Diego Giacomini: “Milei sabe que si abre el cepo, le salta el dólar, se le acelera la inflación y se le acaba la mentira”

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El economista resaltó los errores de la gestión económica actual, alertó por una desinflación baja y lenta, la recesión y una disociación entre las expectativas de mercado y el pronóstico para la economía real. “Después de esto, la proscripción del liberalismo será más larga y pesada”, dice.

n una entrevista con Ámbito Financiero, Diego Giacomini, economista y director de E2 (Economía & Ética), plantea un pronóstico desalentador respecto de la gestión actual de su ex amigo y socio, el presidente Javier Milei. Considera que el Gobierno está plagado de inconsistenciasfaltas éticas e integrantes “poco formados”, que son “conservadores populistas de derecha”. No ve un proceso de desinflación exitoso, alerta que entre 2025 y 2031 Argentina atravesará el problema de deuda más grande de su historia, que las inversiones no llegan y que el país se encamina a consolidar un 70% de pobres. Por eso, es contundente al señalar que después de la gestión de Milei, “la proscripción del liberalismo será más larga y pesada”.

Periodista.: La inflación de septiembre fue de 3,5%. ¿Estamos en un proceso desinflacionario?

Diego Giacomini: Primero y ante todo lo que hay que decir es que la inflación baja poco y lento. Se nota en la inflación núcleo (3,3%) que está a solo 0,2 puntos porcentuales de la inflación general. Además, la canasta de medición no refleja el patrón de consumo de la sociedad, porque está confeccionada para una sociedad mucho menos pobre de lo que es hoy en día. Por eso suben las tarifas o las expensas y el índice no lo refleja. Aún con estos trucos estadísticos que le juegan a favor al Gobierno, la inflación siempre hay que mirarla como un fenómeno monetario a mediano y largo plazo, baja poco y lento. Si yo asumo que la inflación en los próximos dos meses queda en torno al 3,5%, el gobierno de Javier Milei tendrá en los primeros doce meses una inflación de 173% y una inflación en dólares del 104% o 105%Nadie puede hablar de un proceso de desinflación exitoso con esos números.

P.: Es cierto también que van diez meses del primer año de gestión. Considerando el contexto económico en el que Milei recibe el gobierno¿no cabe ser más contemplativo en el análisis?

D.G.: Milei recibe la peor herencia de todas, es cierto. Ahora bien, basándose en el modelo de Milton Friedman, mandó un shock devaluatorio puesto a dedo, subió mucho las tarifas, generando mucha inflación al principio, y creó una recesión para que la inflación bajara lo más fuerte posible, utilizando como ancla anti inflacionaria al tipo de cambio nominal. Sin embargo, Friedman decía que ese proceso de desinflación era útil para bajar la inflación del 20% al 3% o 4% anual. Nosotros estamos en presencia de un Gobierno que ha hecho caer a la construcción más de un 30% interanual, a la industria más de 20% interanual, al consumo masivo entre un 7% y 8% interanual, la intermediación financiera 12% anual. Si al primer semestre sev le saca el rebote estadístico del campo, cerró con un PBI cayendo al -7,5%. Esto demuestra que desde el punto de vista de programación macroeconómica, fiscal y monetaria, sin lugar a duda algo mejor se podría haber hecho. Todo esta explicación sin mencionar el aumento de la pobreza en Argentina, que en seis meses aumentó el equivalente al doble de la población de Uruguay.

P.: Quién lo escucha hablar del Presidente, jamás podría adivinar que trabajaron juntos y mantuvieron una relación de amistad. ¿Qué fue lo que lo llevó a distanciarse?

D.G.: Cuando ves mis análisis actuales y lo comparás con los que hacía en 2012-2014, realmente han evolucionado como resultado de un progreso teórico-intelectual que refleja que durante diez años estudié y aprendí mucho más que los anteriores veinte. En cambio, cuando escucho a Milei dar siempre las mismas clases monetarias, repite exactamente lo mismo que cuando era ayudante de cátedra en “Dineros, Créditos y Bancos” en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Lo hacía ad honorem en 2005. No hay progreso intelectual de su parte. No estudió o no internalizó absolutamente nada. Por eso hace copy paste y cada vez peor, de películas y series de Netflix.

P.: O sea, Milei fue ayudante ad honorem, por lo cual sabe las condiciones en las que trabaja el cuerpo docente y el prestigio que otorga pasar por una universidad nacional. Sin embargo, desaprueba el aumento del financiamiento.

