
Lenín Moreno asumió la presidencia de Ecuador
Lenín Moreno asumió este miércoles como presidente de Ecuador, en un acto que se llevó a cabo en la Asamblea Nacional en Quito. Del acto participó el presidente argentino Mauricio Macri y junto a otros pares y representantes de la región.
José Serrano, presidente de la Legislatura, tomó juramento a Moreno en el cargo que asume para el período 2017-2021. En esta sesión, el Primer Mandatario deberá presentar los lineamientos fundamentales de las políticas y acciones que desarrollará durante su ejercicio, tal como lo dispone la Ley Orgánica de la Función Legislativa.
El mandatario saliente, Rafael Correa, impuso la banda presidencial a su sucesor. Acto seguido se firmó el decreto oficial que certifica a Moreno en su nuevo cargo. Previamente, Correa entregó el informe, por escrito, de su gestión en estos 10 años de gobierno.
Por la tarde en la residencia del embajador argentino en ese país, Luis Juez, se realizará una reunión informal de presidentes y ministros de Relaciones Exteriores de países miembros del UNASUR.
Lenín Moreno, el hombre que ‘renació’ para ser presidente
En enero de 1998, a Lenín –el esposo de Rocío y papá de Irina, Cristina y Carina– lo habían asaltado y disparado por la espalda. Quedó parapléjico.
Diecinueve años después, hoy asume como presidente de la República, el único en el mundo en ejercer su cargo en silla de ruedas.
Tras una serie de cirugías, Lenín Moreno Garcés, en sus palabras, “volvió a vivir”. Sufrió, se encerró. Su hermano Edwin recuerda con tristeza lo duro que fue reanimarlo.
La leyenda familiar cuenta que un día, un buen amigo le contó a Lenín un chiste del que se rió más de cinco minutos. Ocurrió el milagro, pero nadie del entorno quiere revelar el nombre de quien con un mal chiste le hizo olvidar el dolor.
Decidió atenuar el golpe con humor. Investigó lo que pudo sobre la risa, el sarcasmo, la felicidad…, también sobre la discapacidad. Bajo el principio de que el buen humor es “la ciencia de la curación”, se hizo motivador. Dio charlas y escribió libros como Ser feliz es fácil y divertido, Trompabulario, Ríase, no sea enfermo… Para desarrollar su nueva faceta, creó la Fundación Eventa.
Lenín Moreno (Nuevo Rocafuerte, 1953) se matriculó en Psicología y Medicina de la Universidad Central, pero por participar en una huelga, tuvo que cambiar de carrera. “Fue el mejor egresado”, dicen con orgullo sus familiares y amigos, aunque su título de licenciado en Administración Pública recién fue registrado el 14 de noviembre pasado, dos días antes de inscribir su candidatura a la Presidencia.
En su juventud militó en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Hizo amigos en todo lado: soñadores revolucionarios del MIR, empresarios, dirigentes deportivos… Hasta aparece en fotos con el expresidente Jamil Mahuad.
En el 2006, llegó la sorpresa: su nombre completó el binomio de Alianza PAIS. La imagen de un hombre bueno, luchador y pacífico compensó la beligerancia de Rafael Correa.
El vicepresidente Lenín Moreno, quien desempeñó ese cargo durante seis años, se destacó por la Misión Manuela Espejo y el programa Joaquín Gallegos Lara, que impulsaron políticas de inclusión, lo que le valió, en el 2012, terciar con otras 230 personas al Nobel de la Paz.
Desde que dejó el cargo, en mayo del 2013, su candidatura para la Presidencia de la República siempre fue una posibilidad. Las encuestas ya le daban cerca del 90% de aceptación.
Cuando Alianza PAIS corría los primeros sondeos, previos a la última campaña, obtuvo una intención de voto de más del 60%. Con esos números, a Jorge Glas, quien buscaba encabezar la papeleta, “no le quedó más que ponerse a las órdenes”, dice un colaborador cercano.
La buena imagen de Lenín Moreno se puso en duda en la campaña por las denuncias de la oposición sobre su gestión en la Vicepresidencia y como enviado Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para la Discapacidad, pues en esa función (del 2014 al 2016) llegó a ganar $ 15 mil dólares mensuales cubiertos por el Estado y vivió y trabajó en una de las zonas exclusivas de Ginebra. En los casi tres años que estuvo en Suiza recibió un presupuesto de $ 1,6 millones. En el Servicio de Rentas, no obstante, no pagó impuesto a la renta ni en el 2015 ni en el 2016.
La oposición también le cuestionó haber cobrado, a través de Fundación Eventa, $ 10 mil por dar conferencias en instituciones públicas.