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Viernes 6: Brian Barrios
Viernes 13: Paola Martz
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Con el comienzo de junio, los comercios dejan de estar obligados a aportar al Instituto Argentino de Capacitación Profesional y Tecnológica para el Comercio (INACAP), al entrar en vigencia la norma que lo convierte en voluntario.
La decisión había sido dispuesta por el Gobierno nacional a principios de marzo, mediante el Decreto 149/2025, estipulando que empiece a regir a los 90 días corridos de su publicación, lo que se cumple con el arranque del sexto mes del año.
La normativa determina que “las Convenciones Colectivas de Trabajo no podrán imponer aportes, contribuciones o cualquier otro tipo de carga económica en beneficio de las cámaras, asociaciones o agrupaciones de empleadores a cargo de no asociados o afiliados a dichas entidades, salvo que dichas cargas resultaren aceptadas voluntariamente por estos últimos”.
De esta manera, los comerciantes dejan de realizar obligatoriamente la contribución mensual en concepto de capacitación por cada empleado registrado, que venían haciendo desde el 2008, representando un alivio de más de $70 mil millones al año para el sector mercantil.
El aporte debía realizarse aunque el empleado nunca se capacite, según lo establecido en el convenio colectivo de comercio, permitiendo recaudar millonarios fondos a los mismos gremios empresarios que firmaron la paritaria.
El cálculo del ahorro parte de que la cuota, que se incrementó en marzo, está $4.725,02 por cada trabajador, lo que equivale a una recaudación mensual de más de $5.600 millones y $70.000 millones al año, aproximadamente, ya que la contribución por parte del empleador, alcanzaba a 1.2 millones de trabajadores.
Desde la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM) destacaron la medida asegurando que “representa un cambio significativo en las obligaciones que hasta ahora debían cumplir los empleadores”, cuestionando el aporte al indicar que “los comerciantes de todo el país tuvimos que pagar por 17 años la cuenta de una mesa de la que no participamos”.
En este sentido, remarcaron que las entidades que recaudan los aportes no hacen “rendición de cuentas públicas de qué se hace por año con esos fondos que administran los gremios empresarios”. Al mismo tiempo, pidieron que la medida se ratifique por ley para asegurar que en el futuro ningún gobierno vuelva a imponerlo.
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, destacó la entrada en vigor de la decisión al expresar en su cuenta de X que “con esto bajamos costos en comercio, metalúrgicos, producción avícola, calzado, turismo, pasteleros, comercio internacional, gastronomía y contratación de maestranza”.
En este marco, sostuvo que “la libertad, y no el uso del poder coercitivo del Estado para sacarle recursos al prójimo, es un principio fundamental del liberalismo que nos propone el presidente Javier Milei”.
La Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) presenta “IVA Simple”, el nuevo mecanismo que permite agilizar la presentación de declaraciones juradas del impuesto al valor agregado. Por medio de la Resolución General 5705/2025 publicada en el Boletín Oficial, el organismo agiliza la determinación del tributo a partir de un único procedimiento electrónico integral y asistido que reemplaza los sistemas vigentes.
El nuevo “IVA Simple” se basa en una declaración jurada (Formulario F. 2051) que será precargada por el organismo con la información disponible. El contribuyente podrá confirmar, agregar o modificar.
El nuevo esquema elimina la multiplicidad de formularios, ya que uno solo agrupa a los actuales (F. 731, 810 y 2002 y 2082) e integra en el mismo formulario el Libro de IVA Digital. De esta forma, se consolida la información en una única declaración.
Una vez registradas las operaciones, se determina el impuesto, los pagos a cuenta, los saldos a favor y el saldo resultante. En este paso, el sistema permitirá seleccionar el perfil del ciudadano, así como visualizar las retenciones y percepciones informadas a través del Sistema Integral de Retenciones Electrónicas (SIRE) y Sistema de Control de Retenciones (SICORE).
De tal modo, ARCA busca facilitar el cumplimiento de las obligaciones fiscales de contribuyentes y responsables mediante aplicaciones optimizadas.
