Francia: Más de 50 acusados de violar a una mujer, su esposo el estratega del delito

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En conjunto, los acusados de violar a Gisèle Pelicot se enfrentan a más de 600 años de cárcel.

Pie de imagen: Gisèle Pelicot, la víctima, renunció al anonimato para generar consciencia sobre los hechos aberrantes que padeció durante una década de mano de su esposo. 

50 hombres fueron acusados de violar a Gisèle Pelicot con el apoyo de su marido, Dominique Pelicot, de 72 años, quien la drogó durante una década con pastillas para dormir. La próxima semana esperan que sean sentenciados, al finalizar el juicio que comenzó en septiembre, donde los imputados en conjunto suman 600 años de prisión.

La mayoría de los acusados vivía en un radio de 50 kilómetros alrededor de la propia aldea de los Pelicot, Mazan. Antoine Minier, abogado que representa a tres de los acusados sostuvo: “Creo que casi todo el mundo podría terminar en una situación -bueno, tal vez no exactamente como esta- pero podría ser susceptible de cometer un crimen grave”, frente al medio BBC.

Los fiscales basaron sus demandas con respecto a factores agravantes; cuántas veces los acusados fueron a la casa de los Pelicot, si tocaron sexualmente a Gisèle Pelicot, y si la penetraron.

Hombres de diferentes edades, profesiones, refugiados incluso, fueron los que cometieron durante una década estos aberrantes hechos. Algunos de ellos son:  

Joseph C (69), un entrenador deportivo retirado y un cariñoso abuelo, enfrenta cuatro años de prisión por abuso si es declarado culpable. Romain V, de 63 años, que se enfrenta a 18 años de cárcel. Sabía que tenía VIH y está acusado de violar a la víctima, en seis ocasiones distintas sin llevar protección, aunque su abogado dijo al tribunal que llevaba varios años en tratamiento y no podía haber transmitido el virus.

Los fiscales lograron obtener detalles minusiosos, ya que el marido de la víctima Dominique Pelicot se encargó de grabar los presuntos abusos, dejando una innumerable cantidad de pruebas. Dominique admitió todos los cargos en su contra y dijo a la corte que los 50 hombres acusados junto a él también son culpables.

La ley francesa define la violación como cualquier acto sexual cometido mediante “violencia, coacción, amenaza o sorpresa”, mientras que no hace referencia alguna a la necesidad de consentimiento. Esta afirmación, ayuda a los imputados a defenderse, ya que muchos argumentaron que no eran conscientes de que Gisèle Pelicot no estaba en condiciones de dar su consentimiento. Un abogado defensor argumentó: “No puede haber delito sin la intención de cometerlo”.

Dentro del caso, uno de los imputados que no está directamente relacionado a la violación es Jean-Pierre M, de 63 años, apodado “discípulo” de Dominique Pelicot. Este hombre después de aprender cómo someter a su esposa para abusar de ella, lo hizo durante cinco años y así lo admite, pero a la vez culpó de sus crímenes a Dominique Pelicot, de quien dice que era “tranquilizador, como un primo” desligándose de lo maquiavélico de su accionar. La fiscalía pide para él 17 años de cárcel.

Otros acusados, manifestaron haber sido engañados por Dominique Pelicot, para cometer las violaciones. Ahmed T, un plomero de 54 años y casado hace 30 años con quien fue su amor de infancia, dijo que si quisiera haber violado a alguien, no habría elegido a una mujer de sesenta años.

Otros dicen que se sintieron intimidados por Dominique Pelicot, de quien un abogado dijo al medio BBC que era un “personaje abominable”. Entre lágrimas, el enfermero Redouan E dijo al tribunal que le tenía demasiado miedo a Pelicot como para dejar la habitación. “Quizás no puede verse en los videos, pero estaba realmente aterrado”, dijo a los jueces.

Otros sostienen que consumieron tragos con drogas y que por ello no recuerdan el encuentro. Sin embargo, Dominique Pelicot ha negado haber hecho eso. “Los pusieron en una situación en la que los estafaron”, afirmó Christophe Bruschi, abogado de Joseph C. “Les tomaron el pelo”.

Pero Dominique Pelicot sin embargo, sostuvo que fue muy claro con los hombres al decirles que su esposa no estaba al tanto, afirmando que dio instrucciones para evitar despertarla o dejar rastros de que habían estado allí, como calentarse las manos antes de tocar a su esposa o no oler a perfume o cigarrillos, dijo. “Todos lo sabían, no pueden negarlo”.

Este juicio, además desentrañó muchas situaciones personales de los acusados, donde muchos recordaron sufrir abuso y ser víctimas a su vez, por el trauma de estos hechos. Un ejemplo de ello es, Simoné M, un trabajador de la construcción de 43 años, quien dijo que había sido abusado cuando tenía 11 años por un amigo de su familia, quien le ofreció trabajo cuidando de su ganado en un territorio francés de ultramar en Nueva Caledonia.

Otro hecho similar es el de Fabien S, un hombre de 39 años con varias condenas previas, incluyendo tráfico de drogas y abuso a un menor, afirmando que fue abusado y golpeado por sus padres de acogida desde muy temprana edad. Como varios otros, dijo que sólo se dio cuenta durante una consulta psiquiátrica ordenada por la corte que sus nebulosos y dolorosos recuerdos de infancia constituían en realidad una trama de abuso sexual.

Muchas esposas, parejas y miembros de las familias de los acusados fueron llamados a declarar sobre el perfil de los implicados. Ellos también se esforzaban en buscar respuestas mientras trataban de entender cómo los hombres en sus vidas pudieron haber terminado “atrapados en este tipo de situación”, como lo expresó una mujer.

En un mar de lágrimas, una mujer llamada Samira dijo que pasó los últimos tres años y medio “buscando respuestas” que expliquen por qué Jérôme V fue a la casa de los Pelicot en seis ocasiones. “Teníamos relaciones a diario, no entiendo por qué tuvo que irse a buscar a otra parte”, dijo sollozando. Este acusado es uno de los poco que admitió haber violado a Gisèle, diciendo que le gustaba la idea de tener “rienda suelta” sobre ella, pero culpó sin embargo a su “sexualidad incontrolable”.

“Me violaron con plena conciencia”

Muchas ex y actuales parejas de los acusados han sido sometidas a tests para comprobar si, como Gisèle, también habían sido drogadas. Una mujer dijo que siempre tiene “la terrible duda” de que el “hombre respetuoso, atento y dulce” que conocía también había abusado de ella sin saberlo.

Desde el inicio del juicio, se ha insistido mucho en la necesidad de encontrar un elemento que una a todos estos hombres. “No aparece por ninguna parte” un denominador común, además del hecho de que todos fueron a la casa de los Pelicot por su propia voluntad, han dicho los propios abogados de Gisèle. Pero hay un factor que innegablemente todos los acusados tienen en común: todos ellos tomaron la decisión consciente de no ir a la policía.

En los primeros días del juicio, se le preguntó a Gisèle Pelicot si le parecía legítimo pensar que los hombres habían sido manipulados por su marido.

Negó con la cabeza: “No me violaron con una pistola en la cabeza. Me violaron con plena conciencia”. Casi como una ocurrencia tardía, preguntó: “¿Por qué no acudieron a la policía? Incluso una llamada anónima podría haberme salvado la vida”. “Pero ninguno lo hizo”, dijo ella tras una pausa. “Ni uno solo de ellos”.

Fuente: BBC

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