D.G.: No hay nada que la clase media valore de lo que le da el Estado, excepto la universidad pública nacional. Pero no solamente es valorada por el ciudadano, también por las empresas. El egresado de una universidad nacional es tan bien o mejor pagado que el universitario de grado de las privadas. Entonces, si el gasto público es de 35% del PBI, ¿realmente vas a empezar recortando a las universidades, que son el 1% de ese total, y vetando un 0,14% de ese 1%? Eso también es ir contra el mercado. Es una inconsistencia lo que hace Milei en este sentido, está mal en términos éticos.

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P.: ¿Cuál fue el primer desencuentro que deterioró la relación?

D.G.: Nuestra primera gran pelea puertas adentro fue cuando muy enojado le dije “hace rato que dejaste de enseñar, porque querés formar un ejército de jóvenes ignorantes para manejarlos de la forma que vos quieras y sean útiles para tu carrera política. Eso es muy grave”. Es muy interesante que Milei hable de la decadencia de la educación, pero su núcleo duro de votantes, que obedece sin pensar porque no tienen formación ni pensamiento crítico, son los peores formados de la Argentina, o sea los más jóvenes. Además, toda la gente que rodea a Milei es gente muy poco formada, muy conservadora populista de derecha, que parasita la ética. Por eso van en contra de las universidades nacionales, afectando el capital humano, cuando tienen un Ministerio de Capital Humano. Es la inconsistencia elevada a la máxima expresión.

P.: Durante la semana, Milei dijo: “los zurdos, que se basan en la envidia, el odio y el resentimiento, van a hinchar las pelotas con el Coeficiente de Gini, la desigualdad”. ¿Un liberal no cree en la desigualdad?

D.G.: Para el liberal de verdad, el zurdo no es nuestro enemigo, es a quién más queremos que le lleguen nuestras ideas. Si le decís a alguien resentido, envidioso, inferior, el burro sos vos. Ahora bien, la vara de lo que está bien y lo que es justo jamás puede pasar por la igualdad. La igualdad no existe. Yo le doy la misma clase al mismo tiempo y en el mismo lugar a treinta personas diferentes y cada una la incorpora de forma distinta. Es imposible que haya igualdad.

P.: Pero si no fuera por la universidad pública, ni siquiera tendrían la posibilidad inicial de tomar esas clases.

D.G.: Cuando escucho a alguien decir “soy lo que soy gracias a la UBA”, pienso “cuánto desprecio por uno mismo”. Uno es lo que es por su esfuerzo, su capacidad, interés, cómo interactúo yo con el prójimo y el mundo material. Eso es parte de la construcción aberrante que dice Cristina Kirchner, sobre que lo colectivo está por encima de todo. Sin embargo, el conservador de derecha, como Milei, lo contrario a un zurdo, te promete volver al pasado, a la Argentina de Alberdi. Pero Argentina no era potencia ni panacea en el siglo XIX. Por eso, entre prometer un futuro distinto y mejor y volver a un pasado que fue mejor, el conservadurismo de derecha puede ganar pero por poco tiempo, para luego volver a perder contra la izquierda.

P.: ¿En dónde quedó la idea de que Milei entraba al Estado para romperlo desde adentro? ¿Existe tal estrategia?

D.G.: Milei le miente a la gente cuando dice eso. Si alguien viene de afuera y el sistema lo deja llegar a su cúspide en solo tres años, hay que ser muy ingenuo o muy ignorante para creer que esa persona está destruyendo el sistema, al contrario. Hoy Milei hace el trabajo que el sistema necesita para expandirse en el futuro, es decir: que venga alguien, baje el gasto público, las cosas no terminen bien, se venda que el Estado es importante y el libre mercado no sirve, y retorne un Gobierno más estatista.

P.: ¿El proceso de dolarización se interrumpió? De ser así, ¿es porque no es funcional al sistema o por errores de gestión económica?

D.G.: Milei y Caputo mintieron al decir que iban a dolarizar, porque todas las variables mostraban que no podían hacerlo. Para dolarizar necesitás dólares y nadie les quiso dar un dólar. Entonces, tuvieron que ir por algo inimaginable: la persona que hablaba de que el peso era excremento, con un diagnóstico correcto, hace desahorrar al sector privado para financiar al sector público. Caputo dijo que vamos a tener que desahorrar para pagar impuestos. Nada menos liberal que eso. Esto significa menor consumo, menor inversión, menor producción y menor trabajo. Todo porque se lo diste al Estado para pagar gastos corrientes.

