Advierten que Iguacel tiene que desarmar “una bomba de tiempo” dejada por Aranguren
El reemplazo de Juan José Aranguren puso en evidencia diferencias de criterios entre distintos sectores del gobierno. “No fue el único cambio, pero, fue uno de los más importantes, que el nuevo ministro, Javier Iguacel, deberá desactivar una bomba de tiempo por los precios de los combustibles que están congelados”. Lo dice Pablo Challú al sitio Surtidores.com.ar, economista industrialista, que conoce el entramado de las cadenas de valor y en especial el de las Estaciones de Servicio.
Consultado acerca de un posible ajuste en los precios de las naftas y gasoil en las bocas de expendio luego de caído el acuerdo de precios el próximo 1 de Julio, Challú sostuvo: “Hay que realizar un balance por la cuestión del tipo de cambio. Liberar los precios con un barril de referencia que rozó los 80 U$S y con una devaluación en marcha puede generar una recesión mayor que golpeará a la industria y, en algunos casos, a las economías regionales”.
Además, agregó: “Esta situación haría inviable la existencia de muchas Estaciones de Servicios, que actúan con un escaso margen de ganancia y que verían caer las ventas dramáticamente. Veremos cuál es la decisión del nuevo ministro para tener un panorama más claro, pero, advierto, primero hay que ordenar la economía en general”.
El papel del FMI en la economía nacional también fue abordado por el especialista: “Para resolver la cuestión de los precios de los combustibles y de la energía primero tiene que haber un plan maestro. Debe haber un planteamiento general de la política económica que vuela a calibrar las variables. Y, esa conducción más férrea, no es una cuestión de nombres propios. La coordinación de lo que viene, pertenece al Fondo Monetario Internacional. La coherencia que no existió durante este tiempo la va a aportar el FMI”.
Desde luego, que la visión de Challú acerca del acuerdo con el FMI, no es bienvenida: “el problema estará en las políticas de ajuste y, fundamentalmente, en la incidencia de las altas tasas de interés que ahogan la producción. El Estado se sostiene por la producción privada y si se la perjudica enfriando la economía real estaremos en más problemas y el sector estacionero no será ajeno”.
Finalmente sostuvo: “Es necesario alcanzar consensos entre los petroleros, los refinadores y los expendedores. Pero, si la situación fiscal se intenta resolver mediante un fuerte ajuste del gasto público, se creará un círculo vicioso donde caerán la recaudación y el ingreso genuino de las familias argentinas”.