Argentina se genera una fuerte polémica, sin importar cuál sea el resultado. Cuando la pobreza sube, se lo atribuye a una consecuencia “inevitable” de la coyuntura económica; cuando baja, se pone en duda la validez de la medición y se la califica como “no representativa”. 

Esto último volvió a ocurrir esta semana, tras conocerse que el INDEC informó una tasa de pobreza del 31,6% en el primer semestre del año. El debate sobre la “representatividad” del dato es legítimo y tiene múltiples aristas, aunque no hay margen para dudar de que el organismo aplica con rigurosidad la metodología vigente. 

La pregunta entonces no es si el dato está mal calculado, sino dónde podría residir el problema de sobrerrepresentación. La respuesta más clara está en la metodología misma.

La pobreza en Argentina se mide a partir de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), que releva información sobre ingresos en los principales aglomerados urbanos. El método compara los ingresos de los hogares con el valor de dos canastas de referencia: la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que define la línea de indigencia, y la Canasta Básica Total (CBT), que agrega a la anterior los bienes y servicios no alimentarios considerados esenciales, como vivienda, transporte, salud, educación y vestimenta. En cada región se calculan los valores de las canastas a partir de la estructura de gastos de los hogares y la evolución de los precios. La CBA se valúa con una canasta específica de alimentos y se ajusta según los precios del IPC, mientras que la CBT se calcula mediante el coeficiente de Engel, que surge de la proporción entre gasto en alimentos y gasto total. 

El inconveniente es que este coeficiente proviene de encuestas de gasto de los hogares realizadas hace muchos años, lo que provoca que rubros hoy centrales (alquileres, servicios públicos, transporte, comunicaciones o servicios digitales) estén subrepresentados, con el riesgo de que la canasta total quede “chica”. Esta es una de las principales críticas al método vigente, ya que la estimación de la CBT puede no reflejar de manera adecuada la estructura de gasto contemporánea. 

A ello se suma la insuficiente actualización de la canasta utilizada para medir el IPC, lo que genera que productos y servicios actualmente relevantes tengan un peso muy bajo o no figuren en la medición oficial.

Existen además otros factores que inciden en la lectura de los datos. Los cambios abruptos en precios relativos, propios de una economía con alta inflación, alteran los hábitos de consumo y pueden distorsionar los cálculos. A esto se suman modificaciones en la captación de ingresos en la EPH, que si bien mejoran la calidad del registro, pueden alterar la comparación histórica: un mejor relevamiento de ingresos reduce la pobreza medida, aunque ello no necesariamente signifique un aumento real en el poder adquisitivo de los hogares.

Un punto central en este debate es que el concepto de pobreza utilizado en Argentina es estrictamente monetario. La línea que divide a pobres y no pobres se traza únicamente con base a ingresos, sin incorporar dimensiones adicionales vinculadas al acceso a servicios, vivienda, educación o calidad del empleo. Este enfoque tiende a chocar con la percepción social: gran parte de la población se siente más empobrecida de lo que reflejan los datos oficiales

No se trata de que el INDEC “mienta” o “dibuje” cifras, sino de que la metodología vigente captura de manera incompleta un fenómeno complejo y volátil como la pobreza en la Argentina.

Pero ahondemos un poco más en los datos principales para Posadas. En el período de referencia, la pobreza fue del 38,1%: contra igual semestre del 2024, cayó en 17,8 puntos porcentuales; contra el semestre anterior (es decir, el segundo del 2024) la disminución fue de 5,3 puntos; además, logró posicionarse también por debajo de los niveles del segundo semestre 2023 (38,4%) y volvió a iguales niveles que el primer semestre 2020 (también 38,1%). 

Contra igual período del 2024, la reducción de la pobreza alcanzó a unas 67.656 personas, mientras que unas 20.078 personas dejaron de ser pobres en los últimos seis meses en el aglomerado misionero. ¿Cómo se logró esto? Veamos punto por punto. Las Canastas Básicas para el NEA se movieron relativamente en línea con el IPC, aunque con una velocidad algo menor: a nivel interanual, la CBA creció 38,0%, la CBT 42% pero e IPC “solo” 37,1%. A nivel semestral, los precios crecieron al 13,2%, la CBA creció levemente por encima (13,3%) pero la CBT lo hizo en 12,4%. ¿Qué nos muestra esto? Que los valores de las canastas básicas (indicativos de las líneas de pobreza e indigencia) crecieron menos que la inflación. Esto es clave para entender algunos aspectos como “si el salario cae en términos reales, como puede ser que baje pobreza”, aunque volveremos con ello luego. 