Cronograma de implementación
Junio 2025: Disponibilidad del sistema
Junio-Octubre 2025: Período de transición opcional
Noviembre 2025: Implementación obligatoria para todos los responsables inscriptos
Los contribuyentes exentos continuarán utilizando únicamente el Libro IVA digital.
¿Cómo funciona IVA Simple?
IVA Simple opera en dos etapas automatizadas:
Registro electrónico: Carga automática de operaciones de compras y ventas, con datos provistos por ARCA o importados desde sistemas propios.
Determinación del impuesto y del saldo resultante: dondese informarán las condiciones para la determinación del impuesto y se visualizarán las retenciones y percepciones informadas, al igual que otros datos registrados en las bases de ARCA, como pagos a cuenta, saldos a favor, entre otros.
Argentina se ubica entre los países con mayor carga impositiva del mundo. Así lo señala un reciente informe de la consultora Focus Market, que advierte sobre el impacto que tienen los tributos nacionales, provinciales y municipales a lo largo de toda la cadena de producción, distribución y comercialización. Esta presión fiscal —que no discrimina entre bienes esenciales y productos durables— afecta directamente el poder de compra de los consumidores y distorsiona los precios relativos de la economía.
“A lo largo de toda la cadena, los bienes que llegan a manos del consumidor acumulan múltiples gravámenes. En muchos casos, más de la mitad del precio final corresponde a impuestos. Esto no solo encarece los productos, sino que fragmenta el sistema de precios y desalienta el consumo”, explicó Damián Di Pace, director de Focus Market.
La consultora elaboró una simulación para estimar cuánto podrían reducirse los precios de distintos bienes si se implementara una reforma tributaria orientada a simplificar y alivianar la estructura impositiva. El ejercicio parte del precio final que hoy pagan los consumidores, estima la carga tributaria embebida en ese monto y luego aplica un esquema alternativo con una presión significativamente menor: eliminación de Ingresos Brutos y el impuesto al débito y crédito, reducción del IVA al 50% y un tope de 20% para el impuesto a las Ganancias.
Alimentos: entre el 24% y el 11% en impuestos
Según Focus Market, un litro de leche que hoy cuesta $2.650 tiene una carga impositiva cercana al 24%. Bajo el nuevo esquema, ese porcentaje caería al 11%, reduciendo el precio final a $2.232. El pan pasaría de $1.700 a $1.470 por kilo; los fideos de $1.571 a $1.323 por medio kilo; y la carne vacuna (peceto) de $12.999 a $10.761 por kilo.
“Se trata de una mejora directa y visible para el bolsillo. Aunque los márgenes varían según la cadena de valor, el patrón es claro: cuando bajan los impuestos, también bajan los precios”, sostuvo Di Pace.
El informe también subraya que el reclamo por un alivio fiscal se ha intensificado desde el sector privado, en particular desde las cadenas de supermercados, que advierten sobre un incremento de tributos provinciales y municipales por encima de la inflación, nuevas tasas sin contraprestación real y un uso recaudatorio de figuras como Ingresos Brutos o la Tasa de Seguridad e Higiene.
Estas distorsiones no solo afectan a los productos básicos, sino que también erosionan los esfuerzos del gobierno nacional por contener la inflación y recomponer el poder adquisitivo.
El índice Big Mac y el precio del combo argentino
Para ilustrar el efecto de la carga tributaria, el informe recurre también al índice Big Mac, elaborado por The Economist. Este indicador compara el precio de un combo mediano de hamburguesa en distintos países como una aproximación al poder adquisitivo y a las distorsiones de precios.
En ese ranking global, Argentina ocupa el segundo lugar entre las Big Mac más caras del mundo, solo detrás de Suiza. Un combo mediano cuesta actualmente $10.900, de los cuales un 47% corresponde a impuestos. Si se aplicara el esquema fiscal propuesto, el precio podría reducirse a $7.192, lo que representaría una baja de más de $3.700.
Indumentaria: impacto directo sobre precios nacionales e importados
El estudio también revela el fuerte impacto fiscal en el rubro indumentaria. Una prenda nacional que cuesta $30.000 podría reducirse a $19.000. En el caso de ropa importada, la caída sería de $70.000 a $56.806. Lo mismo sucede con el calzado: un par nacional pasaría de $115.000 a $96.983 y uno importado de $200.000 a $162.105. En estos casos, la presión tributaria supera el 50%.
