“Boom” comercial de extranjeros en Misiones: qué productos son los más buscados

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Por Alejandro Spivak. “Los brasileños y paraguayos se llevan de todo”, reconocen comerciantes de ciudades fronterizas de Misiones. “Debido a la diferencia cambiaria los comercios de ciudades como Posadas, Puerto Iguazú, San Javier, El Soberbio, Bernardo de Irigoyen y San Antonio, entre otros, no dan abasto en la venta de productos de todo tipo de rubros”, así lo reconocieron los presidentes de las Cámaras de Comercio de las ciudades mencionadas.

También lo confirmó el titular de la Federación Económica de Misiones (CEM), Guillermo Fachinello. “El movimiento comercial en Misiones debido al tipo de cambio es muy importante. Brasileños y paraguayos, en su mayoría recorren las ciudades fronterizas, no sólo para comprar combustible sino también otros productos, principalmente alimenticios”.

En contraposición al “boom” comercial que se vive en la provincia de Misiones, se encuentran los comercios y estaciones de servicio de las ciudades tales como Encarnación (Paraguay), límite con Posadas;  Foz de Iguazú (Brasil), límite con Puerto Iguazú; Dionicio Cerqueira (Brasil), límite con Bernardo de Irigoyen; Santo Antonio (Brasil), límite con San Antonio; Puerto Xavier (Brasil), límite con San Javier; Puerto Triunfo (Paraguay), límite con Puerto Rico; 7 de Agosto (Paraguay), límite con Montecarlo y El Soberbo (Brasil), límite con El Soberbio, entre otras localidades.

Inclusive la baja considerable de las ventas por la no asistencia de misioneros se produce en Ciudad del Este, considerada una de las ciudades con mayor movimiento comercial, no solo de la región sino del mundo. Se la compara con Hong Kong, Miami o Panamá, entre otras.

La situación económica que vive la Argentina hace que los ciudadanos de ese país que venían a comprar productos, principalmente electrónicos a Ciudad del Este, ya no vengan. Sólo vienen brasileños en su mayoría y turistas que hacen el recorrido Puerto Iguazú, Foz de Iguazú y Ciudad del Este”, dijo el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Ciudad del Este, Taigen Said Mohamed.

Turistas en los barrios

“Iguazú es una isla comercial”, así la definió el titular de la Cámara de Comercio e Industria, Rodrigo Blanco. Es que tanto brasileños como paraguayos llegan a la ciudad de las Catataras y además de cargar combustible van a los negocios y se llevan de todo. “Principalmente alimentos. Los brasileños son amantes de los vinos”, dijo Matías Macías, propietario de un supermercado.
“Aquí vivimos hoy el dame por caja”; reconoció.

El boom comercial hizo que no haya locales en alquiler y los pocos que existen “se cotizan en dólares”, dijo Raúl Pessoa corredor inmobiliario.

El comercio no sólo se incrementó en el centro o en las calles principales sino también en los barrios. “Tenemos la suerte que los brasileños y paraguayos recorren los comercios barriales, es que como no pagamos altos alquileres o somos propietarios, los precios de los productos los consiguen hasta un 25 % más barato que en el centro”; dijo María Marta Segovia, propietaria de un minimercado barrial.

Las confiterías y restaurantes también están trabajando a full. “Los vecinos paraguayos y brasileños vienen a Puerto Iguazú, compran mercaderías y aprovechan para consumir en las confiterías y restaurantes”, dijo Gisela Vertanik, empleada de una reconocida panadería y confitería situada a metros de la terminal de ómnibus.

No sólo en automóviles llegan los extranjeros, también lo hacen en colectivos que hacen el trayecto Iguazú-Foz de Iguazú- Ciudad del Este y viceversa. “Salimos con pasajeros cargados de mercaderías hacia Foz y Ciudad del Este”, dijo Jorge Giménez, chofer de una de las empresas de autotransporte de pasajeros que hacen el mencionado trayecto.

A los bidones

El combustible es el producto “vedette” para los extranjeros, en todas las ciudades fronterizas misioneras. Por ejemplo, en Iguazú hay largas filas de automovilistas brasileños y paraguayos que esperan durante horas para llenar, no sólo los tanques de los automóviles, sino llevarse el combustible en bidones.

Es que la diferencia de precios entre Brasil-Paraguay y Argentina, es abismal. Mientras que, en Foz de Iguazú la nafta súper cuesta unos 6 reales por litros, unos 1.200 pesos o en Ciudad del Este 6.800 guaraníes, unos 1.100 pesos el litro, en Puerto Iguazú se ubica en torno a los 420 pesos por litro.

La diferencia de precio ocasionó el negocio clandestino. Es que en Iguazú y otras ciudades fronterizas, como Bernardo de Irigoyen, se vende combustible en bidones en los barrios. Esto hace que los compradores extranjeros, si bien pagan unos pesos más, evitan las largas filas en las estaciones de servicio.

También los propios brasileños y paraguayos cargan combustible en bidones para vender en sus ciudades de residencia. “Nosotros vendemos combustible sea a quien sea y mientras los bidones estén homologados, nosotros cargamos”; dijo Roberto Hasmel, vendedor en una de las estaciones de servicio del centro de la ciudad de las Cataratas.

