Las bases del crecimiento misionero del 2021 y los desafíos por venir
Escribe Alejandro Pegoraro
El 2022 está a la vuelta de la esquina, y con ello, las expectativas de cierre de año son alentadoras, principalmente porque, aun en un contexto macro todavía inestable, la provincia de Misiones logra sostener un considerable camino de crecimiento basado en la generación de empleo, inversión e innovación.
Como bien sabemos, los ritmos de recuperación y crecimiento no son iguales para todas las provincias: mientras que hay algunas con indicadores superando ya niveles incluso de 2019, otras siguen debajo de ese nivel o de 2020. Aquí no solo juega un papel predominante lo que hicieron tras inicio de la pandemia, sino también, lo realizado previo a ella: el piso desde donde parte las provincias determina el grado de capacidad que tienen para salir de una crisis.
Justamente, Misiones mostró muy buenos rendimientos en indicadores claves para la economía local no solo en 2020 y 2021, también lo hizo antes y eso le permitió tomar más impulso en plena crisis, ayudado por supuesto por factores exógenos a la propia provincia (cierre de fronteras) que la benefició todavía más.
¿Cómo se planta Misiones al cierre de año?
En primer lugar, así como el cierre de 2020 la cenicienta en la provincia fue la recaudación provincial, en este 2021 sin dudas es el empleo. Con datos hasta septiembre inclusive, la provincia se destaca no solo en el contexto regional, sino
también en el nacional.
Desde el inicio de la pandemia a septiembre 2021, Misiones creó más puestos de trabajo que las demás provincias del NEA combinadas, y 6 de cada 10 nuevos empleos creados en el NEA, fueron en Misiones. A nivel nacional, los puestos de trabajo generados en la provincia representan el 16% del total creado por el total de las jurisdicciones, solo por debajo de Santa Fe, que participó de la creación del 23% de los nuevos empleos desde la pandemia.
En términos de variación porcentual, Misiones es la provincia con el segundo mayor registro de creación de empleos desde el inicio de la pandemia: +4,4%, solo superada por Tierra del Fuego (7%), con la muy importante diferencia de que el crecimiento fueguino fue muy fuerte en 2020 y en 2021 viene cayendo (-0,3% en lo que va del año), mientras que el misionero sigue en alza en este 2021 en particular.
En este contexto, industria y comercio son los dos principales motores del empleo: no solo por su alto volumen de empleabilidad, sino también de velocidad de crecimiento. Esto, a su vez, demuestra las bases fundamentales de la economía local. Por otro lado, es necesario poner el foco en que lo que ocurre con la construcción que, a contramano de los otros sectores mencionados, está atravesando una situación mucho más débil, pero aún así se mantiene arriba de los niveles del 2020.
El crecimiento del empleo no es una causa del crecimiento económico, sino más bien su consecuencia directa, y aquí entramos en el segundo aspecto clave para la provincia en este 2021. A septiembre, la facturación de las empresas misioneras en su conjunto tienen el crecimiento real más alto entre todas las provincias el país. Según datos del CEP XXI del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, la facturación real de las empresas misioneras crecen por encima del 10% por encima del 2019, y junto a Santa Fe son líderes nacionales en este sentido.
Mayor facturación real implica no solo mayor producción y venta, sino posibilidades de expansión, que a su vez permite (y demanda) mayor mano de obra, generando empleo, y conformando así un circulo virtuoso de derrame en la sociedad.
Vinculado a esto, pero yendo de manera más concreta en el sector comercial, los (pocos) indicadores con información disponible nos muestran como la provincia dio pasos muy importantes en este sentido: no solo registra el mayor avance real de ventas en supermercados, sino también una amplia adhesión a programas de fomento al consumo de origen nacional (como Ahora12) y provincia (Ahora Misiones), con niveles de facturación crecientes.
Por supuesto, todo incremento de la demanda y de cierta ampliación del poder adquisitivo de las personas trae algunas consecuencias, producto de una macro inestable: los precios. La inflación es un problema nacional, con fuerte presencia en la región del NEA, pero en Misiones está aun más presente. Si bien no hay mediciones oficiales de inflación provincial, el costo de vida misionera, medida por el IPEC, nos da cierto panorama al respecto. El organismo oficial de estadística y censo provincial señala que el valor de la canasta básica en Misiones ronda en 88 mil pesos a octubre, siendo de esta manera una de las más caras del país (entre las jurisdicciones con mediciones oficiales).
Este fenómeno es el que más daño puede hacer en todo proceso de recuperación económica, pero es, a su vez, un campo donde los gobiernos provinciales tienen menos margen de acción. Programas de fomento al consumo como los Ahora son fundamentales para poder ofrecer cierto alivio a los bolsillos de los hogares, pero pueden quedarse cortos en su alcance (como también cobertura) ante una escalada de precios.
A finales del 2020, en estas mismas columnas, afirmábamos que el trípode principal para el crecimiento en este año iba a ser empleo, salarios y precios. Hasta el momento, Misiones supera las expectativas en dos de ellos: empleo y salarios, aunque este último en menor medida (los públicos tuvieron una recomposición muy importante, pero los privados aún no logran recuperar del todo), mientras que precios es ancla del crecimiento actual.
Lamentablemente, esto debe tener soluciones de fondo desde el gobierno nacional. No hay provincia alguna que pueda combatir por si solo una fenómeno como ese.