Este 16 de agosto de 2025 se celebra en todo el país el Día del Ingeniero/a Forestal, profesión que cumple un rol estratégico en la gestión de los recursos naturales y en la planificación sostenible del territorio. Reconocidos como los “médicos de la tierra y los bosques”, los profesionales de la ingeniería forestal combinan ciencia, tecnología y compromiso ético para garantizar un equilibrio entre producción, desarrollo y conservación ambiental.

La efeméride recuerda la creación de la primera carrera de Ingeniería Forestal en Argentina, en 1963, en la Universidad Nacional de Santiago del Estero, que marcó el inicio de la formación académica en esta disciplina. Desde entonces, las provincias con fuerte impronta forestal —como Misiones, Corrientes y Entre Ríos— han sido epicentro del crecimiento de una profesión que articula intereses productivos con la necesidad de preservar ecosistemas críticos.

En la actualidad, el trabajo de los ingenieros forestales cobra mayor relevancia ante desafíos globales como el cambio climático, la deforestación, el manejo del agua y la transición hacia modelos de producción más sostenibles.

De acuerdo con la definición institucional de la profesión, los ingenieros forestales poseen un conjunto de competencias que los convierte en actores centrales en la gestión ambiental:

• Ordenamiento y gestión de los recursos forestales: abarca bosques naturales, implantados y urbanos, así como tierras forestales y cuencas hidrográficas.
• Planificación territorial sostenible: modelan el mosaico territorial, conservan paisajes y equilibran intereses entre la producción de bienes forestales y la preservación del ecosistema.
• Gerenciamiento foresto-industrial: impulsan el desarrollo de cadenas de valor sostenibles vinculadas a la madera, la celulosa, el papel y la bioenergía.

En palabras institucionales, “los ingenieros forestales gestionan el territorio aplicando principios, técnicas y prácticas ingenieriles en la producción sostenible de bienes y servicios, con un profundo compromiso ético y ambiental”.

El rol estratégico en Misiones

En provincias como Misiones, donde la actividad forestal representa más del 40% de la economía provincial, la figura del ingeniero forestal es decisiva. Su labor se extiende desde la silvicultura y el aprovechamiento industrial de la madera, hasta la conservación de la selva paranaense, uno de los ecosistemas más biodiversos del mundo.

El vínculo con sectores productivos es estrecho: las empresas forestales, los aserraderos y la industria celulósico-papelera requieren de ingenieros forestales para cumplir con estándares de certificación internacional, mejorar la productividad y garantizar el uso sostenible de los recursos.

El impacto de la profesión se mide tanto en términos económicos como sociales y ambientales:

• En el plano económico, contribuyen a un sector que genera miles de empleos en el NEA y abastece al mercado interno y externo de productos forestales.
• En lo ambiental, lideran planes de reforestación, manejo de cuencas y conservación de áreas protegidas.
• En lo social, trabajan con comunidades rurales y pueblos originarios en proyectos de uso sostenible de los recursos, promoviendo inclusión y desarrollo territorial.

De cara a los próximos años, el rol de los ingenieros forestales será determinante para alcanzar los compromisos internacionales en materia ambiental y de reducción de emisiones. Entre los principales retos se destacan:

• Adaptación al cambio climático, mediante planes de restauración forestal y mitigación de riesgos hídricos.
• Innovación foresto-industrial, con incorporación de tecnologías de bioproductos y economía circular.
• Consolidación del turismo de naturaleza, donde la conservación de bosques y paisajes es un factor diferencial.

En este marco, la profesión se reafirma como columna vertebral de una política pública orientada al desarrollo sostenible, en especial en provincias como Misiones, donde el bosque es recurso, paisaje e identidad.