El “Pato” García será inmortal con un documental
En tiempos de la virtualidad, donde todos exponen sus vidas a través de las redes y los jóvenes ven la vida a través de las fotos y vídeos de los “influencers”, tener la oportunidad de conocer uno de los últimos trashumantes que tuvo la tierra colorada es casi un privilegio.
Ángel “Pato” García es un vecino más de la Bajada Vieja para muchos que los ven pasear por la ciudad junto a su amada Amanda. A lo sumo uno lo referencia por su faceta de músico. Pero hasta ahí las nuevas generaciones conocen a este “histórico” de la cultura misionera, que supo recorrer el mundo y codearse con gente del jet set gracias a su talento musical.
De las tierras del Sha de Persia a la campaña electoral de Ronald Reagan. Abrazos con Jack Nicholson, whiskys con Henry Kissinger y un pedido de disculpas por parte de James Bond (Sean Connery). Las aventuras del Pato en sus primeros tiempos en Europa son imposibles de contar en un sólo artículo. Inquieto, apasionado y sin miedo a la aventura, a los 14 partió rumbo a Buenos aires y a los 20 se fue por dos años a Europa… se quedó 37.
“Born in the Bajada Vieja” es el proyecto documental que llevan adelante Marcos Martínez (director) y Pepe Salvia (productor) para llevar al celuloide la historia “de película” de este posadeño que, de cuna humilde, se crio en Posadas. Cuando era adolescente se mudó a Buenos Aires para estudiar guitarra y experimentó con varios géneros musicales como el rock. Años más tarde viajó por el mundo, mientras incursionaba en otros géneros como el bolero, además de estudiar canto y vocalización.
El documental ya está en marcha y el próximo domingo tendrá un emotivo momento al pie de la Bajada Vieja, donde hay un busto que rinde homenaje al músico. Allí se hará un show musical celebrando el natalicio del Pato García y se mostrarán partes de su extensa e idílica historia llena de aventuras y encuentros.
El show será este domingo 23 de julio desde las 18 horas.
Amigo de nobles, estrellas y presidentes (fragmento de una entrevista de Marcelo Luketti)
“En el 67 me fui a Europa con Pedro Ortega, un colega guitarrista paraguayo. Nos conocimos en Bs As y él tenía contrato para tocar en suiza. Me dijo para acompañarlo y sin dudar me saqué el pasaporte a las apuradas”, relata en la comodidad de su hogar Angel Pato García, que en ese entonces tenía 20 años y casi sin proponérselo, llegó a Zurich, donde hicieron base actuando en un restaurante.
“No podíamos tocar sólo nuestra música (paraguaya y del litoral), sino que tocábamos música latinoamericana en general. “Cuando calienta el sol”, “Mis noches sin ti”, alguna galopa como “Recuerdos del Ypacaraí”, “El mensú”, de Ramón Ayala, “Malagueña salerosa”, etc. Eso era lo que gustaba allí”, relata Ángel. La combinación era vistosa y efectiva. El dúo de guitarras (luego se sumó un arpista) vestido con camisas de ao po’i y a veces ponchos, tocando música latinoamericana para el jet set mundial que pasaba sus vacaciones de invierno en Saint Moritz, fue un éxito rotundo y millonarios, actores, empresarios y políticos de la elite mundial los contrataban constantemente para amenizar sus fiestas, que no eran pocas, por cierto.
“Una vez instalados conocimos al Sha de Irán, que tenía una villa de invierno y todos los años iba a esquiar con su familia”, prosigue Ángel. Efectivamente, Mohammad Reza Pahlaví, el Sha de Irán, por esa época era denominado “Rey de Reyes” y llevó al dúo a vivir unas semanas al Palacio Real en Teherán. Absolutamente al margen de cuestiones geopolíticas, el dúo fue también contratado por Enrico de Portanova, el Barón de Portanova, que lo contrató durante 10 años consecutivos para que toque en Navidad y Año Nuevo en Villa Arabesque, su mansión de 28 habitaciones y cuatro piscinas en las afueras de Acapulco.
