
“Duele la AMIA porque nos obliga a convivir con el horror, porque el crimen sigue impune y porque puso al desnudo complicidades que dan miedo”
Por Alejandro Fabián Spivak – Así lo afirmo el presidente de la Comunidad Israelita de Misiones en el acto homenaje al 30 aniversario del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina.
El presidente de la Comunidad Israelita de Misiones Marcos Alfici afirmó que “este espacio es para decir y para contar la experiencia de qué nos pasó a cada uno por las distintas generaciones. Duele la AMIA porque nos obliga a convivir con el horror, duele porque el crimen sigue impune y duele más porque puso al desnudo complicidades que nos meten miedos”.
Con estas palabras el presidente de la Comunidad Israelita de Misiones inició su alocución en el acto en homenaje a los 30 años del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) acecido el 18 de julio de 1994, en el que murieron 85 personas.
El acto tuvo lugar en la plaza 9 de Julio y contó con las presencias del gobernador Hugo Passalacqua, el intendente de Posadas Leonardo “Lalo” Stelatto, los senadores Carlos Arce y Sonia Rojas Decut; demás autoridades provinciales e integrantes de la comunidad.
“La AMIA era un edificio donde no había armas, ni hombres armados, fue un blanco fácil. Duele más porque era un lugar de gente común, maestros, músicos, gente que buscaban empleos, jóvenes, profesores, trabajadores sociales, hombres indefensos. Duele más porque no era precisamente un objetivo militar, era un espacio de gente inocente. 30 años después, el proceso judicial está agotado”.
En otra parte de su mensaje Afici dijo que “Esa denuncia debe anunciar la necesidad de que las instituciones sean más transparentes y más justas. Una justicia que abandone la triste costumbre de llegar tarde y a veces torpemente. La ausencia de esos 85 ciudadanos debe ser entendida como anuncio de la necesidad de un poder político que tenga clara voluntad política de esclarecer la verdad y que no ampare ni negocie con los terroristas”- en el acto, todos los presentes tenían una foto en mano y leyeron los nombres de cada una de las 85 víctimas que fallecieron en el atentado.
La ceremonia fue un espacio de reflexión y recuerdo, donde se renovó el compromiso de la comunidad y las autoridades con la justicia y la memoria.

“Cicatriz imborrable”
El dirigente Bruno Bladilo, comentó que “hoy nos reunimos para recordar y reflexionar sobre un evento que marcó profundamente la historia de nuestro país, el atentado a la AMIA, hace ya 30 años. Un acto de terrorismo que no solo cobró vidas inocentes, sino que dejó una cicatriz imborrable en el corazón de todos los argentinos. Recordar este trágico suceso es más que honrar a las víctimas y a sus familias, es un llamado a la memoria colectiva, a no olvidar los errores del pasado para construir un futuro más justo y seguro para todos”. “Nos enfrentamos a una realidad dolorosa, aún no se ha alcanzado justicia por este crimen atroz. Es nuestro deber exigir verdad y justicia, no solo como acto de reparación hacia las víctimas, sino como garantía de que estos crímenes no queden impunes”.
“En estos 30 años, la comunidad internacional ha sido testigo de la resiliencia del pueblo argentino que ha perseverado a pesar del dolor y la injusticia. Es un testimonio de la fuerza del espíritu humano frente a la adversidad más terrible. Sin embargo, no podemos permitir que esta fortaleza se confunda con la resignación. Debemos seguir exigiendo que se esclarezcan los hechos, que se identifiquen y juzguen a los responsables sin importar cuánto tiempo haya pasado. Este aniversario también nos recuerda la importancia de la solidaridad y la unidad en tiempos difíciles. Nos convoca a fortalecer los lazos de paz y convivencia entre todos los ciudadanos, sin distinción de origen, religión o ideología”, añadió.
Bladilo señaló que “solo juntos se puede construir un futuro sin odio ni intolerancia. Remarcó que este día debe inspirar a luchar por un mundo más justo y seguro, donde todos vivan en paz y libertad, ya que la memoria de las víctimas del atentado a la AMIA debe impulsar la búsqueda constante de justicia y verdad como valores irrenunciables”.
“El dolor de los familiares es mi dolor”
De su pare la joven Iael Saidel relató que “para mí, el 18 de julio de 1994 es un recuerdo colectivo, comunitario, familiar. Es casi como haberlo vivido. Esta memoria me la transmitieron desde que soy muy pequeña, en mi familia, en la escuela hebrea, con mis amigos y hoy por mí. Porque el dolor de los familiares es mi dolor”.
“La justicia es mi lucha por la justicia. Porque no es solo un atentado contra mi comunidad judía, es un atentado contra mi país. Por eso, para los que vivieron, para los que nacimos después, no dejemos de recordar lo que sucedió el 18 de julio de 1994. No olvidemos a las 85 personas asesinadas ese día. Porque si no tenemos justicia, la vida no puede cicatrizar”.
