Lula dijo que Brasil necesita una política menos combativa, descartó a Dilma y atacó a Bolsonaro
El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), favorito para ganar las elecciones de este año, remarcó que Brasil necesita una política menos combativa, descartó a su sucesora Dilma Rousseff para ocupar algún puesto de relevancia en su posible gobierno y reiteró que el actual mandatario, Jair Bolsonaro, es “responsable de más de la mitad de las muertes por coronavirus” en el país.
Lula sorprendió al expresar que Rousseff “no tiene paciencia” para estar actualmente en la política, aunque le dedicó encendidos elogios.
“Hay gente joven y yo pretendo montar un gobierno con gente joven, hay gente importante con mucha experiencia también. Dilma es una persona por la que tengo el más profundo respeto y cariño y es técnicamente inatacable, con una competencia extraordinaria”, ponderó.
Sin embargo, sostuvo en una entrevista para la emisora CBN Vale que Rousseff “falla en política pues le faltaría la paciencia que se necesita para hablar con quienes no quieres hacerlo”.
Lula se mostró dispuesto a negociar “con la derecha, con la izquierda, con el centro, con los católicos, con los evangélicos y con los ateos, “es decir, con los que tienen un mandato para poder aprobar las cosas que se necesitan ser aprobadas”.
Al reafirmar su discurso de diálogo con todos los sectores, indicó que el juego político se construye a través de la conversación con todas las fuerzas, “convenciendo a la gente, aceptando sugerencias, propuestas de cambios, ya que así se desarrolla el juego político en el planeta Tierra donde hay democracia”.
En la misma línea, declaró que no ve ningún problema en construir una alianza con su ex oponente y quien suena como candidato de fórmula, el exgobernador de San Pablo Geraldo Alckmin.
“El vicepresidente es importante y es un socio primerizo”, calificó Lula tras preguntársele específicamente cuál sería el papel de Alckmin en un posible nuevo gobierno del Partido de los Trabajadores (PT).
“Yo les digo a todos que el problema no es ganar las elecciones, es ganar y lograr arreglar el país. Porque Brasil está mucho más desestructurado que en 2003; la inflación es mayor, el costo de vida, el desempleo y las pérdidas salariales son mucho mayores”, expuso.
Agregó que la economía “está atrofiada y el Estado no tiene capacidad de inversión, permitiendo que las universidades fracasen, y entonces se reduce casi a cero el presupuesto de Ciencia y Tecnología”.
“El reto ahora es recuperar la economía”, subrayó el veterano político, que a la vez insistió sobre la importancia de una renovación del Congreso.
“Necesitamos elegir un grupo de diputados que tengan una visión de Brasil un poco optimista, un poco más social. No podemos tener un Congreso que convierta en rehén al presidente”, planteó.
También se refirió a la cuestionada gestión de la pandemia llevada a cabo por Bolsonaro.
“Estoy convencido de que Bolsonaro es responsable de más de la mitad de las personas que murieron por Covid-19. Y siguen promocionando medicinas que no funcionan, siguen luchando contra la vacuna, y dicen que los niños que murieron son insignificantes. ¿Este tipo no es humano?”, cuestionó.
Desde su inicio, Brasil, el segundo país más golpeado a nivel global por el flagelo, solo detrás de Estados Unidos, superando los 24,3 millones de contagios y las 624.100 muertes.
Según sondeos elaborados el mes pasado por la consultora Datafolha, Lula está en condiciones de vencer en la primera vuelta de los comicios presidenciales previstos para el 2 de octubre, con una ventaja de 20 puntos sobre el ultraderechista Bolsonaro, que buscará su reelección tras haberse afiliado al Partido Liberal (PL).