Así se convirtieron en artistas exclusivos de la alta sociedad. Como los Rosso y los Gancia (los de los famosos aperitivos italianos), Cristina Onassis, que los llevaban a sus fiestas privadas, o el príncipe Alfonso de Hohenlohe-Langenburg, fundador del Marbella Club Hotel (que en esos tiempos era sólo un pueblito de pescadores). “Allí conocimos a gente poderosa de España, como los Domec (las bodegas y viñedos). Comenzamos a trabajar en cocktalis a la tarde y cenas pequeñas y repente estábamos tocando en reuniones bastante íntimas de no más de 10 o 12 personas y entre ellas, por ejemplo Sean Connery, que estaba súper de moda por interpretar a James Bond, el Agente 007”.
“Una vez fuimos a tocar a su casa para su cumpleaños y su esposa nos manda al fondo, donde esperaba Sean. Al llegar nos dice “no please, no music”. Nos miramos sorprendidos, pero como ya nos habían pagado nos fuimos tranquilos. Al otro día se acercó al Marbella Club Hotel, que era nuestro lugar fijo de trabajo, nos regaló la mejor botella de cognac y pidió disculpas, contándonos que él había invitado sólo 20 personas a su cumpleaños, pero había como 100, y no había comida para todos, por lo que decidió suspender el festejo. Pensar que nosotros en una situación así nos arreglamos pidiendo empanadas”.
Estábamos en una reunión con la familia Agnelli, de la FIAT y nos contrató el modisto Valentino, que presentó su colección de Otoño en la isla de Capri (frente a Nápoles y desde siempre paradisíaco lugar de vacaciones de emperadores romanos), allí conocimos a Don Félix un armador de barcos griego/mexicano, propietario de un hotel. Una vez allí, Don Félix me pregunta si podría tocar el buzuki (esa es especie de mandolina con mango largo y cuerpo de pera muy utilizada en Grecia).
“Va a venir un amigo, Aristóteles Onassis, y se quedará un par de días. Me gustaría agasajarlo con música griega”. Así el Pato, que a la hora de tocar de oído siempre se manejó muy bien, tal es así que Don Félix le elogió la fonética lograda. “Cuando llegó el día estábamos preparados para recibirlo con música griega, pero cuando nos vio con nuestros ponchos exclamó: -Argentinos?, “Y también paraguayo!”, respondió Pedro. Allí Aristóteles cambió la mirada y exclamó -Mbaé Laporte!!!, ante la mirada incrédula de los dos músicos.
La historia sorpresivamente cómica cierra si nuestros personajes hubieran sabido que Onassis conocía muy bien Misiones y Paraguay. Resulta que el multimillonario armador de barcos inició su fortuna en Argentina. Comenzó siendo ascensorista en Buenos Aires y luego comenzó a comprar tabaco y yerba y tabaco en Misiones y Paraguay. “–Cantate unos tangos, por favor, nos dijo Aristóteles, que tenía un terrible acento porteño”, recuerda el Pato. “Era una persona muy agradable, y al despedirse me apretó la mano –Para que te compres un par de corbatas, me dijo, y me dio 2 mil dólares. En esa época, te imaginás”.
Y así seguimos hablando y viendo sus fotos con Alain Delon, Briggite Bardot, Rudolph Nureyev, Sandro, Christopher Reeves (Súperman) , Lex Barker (Tarzán), Jack Nicholson, José Feliciano, Franz Beckembahuer, Richard Chamberlain, Tony Curtis, Grace Kelly, Julio Iglesias, Fulgencio Batista (ex presidente cubano derrocado por Fidel Castro), Ringo Star, Franco Nero, Astor Piazzola, Ed Kennedy, Liz Taylor, Kirk Douglas, Robert de Niro, Gina Lollobrigida, Roman Polanski y muchas estrellas y personajes del jet set mundial disfrutaron en la intimidad de reuniones muy exclusivas, de la música del Pato García durante sus primeros años de su gran aventura europea.