“La discusión no gira en torno a si deben existir impuestos —porque es evidente que sí—, sino a cuán razonables son sus niveles actuales y cuánto margen hay para aliviarlos sin desfinanciar al Estado”, planteó Di Pace.
Automóviles: el caso testigo de la presión tributaria
El caso del automóvil sintetiza de manera paradigmática el peso de los impuestos en la economía argentina. Un modelo de gama media con precio en concesionaria de $31.087.000 tiene más del 54% de su valor asociado a cargas fiscales. Si se aplicara una estructura impositiva más liviana, su precio final se reduciría a $18.973.000, una baja del 39%.
La rebaja no solo haría más accesible el vehículo, sino que también estimularía la demanda, reduciría los costos de reposición y facilitaría el acceso al crédito para sectores actualmente excluidos del mercado.
Aunque el Gobierno ha eliminado algunos impuestos internos para ciertos modelos, la carga total sigue siendo elevada, y buena parte del costo final está vinculada a tributos de origen provincial y municipal. En un país donde el automóvil no es solo un bien de consumo, sino también una herramienta de trabajo, una reforma impositiva podría implicar una mejora concreta en la vida cotidiana de millones de personas.
Una asignatura pendiente
“La discusión sobre la carga tributaria en Argentina no es nueva, pero sigue siendo una de las grandes asignaturas pendientes. La clave está en lograr un sistema más ágil y equitativo, que alivie al consumidor sin comprometer la solvencia fiscal. Una reforma bien orientada no solo aliviaría el bolsillo, sino que también podría convertirse en una palanca de crecimiento económico y bienestar social”, concluyó Damián Di Pace.
En el desayuno de tostadas con café con leche tomamos la energía para encarar el día.Pero resulta que también nos comemos grandes cantidades de impuestos. Cada 4 bollitos de pan, nos comemos uno de impuestos y nos tomamos un vaso de leche por cada sachet. Es decir,en el precio que pagamos por muchos de los productos, hay más impuestos que ganancia. Por ejemplo, en la leche hay 26% de impuestos y 7% de ganancia y en el pan 24% impuestos y 16% ganancias. Son datos que arroja el último informe de “Composición de precios” de FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina).
“En el almuerzo o cena pasa lo mismo, si vamos a la carnicería, por cada kilo de carne nos estamos llevando un cuarto de impuestos. Hay 25% de impuestos y 15% de ganancias. En otras palabras, cada $10.000, estamos pagando $2.500 de carga impositiva. Esto se repite también en muchos de los productos, y en algunos casos esto se está haciendo más visible para el consumidor, por la aplicación de la nueva medida de transparencia que pide detallar el “precio con y sin impuestos” en las góndolas y tickets”, advierte Nicolle Pisani Claro, Economista Jefe de FADA.
¿Qué pagamos en un precio?
“El precio que pagamos está compuesto por tres grandes categorías: los costos de hacer ese producto, la ganancia y los impuestos que se pagan en todo ese proceso. Pero ¿cuáles son esos impuestos y qué hay detrás de un producto en cuanto a costos? Los impuestos que se destacan son: el IVA a nivel nacional, ingresos brutos en lo provincial y las tasas a industrias y comercios a nivel municipal”, detalla Antonella Semadeni, economista de FADA. Y del total de esos impuestos, más del 70% corresponden a los nacionales.
“En cuanto a los principales costos, por ejemplo, para elaborar el pan tenemos: la electricidad, que pesa aún más por las actualizaciones en las tarifas, materia prima, el transporte, alquileres y el personal. Por ejemplo, el flete representa el 2% del precio al consumidor”, describe Pisani Claro.
“Hasta que llega a nuestra mesa, en cada etapa del producto hay costos e impuestos que se deben afrontar, así como las ganancias propias de una actividad productiva. Que los impuestos superen la ganancia, es una situación que puede tornarse injusta ya que, por ejemplo, en la cadena de la leche todo el proceso productivo está afectado por cuestiones climáticas, sujeto al precio del maíz con el que se alimentan las vacas, a los productos relacionados con la salud de los animales, al del combustible para el transporte… son muchas las variables que se enfrentan. En medio de todo eso, el Estado, a través de los impuestos, está presente en todos los eslabones y no afronta ningún riesgo”,analiza Semadeni.
