El cambio climático afecta las áreas protegidas
El 57% de los parques y reservas nacionales sufren al menos una amenaza climática de alto riesgo
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), en su artículo 1°, define al cambio climático como el “cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera global y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables”.
Según informes producidos por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por su sigla en inglés), el cambio climático global es una de las mayores amenazas para los parques nacionales.
El cambio climático puede provocar importantes efectos negativos en la biodiversidad e inducir cambios en los ecosistemas, lo que provocará una disminución de la oferta de los bienes y servicios ecosistémicos esenciales que proporcionan a la sociedad, según afirman las Lic. Débora Mariel Etchegaray y Ailén Sol Flores (CONICET-INEDES Universidad Nacional de Luján), en su artículo “Las áreas protegidas ¿Estrategia clave para la mitigación y la adaptación al cambio climático?”.
En los últimos años la temperatura media de la superficie terrestre ha aumentado. Este aumento está vinculado a las actividades humanas, como el proceso de industrialización, la desforestación de selvas, bosques y montes, algunos malos métodos de explotación agrícola-ganadera y en particular al uso de combustibles fósiles como el petróleo, gas y carbón (que representan más del 75 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero –GEI- y casi el 90% de todas las emisiones de dióxido de carbono).
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés), “Las áreas protegidas son vitales para ayudar a las comunidades y a la naturaleza a adaptarse al cambio climático. Éstas pueden amortiguar los impactos de los eventos climáticos extremos y garantizar la prestación de servicios ecosistémicos fundamentales para el bienestar humano, como agua potable y alimentos.”
Para los representantes de las Áreas Protegidas de Latinoamérica y el Caribe, el Consejo Directivo de la Red Latinoamericana de Cooperación Técnica en Parques Nacionales, Otras Áreas Protegidas, Flora y Fauna silvestre, REDPARQUES, y tomadores de decisión relacionados con asuntos de cambio climático es clave posicionar a las áreas naturales protegidas como soluciones naturales frente al cambio climático, según lo aprobado en el Documento emanado de la Declaración sobre Áreas Protegidas y Cambio Climático.
Las áreas protegidas, cualquiera sea su categoría, cada vez se posicionan más como territorios clave para la mitigación del cambio climático, la protección de saberes ancestrales, y como espacios de reconexión, salud y bienestar humano.
El documento preparado por Eduardo Uribe Botero con la colaboración de Lina P. Ávila Rodríguez, ambos Consultores de la Unidad de Cambio Climático de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), destaca que:
“Para llevar a cabo un análisis más detallado de las políticas (que incluyen regulaciones e instrumentos económicos), éstas se clasificaron en ocho categorías: fortalecimiento y extensión de las Áreas Naturales Protegidas (ANP), pago por servicios ambientales, mitigación al cambio climático, adaptación al cambio climático, monitoreo y observación de las acciones para enfrentar el cambio climático, conservación de bosques, reducción de la erosión, y gestión y conservación de recursos hídricos”.
El cambio climático afectará probablemente de muchas formas a las áreas protegidas consagradas a la salvaguarda de la biodiversidad y a los procesos ecológicos. Se pronostica que, de resultas del cambio climático, las especies emigrarán hacia zonas de temperatura y precipitaciones que les serán más favorables, asegura la FAO.
Estas son algunas de las estrategias frente al cambio climático y la conservación de la biodiversidad en América Latina.
2024 súper caluroso
Noviembre de 2024 fue 1,62ºC superior a los niveles de la revolución industrial, que comenzó a finales del siglo XVIII, según afirma Samantha Burgess, subdirectora del Copernicus Climate Change Service (C3S) – (Servicio de Cambio Climático de Copérnico) que se basa en la investigación sobre el clima realizada en el marco del Programa Mundial de Investigaciones Climáticas (PMIC).
El C3S tiene la certeza de que 2024 será el año más cálido jamás registrado. En la cumbre COP29 de Bakú, un informe de científicos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advertían que el mundo se estaba sobrecalentando peligrosamente.