La venta de combustible a extranjeros motivó la discusión entre remiseros y taxistas y demás automovilistas con los playeros, porque prefieren venderles a los extranjeros, debido a que reciben dólares, reales o guaraníes y hacen la diferencia cambiándolos en el mercado ´blue´”; dijo Rosana Taffir, propietaria de un taxi.

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En tal sentido dijo: “A nosotros nos habilitan uno o dos surtidores por estación, mientras que a los extranjeros les abren hasta seis surtidores”.

Capital provincial

Posadas limita con Encarnación (Paraguay), también vive “un boom” comercial. “Antes llegaban solamente paraguayos, de un tiempo a esta parte se sumaron los brasileños, que además aprovechan la diferencia cambiaria que tienen a favor y se quedan en hoteles como mínimo por tres noches”, dijo el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Posadas Manuel Amores.

El dirigente comercial hizo una descripción de lo que consumen los paraguayos y brasileños, a la vez que destacó la inversión que hizo el municipio en el mejoramiento de la ciudad, que permite de esta manera que “principalmente los brasileños pernocten como mínimo tres días y disfruten de la costanera, plazas, parques, espectáculos y demás en la ciudad”.

Manuel Amores dijo que “el visitante brasileño viene a Posadas a adquirir experiencia. Son familias o grupos de personas de clase media alta. Llegan en autos, motos, casas rodantes en tours o micros y paran en hoteles de entre tres y cinco estrellas”. Y agregó: “Recorren negocios de mediana y alta calidad, buscan las primeras marcas en ropa, compran artículos de marroquinería, buenos vinos, disfrutan de la noche posadeña, consumiendo en restaurantes y confiterías de alta calidad”

Compradores golondrinas

Amores dijo que en cuanto al paraguayo “el problema fundamental es el cruce del puente San Roque González de Santa Cruz porque deben hacer largas filas con esperas de entre cuatro y seis horas por eso quienes vienen desde Encarnación o ciudades cercanas, además de cargar combustible los podemos observar comprando mercadería alimenticia y artículos de limpieza en supermercados. No compran ropa, ni electrodomésticos ni perfumes. Son los compradores golondrinas”.

“El paraguayo que llega a Posadas es de clase baja-media que le cuesta llegar a fin de mes y viene a Posadas para hacer la diferencia”. 

El presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Posadas sostuvo que “las distribuidoras están trabajando a full, porque no solo les venden a los comerciantes de Posadas, sino que también a los comerciantes paraguayos que llevan productos para revender en su país. Esto hace que las empresas de servicios también estén trabajando a full. El problema grave es que no hay mercaderías y esto hace que no podamos crecer en las ventas”.

Otras ciudades fronterizas

En las demás ciudades de frontera, tanto con Brasil como con Paraguay, la situación comercial es similar. “Se está trabajando muy bien. Tenemos la presencia de brasileños que además de combustible se llevan de todo, se desesperan por los vinos”; dijo el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Bernardo de Irigoyen Walter Feldman.

Bernardo de Irigoyen es frontera seca con Dionisio Cequeira. (Brasil) “El problema ahora es el paso migratorio que se hizo engorroso”. 

“Los brasileños deben aguardar varias horas para cruzar”, sostuvo. Es que Brasil hace poco más de un mes obliga a quienes ingresan y salen de su país, por más que sea en forma transitoria a realizar Migraciones.

Esto motivó que tanto argentinos como brasileños crucen en forma clandestina, ya que hay sectores que ambas ciudades fronterizas están separada tan solo por una línea imaginaria; una vereda o un parque”.

En Bernardo de Irigoyen se da la particularidad que muchos ciudadanos que residentes en esa localidad trabajan en negocios e industrias brasileñas. “Cruzamos todos los días y cobramos en reales. Esto nos permite hacer la diferencia”; dijo Noelia Ruez que vive en Bernardo de Irigoyen junto a su esposo Sergio y dos hijos.

“Mi marido trabaja todo el día en una industria y yo medio día en un comercio gastronómico. Aprovecho las horas que mis hijos están en la escuela. Entre los dos juntamos cerca de 700.000 pesos, imposible cobrarlos en Bernardo de Irigoyen”.

“Traigo reales y los cambio en el mercado paralelo y hago la diferencia (la cotización se ubica entre los 200 y 230 pesos). La presencia de brasileños en Bernardo de Irigoyen motivó también el comercio “ilegal” de combustible. En lugares donde la separación fronteriza es solamente una vereda, se puede observar a personas ofreciendo la venta de combustible en bidones de nafta.

“Es ilegal, pero necesitamos darle de comer a nuestras familias”, dijo Pablo N. que tiene un puesto de venta callejera de combustible y demás productos. “Ni siquiera el brasileño cruza, sino que somos nosotros quienes caminamos unos 20 metros y con una manguera le ponemos el combustible en su automóvil”.

