La empresa de internet satelital aplicó una rebaja en sus precios. La medida se lee como un fuerte gesto de apoyo al gobierno para mejorar la conectividad.
El magnate Elon Musk activó una significativa rebaja en los precios de su servicio de internet satelital, Starlink, en Argentina. La medida, que busca masificar el acceso a la conectividad en todo el territorio, se interpreta como un claro apoyo a la gestión libertaria y una apuesta por el mercado local, especialmente en zonas rurales o con poca infraestructura.
La baja de precios se aplica tanto al costo del equipo (la antena) como a los abonos mensuales, volviendo la tecnología satelital una opción más accesible para miles de argentinos.
¿Cuánto cuesta ahora tener el internet de Elon Musk?
La compañía oficializó los nuevos valores a través de su sitio web, con descuentos que alcanzan el 20% en el hardware y promociones en los planes de servicio.
Antena Starlink Mini: Pasó de costar $189.000 a $151.200 (una reducción del 20%). Este kit es itinerante y permite usar la antena en movimiento.
Abonos mensuales (promoción por 6 meses):Servicio itinerante de 50 GB: $44.100 por mes durante el primer semestre (luego, $63.000).Pack itinerante ilimitado: $87.500 por mes.
Esta estrategia comercial no solo busca captar nuevos usuarios, sino que también es una respuesta a la creciente competencia en el sector, principalmente del Proyecto Kuiper de Amazon, que amenaza con disputarle el mercado global.
Una apuesta por la conectividad total
El desembarco y ahora la expansión de Starlink en Argentina fue una de las banderas del gobierno de Javier Milei para abrir los mercados y mejorar la infraestructura de comunicaciones. La decisión de Musk de bajar los precios es vista como una señal de confianza y un impulso a esa política.
A nivel global, la empresa de SpaceX sigue creciendo a un ritmo acelerado. Ya cuenta con más de 7 millones de clientes en 150 países y una constelación de más de 7.500 satélites activos, demostrando su liderazgo en un sector que será clave para el futuro del país.
Por Ana Ionova y María Silvia Trigo. Ana Ionova reportó desde Río de Janeiro, y María Silvia Trigo desde Santa Cruz, Bolivia, New York Times. Las páginas web se cargan a paso de tortuga. Las transmisiones de video fallan y se congelan. Fuera de las ciudades más grandes de Bolivia, a veces la señal de internet más cercana está a horas de distancia, por peligrosas carreteras de montaña.
Así que cuando Starlink, de Elon Musk, ofreció a Bolivia una conexión a internet rápida y asequible, transmitida desde el espacio, muchos esperaban que el país andino de 12 millones de habitantes lo celebrara. En cambio, Bolivia dijo no, gracias.
Starlink, el servicio de internet por satélite de SpaceX, la empresa espacial privada de Musk, ha realizado notables avances en Sudamérica, al extenderse a casi todos los países y llevar internet de alta velocidad a los rincones más remotos de la región, llegando incluso a indígenas aislados que viven en lo más profundo de la selva amazónica.
Sin embargo, el avance de Starlink se ha visto obstaculizado por Bolivia, que se negó a concederle una licencia de operación el año pasado. Expertos y funcionarios citaron su preocupación por el dominio descontrolado que el servicio ejerce en todos los lugares donde se ha establecido. En su lugar, el país optó por confiar en su propio vetusto satélite de fabricación china.
La decisión de rechazar Starlink ha desconcertado y enfurecido a la población de Bolivia, donde las velocidades de internet son las más lentas de Sudamérica y cientos de miles de personas siguen sin conexión. Sin conexión a internet, la gente suele tener dificultades para recibir educación y carece de acceso a empleos y ayuda rápida en caso de catástrofes naturales.
Pero al impedir la entrada de Starlink, Bolivia se ha unido a otras naciones que han empezado a dar la voz de alarma sobre SpaceX y la influencia política que Musk puede ejercer mediante su control de una red de telecomunicaciones utilizada por gobiernos, militares y personas de todo el mundo.
Starlink, que no respondió a las solicitudes de comentarios, también se ha enfrentado a bloqueos en el Caribe, Europa y Sudáfrica. Musk afirma que “no hay sustituto para Starlink” y utiliza X, la plataforma de redes sociales de la que también es propietario, para promover sus políticas de derecha. Además, ha sido explícito sobre el poder que ostenta.
“Los países se han dado cuenta de que no pueden confiar solo en un actor”, dijo Antoine Grenier, director global de espacio en Analysys Mason, una consultora con sede en Inglaterra.
Poco más de la mitad de los hogares bolivianos tienen internet de banda ancha, frente al 87 por ciento de Brasil y el 94 por ciento de Chile. Más del 90 por ciento de los bolivianos utiliza teléfonos móviles para conectarse a internet, pero en las zonas rurales, donde la señal puede ser irregular, muchos no tienen forma de hacerlo.
