Canastas Básicas versus Salarios: ¿Cómo evolucionaron en Misiones?
Escribe alejandro Pegoraro
Días atrás, el INDEC publicó los datos de las estimaciones de valores de las Canastas Básicas (alimentaria y total) para el mes de marzo 2021 para el Gran Buenos Aires, afirmando que una familia tipo de cuatro integrantes necesitó de $60.873,68 para la Canasta Básica Total (CBT) y de $25.685,10 para la Canasta Básica Alimentaria (CBA).
El aumento sostenido de los valores de las canastas hace presión sobre los niveles de
pobreza, en la medida que impacta de manera mucho más fuerte en los hogares de
menores ingresos, que en muchos casos están en la informalidad, pero también
impacta sobre trabajadores formales privados que se desempeñan en sectores de que
muestran históricamente los salarios más bajos.
En Misiones el dato que arrojó el Instituto Provincial de Estadística y Censo (IPEC) señala que la CBA tuvo, en marzo, un valor de $21.344,42; y la CBT mostró un valor de $54.729,28. En ambos casos, se trata también de estimaciones para una familia tipo de cuatro integrantes (dos adultos y dos menores).
Analizando el comportamiento de las canastas de Misiones contra la publicada por el INDEC (correspondiente al Gran Buenos Aires y no al total país), lo primero que se hace evidente es la velocidad de los aumentos: comparado contra marzo de 2020, en Misiones la CBA creció solo un 15,6% mientras que la de INDEC-GBA lo hizo en un 48%; para el caso de la CBT, tuvo el mismo incremento en el caso misionera, y la de INDEC-GBA creció 45%.
Lo novedoso que muestran los datos del IPEC es que, para la CBA, los valores misioneros están por debajo de los de INDEC-GBA en los últimos seis meses, y en el caso de la CBT, en los últimos cuatro meses. Además, es notoria la diferencia en su variación, con una clara desaceleración en el caso misionero y un sostenimiento con inclinación al alza para el caso GBA.
Pero más allá de los valores en sí, lo más importante en el caso misionero es la relación entre canastas y salarios: recordemos que, en informes anteriores relacionados a los salarios promedios de trabajadores formales del sector privado, Misiones se ubica entre los más bajos del país junto a sus pares del NEA. Por ese motivo, la variación de las canastas se torna fundamental, al cruzar con salarios, para tener una mejor aproximación de la situación de los hogares en términos de satisfacción de necesidades básicas.
Tomando la serie de datos de enero 2020 a marzo 2021 de valores de las canastas contra los salarios promedios del sector privado (en este último caso, se proyectan los datos del primer trimestre 2021), se observa una marcada desaceleración en la brecha: si bien los salarios continúan por debajo de los valores de la CBT, lo hacen en un nivel muy menor.
Para evitar confusiones, se debe aclarar que el salario promedio formal mencionado previamente corresponde a una persona, y el valor de la CBT corresponde a la totalidad de un hogar, por lo cual, en el caso de que el hogar de referencia tenga dos ingresos, ya se ubicará bastante por encima de la línea de pobreza que marca la CBT.
El recorte de la brecha se explica más por el escaso incremento que tuvieron las canastas que por el aumento de los salarios, lo que plantea el desafío de recomponer estos últimos, algo que se dará de la mano de un fortalecimiento de la actividad que ya se está dando en la provincia, sobre todo para sectores como el comercio y la industria, que son los que representan la mayor masa de trabajadores registrados en la provincia.
Misiones ha logrado dar grandes pasos durante el último año, creciendo en volúmenes muy altos en muchos indicadores de la actividad, fomentando mayor consumo y sacando provecho de la actual situación de cierre de frontera. Una vez consumado el crecimiento económico, viene el “derrame”: que ese crecimiento llegue a las personas y de esa manera todos los indicadores sociales experimenten notables mejoras.
Las condiciones para ello están dadas en la provincia, de una manera mucho más fuertes y consolidadas que en la gran mayoría de las provincias argentinas, pero aún resta una mayor profundización de políticas locales (un camino que está iniciado) pero también el apoyo nacional: los problemas estructurales de Misiones, al igual que los que sufren las provincia del norte argentino, no tiene solo soluciones locales, sino que dependen también de decisiones de fondo que tienen al Gobierno nacional como protagonista.
Ese camino también está iniciado a partir del relanzamiento del proceso de integración del Norte Grande, pero todavía no se logró ir al hueso de la cuestión. La situación sanitaria, por un lado, y el aun frágil escenario macro condicionan este camino. Los gobernadores tienen en sus manos la responsabilidad de fortalecer este proceso para poder torcer el rumbo del norte, y las autoridades nacionales tienen a su vez la responsabilidad de dar respuestas concretas para ello.