El ecologismo ultra fomenta el subdesarrollo crónico

Escribe Carlos Andrés Ortiz

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Se citan algunas de las múltiples y constantes acciones del ecologismo de tinte cavernario, que evidencia ser el de más frecuente recurrencia entre los militantes de ese pensamiento, ya transformado en ideología o mantra de credibilidad absoluta de los “progres”, que lo apoyan y practican, sea eso desde “las izquierdas” progres (hoy muy fuera de foco), o “las derechas” oligarcas que se suman al neoliberalismo o el libertarismo; pero siempre en contra de Los Intereses Nacionales, a los que ambos sectores desprecian o desconocen. 

– Cuando se aprobó la ejecución del puente Rosario – Victoria, un ignoto ecologista pretendió impedirla, alegando que las construcciones de los pilares, “afectarían irremisiblemente a los alevinos” (crías de peces); falso argumento que en realidad buscó frenar el desarrollo que toda gran obra pública induce. Obra terminada, y nadie reportó “muertes de alevinos”. 

– Un par de décadas atrás, hubo una muy fuerte y artera campaña orquestada por la británica ONG pseudo ecologista Greenpeace en contra del desarrollo tecnológico nuclear argentino, montada sobre golpes de efecto en la opinión pública (que del tema sabe poco, pero teme mucho, en base al “dice que”). Uno de los ejes de eso fue demonizar las supuestas “aguas radioactivas del subsuelo de Ezeiza”. La feroz campaña desapareció de un día para otro, cuando se divulgó un estudio con bases científicas, que precisó que el problema de las napas de agua, era causado por grandes cantidades de materia fecal, ante la inexistencia de las necesarias amplias redes de desagües cloacales. 

– Como muchos políticos están muy mal asesorados y son ignorantes totales acerca de tema de la Energía Nuclear, varias provincias prohibieron que en sus territorios de instalen nuevas centrales nucleares. Eso en buena parte es consecuencia de las muy pobres o inexistentes campañas de difusión seria, sobre bases científicas pero accesibles al común de la gente, institucionalmente por parte de la Comisión Nacional de Energía Atómica y el INVAP, así como los profesionales del sector, muy habituados a “hablar en difícil”, pero reacios a difundir e incluso polemizar con los ecólatras y otros ignorantes, en forma comprensible para el común de la gente. 

– Hace una década dos argentinos integraron la tripulación de un barco de la británica ONG Greenpeace (que opera como extensión del MI6), que fue al Ártico a hostigar a un barco ruso de exploración petrolera, siendo apresados en su lamentable rol de marionetas del Imperio Británico. No parece casualidad, que la compatriota que logró necia notoriedad en ese operativo, años después colaborara con el apátrida neoliberalismo macrista. 

– Feroz campaña de “ecologistas” contra el fracking que se tiene que utilizar en el mega yacimiento de Vaca Muerta, buscando paralizar las operaciones. Como no lograron frenar la muy estratégica explotación del gran yacimiento, hoy clave para terminar con las importaciones de hidrocarburos y posicionarnos como exportadores, los ecólatras, tan afectos a escándalos y agresivas manifestaciones, pasaron al silencio total. Es metodología usual que, cuando ya no logra frenar la obra, cesa el acoso ecolátrico. 

– Similar al caso anterior, es el del proyecto de explotación off shore (mar adentro), del gran yacimiento hidrocarburífero detectado frente a Mar Del Plata, pero a muchos kilómetros de la costa. Los ecólatras de Greenpeace y otros entes similares, publicaron falsos montajes fotográficos, según los cuales las plataformas petroleras serían “visibles” desde la costa, lo que es una grosera mentira, pues por la curvatura terrestre no se las verá desde las hermosas playas marplatenses, ni desde edificios de altura. Otro montaje fue mostrar playas empetroladas, lo cual es otra mentira alevosa, dada la distancia enorme, además que un accidente o una falla con grandes pérdidas de petróleo es muy poco probable. Además de la feroz campaña mediática, hicieron presentaciones judiciales, que lograron demoras, pero ya fueron superadas, avanzándose en el importante proyecto. 

– En Santa Cruz, los ecólatras buscaron impedir las construcciones de las grandes hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, proyectos de larga data y muy necesarios para proveer Potencia Firme y De Base, al sur del Sistema Interconectado. Argumentaron “daños ambientales”. Un absurdo, en el seco y desierto entorno de la Patagonia profunda. Con las obras en plena ejecución, los escandalosos ecólatras, se llamaron a silencio. No lograron su negativo propósito de impedir obras para el desarrollo. 

– En Chubut, mediante una amañada y feroz campaña de terrorismo ecolátrico, impidieron que la minería se desarrolle en el estepario y deshabitado centro del vasto territorio provincial. El desarrollo minero hubiese dado vida y empuje económico a las vastedades áridas de las mesetas centrales chubutenses, las que siguen languideciendo, al haberse evitado la explosión económica de empleos bien remunerados que la minería y actividades conexas hubiesen aportado. 

– En la hídricamente muy rica provincia de Misiones, luego de una larga y muy falaz campaña de terrorismo mediático de los ecólatras y de algunos operadores privados que lucraron -y mucho- con los negocios conexos vinculados con la termogeneración (usinas que consumen combustibles), se desembocó en un plebiscito, en el cual los distintos partidos y sectores políticos compitieron desplegando una amplia panoplia de groseras falsedades, en un proceso en el cual incluso trascendió que se ejercieron fuertes presiones para evitar opiniones contrarias a la brutal demonización que se desató en contra de las usinas hidroeléctricas. El plebiscito no es vinculante, pero los ecólatras y los fuertes intereses vinculados con la termogeneración pretendieron darle ese rol, del cual careció desde siempre. El resultado técnico fue un empate, entre las montañas de mentiras y tergiversaciones en las que incurrieron los diversos sectores políticos involucrados en la fuerte campaña mediática que precedió a la votación. Los negacionistas del terrorismo ecolátrico ocultaron en base a montañas de palabrerías altisonantes, que desde hace décadas Misiones se abastece básicamente con energía hidroeléctrica, primero provista desde Acaray (Paraguay), luego Urugua-Í (Misiones), y Yacyretá (Ituzaingó, a pocos kilómetros de Misiones). También ocultaron que la energía más barata que dispone Misiones es la producida por Urugua-Í, y que esa central hidro nos libro del apagón masivo que sufrió Argentina y partes de países limítrofes, ocasionado por la negligente falta de mantenimiento durante el gobierno neoliberal macrista, del Sistema de Alta Tensión. Además de ocho proyectos de mediana potencia, financiados con fondos provinciales, y posiblemente perdidos en la nebulosa de archivos inhallables, están los grandes proyectos binacionales de Corpus, Panambí y Garabí, de grandes importancias energéticas, económicas y geopolíticas, con sus enormes capacidades de generación de energía limpia y económica desperdiciadas. 

– Claramente, los ecólatras anti hidroeléctricos y antinucleares, son funcionales a la agenda mundial, promovida por el Bloque Atlantista, que se opone a estos proyectos y promueve las instalaciones forzosas de las intermitentes, poco eficientes y costosas energías eólica y solar, que nos pueden llevar a la peligrosa pobreza energética, que nos mantenga en el subdesarrollo crónico. 

MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ, Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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