Ya detallamos que, en el NEA, la CBA creció 38,0% interanual y 13,3% semestral mientras que la CBT lo hizo en 42% interanual y 12,4% semestral. En ese marco, ¿Cómo se movieron los ingresos en Posadas? Todos los indicadores de este tipo crecieron por encima de la variación de la CBT: la suma del ingreso familiar (es decir, la suma de todos los ingresos que haya en un hogar incluyendo laborales y no laborales) creció 108,0% interanual y 28,9% semestral; los ingresos laborales crecieron mas que los no laborables (para el interanual, +119,2% y 81,9% respectivamente; para el semestral +31,7% y +21,8%); en esta línea, la media del Ingreso Per Cápita Familiar creció 105,7% interanual y +26,9% semestral, al tiempo que la media del ingreso por adulto equivalente tuvo variaciones de 106,1% interanual y 27,5% semestral. 

Hasta aquí vimos cómo, en términos relativos, los ingresos en Posadas crecieron por encima de las canastas regionales. ¿Qué se observa en valores absolutos? Posadas tiene el ingreso por adulto equivalente más alto del NEA con $ 518.412, cuando en Corrientes es de $ 456.110; en Formosa de $ 453.137; y en Gran Resistencia por $ 394.022. En ese marco, la Canasta Básica Total promedio del NEA para un adulto equivalente fue de $ 293.567. Esto nos dice que el ingreso medio por adulto equivalente de Posadas le permitió adquirir 1,42 CBT, por encima de 1,25 de Corrientes y 1,26 de Formosa. Sin embargo, esos dos aglomerados mostraron niveles de pobreza inferior al misionero, por lo cual entra en juego, entonces, la distribución de esa media. 

¿La mejora de los ingresos de Posadas vino de la mano del empleo? Según el INDEC, no necesariamente. El mismo informe del organismo dice que la tasa de empleo cayó 3,1 puntos semestral y -5,5 interanual, por lo que la mejora de los ingresos laborales principalmente se pudo haber dado por recomposición de sectores, pero no por mayor apertura del mercado de trabajo que tomó el camino inverso. Pero aun con ello, la mayor parte del sector privado formal, por caso, ha tenido un retroceso salarial durante buena parte del primer semestre del año.

¿Cómo entender, entonces, la aparente contradicción entre caída del empleo, retroceso salarial en segmentos formales y, a la vez, una fuerte baja de la pobreza? La respuesta está en la propia dinámica metodológica. La pobreza se mide en función de si los ingresos superan o no el valor de las canastas.

Durante el período analizado, los ingresos familiares en Posadas crecieron muy por encima de la CBT, lo que permitió a una parte importante de los hogares ubicarse por encima de la línea de pobreza, aun con un mercado laboral debilitado, aunque ello no necesariamente implica una mejora en la calidad de vida. En el mejor de los casos, podría “estabilizarse” una condición, pero no necesariamente mejorarla. 
El dato de pobreza se cruza con otros, además, como el nivel de morosidad récord de hogares. Al final del día, entonces, la cuestión se reduce en que el INDEC toma el ingreso total respecto a una canasta subrepresentada, pero no se considera lo que se llama el “ingreso disponible” que es, al final del día, el que le da calidad de vida a la gente.

Si mis ingresos crecen por encima de inflación, pero mis costos fijos crecen por encima de ello incluso con conceptos no representados (o mínimamente representados) en la canasta (como alquileres que sí se considera pero con alta subponderación; o como cuotas de créditos personales, por ejemplo) entonces no seré estadísticamente pobre, pero vivo mi vida en condición de pobre.

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Escala: el Producto Bruto misionero creció 16% en la última década y fue uno de los de mayor expansión del país

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Los ciclos económicos caracterizados por una altísima volatilidad propios de la Argentina, tienen sus impactos directos en las estructuras económicas y los ritmos de la actividad tanto a nivel global como a nivel particular en los territorios subnacionales. 

En un lapso de diez años, encontramos momentos recesivos, expansivos, inflacionarios con alza, estanflación, shocks externos de impacto interno, brechas cambiarias en subibaja, devaluaciones y otros tantos fenómenos que alteran necesariamente un sendero de crecimiento, tornándose altamente inestable. 

En este contexto, es relevante poder conocer la estructura, composición y desempeño de la economía misionera para comprender de manera más precisa de dónde viene la provincia, donde está parada y de qué modo se planta respecto a los años por venir

Un trabajo de la CEPAL mide los Productos Brutos Geográficos (PBG) para las 24 jurisdicciones subnacionales desde 2004 y hasta 2022, último dato disponible. El documento permite observar una gama de cuestiones trascendentales para el estudio de las economías provinciales, y para ello tomaremos el lapso de los últimos 10 años: 2012 – 2022. 