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P.: ¿Por qué los indicadores de mercado denotan un panorama distinto al que usted está describiendo? ¿Hay una disociación entre el mercado y la economía real?

D.G.: Si los bonos de un Estado soberano van para arriba, pero en el horizonte registrás que los u$s47 mil millones del FMI hay que amortizarlos en ocho años, que el 85% de los u$s67 mil millones de los bonistas ley Nueva York hay que amortizarlos en los próximos diez, y que los vencimientos de deuda ley Argentina son tres veces los vencimientos hard dollar que mencioné previamente, te das cuenta de la asimetría entre la euforia del extremo corto plazo, versus el pesimismo de la economía real de mediano y largo plazo.

P.: ¿Cómo se resuelve esa inconsistencia?

D.G.: Siempre se resuelve con lo financiero convergiendo a lo real, porque lo real lleva tiempo, pero lo financiero se corrige vía precios en dos minutos.

P.: Entonces, no ve cercana la posibilidad de salir del cepo.

D.G.: Milei no abre el cepo porque se está cuidando él. Veja la libertad y la propiedad privada. Hace derrapar el nivel de actividad y de inversión como nunca. Aumenta la pobreza como nunca antes en la historia. Toda la vida dijo que con el cepo hay problemas cambiarios, de producción, inflación y pobreza. Así y todo deja el cepo. ¿Por qué? Porque cuida su poder económico y político, su asiento en el sillón de Rivadavia. Sabe que si abre el cepo, le salta el tipo de cambio, se le acelera la inflación y se le acaba la mentira: vender que la inflación baja, aunque poco y lento, y que las jubilaciones y salarios aumentan porque suben en dólares nominales. Por eso, tiene miedo de afrontar en persona los costos de forma inmediata. ¿Cuáles son? El riesgo de salir eyectado de donde está sentado por miedo a quedarse sin relato de inflación y tipo de cambio. Además, para que te vaya bien abrir el cepo es condición necesaria, pero no suficiente. A partir de la apertura, empieza otro partido, que es el de la oferta y demanda de dólares y pesos. Los economistas que defienden el modelo del peso fuerte y dólar débil, dicen que con tipo de cambio fijo las reservas serán el resultado de la entrada y salida neta de capitales. Sin embargo, cuando mirás el contexto internacional, la inversión de Milei es la más baja de los últimos cinco presidentes, rondando el 13% o 14% del PBI y sigue cayendo sistemáticamente. O sea, inversiones argentinas no hay. Inversión extranjera directa tampoco. Y los informes internacionales tampoco estiman una gran cosecha para 2025.

P.: Si fuera un empresario con intención de invertir en Argentina, ¿aprovecharía el RIGI, que otorga beneficios al sector privado, pero también busca blindarlos de un contexto poco auspicioso del país?

D.G.: Yo veo un país que se dirige a tener 60% o 70% de pobres. La política entonces tendrá que atender a esos pobres, aumentando el gasto público, porque votan. Además, tenés el problema de la deuda que describí anteriormente. Para aumentar el gasto público y pagar la deuda vas a tener que subir impuestos. En la película de largo plazo, ese mismo Congreso que votó un RIGI a treinta años, va a cambiar las reglas de juego, porque el país será más pobre y necesitará mayor gasto público. Yo soy de los que se quedaría afuera a esperar cómo le va al otro por cinco o diez años. Puede que algún sector particular, como el litio o el petróleo, realice alguna inversión. Pero eso no nos salvará macroeconómicamente. Argentina defaulteó ocho veces, pero jamás tuvo un problema de endeudamiento como el que tendrá desde 2025 a 2031, con el Banco Central más quebrado de toda la historia.

P.: ¿Qué quiere decir entonces que a Milei le salga según términos?

D.G.: No lo sé. En 2020 le dije que con el problema económico que tiene Argentina y su andamiaje institucional, no se puede hacer un programa macroeconómico alineado con la ética de la libertad con resultados positivos, al menos en una película permanente. Por lo cual, se va a fracasar y echarle la culpa al liberalismo. Yo no quiero hipotecar las ideas que defiendo. El liberalismo estuvo proscripto después de Menem por 20 años. Después de esto, hay chances de que la proscripción sea más larga y pesada. Se lo dije personalmente y lo vengo repitiendo: el daño que le hace a la filosofía del liberalismo en el largo plazo es exponencial.

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