Redes de contención

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En 2023, la pobreza llegó al 41,7 por ciento de la población y alcanzó a 19,4 millones de personas en todo el país. La cifra que dio a conocer el Indec implica un aumento respecto al 39,2 que se había registrado un año atrás. La indigencia llegó al 11,9 por ciento. La inflación y la recesión de estos días, empeorarán esos datos, pero ahora sin red de contención. El Estado en la era Milei se ha corrido del escenario y asumió un rol mínimo. 

“Estamos convencidos de que la Argentina va a tener que salir con los ahorros de los argentinos, porque no va a venir capital”, había dicho en campaña Patricia Bullrich. Ese concepto ha evolucionado con Milei. “Vamos a dejar un mínimo de pesos en circulación y la remonetización de la economía tendrá que darse sacando plata del colchón”, dijo el Presidente hace algunas horas, en un mensaje dirigido casi con exclusividad al núcleo duro de sus votantes, los que tienen capacidad de ahorro y, sobre todo, dólares guardados.  

Para el resto, los asalariados o la clase social más vulnerable, no hay plan de contención ni de reactivación. 

El Presidente blande la motosierra y la licuadora como únicas herramientas. Al corte abrupto de fondos para provincias, para los salarios docentes o el transporte, le llegó ahora el turno a las jubilaciones, que ¿sólo por este mes? se pagarán en dos veces y sin contemplar la actualización necesaria para por lo menos empatar con la inflación acumulada en los últimos meses. 

En paralelo, otro DNU del Presidente bloquea el pago a las cajas previsionales que no fueron traspasadas a Nación. Misiones es una de las provincias perjudicadas, que además mantiene un largo reclamo por fondos adeudados. 

Misiones reclama una deuda de 33.594 millones entre 2019 y 2023, más los anticipos de 2024. La decisión de no pagar de Milei, motivará un nuevo conflicto judicial con Misiones. Pasado el feriado largo de Semana Santa, se presentará primero el reclamo administrativo y luego el judicial.  La deuda de Anses afecta la movilidad de los jubilados misioneros.

En rigor, por una decisión del ministro de Economía, Luis Caputo, desde enero pasado, la Anses dejó de enviar fondos a las cajas provinciales, como parte de su plan para alcanzar el déficit cero. Ahora se oficializó el “ahorro” a través de un DNU. 

El decreto presidencial también incluye la eliminación del artículo 81 de la Ley de Presupuesto prorrogada para el corriente año, que eliminó los subsidios para el transporte público en el interior del país. Al mismo tiempo, ratifica la supresión definitiva del Fondo Nacional de Incentivo Docente, que motivó un reclamo judicial de Misiones. Así se allana el camino para “estabilizar las cuentas”. Sencillamente, se desconoce la deuda. 

Nadie duda de la necesidad de que baje la inflación ni de ordenar las cuentas. El problema es a qué costo. Los datos marcan que el ajuste, inédito por su velocidad, está generando un tsunami económico. La caída del comercio llega al 25,5%, la industria  sufre una construcción de 9,9% y las exportaciones de las economías regionales cayeron 9,8%.

Para el mes de marzo se espera una caída sensible en los precios, pero acompañada por una drástica reducción del consumo. La importancia del consumo interno sobre la producción total de carne vacuna registró en el primer bimestre de 2024 el nivel más bajo de los últimos 28 años y el consumo de carne vacuna per cápita se redujo en 4,5 kilos en el primer bimestre. “La gente de clase media para abajo no puede comprar la carne“, dijo el titular de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Ciudad de Buenos Aires, Alberto Williams.

La yerba por caso, cortaría su tendencia alcista y mostrará una fuerte baja en la demanda, con apenas una o dos empresas con números en positivo, pero en base a un enorme esfuerzo financiero para mostrar precios a la baja. 

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La otra pregunta es ¿después de bajar la inflación qué? Es un interrogante que sobrevoló la reunión de gobernadores del Norte Grande en Salta. No hubo respuestas por parte del ministro del Interior, Guillermo Francos, y el séquito de funcionarios enviados por Milei. 

A diferencia del optimismo que quedó flotando en los medios, los gobernadores sólo destacaron la “predisposición” de Francos para escuchar las demandas, aunque sus  respuestas no alcanzaron para aclarar un panorama sombrío. La promesa de “reactivar las obras públicas”, fue acompañada por un “cuando las cuentas del Estado sean saneadas”. 

Es decir, en un hipotético segundo semestre de un ajuste que no parece tener fin. Con un detalle. El ajuste no afecta a “las provincias” en abstracto, sino que tiene un impacto directo en cada uno de los ciudadanos. 

El freno del consumo y de la actividad, traen aparejados una caída de la recaudación y eso desnuda mucho más los flacos cimientos del plan motosierra. 

La recaudación de marzo cayó 27,9 por ciento. Se trata de la séptima caída al hilo y del quinto mes consecutivo en el que la baja es de doble dígito. Es el descenso más fuerte de los últimos ocho años, superior incluso al observado en los momentos más duros de la pandemia. 

Las contracciones más fuertes se dieron en  Ganancias, con una baja del 40,5 por ciento, mientras que el IVA exhibió un retroceso  del 17,8.

En Misiones la caída de la coparticipación fue del 27,9 por ciento y marcó el peor descenso en los últimos ocho años, lo que equivale a una pérdida de recursos por  27.294 millones.

Se construye así un penoso círculo vicioso: sin recursos, el Estado deberá ajustar aún más para cumplir las metas autoimpuestas, que son más severas que las del indulgente FMI. 

