Mr President
“No es magia. Es hacer lo que pide la gente. Lógica pura”. La frase pertenece a un empresario vinculado a la construcción celebrando el decreto del presidente Javier Milei que flexibilizó las condiciones del mercado hipotecario, en línea con prácticas internacionales “exitosas”, como ocurrió en Estados Unidos y Europa, para mejorar el acceso a la vivienda.
El Presidente cerró su mejor semana desde que está en el Gobierno. Fotos con Trump, recepción a Emmanuel Macron y cumbre con Xi Jinping, el enemigo comunista que de pronto puede ser un aliado interesante. El fenómeno barrial que llama la atención del mundo.
La primera alegría llegó con el dato Indec: la inflación volvió a desacelerar y marcó un 2,7 por ciento, el número más bajo de los últimos tres años. Un alivio largamente esperado que ahora debería ser complementado con una recuperación de la actividad, en el subsuelo durante todo el año, aunque con algunas tímidas señales en algunos sectores puntuales.
Después viajó a Estados Unidos donde fue recibido con los brazos abiertos y compartió, exultante, una cena con Donald Trump, con quien habló de un tratado de libre comercio entre Argentina y Estados Unidos. Como un rockstar, hasta tuvo tiempo de bailar y sacarse fotos con un tal Silvester Stallone, un “duro” del ala republicana.
Milei fue protagonista inusual para un jefe de Estado de otro país. Fue recibido en Mar-a-Lago, la magnífica villa de Donald Trump en Palm Beach y tuvo la oportunidad de hablar ante los principales empresarios de Estados Unidos, que están ansiosos por invertir en un país que le abre las puertas y esta vez sin restricciones. El Jefe de Estado hasta se jactó de que será Estados Unidos el que copie el modelo de Argentina, con Elon Musk haciendo las veces del desregulador Federico Sturzzenegger.
En medio, Milei anunció el proyecto para eliminar las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias y recortar el financiamiento estatal a los partidos políticos, al mismo tiempo que aumenta el aporte privado con “trazabilidad”. También anunció la baja de impuestos para importaciones eventuales y amplió el monto para comprar desde afuera de mil a tres mil dólares, un monto similar al de los demás países de la región. Además no se abonarán aranceles por los primeros 400 dólares por envío, siempre que sea un bien adquirido para uso personal. En estos casos, los productos sólo abonarán IVA.
Según el comunicado oficial “a través de esta medida, todos los argentinos van a poder acceder a productos importados con precios más competitivos, en especial aquellos que no tienen la oportunidad de viajar. Por ende, van a poder traer ropa, juguetes y/o pequeños electrodomésticos del exterior”. A modo de ejemplo, una campera que en el exterior vale 100 dólares, hoy paga 67 dólares más en concepto de impuestos. Con esta medida, pasará a pagar 21 dólares.
Por otro lado, las empresas podrán importar de manera más ágil los insumos, repuestos y piezas que necesiten de manera urgente para su producción.
El blanqueo también trajo otra buena noticia. Resultó mucho mejor de lo esperado. El 8 de noviembre concluyó la primera etapa de la iniciativa, la única en la que podía regularizarse dinero en efectivo. Los resultados arrojaron al 9 de noviembre de 2024 un total de bienes declarados por USD 23.321 millones.
Analizadas de forma aislada, pueden ser medidas “pequeñas”. Pero con lógica libertaria, muestran la desmesura del exceso de regulaciones y cómo el Estado se fue convirtiendo en un enorme elefante blanco en un bazar. Es hacer lo que pide la gente. Bajar la inflación, poder disponer del dinero propio y que la política no se inmiscuya tanto en la vida cotidiana. Se podrán discutir condiciones, la sostenibilidad del modelo y si la economía, así como está, puede garantizar cimientos fuertes para las reformas al estilo Milei. Pero si la política “tradicional” no se aggiorna, si no entiende el clima de época, si no atiende a los errores, Milei tendrá poco de qué preocuparse en las elecciones próximas y las que vayan a venir. Hasta Cristina Fernández, el enemigo elegido para la polarización, entiende un poco que por ahí va la cosa. En su carta pública de septiembre pasado, la ex presidenta, ahora doblemente condenada por supuestos sobreprecios en la obra pública, admitió errores que el peronismo todavía no asume.
