El G20 solicitó la revisión de los sobrecargos del FMI en línea con la posición argentina
Los ministros de Finanzas y gobernadores de Bancos Centrales del G20 solicitaron en un comunicado que el Fondo Monetario Internacional (FMI) revise su política de sobrecargos, en línea con el reclamo que viene proponiendo la Argentina. Además, manifestaron la necesidad de que una parte de la nueva asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG) sea dirigida voluntariamente hacia los países de ingresos medios y bajos.
En relación a los sobrecargos, se manifestó que se espera “seguir debatiendo en el Directorio Ejecutivo del FMI en contexto de la revisión interina de los saldos precautorios”. Asimismo, se celebró la asignación general de los DEG equivalente a 650 mil millones de dólares en reservas adicionales a nivel mundial, y se propuso “ofrecer opciones viables a los miembros con fuertes posiciones externas para canalizar voluntariamente una parte de sus DEG asignados, de acuerdo con las leyes y regulaciones nacionales, para ayudar a los países vulnerables”.
En el comunicado, los representantes de los países del G20 también le sugirieron al FMI que establezca un nuevo Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad para financiar a largo plazo a los países de ingresos medios y bajos. En línea con lo que viene solicitando la Argentina, este financiamiento permitiría reducir riesgos futuros para la estabilidad de la balanza de pagos, incluidos aquellos derivados de las pandemias y el cambio climático.
Además, los países del G20 celebraron los progresos realizados en el marco de la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI, por sus siglas en inglés) del G20, que también ha sido acordada por el Club de París. “Todos los acreedores bilaterales oficiales deberían aplicar esta iniciativa de forma completa y transparente”, se agregó, al tiempo que se reiteró “la importancia de los esfuerzos conjuntos de todos los actores, incluidos los acreedores privados, para seguir trabajando en la mejora de la transparencia de la deuda”.
Con respecto a las políticas implementadas por los países para prevenir la pandemia del COVID-19 e impulsar la recuperación económica, se reafirmó la determinación de utilizar todas las herramientas disponibles para hacer frente a las consecuencias adversas, en particular para los más afectados, como las mujeres, los jóvenes, los trabajadores informales y de baja calificación, y sobre las desigualdades. “Nos esforzaremos por ayudar a resolver los cuellos de botella y la escasez de herramientas de COVID-19 en los países de ingresos bajos y medios en los próximos meses, reafirmando nuestro compromiso de garantizar un acceso seguro, equitativo y asequible a las vacunas, los tratamientos y los diagnósticos. Reconocemos el papel de la inmunización contra el COVID-19 como un bien público global”, afirma el comunicado.
Finalmente, se alentó a las Instituciones Financieras Internacionales, incluidos los Bancos Multilaterales de Desarrollo (BMD), a que redoblen sus esfuerzos para buscar la alineación con el Acuerdo de París dentro de unos plazos ambiciosos, a financiar las estrategias de recuperación y transición sostenibles, las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional y las estrategias de desarrollo a largo plazo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero en los mercados emergentes y las economías en desarrollo. En este marco, se propuso establecer planes para movilizar el financiamiento privado, en línea con sus mandatos y procedimientos internos de aprobación, sin dejar de apoyar la consecución de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.