El decreto establece una rebaja gradual del arancel del 16% al 0% hasta 2026, y elimina impuestos internos para producción nacional en Tierra del Fuego. El objetivo: equiparar precios con la región y desincentivar el contrabando.

El Gobierno nacional oficializó la reducción de aranceles para la importación de teléfonos celulares, medida que forma parte de una estrategia más amplia para bajar el costo de los productos tecnológicos en Argentina, alinear precios con países vecinos y combatir el mercado informal. El Decreto 333/2025, firmado por el presidente Javier Milei, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el ministro de Economía Luis Caputo, fue publicado este martes en el Boletín Oficial.

La iniciativa se aplicará en dos etapas: desde hoy, el arancel baja del 16% al 8%, y a partir del 15 de enero de 2026, se eliminará completamente, extendiendo su vigencia hasta el 31 de diciembre de 2038.

“La idea es equipararnos con países vecinos en términos de precios, evitando que los consumidores tengan que viajar al exterior para comprar celulares a valores razonables”, explicó Manuel Adorni, vocero presidencial y legislador electo.

Beneficio doble: menos impuestos para importados y aliento a la producción nacional

El paquete de medidas también incluye reducciones en los impuestos internos para una gama más amplia de productos electrónicos:

• Para importados, la alícuota se reducirá del 19% al 9,5%.
• Para productos fabricados en Tierra del Fuego, el impuesto se eliminará completamente.

De esta forma, el Ejecutivo busca un equilibrio entre apertura comercial y defensa de la industria nacional, en particular la fueguina, que opera bajo el régimen de promoción vigente.

El objetivo es dar respuesta a las críticas del sector industrial sobre el eventual impacto negativo en el empleo y la competitividad, a través de beneficios fiscales que compensen la mayor competencia externa.

Celulares, consolas y TV: una estrategia tecnológica más amplia

Además de los celulares, el decreto contempla una baja significativa en los aranceles de consolas de videojuegos, que pasarán del 35% al 20%, y la reducción del impuesto interno para televisores y aires acondicionados, también hasta el 9,5% (y 0% en los fabricados localmente).

Estas medidas acompañan otras ya aplicadas por el Gobierno, como la eliminación de retenciones a pymes exportadoras y la simplificación de trámites aduaneros, en línea con una agenda de desregulación económica.

¿Impacto fiscal o incentivo al consumo?

Desde el Ministerio de Economía reconocen que la baja de aranceles podría implicar una caída en la recaudación, aunque estiman que la formalización de ventas, el aumento del consumo y la reducción del contrabando compensarán ese efecto.

En sectores como el automotriz, experiencias recientes mostraron que medidas similares ayudaron a reducir el robo de autopartes y bajar precios, según datos oficiales.

“Todo el que venda en cuotas en dólares va a tener un salto importante en su demanda”, afirmó Caputo en una reunión reciente con directivos de Ford, aludiendo a otra línea de medidas que busca canalizar el uso de los “dólares del colchón”.

La baja de aranceles para celulares marca un nuevo paso en la política económica del Gobierno de Javier Milei: menos impuestos, más competencia y menor intervención estatal. Sin embargo, el Ejecutivo también busca evitar un daño colateral sobre la industria nacional, mediante exenciones específicas y una transición gradual.

Con esta decisión, el Gobierno apuesta a un nuevo equilibrio entre apertura comercial y promoción industrial, con la expectativa de que el beneficio llegue al consumidor final en forma de precios más bajos, mayor variedad de productos y menor incentivo al contrabando.