El equilibrio fiscal que persigue Milei no es un objetivo errado. Misiones lo tiene desde hace dos décadas, sin el brutal plan de ajuste aplicado a las apuradas. El dinero que antes se destinaba a la deuda, se volcó a la inversión social, con la educación y la salud como prioridad. Y fue adquiriendo una autonomía inédita, que sirve hoy mucho más, cuando el recorte nacional podó todos los fondos que antes llegaban por distintos canales.
Los sectores económicos que están sufriendo el impacto del ajuste nacional, encuentran en el Estado provincial un sostén que les permite acceder a financiamiento barato y reinvertir en capital de trabajo o insumos. Misiones ya puso a disposición más de 117 mil millones en créditos subsidiados a través de distintos canales: Banco Macro, el Nación, Fondo de Crédito y el Consejo Federal de Inversiones. Ya se entregaron más de 8.353 millones en créditos productivos para alrededor de 336 emprendimientos sólo con el Banco Macro. Los tomadores de crédito subsidiado van desde supermercados, fábrica de calzados, metalúrgicas, fábrica de chocolates, secaderos de té, industria de la madera, hoteles, locales gastronómicos, constructoras, venta de maquinaria vial, entre otros.
Las líneas habilitadas y que ahora se extendieron por decisión del gobernador Hugo Passalacqua, son para capital de trabajo a 13 meses, con 29% anual, y para ampliación de capacidad instalada y compra de maquinarias a 48 meses, con tasas del 33.25%. En ambos casos con tasa bonificada por el Estado provincial.
Ese sostén estatal permite ampliar inversiones y sostener el empleo. La participación es decisiva para miles de familias: por segundo mes consecutivo se mantiene congelado el precio del pan a través del programa Ahora Pan, que convierte al producto en el más barato de la Argentina. Otros 120 mil misioneros pueden acceder a la educación en transporte gratuito, en una medida que se mantiene intacta desde hace años.
Con una mirada distinta, en Misiones el Estado está activo, pero con la atención puesta en la contención, desde las demandas más básicas hasta la actividad económica. Los créditos otorgados abarcan al emprendedor y la gran industria, incluso aquella que en momentos de vacas flacas, no deja de quejarse por los impuestos que tiene que tributar.
En la Nación, Milei no comparte la idea de que el Estado ayude a personas o empresas en problemas. Pretende en cambio que cada uno pueda por sí sólo. Por propia competencia, por esfuerzo individual. Discutible y con abundantes pruebas empíricas que demuestran la endeblez de esa concepción. Pero tiene a favor el agotamiento generado por el Estado sobreprotector cuya presencia tampoco solucionó problemas estructurales, como la pobreza, el empleo precario y la generación de nuevos puestos de trabajo, la falta de viviendas o una educación que muestra serias falencias. Tampoco supo, como admitió la propia Cristina en su carta de septiembre, acomodarse a las nuevas demandas surgidas al calor del avance de la tecnología.
Milei está probando otra receta. El achique del Estado no conmueve a la sociedad y el fin de algunos privilegios obscenos, como los revelados en la discusión sindical con Aerolíneas, es aplaudido a rabiar.
Sanear la macroeconomía es clave para recuperar un poco de normalidad. Allí fue clave el respaldo de muchos gobernadores, que entienden mucho más de las demandas sociales y de gestión. Los representantes del misionerismo en el Congreso, apoyan esa línea con la premisa de dar gobernabilidad. Atacar la inflación requiere de generosidad y esfuerzo conjunto. Los votos del bloque renovador entienden esa demanda. Lo mismo sucederá con el Presupuesto 2025. En definitiva, es hacer lo que pide la gente.
Esa generosidad contrasta con la especulación política de otros sectores. Los espacios opositores buscan la forma de ser parte en alguna lista libertaria. En lo que queda en pie de Cambiemos en Misiones, varios se ponen trajes libertarios, como el radical peluca Martín Arjol o el senador bullricista Martín Göerling. Otros aspiran a ser tenidos en cuenta en alguna lista.
Pero en la Libertad Avanza no parecen muy dispuestos a someterse al desgaste de negociaciones con partidos que no necesariamente garantizan votos. En contraste, son fluidos los contactos de gestión con el Gobierno provincial, que en definitiva, se maneja de un modo mucho más serio en las relaciones, sin reclamar ni espacios ni listas. El blend puesto en marcha en los últimos meses, garantiza gestión y adaptabilidad a las necesidades políticas de la Nación desde un costado mucho más responsable.