“Lo compro al precio oficial y lo vendo entre un 20 y un 25 % más caro. Al brasileño le conviene, no pierde tiempo en la Aduana”.
A unos 20 kilómetros se encuentra la ciudad de San Antonio, límite con la brasileña Santo Antonio.

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Aquí se da la particularidad que entre el 40 y 45% de la población cruza todos los días para trabajar en las industrias textiles de Santo Antonio. “Cobramos unos 3.500 reales por mes (700 mil pesos) por ocho horas de trabajo. Tenemos residencia temporaria y eso nos permite está blanqueados”; dijo Orlando Zamolini.

Zamolini tiene esposa y cuatro hijos. “Hago horas extras y llego a los 900 mil pesos. Dinero que no cobraría en San Antonio.
A su lado, Sergio Peñozo dijo que “estoy en la misma situación. Tengo familia y en San Antonio no hay empleos con remuneraciones tan importantes”.

El problema que se suscitó es el engorroso trámite de Migraciones que deben hacer quienes cruzan a diario para ingresar y egresar de Brasil. “Deberíamos tener una tarjeta magnética de pase, como no existe reconocemos que cruzamos clandestinamente”.

En San Antonio muchos residentes optaron por abrir pequeños negocios barriales en sus propios domicilios. “Instalé un pequeño polirrubro en el garaje, me permite tener ingresos extras, porque los brasileños se llevan de todo, principalmente cajas de vinos”; Dijo Álvaro Castroman que trabaja en Santo Antonio y su mujer atiende el negocio barrial.

En definitiva, San Antonio tiene un movimiento comercial que no tenía en épocas anteriores, gracias a la devaluación del peso. Lo mismo sucede en las demás ciudades fronterizas

La otra cara

Los argentinos que eran grandes consumidores en ciudades como Foz de Iguazú (Brasil), Encarnación y Ciudad del Este (ambas paraguayas), en su mayoría, ya no las visitan.

En ciudad del Este, por ejemplo, es casi nula la presencia de argentinos. “Los argentinos ya no vienen. A lo sumo si necesitan algún elemento electrónico”, dijo el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Ciudad del Este Taigen Said Mohamed.
“Además el peso está muy devaluado. Lo recibimos pero casi no vale nada”.

El dirigente empresarial paraguayo dijo que “tampoco a los argentinos le conviene comprar con tarjeta de crédito porque no pueden financiar y además le cobran muchos impuestos”.

Es cierto que en Ciudad del Este y demás localidades paraguayas se consiguen, por ejemplo, cubiertas chinas mucho más económicas que en la Argentina. “Quienes nos compran prefieren que se las hagamos llegar a su ciudad. Nosotros hacemos ‘delivery´ hacia localidades misioneras cercanas a Ciudad del Este”; dijo Salvador E.

En Foz de Iguazú la situación es similar. Los grandes supermercados ya no tienen la presencia de argentinos. “Ya no vienen, nos les conviene”; dijo Rosalía Mozzot, encargada de uno de los supermercados más grandes de la ciudad.

“En cuanto a los argentinos nos bajó la venta en un 90 %. Sólo compran algunos productos quienes están de paso hacia otras localidades de veraneo”.

Un recorrido por esta localidad fronteriza permitió ver que, por ejemplo, las estaciones de servicio están casi vacías. “Los automovilistas cruzan a Puerto Iguazú. Sólo cargan unos pocos litros por automóvil que les sirve para llegar a la Puerto Iguazú”; dijo el expendedor de combustible Jonás Carvalho.

“Además competimos con la venta de combustible clandestino, ya que se trae en bidones y en los barrios se vende nafta argentina”. En Foz do Iguazú un litro de combustible cotiza a 1.200 pesos (unos 6 reales); mientras que en Iguazú cuesta 420 pesos (unos dos reales).

Encarnación desolada comercialmente

La situación comercial en Encarnación es similar. Desde la Cámara de Comercio de Encarnación sostuvieron que “los comercios están prácticamente con facturación cero todos los días”. Los argentinos no vienen, los paraguayos cruzan el puente y compran en Misiones”.

“La estamos pasando muy mal, porque el comercio acá depende en casi un 90% de los compradores argentinos”, dijo el presidente de la cámara comercial Valentín Fernández. gremios señalan que no hay ventas y que la situación ya es insostenible.

La comerciante Gisela Blanco dijo “el comercio encarnaceno, en general, agoniza y casi todos los demás segmentos no registran movimientos en sus arcas”. “Nosotros estamos solicitando una ayuda al gobierno municipal y nacional porque lamentablemente debido a la falta de ventas debemos despedir empleados”.

Desde el gremio de comercio encarnaceno plantearon su preocupación. “Lamentablemente los comercios, principalmente ubicados en cercanías del puente Roque González de Santa Cruz y del puerto dependen casi un 95% de la presencia de argentinos que ya no vienen porque no les conviene. Tal vez los pocos que cruzan se llevan algo de calzado y rompa de baja calidad, pero nada más”, sostuvo Guillermo Ayala Krebs, integrante de la comisión directiva. Se estima que desde 2020 a la fecha cerraron más de 800 comercios en Encarnación.

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