En 2012, en Misiones el sector terciario (de servicios) concentraba el 60% del producto local; el sector secundario (aquel que transforma la materia prima, extraída o producida por el sector primario, en productos de consumo, ​ o en bienes de equipo) participaba en un 32% del total; y el sector primario lo hacía del 7%. Diez años después, en 2022, el sector terciario ganaba mucho terreno: pasó a representar el 64% del producto, en desmedro del secundario que pasó al 30% y del primario, que bajó al 6%

Este primer indicador permite observar un fenómeno que no es solo provincial, sino global: el sector de los servicios ha tomado un papel relevante en las economías locales a partir de una mayor demanda ciudadana por soluciones a las nuevas dinámicas de la economía global, a la especialización consecuente del proceso globalizador y al avance de nuevas tecnologías y hábitos de consumo. Cuando hablamos de servicios, se trata de un amplísimo abanico de opciones: desde el comercio hasta el turismo, pasando por servicios sociales, tecnológicos, profesionales, de comunicaciones, de transporte, de asistencia social y personal, del Estado, entre otras. Todas han penetrado de manera muy contundente en la sociedad que con el correr de los años comenzó a demandar (y consumir) servicios de manera tan (o más) marcada que los bienes. 

El fuerte incremento en la participación sobre el total del producto misionero del sector terciario tiene su correlato en su variación: medida en precios constantes, creció 22% entre 2012 y 2022, razón central que explica su mayor concentración. En el sector secundario también registra un muy buen desempeño, creciendo 8% en ese lapso, aunque el nivel de participación disminuye, producto de la muy fuerte alza del sector terciario. Por el contrario, el sector primario, en línea con lo planteado anteriormente del avance de la sociedad demandante de servicios, muestra una baja en la provincia: -3% en ese período. De este modo, al consolidar el producto misionero, se observa que registra una suba del 16% entre 2004 y 2022, con el agregado de que en ese último año tocó su pico histórico; es decir, se trata del mayor valor del producto medido para la provincia. 

Cabe señalar, una vez detallada la composición y el desempeño global del producto, las particularidades hacia dentro de cada sector para el caso misionero. Vayamos en primer lugar al sector terciario. En ambos extremos de la serie histórica analizada, es decir tanto en 2012 como en 2022, el Comercio es la actividad de mayor peso dentro de los servicios. En 2012 concentraba el 24% del sector terciario y en 2022 lo hacía en el 21%; dicha merma en sus niveles de participación no se debe a un negativo desempeño de la actividad (por el contrario, creció 7% punta a punta) sino a que hubo otros sectores de mayor crecimiento que ganaron espacio de participación. Uno ejemplo de ello son las Comunicaciones: el valor bruto agregado crece 57% y pasó de concentrar el 7% al 9%, mostrando así un fuerte avance que se condice con la realidad cotidiana: la penetración de la tecnología de la información (vía internet y telefonía celular principal) ha sido altamente significativa en los últimos 20 años. Otro caso de importante avance tiene que ver con la Enseñanza: la pública crece 39% (10% de participación en 2012 al 12% en 2022) y la privada lo hace en 66% (del 4% al 5% de participación); por su parte, la Administración Pública pasó del 11% al 13% tras crecer 54%; y la Salud Pública pasa del 3% al 4% tras crecer 85%.

Vayamos al caso del sector secundario. El mayor valor bruto agregado dentro de estos está en la Fabricación de papel y de productos de papel, que tanto en el 2012 como en el 2022 concentró el 25% del sector secundario y creció 7% en ese lapso; la Generación captación y distribución de energía eléctrica fue la que mostró el mayor avance en términos de participación: pasó del 14% en 2012 al 20% en 2022, tras expandirse 56% en esos diez años; también muestra avance la actividad de Elaboración de productos alimenticios y bebidas que pasó del 13% al 16% y un incremento del 28%. 

Dentro del sector primario, la Agricultura, ganadería, caza y servicios conexos concentra el 75% de ese sector (era 71% en 2012) y la Silvicultura el 21% cuando era 25% diez años atrás. 

De este modo, se verifica la potenciación del sector de servicios dentro de la estructura económica de Misiones pero al mismo tiempo, hubo una consolidación de su perfil productivo industrial, aunque fue en menor nivel. Se trata de un fenómeno global que también tiene su capítulo provincial y exhibe una diversificación de la matriz local. Al mismo tiempo, los comportamientos por cada rama de actividad también grafican el acompañamiento -o no- del Estado en su evolución: períodos de fuerte expansión de la actividad con políticas activas redundaron en un mayor crecimiento de la actividad; períodos recesivos, por el contrario, impactan de manera negativa. 


Dato no menor: el crecimiento del producto misionero del 16% entre 2012 y 2022 es el cuarto más alto del país, largamente superior a la media nacional (3%), y el mayor de todo el NEA. Esto pone de relieve en manera aún más contundente la importancia del acompañamiento estatal a los procesos económicos que no solo los ordena, sino también los direcciona en términos de delinear estrategias de crecimiento.

