Crisis en las economías regionales: del vino a la yerba mate
|
Getting your Trinity Audio player ready...
|
Las imágenes de productores vitivinícolas acampando al costado de la Ruta 7, en el departamento de San Martín (Mendoza), sintetizan una escena que se repite en distintos puntos del país. Más de 300 pequeños y medianos viñateros reclamaron esta semana por la falta de financiamiento, el aumento de los costos y la ausencia de políticas públicas que permitan sostener las economías regionales. Bajo la consigna “En defensa de nuestras fuentes de trabajo”, el sector se declaró en estado de emergencia y advirtió que, sin medidas urgentes, muchas fincas familiares podrían desaparecer.
El ex presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), Marín Hinojosa, explicó que el problema trasciende a Mendoza: “Nos hemos quedado sin la opción de exportar. El consumo interno se cayó y la exportación no arranca. Con un dólar planchado es muy difícil ser competitivos, porque somos caros como país”.
En sintonía, el ex secretario de Agricultura Juan José Bahillo aseguró que el cuadro es generalizado: “Las más de treinta economías regionales que tiene nuestro país están todas pasando por una situación similar. La realidad que atraviesan es muy crítica o terminal, y tiene que ver con el modelo económico que lleva adelante la gestión de Milei”.
Bahillo agregó que el actual gobierno “desconoce totalmente el entramado productivo del interior” y graficó la contradicción de importar peras de China, pollo de Brasil o cítricos de Egipto, mientras los productores locales no pueden colocar su mercadería.
El mismo color rojo en el “Semáforo” de Coninagro
El diagnóstico de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) para octubre ratifica esa percepción: el 70% de las economías regionales está en zona roja o amarilla, lo que indica crisis o fuerte advertencia. La yerba mate, el té y el tabaco -pilares productivos del NEA- se encuentran entre los sectores más comprometidos.
Según el último Semáforo de Economías Regionales, la yerba mate atraviesa un período de baja de precios y aumento de costos, agravado por la desregulación del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) dispuesta por el DNU del presidente Javier Milei. Los productores denuncian que sin un precio de referencia ni control de comercialización, las industrias imponen valores por debajo de los costos de cosecha, mientras el mercado. Solo las exportaciones están en alza.
En el caso del vino, Coninagro también mantiene el color rojo, con problemas similares: demanda interna deprimida, costos dolarizados y pérdida de rentabilidad exportadora. Ambos sectores, junto con el citrus, el arroz y la horticultura, conforman el bloque más afectado del mapa productivo argentino.
Yerba mate: la misma asfixia económica
En Misiones, los productores yerbateros vienen advirtiendo hace meses que la situación es “insostenible”. Los reclamos son calcados a los de los viñateros mendocinos: falta de financiamiento, desprotección del pequeño productor y un esquema macroeconómico que castiga al interior productivo. Sin una política pública que estabilice precios, costos y tipo de cambio, los sectores más representativos de la Argentina federal se encaminan hacia una crisis estructural.
Tanto en la Cordillera como en la selva misionera, el denominador común es la desaparición del margen de rentabilidad. Los productores que sostienen la matriz exportadora y el empleo rural -en su mayoría pymes familiares- hoy enfrentan la disyuntiva de endeudarse o abandonar la actividad.
El modelo actual, centrado en el ajuste fiscal y la apertura importadora, ha dejado en rojo al mapa de las economías regionales.