Tenemos que reconocer que los científicos llevan muchos años señalándolo -de hecho, más de 30 años- y lo que es una sorpresa, “es la lentitud de muchos gobiernos en reaccionar”, declaró la Secretaria General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Celeste Saulo.
Áreas Marinas y el cambio climático
Un equipo de biólogos conformados por Lucía Bergagna, Luciana Riccialdelli, Gustavo Lovrich, del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC, CONICET) de Ushuaia y Ricardo Sahade del Instituto de Diversidad y Ecología Animal (IDEA, UNC-CONICET) de Córdoba, llevan adelante desde hace años un trabajo que estudia la captura y transformación del carbono en los fondos oceánicos de la región austral de Argentina.
Este grupo de investigadores destacan la importancia de las áreas marinas protegidas (AMPs) subantárticas Namuncurá-Burdwood Bank I y II, situadas en el Atlántico Sudoccidental a 150 km al este de la Isla de los Estados y a 200 km al sur de las Islas Malvinas, que contribuyen a combatir el cambio climático. El trabajo se publicó en Scientifc reports, en septiembre de 2024.
“Aunque las áreas marinas están protegidas de los impactos humanos directos, como la pesca y la extracción de minerales, siguen siendo muy susceptibles a amenazas antropogénicas indirectas, incluido el cambio climático y la acidificación de los océanos”, opinan los investigadores.
Deforestación y desafíos
“Desde el cambio climático hasta los conflictos: el mundo enfrenta graves desafíos que ponen en peligro la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, asevera Samantha Stratton-Short, Jefa de Iniciativas Estratégicas de UNOPS.
“La deforestación y la desertificación causadas por las actividades humanas y el cambio climático son grandes retos para el desarrollo sostenible y afectan las vidas y los medios de vida de millones de personas en la lucha contra la pobreza”.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, fue aprobada en 2015.
Dos puntos ambientales incluidos en la agenda son: adoptar medidas contra el cambio climático y fomentar el uso sostenible de los sistemas naturales.
Las Áreas Naturales Protegidas (ANP) son espacios geográficamente definidos cuya finalidad es la conservación no sólo de la biodiversidad y de sus servicios ecosistémicos per se, sino también de sus valores culturales asociados.
Las ANP preservan servicios ecosistémicos claves para el desarrollo de la vida. Poseen un rol fundamental en la adaptación y mitigación del cambio climático.
De Global Forest Watch (GFW), afirma que “debido a su importancia económica, además de ser una parte clave de la solución al cambio climático, buscan proteger la integridad de los ecosistemas boscosos/selváticos y la biodiversidad a través de las Áreas Naturales Protegidas (ANP)”.
La pérdida de cobertura forestal “consiste en la eliminación permanente o temporal de la cubierta arbórea por cualquier motivo, incluyendo causas humanas y eventos naturales, como incendios. Es un fenómeno que puede derivar en deforestación, entendida como la eliminación permanente de la cubierta forestal, e induce modificaciones que afectan negativamente la estructura y funcionamiento de los ecosistemas”.
Perder los bosques y selvas del mundo significa atentar contra nuestra capacidad de enfrentar crisis globales, como la crisis climática.
Ver video: Cambio climático, calentamiento global y responsabilidades
Conclusión
La biodiversidad se verá impactada por el calentamiento global como consecuencia del cambio climático, con un alto riesgo de extinción de especies.
En un mundo de clima cambiante, es aún mayor la importancia de las áreas protegidas para combatir el cambio climático, la conservación de la biodiversidad y los medios de vida humanos.
Las áreas naturales protegidas cobrarán una importancia aún mayor como zonas seguras que ofrecen a la biodiversidad unos hábitats de buena calidad y menos vulnerables a las condiciones climáticas extremas.
* Experto Comisiones Mundial de Áreas Protegidas (WCPA) y,
Educación y Comunicación (CEC)
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN)