Ley Bases: un paso en un largo proceso
La sanción de la Ley Bases es un hito importante para el presidente Javier Milei, en el marco del proceso político y económico complejo que tiene por delante. La cauta reacción de los mercados frente al hecho el viernes 28 así lo puso en evidencia. El Gobierno hizo saber que la reglamentación de la ley -a veces puede ser más importante que la misma norma- tardará aproximadamente un mes y medio (mientras el decreto correspondiente no esté vigente, no rige la norma).
En el Congreso, la oposición va a impulsar iniciativas adversas al oficialismo que ya cuentan con media sanción de Diputados, como la modificación del cálculo para la actualización de las jubilaciones, que obtuvo el voto favorable de dos tercios de los diputados presentes. Pero en el mes de julio, el Congreso cesará su actividad por lo menos durante dos semanas, algo que le puede permitir al oficialismo ganar tiempo para frenar esta iniciativa.
Cabe señalar que el Presidente ya anunció públicamente que si esta ley fuera sancionada, él la vetará, y los dos tercios de los legisladores presentes que son necesarios para insistir con el proyecto inicial es una meta difícil de alcanzar para la oposición, pero no imposible. En lo inmediato, Milei prepara un relanzamiento político para el martes 9 de julio, Día de la Independencia nacional.
Habrá un acto en Tucumán y un desfile militar en la Ciudad de Buenos Aires. Pero la intención es que la firma del Pacto -que todavía se negocia, incluyendo puntos como la educación, a pedido de la oposición- tenga la participación política y sectorial más amplia posible.
Pero contar con una Corte alineada con el Ejecutivo es el objetivo político central de Milei, aunque no lo sea manifiesto. La prioridad para la Casa Rosada en el Congreso ahora es el acuerdo del Senado para la nominación de los candidatos del oficialismo: el juez Ariel Lijo y el jurista Manuel García-Mansilla. El Gobierno tiene asegurado los votos del PJ K para el primer candidato, un veterano juez federal que ha sabido navegar con éxito durante más de dos décadas entre los diversos gobiernos.
Es cuestionado por los sectores más ortodoxos del “mileísmo”, que sí sostienen la candidatura del otro postulante. Ahora, en el equipo asesor del presidente ha surgido la idea de aumentar la cantidad de miembros de la Corte para ampliar la renovación y así incluir nuevos candidatos. La ampliación sólo requiere una ley de mayoría simple en ambas Cámaras, mientras que las designaciones, dos tercios de los senadores presentes. Con más puestos en el Tribunal se facilitaría la negociación política con la oposición, que en este caso resulta imprescindible. La prioridad que adquiriría así el Senado para modificar la Corte amplía el rol de la Vicepresidente Victoria Villarruel, que a fines de junio mostró una diferencia con el Poder Ejecutivo al tratar los acuerdos para los ascensos militares propuestos por la Casa Rosada. Más allá del receso durante algunas semanas de julio, el rol del Congreso seguirá siendo central y hay quienes piensan que Milei ha comenzado a adquirir experiencia en este ámbito.
Cabe recordar que el lunes 24 de junio, cuatro días antes de la aprobación de la Ley Bases en Diputados, Milei públicamente volvió a calificar a los opositores de “golpistas y degenerados fiscales”. Se trata de actitudes que dejan rencores que suelen aparecer en los momentos
menos esperados.
La sanción de la Ley Bases vuelve a poner en evidencia la coalición potencial con la que puede contar el oficialismo si se decide a articularla. Las tres votaciones en Diputados de la Ley Bases -la de febrero y las dos de junio- fueron aprobadas con una sólida mayoría, cercana a los ciento cuarenta legisladores.
Cabe señalar que la mayoría es de ciento veintisiete. Esta mayoría oficialista está constituida por los legisladores de La Libertad Avanza, el PRO, un sector mayoritario de la UCR, el bloque Somos Coalición Federal que integran diputados de diversas procedencias y lidera Miguel Ángel Pichetto, e Innovación Federal, constituido por gobernadores peronistas no kirchneristas. Pero hasta ahora Milei desechó la constitución de un interbloque que permitiera una coordinación parlamentaria. Este sería un paso previo en pos de generar una coalición política que se constituya en una alianza electoral para 2025. Contar con una coalición parlamentaria permanente resulta fundamental para la gobernabilidad, y a siete meses de gobierno, esto se ha ratificado con el complicado trámite de la Ley Bases. Pero en un giro político sorprendente, el 30 de junio Milei dijo respecto a su relación con el PRO:
“Vamos camino con el PRO a una fusión de las fuerzas. Si hoy fuéramos a elecciones fusionados, sacaríamos el 57% de los votos”. Agregó que con Macri no tiene conflictos, aunque admitió que hace dos semanas que no habla con él por problemas de agenda. El problema es que el término “fusión” implica la creación de un solo partido entre ambos, no una alianza entre ellos. Es la tarea que ya viene realizando la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei.
Pero la política exterior se ratifica como un ámbito complejo y difícil que no se resuelve con la indiscutible eficacia de Milei como “star” internacional. El triunfo de Le Pen en Francia fortalece al presidente argentino. En la asunción presidencial del pasado 10 de diciembre estuvieron en Buenos Aires delegados de “Reagrupamiento Nacional”, el partido de la líder de la derecha radical francesa. Tuvo contacto virtual con ella en el acto del partido Vox de España, en el cual habló el presidente argentino. Ambos integran la “derecha radical” que crece en el mundo occidental y que tiene a Donald Trump como su primer referente global. Las diferencias de enfoque económico que puede haber entre ellos son secundarias frente a un movimiento que pone más su prioridad en los valores políticos y culturales, algo que por lo general no se entiende en Argentina. Pero al mismo tiempo, la negativa del presidente argentino a participar en la Cumbre del Mercosur, que tiene lugar el lunes 8 de julio en Asunción, es un hecho muy negativo en el ámbito regional. Este grupo, que integran Argentina y Brasil junto a Paraguay, Uruguay y recientemente Bolivia, ha cumplido más de tres décadas y se ha mantenido pese a los altibajos en el comercio.
La relación entre los presidentes de Brasil y Argentina ha sido claramente mala. Lula no asistió a la asunción de Milei por sus relaciones con el ex presidente Bolsonaro, acusado en la Justicia por la fracasada toma del Congreso el 8 de enero de 2022. Milei, ya siendo presidente, acusó a Lula de “comunista y corrupto”. El líder brasileño ha dicho que mientras Milei no le pida disculpas, no se reunirá con él. Cuatro días antes de la Cumbre, Milei ratificó sus dichos, al afirmar que cuando dijo que Lula era comunista y corrupto, había dicho la verdad. Frente al confuso intento de golpe militar en Bolivia, que el ex presidente Evo Morales calificó como una “manipulación” del presidente Luis Arce (con quien está enfrentado),
Milei sostuvo que era “falso” y denunció además que en el país hay “presos políticos” como la ex presidente Jeanine Añéz, una dirigente de derecha que fue presidente tras la caída de Morales. Cabe señalar que este país es el quinto miembro del Mercosur.
En conclusión: La aprobación de la Ley Bases es un hito en un proceso, pero no el final de éste, ni tampoco de por sí el inicio de una nueva etapa, pero sí un primer logro relevante de Milei en el campo de la política tradicional. Contar con una Corte alineada es un objetivo prioritario del Presidente para mejorar su relación de fuerzas con el Congreso y convalidar judicialmente sus reformas económicas. La sanción de la Ley Bases en Diputados confirmó la posibilidad de una coalición oficialista que incluya a cinco fuerzas, pero el Presidente parece hoy inclinarse por fusionarlas en base a su partido, La Libertad Avanza. El triunfo de Marie Le Pen en Francia fortalece a Milei en el plano internacional, pero su ausencia en la Cumbre del Mercosur revela la existencia de una crisis en este ámbito por la confrontación con Lula.