Juicio Brigadas: los represores condenados se burlaron del juez durante la lectura del fallo
La actitud de los sentados en el banquillo de los acusados enfureció al juez, quien debió llamarles la atención en reiteradas oportunidades.
Represores de la última dictadura militar fueron condenados por delitos de lesa humanidad en el marco del denominado Juicio Brigadas y generaron polémica al burlarse del juez federal durante la lectura de la sentencia.
La prisión perpetua fue dictada contra el exministro de Gobierno bonaerense durante la dictadura Jaime Lamont Smart; el exmédico de la Dirección de Investigaciones Jorge Bergés; el exjefe del Regimiento de Infantería Mecanizado N°3 de La Tablada Federico Minicucci; el exjefe de Actividades Psicológicas Guillermo Alberto Domínguez Matheu; el excapitán Carlos Gustavo Fontana; el exjefe de la Sección Reunión Interior Carlos María Romero Pavón; el ex jefe de Sección de Operaciones Especiales Jorge Héctor Di Pasquale; el exjefe de la Central de Reunión Roberto Armando Balmaceda; y el exdirector de Investigaciones Zona Metropolitana Juan Miguel Wolk.
Además, recibió una pena de 25 años de prisión el exjefe de la Sección Comando Alberto Julio Candioti, mientras que resultó absuelto el exsegundo jefe de la División Delitos contra la Propiedad Enrique Barré.
Todos ellos estuvieron involucrados en las brigadas que operaron de manera clandestina durante la dictadura en los partidos bonaerenses de Quilmes, Banfield y Lanús.
Lo llamativo de la jornada judicial fue que varios de los represores se mostraron superados y desinteresados, hasta incluso tuvieron faltas de respeto hacia el juez Ricardo Basílico.
Cuando el magistrado se encontraba leyendo el extenso veredicto en la sesión virtual, Domínguez Matheu se escondía de la cámara y se asomaba tímidamente, así como Balmaceda miraba su celular y Lamont Smart se alejaba del foco y hablaba por teléfono.
Éste último fue advertido por el juez, ante lo cual el represor se justificó: “No estaba afuera de cámara, estaba oyendo perfectamente”.
Ante sus palabras, Basílico lo interrumpió: “Señor Smart, no es un diálogo con usted. Usted tiene la obligación de escuchar el veredicto. No voy a admitir ninguna inconducta ni fuera ni dentro de la sala, así que apague el micrófono y limítese a escuchar”.
Luego, el abogado de Smart señaló que su defendido estaba hablando por celular con personal de la defensoría, que -según dijo- le estaba avisando que estaba fuera de foco.
En otro tramo del juicio, Wolk se levantó de la silla y salió de la pantalla mientras le leían su condena, lo cual volvió a enfurecer al magistrado: “Señor Wolk, estoy leyendo su veredicto. Es una cuestión de respeto. La próxima vez que se levante le voy a llamar la atención. No voy admitir interrupciones”.
La situación más álgida se registró sobre el cierre, cuando el juez comunicaba la condena a Castillo, aunque el que interrumpió fue Di Pasquale desde Campo de Mayo para quejarse de la celebración de los defensores de derechos humanos en la sala.
“Señor, ¿qué es eso que vemos? Es una vergüenza y una falta de seriedad. ¿Me escuchó, señor? Eso parece un circo, no una sala”, lanzó.
Basílico, visiblemente molesto, lo cruzó: “Señor Di Pasquale, en ningún momento le di la palabra y estoy leyendo el veredicto. Apague ese micrófono y escuche el veredicto. ¡Y aclaro que no voy a permitir ninguna interrupción más de las personas que tienen que estar escuchando el veredicto! ¿Queda claro? Y además, señor Di Pasquale, no es parte de su veredicto, es la parte que está escuchando el señor Castillo, así que no interrumpa y menos sin pedir la palabra”.
Al represor le cayó mal el reto y volvió a responderle: “Trate de no gritarme”. El magistrado le aclaró: “Es a los efectos de que me escuche bien, nada más. ¡No me interrumpa más!”.
Con información de Noticias Argentinas