“A veces, la gente tiene que subirse a un árbol o a una roca para captar la señal”, dijo Patricia Llanos, profesora universitaria y geógrafa, quien a menudo dirige equipos de investigadores de campo en la región amazónica de Bolivia. “Es un gran problema para nosotros”.
En otras partes del mundo, Starlink ha ayudado a llevar internet a muchos lugares. En solo unos años, SpaceX ha lanzado más de 7300 satélites pequeños al espacio, y conecta a más de cinco millones de personas en 125 países.
Pero a pesar de su éxito en otros lugares, Starlink es visto con recelo por el gobierno de Bolivia.
La preocupación, según las autoridades y los expertos bolivianos, es que Starlink pueda dar paso a una competencia injusta y socavar la soberanía del país al ceder demasiado control a una poderosa empresa extranjera, la cual podría intentar utilizar su influencia para inclinar la normativa boliviana a su favor.
Starlink “tiene superioridad tecnológica” sobre los servicios de internet de Bolivia, dijo Iván Zambrana, director de la Agencia Boliviana Espacial, propietaria del satélite nacional de fabricación china y que lo opera desde su lanzamiento en 2013. Pero los reguladores deben establecer normas que garanticen que Starlink contribuye a la economía de Bolivia y “entren al mercado a competir en igualdad de condiciones” sin perjudicar a los proveedores locales de internet, añadió.
“Cualquier empresa que venga a hacer negocios en el país se va a llevar un pedazo del pastel, pastel que ahora mismo está entre los que estamos aquí”, dijo Zambrana en una entrevista.
El servicio de Starlink se ha convertido en un éxito en gran parte de Sudamérica, en gran medida porque puede resultar difícil y costoso llevar la infraestructura tradicional de internet a zonas remotas. En pueblos a los que solo se puede llegar en barco o por caminos de tierra, los kits compactos de Starlink ofrecen una forma más barata y práctica de conectar hogares, escuelas y hospitales a internet.
En Brasil, su mayor mercado en América Latina, Starlink ha crecido hasta superar los 250.000 suscriptores desde su llegada en 2022, según cifras de la empresa.
Pero Brasil ha empezado a buscar alternativas, al temer una dependencia excesiva de Starlink. El año pasado, después de que X, de Musk, desafiara las órdenes del Supremo Tribunal Federal del país de eliminar publicaciones de derecha en redes sociales que difundían desinformación, Brasil llegó a un acuerdo con SpaceSail, un rival chino que actualmente está desarrollando su propio sistema de internet satelital.
En Bolivia, Zambrana restó importancia a la necesidad de Starlink, e insistió en que el satélite chino que utiliza es fiable y proporciona cobertura de internet en todo el país. “No hay lugar donde no se presten estos servicios”, dijo.
Pero los expertos dicen que, en realidad, el viejo satélite no es rival para Starlink. Su señal es lenta y desigual, y la instalación de antenas y parabólicas en zonas rurales es cara y difícil.
Ahora, el satélite gestionado por Bolivia se acerca al final de su vida útil, y se prevé que podría quedarse sin combustible y desconectarse ya en 2028.
Bolivia todavía evalúa cómo sustituir el satélite, pero ha mantenido conversaciones preliminares con SpaceSail de China sobre la posibilidad de utilizar la red de satélites que está construyendo, dijo Hugo Siles, embajador de Bolivia en China.
“Hemos venido trabajando con China porque sentimos que hay una absoluta comodidad en cuanto a la normativa boliviana y respecto a la soberanía”, dijo Siles en una entrevista.
SpaceSail, que no respondió a una solicitud de comentarios, tiene previsto lanzar 648 satélites de órbita baja este año y hasta 15.000 para 2030, según cifras publicadas por el gobierno municipal de Shanghái, propietario de SpaceSail.
“Si alguien va a poder competir con Starlink en un futuro próximo, serán ellos”, dijo Gregory Falco, profesor adjunto de ingeniería mecánica y aeroespacial en la Universidad de Cornell.
Por ahora, la presión para conectar a los bolivianos es cada vez mayor, y los legisladores reconsideran si el país debe permitir que Starlink opere en él.
Starlink parece optimista sobre sus posibilidades. En su mapa de ubicaciones de servicio, incluye a Bolivia como uno de los países donde su internet satelital estará disponible en 2025.
Sería una buena noticia para Adrián Valencia, de 45 años, maestro de Quetena Chico, un pueblo de 1000 habitantes en la región meridional de Bolivia.
Valencia, quien dirige la única escuela secundaria del pueblo, que atiende a unos 200 alumnos, dijo que la mala conexión a internet del pueblo lo obliga a conducir seis horas hasta la ciudad más cercana para subir los videos educativos que graba para sus alumnos.
