50 años de Flor de Jardín, la cooperativa que supo adaptarse a las necesidades productivas de sus asociados
En noviembre del año 1973, en la Colonia Sol de Mayo de Jardín América, un grupo de productores se asocia de manera cooperativa, con el objetivo de llevar a cabo la secanza y molienda de la yerba mate. Con el correr de los años y las crisis yerbateras, se buscó la diversificación productiva para darle una alternativa al productor para que se quede en la chacra y tenga alternativas.
De esta manera, nació la marca Flor de Jardín en el año 2001, con la planta de productos regionales donde producen las mermeladas, almíbares y en cultivo, choclito, pepino, pickle, mamón, zapallo, higo, todos producción de la zona, de los productores de la región que abastecen en la fábrica. Ya en el año 2006 se abre la planta de fécula de mandioca con una nueva línea de productos siempre bajo la marca que los identifica.
Ya el año el año 2.022, a mediados de agosto, desde la cooperativa relanzaron la yerba mate Flor de Jardín con una infraestructura nueva, moderna, sacando un producto al mercado distinto al que hacían anteriormente y ofreciendo alternativas como una yerba suave, una de tereré y una yerba tradicional.
Luego de casi 50 años de su fundación, la Cooperativa es un modelo a seguir en la región, donde lograron superar obstáculos, modernizarse y adaptarse a los cambios y vaivenes socio económicos que fueron sucediendo. En la actualidad cuenta con 176 socios activos y muchos productores vinculados hace muchísimos años que no son socios activos por diferentes cuestiones, pero que están vinculados de la misma forma.
“La cooperativa es yerbatera y el fuerte es la yerba mate, como cooperativa en sí. Por otra parte, como marca, el fuerte son los otros productos que son los que nos están abriendo mercado y nos siguen abriendo mercado”, explicó a Economis, el gerente de la Cooperativa, Maximiliano Cunale.
Con un promedio de 18 millones de kilos de hoja verde de secanza, de producciones de socios y terceros, la empresa vende más de un 95% de este producto a otros molinos y el restante lo utiliza para la producción de su propia marca donde venden alrededor de 200 mil kilos de yerba empaquetada de su propia marca que, como se mencionara anteriormente, se relanzó en agosto del 2.022.
“En 2021, vendimos 70 mil. Relanzamos el producto en agosto de 2022 y en un mes, triplicamos lo que veníamos vendiendo. La idea de este año es llegar a 350 mil kilos de yerba empaquetada”, reveló el productor.
En este punto, Cunale destacó el compromiso del gobierno provincial para dar oportunidad a los pequeños productores y llevar su materia prima para el consumo de la población. “El que produce alimento en Misiones, lo vende y a un buen precio. El gobierno está apostando mucho”.
El crecimiento de la Fábrica de Productos Regionales, por otra parte, comenzó en el 2001, cuando se puso en marcha y tuvieron una producción inicial de 3.000 kilos de pepinitos. En años posteriores, se llegó al máximo de 65.000 kilos. Pero en la última zafra, en verano del año pasado, se apuntó a hacer 100.000 kilos. “Fue una alternativa que encontramos para cuando el precio de la yerba cayó. Entonces, los productores traían sus productos en una bicicleta y hoy se manejan en camionetas y eso fue gracias a su propio trabajo y valor en no quedarse sólo en una producción, nadie les regaló nada”, remarcó Cunale.
Otra herramienta que fue muy importante y que les dio un impulso muy grande estos últimos 4 o 5 años, es el Salón de Exposición y Ventas que está sobre Ruta 12 a la entrada de Jardín América. En ese lugar, además de ofrecer todos sus productos, trabajan con casi todas las empresas de turismo que llevan visitantes a Iguazú y realizan una parada en el municipio para conseguir artículos regionales, conocer la historia de la planta, degustaciones, entre otras actividades.
Esto les permitió llegar a más lugares del país, gracias a este tipo de promoción, por lo que también empezaron con la venta online y firmaron convenios con empresas transportistas para que todos los productos de la cooperativa lleguen a diferentes partes del país.
“Pudimos renovar nuestra página web con venta online, el famoso e-commerce, tenemos convenios con Correo Argentino y con Andreani, entonces llegamos puerta a puerta, hoy cualquier persona de cualquier punto del país vía online nos puede comprar, hace el pago online y le llega a la puerta de su casa el producto. Esto con todos los productos, tanto yerba y todos los productos regionales”, detalló Cunale.