¿Será la sociedad tan indulgente? Hasta ahora el presidente Javier Milei parece estar blindado en la opinión pública. Las encuestas marcan un descontento creciente, pero al mismo tiempo, su imagen positiva se mantiene casi intacta. Pero ya pasaron los primeros cien días de enamoramiento y el ajuste como única respuesta a todo, puede comenzar a ser insuficiente, porque es insuficiente para corregir los desequilibrios internos y profundiza otros dramas, como el desempleo y la pobreza. 

El dato de pobreza dado a conocer por el Indec es una foto vieja. La Universidad Católica Argentina calculó que tras la devaluación y los tarifazos de los primeros días de la era Milei, ya había trepado al 57,4 por ciento, la mayor marca de las últimas dos décadas. Obviamente, con la desregulación y los precios liberados, ese porcentaje nuevamente se quedó corto. 

Se avecinan tarifazos inéditos, como la suba del 300 por ciento en las tarifas del gas, cuyo precio estará atado al valor internacional. El impacto se sentirá de lleno en los consumos residenciales y comercios, que quedaron definitivamente sin subsidios. En electricidad, los aumentos irán desde 138 al 233 por ciento. En el consumo residencial, los aumentos para ingresos altos serán del 167%, los de bajos ingresos tendrán subas del 138% y el segmento medio sufrirá subas incrementos del 127%. Pero en hogares con consumos superiores a 600 kWh/mes, la suba será del 300 por ciento. En paralelo, los combustibles subirán otro seis por ciento en las próximas horas y la nafta superará los mil pesos en Misiones. 

En los primeros cien días, la gestión Milei parecía blindada ante las consecuencias del ajuste, pero ahora se incorpora un elemento de presión: la ola de despidos en el Estado y el empleo privado que empieza a mostrar los primeros signos de agotamiento. Pobreza y desempleo es una mala combinación. 

El empleo fue uno de los pocos indicadores positivos dejados por Alberto Fernández, pero ya en diciembre comenzó a evidenciar estancamiento. La caída de la actividad y el desplome del consumo no son buenas señales para el mediano plazo. 

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Las cámaras empresariales, muchas de las cuáles alentaron la campaña libertaria, ahora piden medidas de auxilio y se recuestan sobre los Gobiernos provinciales para intentar mitigar el impacto de la crisis. 

Pero los gobernadores también se preguntan ¿hasta cuándo? Está claro que poco pueden hacer con la parálisis de la obra pública, los tarifazos y los despidos. La decisión es de Nación y como mucho pueden convertirse en muros de contención. Esa fue otra pregunta que se hicieron los mandatarios del Norte en Salta ¿cuál es el plan de recuperación? ¿Qué sucederá el día después de que la economía sea “saneada”? ¿Entonces qué? No hubo respuestas. Todo es libre mercado.  Pero los “mercados” no suelen preocuparse por los que quedan en el camino y son capaces de celebrar eufóricamente sus ganancias en medio de un desastre social. Son los gobiernos locales los que deben hacerse cargo de las consecuencias y los reclamos cara a cara. No todos pueden dar respuestas. 

Misiones es una de las pocas que comenzó a tomar medidas para mitigar el impacto de la crisis. Pero tiene una característica que otras provincias no. Empezó un proceso de desendeudamiento hace 20 años, mientras en paralelo mejoró sus ingresos y saneó las cuentas. El mismo objetivo que persigue Nación, pero con distintas formas de alcanzarlo. No se escatimaron recursos en Salud ni en Educación, prioridades presupuestarias desde hace años. Se fomentó una sinergia con el sector privado que dio sus frutos y resulta clave en estos tiempos complejos. 

Misiones cerró el 2023 con un sólido liderazgo en empleo privado en todo el Norte Grande e indiscutible en el NEA, con más de 108 mil empleos. Es, por segundo año consecutivo, el volumen más alto de empleo privado de la historia, pese a una leve contracción en los últimos meses. Pero durante todo el año pasado se mantuvo un promedio de 109 mil empleos, por encima del 2022. Corrientes y Chaco tienen 30 mil empleos menos. 

Esa simbiosis resulta clave para que Misiones sostenga los niveles de pobreza más bajos de todo el Norte. 

En el aglomerado de Posadas, el ingreso medio per cápita familiar creció 67,4% semestral, mientras que el valor de la canasta básica alimentaria creció 82,7% y la canasta básica total en 76,9%. A nivel interanual, creció en Posadas 157,6% contra 178% de la canasta básica alimentaria y 162,7% de la canasta básica total. Ello explica la suba en la tasa de pobreza pero, aún en ese contexto, Posadas volvió a mostrar los mejores ingresos del NEA, tanto en la media del ingreso per cápita familiar como en la media de ingreso por adulto equivalente. 

En el plano nacional, Posadas exhibe un nivel de pobreza inferior al promedio país y registra la décima tasa de pobreza más baja del país, además de mostrar la más baja en el Norte Grande. En el NEA, las personas en situación de pobreza representaron el 48,4%. Dentro de la  región, Posadas tiene el menor registro de pobreza del NEA, siendo además la única en  mostrar una tasa inferior al 40%. Comparado con  el semestre anterior, la tasa de personas en situación de pobreza de Posadas se  incrementó en 2,5 puntos, pero en Corrientes lo hizo en 4,6; en Formosa en 17,2.; y en el Gran Resistencia -el aglomerado de mayor pobreza- en 4,9. A nivel regional, la tasa de pobreza creció en  6,4 puntos intersemestral. Misiones, cómo se ve, enfrenta el escenario adverso con redes de contención más firmes.

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