“El sistema financiero argentino es chico y está estancado desde hace 40 años”
Los datos que se presentan a continuación se desprenden del Informe Especial “Contribución del desarrollo financiero a la creación de empresas” realizado por la Fundación Observatorio PyME:
- La intermediación bancaria disminuyó durante los últimos 35 años (1985-2015) a una tasa promedio de 1,2% anual, mientras que en México creció durante el mismo período a una tasa media anual del 0.7%, en Brasil al 2% y en Chile al 2.1%.
- El mercado de capitales es hoy 5% más pequeño que en 1980, mientras que en México creció a más del doble y en Chile y Brasil más de 8 y 6 veces, respectivamente.
- Si el acceso al crédito y la disponibilidad de capital es uno de los factores que explica la natalidad empresarial, entonces puede entenderse que en Argentina la creación de empresas sea menor a la observada para México, Brasil o Chile.
- Argentina necesita más que duplicar la cantidad de empresas existentes para lograr un crecimiento sostenido de largo plazo.
- Sin empresas no hay futuro. Sin empresas no puede haber trabajo privado y entonces el peso de la creación de empleo recae sólo sobre el Estado. Sin trabajo privado, la reducción de la pobreza no es alcanzable.
- Desregular y desburocratizar los trámites necesarios para abrir una empresa es una condición necesaria, pero para nada suficiente.
- Las empresas nacen cuando los individuos que deciden emprender pueden complementar la insuficiencia del capital propio con el acceso a capitales de terceros (ya sea a través del sistema bancario o del mercado de capitales).
La línea de investigación de FOP sobre desarrollo financiero se enfoca principalmente en el canal de generación de empresas (además de la supervivencia y más eficiente operatoria de las mismas) y la distribución de la riqueza, mecanismos por los cuales un buen sistema de financiamiento produce crecimiento económico. La importancia de esta línea de investigación se basa en el diagnóstico de un reducido nacimiento de nuevos emprendimientos y de una cantidad de empresas muy baja en el país.[1]
Argentina conjuga un bajo crecimiento anual (el producto per cápita de Argentina en 2015 resultó tan sólo de casi un 40% superior al de 1980), una muy baja creación de sociedades formales de capital o mixtas (además de una baja densidad de empresas) y un bajo desarrollo financiero de casi nula dinámica.
Alcanzar un mayor desarrollo financiero requiere del fortalecimiento de las instituciones públicas, un marco regulatorio adecuado y una reducción de la volatilidad (generada por la inflación) del valor de la moneda local como reserva para la realización de transacciones futuras. Mientras tanto, al no existir sistema bancario ni mercado de capitales, es absolutamente necesario diseñar una política fiscal para favorecer las condiciones del autofinanciamiento de las iniciativas empresariales, a fin de propulsar un crecimiento económico sostenido.
[1] Ver Informe Especial Natalidad empresarial y desarrollo productivo, Fundación Observatorio PyME. http://www.observatoriopyme.org.ar/newsite/wp-content/uploads/2018/04/INFORME-ESPECIAL-NATALIDAD-EMPRESARIA.pdf