El mes próximo cerramos una nómina de 500 empleados destinados solo a la cosecha de yerba mate. la cooperativa tiene 90 empleados permanentes para otras tareas fuera de temporada de zafra. En la fábrica de dulce hay 18 permanentes, en la de fécula hay 5 personas y 10 de manera discontinua.
Los empleados que trabajan verduras y hortalizas no son fijos sino en tiempos de cosecha y son productores inscriptos. El trabajo se hace en tierras de la cooperativa y después pagan con productos. principalmente, el pepino que necesita un tratamiento muy especial. Se les provee de todo servicio técnico y no se cobra fertilizantes ni productos fitosanitarios.
Aunque se trata de una cooperativa yerbatera y su fuerte es la yerba, como marca, los otros productos son los que abren el mercado. Sus productos llegan a todo el país pero en poca cantidad. En Misiones, Corrientes y Entre Ríos, lo hacen a través de preventistas y distribución propia.
Uno de los requisitos estipulados por el estatuto para formar parte de la Cooperativa, es la de ser productor yerbatero. Los socios que proveen de este producto al secadero cuentan con recursos de la misma para la cosecha y traslado de la hoja verde.
Lo que es la planta de verduras, hortalizas para la fábrica de encurtidos hay mucho personal que no son empleados fijos, sino normalmente son en época de cosecha de yerba mate. Se trata de personal que está dedicado a la cosecha de yerba mate y en contra estación tienen la opción de producir pepinos y choclitos.
Estos productores están inscriptos, tienen su monotributo y venden el producto que se hace principalmente en tierras de la cooperativa, que le provee todos los insumos, el servicio técnico, el agua para riego, el control de todo y después ellos pagan los insumos que utilizan con productos.
“Por un tema de control de calidad y de producto esta zafra de la cooperativa hizo 100.000 kilos de pepinillo, o sea hagan el cálculo son más de tres equipos grandes de pepino de 4 centímetros, eso necesitamos más o menos 150.000 plantas de pepinos controladas porque para sacar una calidad uniforme y demás que lo que se ve en los frascos necesitamos un control muy estricto tanto en riego y control sanitario y fitosanitario”, señaló Cunale.
Para eso cuentan con un equipo técnico el cual no tiene un costo para el productor sino que organiza la fumigación para ciertas plantaciones o la fertilización, mientras que el riego es a diario por el sistema de goteo. Asimismo con la cinta de riego, el alambre para tutorar y luego se le cobra con productos para la cooperativa.
El último, año, también se les proveyó de fertilizantes y fitosanitarios, ya que los productores no querían fertilizar ya que se les encarecía el producto y esto afectó a la calidad productiva. “Entonces este año modificamos la lógica y bueno la cooperativa absorbe el 100% de los productos y lo que se le dice, ustedes no se preocupen, nosotros nos hacemos cargo de absolutamente todo”, expresó.
“La intención es crecer con la marca, pero a un ritmo lento. La fábrica como dije hoy, en el año 2001, se hizo la de productos regionales, se empezó haciendo 3.000 kilos de pepino, se había llegado al máximo de 65.000 y el año pasado, o para esta zafra, digamos que terminó ahora en verano, diciembre, enero, se apuntó a hacer 100.000 kilos. El crecimiento es exponencial, pero es lo que nosotros llamamos paso a paso en el fútbol nuestro crecimiento siempre fue así”, reflexionó Cunale.
Ante la consulta de por qué seguir apostando al sistema cooperativo, el productor expresó que consideran que es un sistema fundamental para brindar tranquilidad al pequeño productor que está asociado, que se sienta respaldado ante una organización que busca un mismo objetivo.
“Sirve para que el productor sienta que su cooperativa siempre está o siempre trata de estar y bueno, darle el empuje a eso, si no, el mercado manda. El mercado nos manda a las cooperativas también, las que vendemos molida o canchada, pero al productor principalmente. Es oferta y demanda. Cuando sobra producto, el pequeño productor es el más golpeado y el más complicado, entonces en su cooperativa tiene la tranquilidad de poder tener su producto terminado”, culminó.