La selección de libros que leemos según el género, pueden hacernos más inteligentes

Según la Universidad de Trento y el Consejo Nacional de Investigación de Italia, a través de un estudio realizado por Emanuele Castano, demostró que cuando leemos obras de ficción, desarrollamos nuestros procesos de la teoría de la mente, una habilidad humana ligada a nuestro nivel de empatía y la inteligencia.

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Según la Universidad de Trento y el Consejo Nacional de Investigación de Italia, a través de un estudio realizado por Emanuele Castano, demostró que cuando leemos obras de ficción, desarrollamos nuestros procesos de la teoría de la mente, una habilidad humana ligada a nuestro nivel de empatía y la inteligencia.

¿Sabías que hay ciertos libros que promueven procesos sociocognitivos y por ende hacen más inteligentes a quienes los leen? Según un estudio, el tipo de texto que alguien puede leer sugiere que desarrolla más su inteligencia a comparación de otros.

David Comer Kidd y Emanuele Castano llevaron a cabo varios experimentos con personas, a las que se expuso a diferentes tipos de textos. Por un lado, ficción literaria de calidad (obras reconocidas por la crítica y que incluyen retratos profundos de los personajes). Por el otro, ficción popular, o de menor calidad. Y por último, no ficción. También se incluyó en el estudio una muestra de individuos que no habían sido expuestos a ningún tipo de lectura.

A todos ellos se les realizó un test de teoría de la mente, tanto afectivo como cognitivo, tras el período dedicado a la lectura (o no lectura)

Según el “efecto de la exposición a la ficción sobre la complejidad atribucional, el sesgo egocéntrico y la precisión en la percepción social”, quienes gustan de la ficción desarrollarán su cognición social de diferentes maneras, ya que se asociará con una mayor complejidad atribucional y precisión en la predicción de actitudes sociales.

El resultado de estos test, sugieren:

Los autores precisan que cualquier tipo de ficción impacta en lo que pensamos sobre el mundo, pero que Castano en especial analizó “las formas en que la ficción da forma a nuestra manera de pensar”.

“El trabajo original, publicado con mi ex alumno David Kidd en la revista Sciencie, mostró que no toda la ficción da forma a cómo pensamos de la misma manera. Distinguimos entre la ficción literaria (Por ejemplo: Don Delillo, Jonathan Franzen, Alice Munroe) y ficción popular (Por ejemplo: Dan Brown, Tom Clancy , Jackie Collins) y demostramos que es leyendo ficción literaria como mejora sus habilidades para leer la mente: es mejor inferir y representar lo que otras personas piensan, sienten, sus intenciones, etc”, señaló el autor.

Los autores explican qué, aquellos que habían estado expuestos a la ficción literaria de calidad conseguían mejores puntuaciones en el test de la teoría de la mente. Pero, ¿Por qué pasaba esto?

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-La lectura de la ficción literaria afecta a los procesos de teoría de la mente porque nos fuerza a meternos en la psicología de los personajes. Con nuestro punto de vista, contribuimos a la construcción de los personajes y al significado general de la obra.

-La ficción literaria desencadena de manera única los procesos necesarios para acceder a las experiencias subjetivas de los personajes. Estos procesos replican los de nuestra teoría de la mente en la vida real. En el caso de la presuposición, por ejemplo. La ficción literaria es un universo de significados implícitos que constantemente estamos desentrañando. Y también, de la capacidad de interpretar la realidad desde el filtro de la consciencia y la perspectiva de diversos personajes a la vez.

-La ficción es un entorno seguro en el que sentimos que no corremos ningún riesgo al comprometernos con las experiencias de los demás (personajes). Por ello, tendemos a maximizar nuestra capacidad empática.

-La ficción literaria nos ofrece la oportunidad de conectar con personajes no estereotipados, rompedores y muy distintos a los que encontramos en nuestra vida. Esto nos obliga a recurrir a fuentes interpretativas más flexibles, para inferir los sentimientos y pensamientos de los personajes. Y eso hace que nuestro espectro empático se abra.

-La ficción popular, o de menor calidad, presenta personajes más predecibles y estereotipados. Éstos solo tienen como función reafirmar las creencias de los lectores y no promueven el desarrollo de la teoría de la mente.

De la misma manera indicó que al ampliar sus variables, observó cómo desarrollamos argumentos sobre los dos tipos de ficción y su papel en la sociedad. Así también, se determinó que la ficción literaria es activa, porque hace que los lectores produzcan sus propias perspectivas al involucrar a varios personajes complejos. Mientras que la ficción popular es pasiva, debido a que con anticipación proporciona significados para los lectores y se preocupa más por la trama que los personajes.

En síntesis:

Quienes leen ficciones literarias presentan mejores habilidades cognitivas sociales, según Costano los lectores mejoran “sus habilidades para leer la mente”, ayudándolos a deducir y descubrir muchas cosas y diferentes puntos de vista a lo largo de la novela.

Si bien este género presenta un trabajo más complejo para la mente, según el autor no quiere decir que sea mejor que el otro, ya que ambos son esenciales.

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La teoría de la mente:

Gregory Bateson, antropólogo y psicólogo hizo popular el concepto de “teoría de la mente”. Este concepto se usa en psicología y en otras ciencias humanas para hablar de nuestra capacidad de entender que las percepciones, ideas, pensamientos y deseos de los demás pueden ser (y suelen ser) distintos a los nuestros.

Desde los 4 años de edad, todos usamos de forma intuitiva nuestra teoría de la mente para predecir los procesos mentales de los otros. Y lo hacemos en dos niveles:

-Afectivo: Intentando detectar y entender las emociones de otros.

-Cognitivo: intentando detectar las creencias e intenciones ajenas.

Se puede decir que:

-Del nivel del desarrollo de nuestra teoría de la mente (sobre todo desde la vertiente afectiva) dependerá nuestro comportamiento empático.

-El déficit importante de esta habilidad está relacionada con trastornos de personalidad como el narcisismo y patologías caracterizadas por las dificultades interpersonales, como el autismo.

– a nivel macro, la teoría de la mente es vital para que el complejo entramado de relaciones sociales a diario funcione.

¿Puedo potenciar la empatía leyendo?

Que ficción literaria y teoría de la mente estén relacionadas, no significa que la lectura sea imprescindible para desarrollar la empatía. Desde la infancia contamos con muchos otros mecanismos para aprender a ser empáticos.  Obviamente con múltiples condicionantes culturales.

Pero leyendo las conclusiones de este estudio, hay preguntas que son interesantes para cualquier lector que esté reflexionando sobre su nivel de empatía:

–          ¿Disfruta de los libros que piden una participación que va más allá de entender la trama?

–          Ha pensado si los libros que lee ¿Muestran situaciones similares, o personajes con un mismo patrón?

–          ¿Cree que los libros que lee presentan personajes que confirman sus creencias personales? ¿Busca aquellos que ofrecen perspectivas diversas y originales sobre el mundo?

–          ¿Tiende a elegir libros en función al autor/a? ¿Prima la lectura femenina o masculina?

–          ¿Suele leer a autores de nacionalidades y culturas diferentes?

Estos estudios nos hacen pensar ciertas actitudes frente a ciertas historias y los personajes pueden ser el reflejo de ciertas actitudes hacia los demás en el mundo real.

Haciendo preguntas como las anteriores, podemos romper ciertos patrones limitadores, para añadir potencial empático. 

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