Desaparecieron más de 2.300 empresas en la industria, minería y construcción durante el último año
Según un informe privado, los tres sectores observaron una importante reducción en la cantidad de compañías, acompañado de miles de puestos de trabajo perdidos
Desde noviembre del año pasado, desaparecieron 879 empresas en la industria manufacturera, número que asciende a 2.333 si se incluye a minería y construcción. Como correlato, se perdieron puestos de trabajo y no hay optimismo en el sector por una recuperación en el corto plazo.
Así surge de un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) y la Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA). En tanto, entre noviembre de 2023 y agosto de 2024 se perdieron 38.532 puestos de trabajo en el sector industrial, de acuerdo con los datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT). Si se suman minería y construcción, la pérdida de empleos asciende a 126.050. El 60,7% de los sindicatos encuestados dan cuenta de nuevos despidos respecto del trimestre anterior. Esto se agrava con la reducción de horas extras, la implementación de suspensiones, retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas.
Comparando la situación actual con el inicio de la gestión de Javier Milei, el 86,6% de los sindicatos industriales refleja un deterioro en sus condiciones, mientras que solo el 10% manifiesta encontrarse igual que el año pasado y apenas el 3,3% manifiesta una leve mejoría. “Este dato se inscribe en un contexto de recesión, donde las políticas impulsadas por el Gobierno han impactado negativamente en la mayoría de los sectores consultados. En cuanto a las expectativas hacia adelante, apenas un 6,7% de los sindicatos señala la posibilidad de una leve recuperación en el corto plazo, lo cual evidencia un clima de perspectivas negativas”, señaló el informe.
A su vez, el 69,2% de los sindicatos considera que las ventas empeoraron en el último trimestre y sólo el 3,8% considera que mejoraron. La producción sigue el comportamiento de las ventas: el 76% indica una retracción en la producción en el mismo período. Esto repercute en menos turnos de producción: el 62,9% expresó una reducción de los mismos en los últimos tres meses. Además, el 92% de las entidades sindicales declaró que el uso de la capacidad instalada se mantiene igual o desmejoró desde el inicio del mandato de Milei.
Un tercio de las empresas (33,4%) sigue teniendo problemas para afrontar los pagos a los trabajadores. También sobre salarios, indicaron que “si bien se incrementan levemente los plazos de discusión paritaria, el 79,3% indicó que los acuerdos no se homologan en tiempo y forma”.
En este marco, Joan Manuel Vezzato, del área de Trabajo e Ingresos de Fundar, dijo: “Tras varios meses de alta inflación, el sector privado formal comenzó a mostrar una leve mejoría en marzo de 2024, cuando la desaceleración inflacionaria permitió una recuperación parcial del poder adquisitivo. En julio, los salarios registrados del sector privado retornaron en promedio al nivel de noviembre de 2023″. Vezzato agregó que en los meses siguientes esa recuperación se desaceleró debido a una moderación en los acuerdos paritarios, y para septiembre, los salarios volvieron a estancarse.
Por otro lado, según el CEPA, los gremios indicaron que, en la discusión paritaria, además de los salarios, se discute: la actualización de convenios, la incorporación de sectores y el fondo de desempleo. Sólo el 3,4% de los sindicatos considera que las condiciones laborales de los Convenios Colectivos de Trabajo han mejorado. El 34,5% considera que han empeorado.
Es en este contexto que la Unión Industrial Argentina (UIA) viene manifestando su preocupación por la situación del sector. En la 30° Conferencia Industrial que organiza todos los años la entidad, su titular, Daniel Funes de Rioja, manifestó: “Somos propositivos y en la UIA trabajamos para que exista un terreno equilibrado. Queremos y podemos competir, pero en igualdad de condiciones, donde el costo argentino no haga inviable tal competencia, para lo cual es necesario ese terreno equilibrado que amplíe el horizonte de las cadenas de valor que cruzan industria, agro, servicios, minería y energía, y que con la digitalización y las nuevas tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial pueda mejorar la productividad”.