¿Qué tiene en la cabeza Martín Guzmán, el discípulo de Stiglitz que es ministro de Economía?

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El cargo más esperado en el ámbito nacional será ocupado por el licenciado Martín Guzmán, que tendrá la dura tarea de encender la economía, bajar la inflación, arreglar la deuda y corregir las cuentas fiscales, entre otras minucias.

Con apenas 37 años y sin experiencia en el ámbito político, Guzmán deberá lidiar con una de las inflaciones más altas del mundo, una actividad en caída libre y el desafío de renegociar una pesada deuda cuando asuma como ministro de Economía de Argentina.

Guzmán, que se graduó en la Universidad de La Plata y tiene un doctorado en Brown University, actualmente trabaja como investigador de la Universidad de Columbia, en el equipo del ganador del Premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz.

Guzmán no es profesor en la Universidad de Columbia. Es investigador. Cuando completó su doctorado en Brown University, fue contratado por Stiglitz para incorporarse a su equipo y un proyecto sobre resoluciones deudas soberanas. El contrato inicial duró un año pero luego se quedó y escribieron varios libros en coautoría.

“Es alguien a quien en los últimos tiempos he consultado mucho por los problemas que tiene Argentina en materia de deuda”, dijo el viernes el presidente electo de centroizquierda, Alberto Fernández, al confirmar su designación.

Todas las noticias de estos días se enfocan en su opinión sobre la deuda externa y su reprogramación, pero fuera de esto Guzmán es un pensador muy prolífico y reconocido en lo más selecto de la academia internacional. Así que en el presente artículo trataremos (no es tarea fácil reducir un paper científico a columna de opinión) sacar de escritos suyos, lo que piensa de un tema fundamental para salir de esta crisis: El tipo de cambio adecuado que tiene que tener la Argentina.

Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago:

No hay que ir muy lejos para ver ejemplos de académicos brillantes que a la hora de ocupar un cargo ejecutivo terminaron con resultados lamentables: los recientes expresidente y vice del Banco Central; Federico Sturzenegger y Lucas Llach son un ejemplo de esto. 

También recuerdo en un reportaje al ex ministro Surrouille en que un periodista que lo cuestionaba porque no aplicaba cierta medida que había escrito, 

Éste le  contestó: “Quizás usted leyó hace poco lo que yo escribí hace mucho. Esto no desacredita la formación de nadie, pero a veces la coyuntura se torna más compleja de lo que estaba en el papel”.

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Vamos a las ideas:

 Sobre el tipo de cambio:

Entre una Convertibilidad y un tipo de cambio alto Guzmán es claramente un defensor del tipo de cambio alto y competitivo como base para el crecimiento. Es obvio, esto en países como el nuestro favorece la rentabilidad de sectores exportadores tradicionales (de materias primas) y el desarrollo de sectores industriales con posibilidades de exportación (economías regionales).

 Esto ocurre en parte porque con el dólar alto los salarios en dólares son bajos, y por ende el costo de los exportadores disminuye; esto incentiva a mayores exportaciones y mayor entrada de dólares al país. La contracara es que el consumo interno (atado a los sueldos bajos en dólares disminuye y por ende perjudica a la producción que no tiene posibilidades de exportar sus bienes, como ahora). 

Pero ante esta paradoja, nuestro flamante ministro entiende que la mejor rentabilidad obtenida por los sectores exportadores no solo depende del trabajo del sector privado (los que producen soja por ejemplo) sino que también es consecuencia de una decisión política para que, mediante un tipo de cambio alto, estos mejoren, y que inevitablemente esta mejora en parte se produce en detrimento de los no exportadores (tanto trabajadores como empresarios orientados al mercado interno) Esto también resulta en una caída de la inversión de los segundos dado que el mercado interno se vuelve menos rentable.

La propuesta: ya la conocemos, gravar con impuestos a la exportación a los sectores tradicionales (entiéndase exportaciones agropecuarias) y en menor medida a sectores industriales que también exportan para volcar esos recursos vía créditos para inversión, educación, investigación y desarrollo para poder generar crecimiento de los sectores que no alcanzan el mercado externo.

Entiéndase que esto no es un castigo a los que exportan soja, dado que su actividad es muy importante para la entrada de divisas al país. Se trata de hacerles compartir su incremento de rentabilidad con los perjudicados, dado que en parte fue la política económica del dólar alto la que les permitió crecer.

Como dice en su paper que no se trate solo de recoger, sino de crear ganadores. 

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No es menor el análisis de que el tipo de cambio alto para desarrollar la economía debe ser “estable”: bruscas devaluaciones pueden aumentar las exportaciones de lo que hay, pero nadie va a invertir en el sector exportador si el país devalúa, después congela, después devalúa y después congela el tipo de cambio. Nadie va a invertir en miras al desarrollo de la actividad económica exportadora o no, con un tipo de cambio tan volátil que un día te enriquece y al otro te funde.

Para finalizar no es menor su visión de la balanza de pagos, como por ejemplo es partidario de un fuerte control del ingreso de capitales especulativos que aumentan en épocas de auge económico y huyen profundizando la crisis como nuestra tristemente célebre “bicicleta financiera”. Propone evitar sus efectos y priorizar la inversión extranjera directa que es la que termina en inversión física estable.

En síntesis, tipo de cambio alto y estable: alto para competir y vender, y estable para que las empresas vean un horizonte e inviertan a largo plazo, más control de capitales especulativos.

Reconoce los efectos colaterales de esto y propone un sistema de compensación (no subsidios improductivos ojo, sino no sirve para nada) de los beneficiados a los otros para que se desarrollen también, para crear y no solo recoger ganadores.

Comparación odiosa: Macri tuvo un tipo de cambio totalmente inestable, con atrasos los dos primeros años y bruscos saltos los dos últimos, libre entrada y salida de capitales que terminó en la fuga más monstruosa que haya tenido la Argentina y nos quedamos con la deuda, eliminó las retenciones primero con lo cual no habría recursos para compensar a los sectores castigados, para al final volverlas a poner, no para créditos productivos y desarrollo, sino para pagar las consecuencias del absurdo manejo monetario.

No lo escribió hace mucho, el paper tiene dos años así que no hay excusa y dejo el link (en inglés).

https://www.nber.org/papers/w23868.pdf

Mucha suerte, señor Ministro, para que sus escritos se plasmen en políticas que den los resultados de sus escritos. Recuerde que el mejor equipo de los últimos 50 años también escribió mucho, aplicó poco y nada y así nos fue.

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