Mientras Corrientes sigue en llamas, Misiones fue una de las provincias menos afectadas por el fuego
La temporada de incendios volvió sin tregua. Corrientes nuevamente registra enormes extensiones de llamas que devoran plantaciones y biodiversidad, incluso en la reserva de los Esteros del Iberá. La vecina provincia fue la más afectada por el fuego en 2022 y nuevamente este año está entre las principales afectadas. En contraste, Misiones fue la segunda provincia con menor cantidad de hectáreas afectadas durante 2022 y este año no registra eventos relevantes.
Pese a ello, Misiones realizó una fuerte inversión en prevención, con la compra de un nuevo helicóptero para los brigadistas y la puesta en marcha de un tractor bombero fabricado en sociedad con el sector privado, además de la adquisición de una motobomba importada.
Los datos surgen de un extenso informe de Amnistía Internacional sobre la expansión de las situaciones de emergencia ígnea a lo largo de todo el territorio argentino y su impacto en derechos humanos.
Entre enero y octubre de 2022, el Sistema Nacional de Manejo del Fuego registró más de 560 mil hectáreas incendiadas en el país. Por otro lado y en contraste con estas cifras, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuario (INTA), ente estatal descentralizado y con autonomía financiera dependiente del Ministerio de Agroindustria de la Nación, reporta cifras sustancialmente superiores a las del SNMF, habiendo contabilizado tan solo en Corrientes más de 1 millón de hectáreas devastadas por incendios.
De acuerdo a la Dirección Nacional de Bosques, dentro de las miles de hectáreas afectadas en los incendios en Corrientes, un 10% pertenece a una superficie de bosques quemados que son considerados de muy alto valor de conservación.
Además, el MAyDS reporta que en la provincia se documentaron desplazamientos de animales, entre ellos, mono carayá, yacarés y carpinchos. Se cree que esto fue agravado por las fuertes sequías en la zona y la escasez de agua y alimentos. Si bien se sabe de las pérdidas o desplazamientos de animales a causa de los incendios, se desconoce el número de animales silvestres afectados.
Por esta razón diversas organizaciones reclaman la falta de censos en cuanto a la población silvestre y la biodiversidad perdida en los incendios. Las comunidades locales informan que ciertas especies como los yacarés o carpinchos ya no se observan como antes. A su vez, destacan que dentro de los animales más afectados por los incendios en la zona del Paraná se encuentran los reptiles, entre ellos, serpientes, yacarés, tortugas y lagartos.
En Corrientes se realizó un registro de animales afectados por los incendios. En su totalidad 272 animales, de los cuales 40% eran reptiles pequeños, 32,25% mamíferos medianos, 6,25% mamíferos pequeños, 4,04% reptiles grandes, 4,04% aves, 3,31% anfibios, 2,94% mamíferos grandes y otros animales el 6,25% restante. Esto nos indica que, tanto en la región del Paraná como en Corrientes, los reptiles fueron los animales más afectados por los incendios.
Los incendios forestales tienen un impacto a largo plazo en el ecosistema: la pérdida de vegetación, árboles o bosques nativos que puede tardar décadas en regenerarse o no hacerlo nunca; la fauna, con la pérdida de especies y animales silvestres; así como el impacto en las poblaciones que allí habitan.
La restauración de áreas quemadas es lenta y requiere de recursos efectivos que permitan la recomposición de los ecosistemas y biodiversidad. El costo de estos desastres suele ser difícil de determinar, pero en términos de impacto a largo plazo, las comunidades más pobres del mundo se ven afectadas de manera desproporcionada. De acuerdo con un estudio de Naciones Unidas, la carga económica anual de los incendios forestales para los Estados Unidos oscila entre $71.1 mil millones y $347.8 mil millones.
Se estima que la recuperación tras los incendios podría costarle a Argentina entre USD 1.100 y 3.700 millones por año. El MAyDS aumentó de manera considerable las partidas presupuestarias para dar respuesta a la crisis de incendios durante 2022.
Según datos oficiales, en 2019 se ejecutaron $195 millones del SNMF, habiéndose subejecutado el 31% del presupuesto, mientras que en octubre de 2022 ya se habían ejecutado $7.000 millones, superando en un 2% el presupuesto previamente asignado.
En términos reales (es decir, contemplando el efecto de la inflación), esto representa un incremento del 1.029% de partida presupuestaria asignada a incendios entre 2019 y 2022.
No obstante, ante las diversas crisis de incendios los brigadistas y bomberos voluntarios han reclamado mayores recursos y apoyo para financiar los gastos a la par de mejores condiciones laborales, obra social y remuneración.
De acuerdo a la Ley 25.054, el Sistema Nacional de Bomberos Voluntarios, integrado por las asociaciones y federaciones de bomberos de todo el país, se financia a través de un esquema de subsidios que surge del 5% obtenido de las primas de seguros. Es decir, no cuentan con presupuesto asignado del Estado Nacional, funcionan con un sistema de reintegros de gastos y gran parte del trabajo es no remunerado.
Las acciones humanas son responsables del 95% de los incendios, por negligencia, fogones mal apagados y la quema intencional de pastizales. Además, la proliferación de los incendios forestales se explica por el cambio climático: altas temperaturas, intensas sequías, bajos niveles hídricos. Todas estas condiciones hacen que los territorios sean más propensos a incendios o que éstos se propaguen más rápidamente. Si bien el informe de Amnistía Internacional abarca el año 2022, esta es un problemática que sigue vigente. Al día de hoy, las autoridades reportaron que permanecen algunos focos de incendio activos y otros contenidos en las provincias de Corrientes, Entre Ríos y Neuquén. |
Sin humedales no hay vida El trabajo que publica la organización de derechos humanos destaca el rol clave que tienen los humedales para la mitigación y la prevención de los incendios. Además de representar el 21% de la extensión del territorio nacional, los humedales son barreras naturales que ayudan a prevenir el avance del fuego y amortiguan los efectos de las tormentas e inundaciones al absorber el agua lentamente. También combaten el cambio climático porque almacenan carbono, reteniendo gases de efecto invernadero. “En un contexto de profundización de la crisis climática en todo el mundo con un impacto en los derechos humanos de miles de personas, es fundamental que los Estados redoblen sus esfuerzos para cumplir con sus compromisos internacionales en cuestiones ambientales. Una de las estrategias para la mitigación de los incendios es la conservación de los humedales. Por eso es clave que Argentina avance en la sanción de la ley de humedales que ofrezca las mayores garantías posibles para la protección de los territorios”, señaló Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina. . |
El proyecto de Ley de Humedales lleva casi 10 años de postergaciones. Ha sido ampliamente consensuado por más de 380 organizaciones y en marzo de 2022 fue presentado una vez más ante la Cámara de Diputados. El 10 de noviembre dos proyectos tuvieron dictamen en el plenario de las comisiones. Es urgente que sean debatidos en el recinto durante el próximo período de sesiones legislativas. |