¿Cómo se va componiendo el precio?
“El precio que pagamos por nuestros alimentos no es azaroso o caprichoso y puede desglosarse de diferentes modos. Esto hacemos en este informe”, explica Semadeni. Por ejemplo, en el caso del pan, desde el campo a la mesa el precio se multiplica 12 veces. ¿Qué hay en el proceso?: 60% de costos de producir el pan, 24% de impuestos y 16% de ganancias.
En el caso de la carne, el precio está compuesto por un 60% de costos. Para llegar a los bifes que compramos es necesario un proceso que lleva mucho tiempo, con costos importantes como la tierra donde se crían los animales, la sanidad y la alimentación, el transporte, y el personal.
En la leche 67% son costos, 26% son impuestos y sólo un 7% son ganancias. Por ejemplo, para el tambo, los costos que más subieron en esta última medición fueron la alimentación de las vacas y todos los costos relacionados con la comercialización.
Al estudiar la composición de los precios de manera cronológica, vemos en el precio del pan que el 8% corresponde al trigo, 4% al molino, 64% a la panadería y 24% los impuestos. En la carne 28% es la cría, 24% el feedlot, 2% frigorífico, 21% carnicería y 25% impuestos. En la leche 28% es el tambo, 26% la industria, 20% el comercio y 26% los impuestos.
Precio con y sin impuestos ¿Para qué sirve esta medida?
“Es una forma de educar a los consumidores, para que se tenga noción del peso de los impuestos en los productos que compramos y entender la importancia de revisar todo el sistema impositivo en general. El informe de FADA también va en esa línea de aportar información e incluso intenta ir más allá, detallando cómo se va componiendo el precio a través de todos los eslabones y teniendo en cuenta los impuestos en todos los niveles de gobierno”, comenta Pisani Claro.
“Creemos que esto ayuda a derribar ciertos mitos sobre cómo se conforman los precios que muchas veces traban políticas públicas importantes para los ciudadanos y para las áreas productivas. Por ejemplo, durante muchos años se creyó erróneamente que la baja de las retenciones, al impactar en el precio de los granos, iba a traer un importante aumento del precio de los productos básicos cuando no es así. En realidad, este informe muestra que el 90% del precio de los productos corresponde a múltiples factores como impuestos, transportes, alquileres, salarios, servicios, entre muchos otros. Por eso creemos que es importante visibilizar y derribar ciertos mitos para centrarse y focalizar en lo que necesitamos como consumidores y para todo el proceso de producción y elaboración”, concluye Semadeni.
“COMPOSICIÓN DE PRECIOS” EN NÚMEROS
1.000 de cada 4.000 pesos que pagamos en carne, leche y pan, son impuestos.
En el total de impuestos a estos alimentos: 3 mil de cada 4 mil pesos, son impuestos nacionales.
PAN
Cada 4 bollitos de pan, nos comemos 1 de impuestos.
Precio del pan: el 60% son costos, el 24% impuestos y el 16% la ganancia.
El trigo representa sólo el 8% del precio.
Desde el campo a la panadería, el precio se multiplica por 12 en su recorrido.
Precio pan en eslabones: el trigo representa el 8%, el molino el 4%, la panadería el 64% y los impuestos el 24%.
LECHE
Nos tomamos un vaso de impuestos por cada sachet de leche.
67% son costos de producción, 26% impuestos y 7% ganancia.
El maíz representa el 4% del precio del sachet al consumidor.
El precio de la leche se multiplica por 3,5 del campo a la góndola.
Precio leche por eslabones: el tambo representa el 28%, la industria el 26%, el comercio 20% e impuestos el 26%.
CARNE
Nos comemos un cuarto kilo de impuestos por cada kilo de carne.
25% son impuestos, el 59% son costos y 15% ganancia.
El maíz representa sólo 9% del precio final de la carne.
Precio carne por eslabones:la cría representa el 28%, el feedlot 24%, frigorífico 2%, carnicería el 21% y los impuestos el 25%.