“El internet es pésimo”, dijo. Eso socava la educación y la alfabetización digital de sus alumnos. “Si no tenemos acceso a internet”, añadió, “es como si no supiéramos leer”.
Algunos hoteles locales incluso han pasado de contrabando enrutadores Starlink a través de la frontera desde el vecino Chile. Aunque la señal llega a partes de la frontera boliviana, Starlink suele cortar internet al cabo de unos meses.
Mientras Llanos, la geógrafa, preparaba recientemente un taller en una remota región forestal a siete horas de La Paz, ella también esperaba recurrir a Starlink, y pidió a sus colegas que le trajeran un enrutador. Sin embargo, no pudieron conseguir uno a tiempo, así que los 80 participantes utilizaron walkie-talkies para comunicarse durante la formación.
“Aunque tengamos un satélite en el espacio”, dijo Llanos, refiriéndose a la nave espacial china, “seguimos sin tener forma de conectarnos”.
“Es una cosa muy grande para nosotros, tener conexión para emergencias, porque estamos muy lejos del pueblo, es importante. También para los chicos, porque pueden estudiar y aprender muchas cosas”. Las palabras son de Osmar Silva, cacique de la reserva Itaomirí, ubicada a pocos metros de los Saltos del Moconá, en plena reserva de Yabotí. Ahí llegó internet. Quince chicos del aula satélite, tendrán el mismo acceso que un estudiante de ciudad.
El miércoles, en plena tormenta y con el arroyo Yaboti en crecida, el equipo de Marandú llegó a la escuela rural, en medio de una comunidad mbya. No había luz, ni obviamente, conectividad de internet. Hasta ahora. En un avance sin precedentes para la inclusión digital en zonas rurales, Misiones alcanzó esta semana la conexión de 60 escuelas a internet mediante tecnología satelital.
La más reciente se encuentra en la comunidad guaraní, en el corazón de la reserva de biosfera Yabotí, entre San Pedro y El Soberbio. Allí, en medio de la selva, se instaló un equipo Starlink que brinda conectividad de alta velocidad a una escuela sin acceso a electricidad de red ni señal de telefonía móvil. Para la comunidad significa mantener contacto con el afuera, pero la llegada de internet es relevante también por lo simbólico en tiempos en los que se debate sobre el rol del Estado. “Estado suficiente”, fue la definición del gobernador Hugo Passalacqua, en contraste con la motosierra que derrumba los servicios públicos que dependen de la Nación.
La instalación se realizó bajo condiciones climáticas extremas, en medio de intensas lluvias y con la crecida del arroyo Yabotí, lo que hizo intransitables los caminos de acceso. “Llegamos en plena tormenta. La escuela funciona con paneles solares porque no hay energía eléctrica convencional. Ahora no solo tiene internet la escuela, sino toda la comunidad que la rodea”, explicaron desde el equipo técnico que lidera la iniciativa.
Tecnología satelital de última generación
Las antenas Starlink instaladas en estos entornos rurales logran una velocidad inigualable en tecnología satelital de hasta 300 Mbps. Además, pueden conectarse más de 100 dispositivos simultáneamente. Pero el aspecto más destacado, según los técnicos, es que la conexión se integra al piso tecnológico de cada escuela, permitiendo una distribución eficiente de la red hacia los diferentes dispositivos internos, como computadoras, servidores y pizarras digitales.
El modelo de conectividad de Misiones combina dos ejes: el despliegue progresivo de la red provincial de fibra óptica a través de Marandú Comunicaciones y, de forma complementaria, la conexión satelital en zonas de difícil acceso.
“Conectamos con Starlink en lugares extremos, mientras la red de fibra óptica sigue su avance. Cuando la fibra llega, ese punto puede migrar a una conexión terrestre y el equipo satelital se reutiliza en otro destino. Así usamos los recursos del Estado de forma eficiente y planificada”, explicaron.
Además de garantizar conectividad educativa, el desarrollo de la red terrestre permite que proveedores locales -cooperativas, pymes y emprendedores- se transformen en ISP (Internet Service Providers) que ofrezcan servicios en cada municipio, generando empleo y competencia regional.
Misiones también mantiene contactos con Qianfan, una empresa china que desarrolla el sistema satelital Space Sail, en vistas de sumar nuevas tecnologías de conectividad en zonas rurales. “Así como fuimos pioneros con Starlink y Amazon -que comenzaría a operar en Misiones en diciembre o primeros meses del año que viene-, queremos ser los primeros en probar este servicio”, señalaron.
Con cada escuela conectada, se abren nuevas oportunidades pedagógicas y sociales para cientos de chicos que hasta hace poco estaban totalmente aislados digitalmente. Con 60 escuelas rurales ya conectadas y nuevas instalaciones previstas esta semana en Alba Posse, El Soberbio y Fracrán, el plan de conectividad educativa de Misiones avanza con firmeza hacia una provincia más equitativa e integrada.
