Gasoducto Norte: freno en las obras pone en riesgo a siete provincias y Bolivia pone presión

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El fin anticipado del contrato con Bolivia se firmó, porque Argentina confiaba en que el Gasoducto Norte estaría listo. Pero la decisión de Milei lo frenó y ahora habrá que importar gas más caro.

Enarsa ya firmó el fin anticipado del contrato con Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB), porque estaba segura que el Gasoducto Norte estaría listo, pero una decisión del presidente entrante Javier Milei cambió todo y ahora habrá que importar más caro para no dejar al norte argentino sin gas ni energía eléctrica este invierno y lo que reste de 2024.

Es que la Reversión del Gasoducto Norte es una obra clave para que los 6 millones de habitantes de las provincias del Noroeste Argentino tengan garantizado no solo el gas para el invierno, sino también energía eléctrica.

El freno se dio por la decisión del gobierno ent rante de revisar la licitación en marcha para la Reversión del Gasoducto Norte lo que implica que para el invierno del año que viene el gas de Vaca Muerta no podrá reemplazar al fluido que hoy se importa desde Bolivia, forzando al gobierno argentino no solo a negociar una suerte de swap (intercambio) con Brasil y Bolivia para garantizar el suministro de las 7 provincias abastecidas por la línea, sino abonando además un precio más alto que el que se venía pagando al país del Altiplano.

Así lo anticipó Álvaro Ríos Roca, socio director de Gas Energy Latam y exministro de Hidrocarburos de Bolivia al sitio ‘Energía On’, al indicar que “Argentina va a tener que buscar la forma de importar más gas para el invierno y lo que resta del año que viene”.

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Y ello no sólo porque se frenó la obra, sino porque además, la estatal Enarsa “ya firmó la finalización anticipada del contrato de importación con Bolivia”:

El contrato, que entró en vigen cia en 2006, finalizaba originalmente en 2026, pero el año pasado Enarsa y YPFB acordaron acortarlo al 31 de diciembre de 2024. Pero como desde “Argentina estaban seguros de que el gasoducto estaría listo”, “ya se firmó el corte del contrato que se acortó y se fijó al 31 de julio del año que viene”, dejando ahora sin garantía de suministro a las 7 provincias abastecidas por ese ducto en pleno invierno

La negociación se dio en momentos en los que la licitación apuntaba a garantizar la reversión de la línea entre fines de mayo y mediados de junio, con lo cual dejaba un plazo de mes y medio hasta el corte de la importación.

Sin embargo, la licitación quedó entrampada primero en la disparada de la inflación y la devaluación del peso argentino que llevó a las empresas participantes a presentar presupuestos que superaron por más de un 130% la base del concurso.

Ante semejante disparada de costos, Enarsa no resolvió esa brecha -que podría ser unos US$500 millones- y el proceso licitatorio quedó a la espera de la resolución del balotaje presidencial.

Finalmente la decisión de revisar la licitación a partir del cambio de gestión representa que la obra no podrá estar lista para el invierno que viene ya que no solo se trata de la reversión de 4 plantas compresoras, sino también de la construcción de un nuevo gasoducto de 120 kilómetros y dos loops por una extensión similar.Bolivia sube la presión por el Gasoducto Norte

“El gasoducto no va a estar para finales de julio y ya hay conversaciones para inyectar GNL en Brasil y que Argentina tome volúmenes desde Bolivia en un mecanismo de swap”, dijo Río Roca y agregó que “esto está en negociaciones, con cierto grado de avance porque la prioridad tiene que ser que el norte argentino no se desabastezca. Hay otra alternativa que he escuchado que es la posibilidad de traer GNL desde Chile“.

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El especialista afirmó que estas importaciones, que técnicamente serían de un gas importado por Petrobras pero que circule por las redes de Bolivia, deberían ser de cerca de 5 millones de metros cúbicos por día, hasta tanto esté revertido el gasoducto “para darle tranquilidad a las provincias del Norte Argentino”.

En cuanto a la negativa que el presidente electo Javier Milei había planteado al rol del Estado en negociaciones con otros países y de cara a est e swap que involucraría a Brasil y Bolivia, el titular de Gas Energy Latam consideró que “como en el dicho, la necesidad tiene cara de hereje y de cara a un futuro en el que Bolivia va a necesitar importar gas, es estratégico llevarse bien y la ideología tiene que quedar de lado”.

Finalmente, afirmó que “la solución de fondo es que Argentina termine los ductos, ojalá sea con capitales privados y no del Estado, para que a partir del 2025 no haya estas idas y vueltas entre YPFB y Enarsa”. Y remarcó que a futuro “ojalá -Argentina- sean los provedores regionales de gas incluyendo a Bolivia que desde el 2027 vamos a necesitar empezar a importar gas natural y, como sabrán, estamos complicados para importar GNL”.

Fuente Urgente24

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