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Close up of Germany on map
¿El año del quiebre democrático?
Cierra el año con altibajos políticos en todas partes del mundo, casi como de costumbre en la historia, pero con una particularidad la cual no hay que dejar pasar por alto. Este año marca un proceso de desguace democrático en varias partes del mundo, casi como un debilitamiento del modelo de participación ciudadana directa y un paralelo ascenso de las formas autoritarias de ejercer el poder.
Democracia -1
En proporciones y con contextos particulares distintos, pero con un final parecido, Corea del Sur y Alemania entraron en un proceso de desorden institucional que decantó en una evidente crisis política. Paradójicamente, ambos países fueron ejemplos de milagros económicos desde la década de los 50’s en adelante, sumados a Japón. Quizás la economía frívola les pasó por encima a una sociedad cansada y con consignas distintas de las de algunos años atrás.
El caso surcoreano pasa a través de un antes y después por el intento de ley marcial fallida impuesto por Yoon Suk-yeol. Ese patoterismo político con tintes chauvinistas solo conlleva a un arrepentimiento casi cobarde, y con un escenario final que fue el de su destitución a través de una moción de censura expresada por el Parlamento. Curiosamente, su reemplazante (presidente interino), Han Duck-soo, ni siquiera llegó al 2025, ya que también fue destituido por la Cámara Alta, debido a la lentitud del proceso de nombramiento de jueces para la Corte Constitucional. Parece increíble pero Corea del Sur terminará en diciembre con 3 presidentes distintos… otra que Argentina en 2001 con 7 presidentes en una semana.
La situación alemana pasa por la disolución del Congreso y el llamado a elecciones anticipadas por parte del presidente Steinmeir, tras el fracaso del primer ministro Olaf Scholz en una moción de confianza que no fue favorable, razón por la cual perdió la mayoría en el Congreso y, básicamente, no podrá gobernar. Esto tiene como contexto una ruptura política interna en el gobierno alemán, donde Scholz echó a su ministro de finanzas por diferencias de manejo económico y de política exterior. Literalmente, el gobierno colapsó y las elecciones serán en febrero, otro síntoma de la cobardía e incapacidad política de Olaf Scholz y el vacío de liderazgo que dejó Angela Merkel, no solo en Alemania, sino en Europa en general.
Hay algo que comparten Corea del Sur y Alemania y es el hartazgo social hacia sus modelos. La gente ya no confía en su totalidad en el sistema que los apaña, sino todo lo contrario, la duda se posa sobre las democracias liberales en el mundo. Hay varios factores, como la inacción para frenar cuestiones gravitantes en sociedad como la migración o el terrorismo y el hecho de tampoco haber encontrado una respuesta a la creciente desigualdad social que golpea a estos modelos. De hecho, durante los últimos años, la filmografía surcoreana se encargó de mostrarle al mundo su descontento con las desavenencias socioeconómicas que afectan al país.
Está claro que el 2024 empieza a demostrar un cambio de orden mundial, en donde la democracia empieza a ser cuestionada, tal y como se venía planteando desde la Post Segunda Guerra Mundial, esto no sólo incluye a las democracias liberales, sino también a los modelos de Estado de Bienestar con tendencia keynesiana. Ambos extremos han demostrado una no adaptación a los nuevos términos geopolíticos, los cuales incluyen la desglobalización y el multilateralismo. Asimismo, hay un factor exógeno que llama poderosamente la atención.
Líder mesiánico… líder del 24/25
Lo que aparentan no ver las democracias en crisis es que hay un factor determinante para su declive, y es el modo de hacer política. Sumado a lo detallado previamente, el vox populi vox dei demuestra que hay otra figura de mandatario que acapara la atención del pueblo. Las sociedades en crisis muestran descontento y enojo y ven reflejado eso en funcionarios que se expresen como tal. Cierto autoritarismo y un sesgo desfachatado es el modelo a seguir en el mundo a la hora de exponer líderes ideales. Ese hombre intelectual, serio y bien hablado parece ser cosa del pasado, hoy es el arrebato y la terminología violenta la que acapara al electorado, y más aún que la imagen es el hecho de cumplir con la palabra, algo que ha sido tan bastardeado y que tanto vale en comunidad. En este término es fácil ver a quienes se refiere, líderes como Trump, Bolsonaro, Milei y Bukele van acaparando cada vez más espacio, no solo en sus países sino como políticos globales. Su desfachatez y lo políticamente incorrecto sumado al “decir y hacer” les ha valido un posicionamiento que marca una agenda internacional. Del otro lado de la brújula hay líderes que cuentan con esa prédica también, como Putin, Orban y Xi Jinping, aunque con diferencias ideológicas marcadas, su ritmo y estilo político parece ir por ese lado.
¿La gente se cansó de votar? En absoluto. El ciudadano global pondera a quienes cumplen lo que dicen y la inacción de las democracias liberales o la socialdemocracia sólo llevó a un descontento que es cada vez más creciente y le da un espacio enorme a líderes de la envergadura de Trump, quien con una muñeca política impoluta, maneja a la perfección eso a su favor, y, además, sabe posicionarse como un ejemplo en el mundo.
Tal vez el multilateralismo o el hecho de compartir la hegemonía regional entre potencias de carácter histórico, político, económico y hasta cultural, requiere de líderes fuertes con amplio apoyo popular, no solo en las urnas, sino en el día a día, desde el convencimiento por las acciones. Caso contrario no se explicaría el vital fortalecimiento de la imagen positiva de Milei en la clase trabajadora tras el tremendo ajuste en Argentina.
Tal vez no es el modelo en su totalidad lo que entre en crisis, sino la forma de hacer política. Todo eso empujado y fuertemente pregonado desde redes sociales con discursos hasta irreverentes, aunque sumamente efectivos.
Una etapa de cambio total en el mundo parece ser el contexto de tiempos difíciles formando hombres fuertes, donde el pueblo tenga con qué creer, estén equivocados o acertados. La verdad no es tangible sino construida, ahí está el cambio político que está aconteciendo a nivel mundial.