Starlink y Telecentro acordaron suministrar internet de alta velocidad en todo el país. Apuntan a negocios y profesionales en toda la Argentina.
El acuerdo entre las dos empresas es en realidad, una alianza estratégica que suministrará conectividad de alta velocidad y baja latencia para empresas, negocios y profesionales en todo el territorio argentino, incluyendo zonas rurales y remotas.
La llegada de Starlink permitirá a Telecentro mejorar soluciones tecnológicas con cobertura satelital a su red de fibra óptica, red IP/MPLS y datacenter Tier IV.
El CEO de la empresa argentina señaló que “la alianza con Starlink llevará conectividad de primer nivel a empresas en todos los rincones de Argentina y conectará lo que hoy no está conectado”,
Fernando Herrera, CEO de Telecentro detalló que los beneficios incluyen los mencionados más VPS, SD WAM y servicios en la nube. La compañía considera el acuerdo para llegar sectores como educación, Industria, campo, bancos y minería. Todo articulado con la constelación de satélites en órbita baja, de Starlink.
A todo esto, la empresa argentina comunicó en detalle cuáles será las prestaciones del acuerdo
Principales beneficios de la alianza Telecentro Empresas y Starlink para las empresas:
Alta velocidad y baja latencia: Conexión estable y rápida, esencial para operaciones críticas.
Cobertura nacional integral: Conectividad garantizada tanto en zonas urbanas como rurales.
Instalación y soporte técnico especializado: Asistencia y mantenimiento experto a cargo de técnicos de Telecentro Empresas.
Soluciones integradas y versátiles: Compatibilidad sin fricción con MPLS, VPN, SD-WAN, Firewall y otros servicios que optimizan la protección y flexibilidad operativa.
La integración con Starlink facilita el acceso a internet de calidad para sectores estratégicos de la economía y fomenta activamente la digitalización en pequeñas y medianas empresas a lo largo del país en los diferentes sectores de Educación, Fuerzas Públicas, Banca, Industria, Agro, Minería, entre otros.Quién es quién
Telecentro es operador de telecomunicaciones. Ofrece servicios de conectividad, televisión, telefonía y soluciones tecnológicas tanto para hogares como empresas.
Starlink es el servicio de internet satelital desarrollado por SpaceX. Gracias a su red de satélites en órbita baja, proporciona conexión de alta velocidad incluso en zonas sin cobertura terrestre.
Hace exactamente un año, el 15 de abril de 2024, se instaló la primera antena de internet satelital Starlink en la provincia de Misiones. El punto de partida fue la escuela Domingo Sabio, en San Ignacio, marcando el inicio de una política pública impulsada con recursos 100% provinciales que ya alcanzó a 46 comunidades rurales y alejadas, donde hasta entonces no había acceso a internet ni señal de telefonía móvil.
La iniciativa, gestionada por el Gobierno de Misiones, busca reducir la brecha digital y acercar igualdad de oportunidades a las familias que históricamente quedaron fuera de los avances tecnológicos. “No se trata solo de llevar internet, sino de acercar justicia, de conectar a quienes estaban desconectados del mundo”, destacó el ministro de Educación, Ramiro Aranda.
En muchas de estas comunidades, docentes debían subirse a árboles o caminar varios kilómetros para enviar o recibir un mensaje. Hoy, con conexión de altísima calidad –incluso superior a la que se registra en centros urbanos–, las familias pueden acceder a trámites, los estudiantes a contenidos educativos, y las escuelas, CAPS, comisarías y UGL funcionan de manera más integrada y eficiente.
“El impacto es enorme. Donde se instala una antena, se transforma toda la comunidad. Además, dejamos señal disponible afuera de las escuelas para que también las familias puedan usar el servicio cuando llevan o buscan a sus hijos”, señaló Aranda. La conexión permite que se conecten decenas de dispositivos al mismo tiempo sin pérdida de velocidad, lo que confirma la potencia de esta tecnología aplicada al desarrollo rural.
Además de la conectividad, el programa incorpora reparación de computadoras, acondicionamiento de pisos tecnológicos y soporte integral, gracias a la coordinación con las escuelas y los directores.
El objetivo original era alcanzar 30 comunidades en un año. Hoy, esa meta no solo fue cumplida, sino superada ampliamente. El proyecto misionero ha despertado el interés de otras provincias que ya estudian replicar el modelo, sobre todo por su enfoque social, territorial y sustentable.
“El mapa se va llenando de antenas y cada punto representa una historia nueva de conexión, de inclusión y de oportunidades que antes no existían”, celebraron los impulsores del programa, que continuará con nuevas conexiones semana a semana.