Marcelo Bermolén, director del Observatorio de Calidad Institucional de la Escuela de Gobierno de la Universidad Austral, analizó la reciente controversia política generada por la promoción de la criptomoneda $LIBRA por parte del presidente de la Nación en la red social X. Además, advirtió sobre la preocupante situación de la institucionalidad en Argentina.

“El presidente de la Nación promovió algo muy similar a una estafa piramidal y no es la primera vez que lo hace. Como diputado de la Nación, en diciembre de 2021, promocionó la plataforma CoinX, especializada en criptomonedas, que con promesas de rendimientos extraordinarios terminó también denunciada por estafa”, señaló Bermolén.

El especialista cuestionó la gravedad del episodio al preguntarse: “¿Es peor que el $LIBRAgate haya sido una estafa o que haya sido un acto de ignorancia del Presidente en el área en la que él mismo se reconoce experto?”. Además, recordó que Javier Milei abordó el tema en dos reuniones presenciales en ejercicio del cargo: la primera el 19 de octubre de 2024 con Julían Peh, de la empresa KIP Protocol, impulsora del token $LIBRA; y la segunda el 30 de enero de 2025 con Hayden Mark Davis, de Kelsen Ventures, operador de las transacciones. “Es difícil creer en la inocencia del Presidente cuando dedicó dos encuentros oficiales a este tema”, afirmó.

En este contexto, Bermolén cuestionó las prioridades del mandatario: “Cabe preguntarse: ¿Dónde invierte el tiempo el Presidente de la República? ¿En solucionar los problemas de los argentinos o en promover un memecoin para alimentar su narcisismo?”. Y agregó: “Milei es un transgresor de las instituciones. Las pone a prueba constantemente. Cree que no hay límites para el Presidente de la República. No tiene noción, tal vez, de hasta dónde puede forzar la institucionalidad”.

Según el director del Observatorio de Calidad Institucional, “este gobierno no ha hecho gala ni de la calidad institucional ni de la transparencia en la información pública”. En este sentido, advirtió sobre la investigación que la Oficina Anticorrupción (OA) llevará a cabo sobre la promoción de la criptomoneda: “En realidad, es el Presidente investigándose a sí mismo. La OA depende directamente del Poder Ejecutivo y está liderada por Alejandro Melik, ex socio del actual ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona”. Y agregó: “La autoinvestigación de Milei sobre la moneda $LIBRA será más para acomodar pruebas que para llegar a la verdad”.

Bermolén también lamentó la falta de un Defensor del Pueblo de la Nación, figura que según el artículo 86 de la Constitución Nacional podría haber requerido información a los tres poderes y disponer allanamientos con auxilio de la fuerza pública. “Hace 15 años que ese rol está vacante, y Milei no ha mostrado interés alguno en promover su designación, como tampoco lo hicieron los anteriores mandatarios”, recordó.

En otro tramo de su análisis, criticó la contradicción política del oficialismo: “En la misma semana en la que se votó la ‘ficha limpia’, se promovió la moneda sucia”. Y advirtió: “El deterioro institucional en Argentina es cada vez más profundo y alarmante, mientras la sociedad se encuentra distraída con relativas mejoras económicas”.

Finalmente, cuestionó la falta de independencia del Poder Judicial y la persistencia de la corrupción en el país. “La justicia federal en la Argentina no funciona: acumula poder sin cumplir sus objetivos y usa las causas como mecanismo de presión política, a la par que muchas veces opera en connivencia con el poder político”. Y sentenció: “El problema de la corrupción en Argentina es transversal y está enquistado en el poder. Milei prometió cambiar el sistema, pero Argentina sigue con los mismos niveles de corrupción que dejó Alberto Fernández, como lo confirma la última edición del Índice de Percepción de la Corrupción 2024, elaborado por la ONG Transparencia Internacional”.

Como cierre, Bermolén advirtió sobre la posibilidad de que el juez Ariel Lijo, quien ha sido cuestionado en varias oportunidades, acceda a la Corte Suprema: “Nuestra clase política todavía está a tiempo de impedir que Ariel Lijo -el juez más cuestionado en la historia de la nueva democracia-, acceda a la Corte Suprema y de poner un freno a esta degradación institucional”.