El olvidado gasoducto a Misiones y Corrientes

MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ, analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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El Gasoducto del NEA (GasNEA), estaba en plena construcción, -en los inicios efectivos de los trabajos-, incluso con parte de las cañerías colocadas, en los tramos finales del gobierno de CFK.

Tal como perpetró con desapego total por todo lo estratégicamente esencial para Argentina, paralizando prácticamente todas las grandes obras que estaban en marcha, como la Cuarta Central Nuclear Atucha 3, las dos grandes hidroeléctricas en el Río Santa Cruz, las obras del GasNEA, varias autovías (como en Misiones las de las rutas nacionales 12 y 105), y muchas más, el gobierno neoliberal del macrismo operó en ese sentido, evidenciando nulo interés por los Intereses Nacionales; incluso burlándose del elemental concepto de soberanía. 

En el caso del gasoducto, con sordina (o sea sin títulos tipo catástrofe y con escasos espacios en los medios), circuló la versión que “desaparecieron” valiosos tramos de los caños, que estaban listos para ser soldados o almacenados en obra, y también hubo versiones (rápidamente “tapadas”), que los caños estaban en un depósito regenteado por un mediático exintendente y famoso cocinero cambiemita. Eso parecería que nunca se aclaró. Es que hay casos en los que si aclaran…oscurecen. 

Más allá de la evidente actitud de unitarismo recargado del sector político cambiemita (que incluye apoderarse para la muy rica ciudad de Buenos Aires, de fondos coparticipables de las provincias), no sorprende que sea destructivamente paralizador de obras públicas importantes, ubicadas por fuera del “país central” de la Pampa Húmeda (Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, y en ciertos casos ampliado a Entre Ríos y Córdoba), que fue casi lo único que le importó a la retrógrada oligarquía, la cual, junto con los nulo pensantes milicos proceseros, forman el núcleo duro del Pro (partido político ultra neoliberal) y socios subordinados. 

Lo preocupante es constatar que, en el actual período gubernativo nacional, tanto toda Misiones y el centro y norte de Corrientes, continúan en la total marginación respecto al servicio de gas natural, mientras se anuncian otros varios nuevos ramales de gasoductos, pero con prioridad para los de exportaciones, a Chile, Brasil, y por mar a terceros países. 

Todos los esfuerzos y grandes inversiones, se evidencian focalizados en las exportaciones “en crudo” (no elaborados) de gas natural y petróleo, así como en el más fluido abastecimiento del “país central”. Es de esperar que no se repita lo perpetrado en los años ’90, cuando se le permitió a Repsol “ordeñar” nuestras reservas para enviar nuestro gas al exterior, reservas trabajosamente conseguidas antes por YPF. Y en el marco del neoliberalismo apátrida de esos años, a esas empresas “exportadoras” (léase expoliadores de nuestras reservas), se les permitió que los pagos por dichas exportaciones, se les liquiden directamente fuera de nuestro país. O sea, nos quedamos sin nuestros hidrocarburos y sin las divisas de esas apresuradas exportaciones. 

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Los ductos -varios nuevos y en algún caso rehabilitado-, tienen por destino Chile, Brasil, y mercados de ultramar, estos últimos por instalaciones en puertos de las provincias de Río Negro y Buenos Aires. Incluso se difundió la construcción de un tramo nuevo, en “el norte”, pero no se dijo que es en el norte de Córdoba, o sea, en el “país central”. Casi como una excepción, se anunció que Salta ya no dependerá del gas boliviano, pues se conectará al abastecimiento desde Vaca Muerta u otros ramales troncales. Pero respecto al GasNEA en la margen izquierda del Paraná (o sea Misiones y el centro y norte de Corrientes), solo parece imperar un denso silencio. Debilitando los reclamos que deberían ser un clamor general, desde este extremo oriental del postergado NEA, las absolutamente absurdas opiniones del Ministro de Energía de Misiones, según la cual, con la producción de hidrógeno, se suplirá al planificado gasoducto, lo que es una incoherencia indefendible. 

El GasNEA con sus ramales estaba planificado que abarque a buena parte de Misiones y varias localidades de Corrientes. 

Del “promocionado” hidrógeno, hoy apenas existe en Misiones una planta experimental, sin capacidad productiva y sin la experticia ni la infraestructura para abarcar -ni remotamente- a toda esta provincia. Con esas expresiones, del propio Ministro de Energía provincial, se dio argumentos a los tecnócratas centralistas (los continuadores del unitarismo recargado), para que no se construya el gasoducto a esta históricamente siempre postergada provincia. 

En el mismo sentido de muy dudosa o inexistente planificación energética para el desarrollo, y sin coherencia técnica alguna, se sigue apostando a la muy cara y probadamente ineficiente energía solar, en vez de impulsar la utilización del enorme potencial hidroeléctrico que atesora (y sigue desperdiciando en su mayor parte), la hídricamente muy rica Provincia de Misiones. 

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La muy severa crisis energética que padece Europa, demuestra con total claridad, que las intermitentes energías “renovables sesgadas” eólica y solar, carecen de capacidad técnica para operar como Energías de Base; pero las fortísimas presiones del establishment del Atlantismo, siguen insistiendo que dilapidemos recursos en esas energías muy caras, falsamente “limpias”, y con serias limitaciones técnicas que solo califican como Energías Complementarias. 

En ese contexto, sin desconocer los notables avances de la pequeña pero pujante Provincia de Misiones, de dinámica economía y buena infraestructura social en general; pero en lo energético, todo parece indicar que, salvo que se rectifique, vamos camino a un escenario estructural muy complicado de pobreza energética; y de acá a quince años o poco más, además deberemos lidiar con los -para ese entonces- caducos parques solares, contaminantes y de complejo y costoso desguace y seguramente nula capacidad de reciclaje, de los que para ese momento serán molestos e inútiles “espejitos de colores”. 

Todo eso sin olvidar que para cubrir los “baches” de generación de las solares, se deberán instalar usinas termoeléctricas, con lo que volveremos a caer en la dependencia de costosos y contaminantes combustibles líquidos, que deberán traerse en camiones, desde San Lorenzo, Santa Fe. 

Todo eso opuesto al predicado “ecologismo” de las “energías renovables sesgadas”. 

Mientras tanto, nadie parecería ocuparse de recuperar los valiosos antecedentes técnicos de los ocho proyectos hidroeléctricos en cursos de agua interiores, totalmente terminados y pagados con fondos provinciales. Siete de esos proyectos fueron estudiados por la Dirección General de Construcciones Eléctricas (de la cual formé parte), y uno por EMSA (donde también trabajé). Y de los grandes proyectos hidroeléctricos binacionales de Corpus, Panambí y Garabí, siguen sin definirse sus construcciones, desperdiciándose hora a hora, sus enormes capacidades de producción de limpia y económica energía hidroeléctrica; eso además del importante rol geopolítico de crear lazos sólidos con dos naciones vecinas. 

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