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Cinco cooperativas recibieron sus matriculas este viernes

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La ministra Aguirre entregó matrículas a cooperativas que prestarán servicios agrícolas, turísticos, de construcción y de contención a mujeres víctimas de violencia

La Cooperativa de Provisión de Servicios Juntas Somos Más, de Posadas, brindará asesoramiento técnico, talleres, cursos de capacitación, charlas, orientación y asistencia psicológica a mujeres víctimas de violencia de género.

En el marco de las políticas de apoyo y fortalecimiento a las entidades de la Economía Social que lleva adelante el Ministerio de Acción Cooperativa, Mutual, Comercio e Integración, la ministra Karina Aguirre encabezó la entrega de matrículas a cooperativas de trabajo de Posadas y Pozo Azul.

Con la presencia de las directoras de Registro y Fiscalización y de Acción Cooperativa, Ninfa Acosta y Marta Sapper y del Jefe de Departamento de Sumarios David León, en la sede del Organismo recibieron la documentación de habilitación nacional y provincial las siguientes entidades::

• Cooperativa de Provisión de Servicios para Productores Rurales Unidos Ruta 20 Limitada de Paraje Piraí Guazú, Pozo Azul. Servicios de agricultura, ganadería y forestación. Producción Arborícola para reforestación y parquizados.

• Cooperativa de Trabajo de Turismo Misiones Limitada de Posadas. Oferta, venta y promoción de paquetes turísticos. Traslados de pasajeros, dentro y fuera del país. Organización de eventos. Entre otras actividades ligadas al turismo.

• Cooperativa de Trabajo en Vista al Futuro Limitada de Posadas. Actividades ligadas a la construcción obras públicas y privadas, pintura, electricidad, herrería, entre otras.

• Cooperativa de trabajo “Brazos Abiertos” Limitada de Garupá. Reparación, mantenimiento de obras publicas y privadas. Albañilería, pintura y electricidad, entre otras actividades inherentes a la construcción.

• Cooperativa de Trabajo Esperanza Guazú Limitada de Posadas. Mantenimiento y creación de espacios verdes, zanjeo, desmalezamiento y parquización en espacios públicos y / o privados. Creación de conciencia ambiental en la población.

• Cooperativa de Provisión de Servicios Juntas Somos Más de Posadas. Asesoramiento técnico, talleres, cursos de capacitación, charlas, orientación y asistencia psicológica a mujeres víctimas de violencia de género.

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Verano con aumentos: Subirán hasta 20% la telefonía, TV por cable e Internet

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Se termina el congelamiento de precios dispuesto por el Gobierno Nacional el 31 de diciembre y las empresas de los servicios de Internet, televisión por cable y de telefonía fija y móvil empezaron a comunicarles a sus usuarios los aumentos que tendrán sus facturas en enero de 2021, y que oscilará el 20%.

Empezó diciembre, último mes del congelamiento de precios en las tarifas de los servicios de Internet, cable y telefonía, y las empresas ya empezaron a comunicar que aplicarán subas del 20% a partir de enero próximo.

Sin embargo, los proveedoras de Internet, televisión por cable y telefonía fija y móvil deben esperar para contar con el visto bueno del Gobierno para proceder a los incrementos.

Las empresas argumentan la necesidad de aplicar esos aumentos para “mantener la calidad del servicio”, lo mismo que dijeron en setiembre pasado cuando se extendió el congelamiento de precios.

“Con el fin de poder mantenerla calidad de los servicios y en virtud de que la última actualización de precios fue realizada en el marzo de este año, informamos que el 1 de enero de 2021 modificaremos los mismos hasta un 20%”, informó en la factura de diciembre la empresa Cablevisión Fibertel a sus clientes.

Por su parte, TeleCentro hizo lo propio en las facturas con vencimiento a noviembre que los precios se actualizarán hasta 20% a partir de enero.

Pero cuando las compañías habían comunicado ya ajustes del 11% para septiembre, el presidente Alberto Fernández anunció que congelaba hasta el 31 de diciembre las tarifas de telefonía celular y fija, los servicios de acceso a Internet y TV paga, además de declararlos servicios públicos esenciales.

“De esta manera garantizamos el acceso a los mismos para todos y todas“, dijo en ese momento el Presidente.

Advirtió, además, que el Gobierno estaba “recuperando herramientas regulatorias que el gobierno anterior quitó al Estado“.

“El derecho de los usuarios y consumidores es un derecho constitucionalmente reconocido. En lo sucesivo, no podrá haber ningún aumento sin la aprobación previa del Estado“, recordó el mandatario.

El diario La Nación aporta que mientras las empresas notifican de los aumentos, a la vez negocian la suba con el Enacom en función de la inflación.

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