Redes sociales: ¿Los algoritmos nos dominan? Una interesante mirada de un experto
A medida que dependemos cada vez más de las redes sociales y los algoritmos para seleccionar nuestras experiencias online, es importante ser conscientes de las posibles consecuencias para nuestra diversidad cultural y nuestra capacidad para participar en formas complejas de arte y expresión.
En la era digital, el exceso de contenido en las redes sociales ha llevado a una filtración agresiva por parte de las plataformas, según lo destacado por varios expertos. Este fenómeno, impulsado por la presión constante de publicar y alcanzar al público, ha dado lugar a un cambio significativo en cómo se presenta y consume el contenido en línea.
Kyle Chayka, autor del libro “La Burbuja de Filtro: Cómo los Algoritmos Están Aplanando la Cultura”, participó recientemente en una entrevista con la Fundación Telefónica como parte de su serie “Imaginando el Futuro” donde expuso sobre cómo las plataformas de redes sociales y las recomendaciones algorítmicas están dando forma a nuestras experiencias culturales y creando un mundo online homogeneizado.
En esta charla, Chayka destacó el concepto de la “burbuja de filtro”, donde los algoritmos seleccionan nuestras experiencias online para mostrarnos solo lo que es probable que nos guste, limitando nuestra exposición a perspectivas diversas y nuevas ideas. Esto, argumenta, está llevando a un aplanamiento de la cultura, donde todo comienza a parecerse y sonar igual.
Utilizando el ejemplo de las cafeterías, que se han vuelto cada vez más similares en decoración y atmósfera debido a la influencia de las tendencias de las redes sociales y las recomendaciones algorítmicas, el autor explica que cada vez es más difícil sostener las diferencias. Esto, argumenta, “nos está privando de las experiencias únicas y auténticas que las cafeterías alguna vez ofrecieron”.
Enfatizando con esto, que surge un preocupante hecho de homogeneización o aplanamiento, que fomenta la pérdida del gusto. “Yo creo que el gusto personal ha desaparecido un poco o es difícil seguir tu propio gusto”. Ya que las modas o las tendencias en redes sociales, son las que establecen desde el diseño, hasta lo que se consume en diferentes ámbitos.
Por otro lado, el autor también discutió sobre el impacto de los algoritmos en nuestros lapsos de atención, argumentando que el flujo constante de notificaciones y distracciones que enfrentamos online está haciendo cada vez más difícil concentrarnos en algo durante un período prolongado. Esto, cree, está teniendo un impacto negativo en nuestra capacidad para apreciar y participar en formas complejas de cultura.
“Los algoritmos tienen esta capacidad de manipularnos a nosotros. (…) Estamos siendo vigilados en cada acción que tomamos en Internet o incluso fuera de Internet cuando nos desplazamos con nuestros teléfonos móviles. Todo esto se recopila y se combina con más datos en la plataforma y eso nos lleva a una recomendación en concreto. También tendemos a olvidarnos de que al final del día los algoritmos son máquinas que han diseñado otros humanos y que gestionan otros humanos. Es decir, no es un Dios increíble, invisible que no podemos controlar que está siempre presente en nuestra sociedad. En realidad, esto no es así, estos productos son la creación de los directivos ingenieros de Silicon Valley, que van decidiendo mes a mes cómo tienen que funcionar. Entonces es importante recordar que el sistema puede ser cambiado y que no es intocable y también podemos apagar estas cosas o hacer que funcionen de otra manera”, sostuvo.
El autor señala que plataformas como TikTok han generado un enfoque más pasivo para la visualización de contenido, fomentando la impaciencia y el cansancio en segundos. “Nuestra capacidad de atención, se está viendo limitada, pero debido al software y debido a que tenemos muchas otras opciones, pues llegamos al aburrimiento muy rápido. Es, como por ejemplo con las citas en Tinder, siempre tienes un millón más de personas para aprobar esa otra opción”.
Además, plantea la preocupación sobre la existencia de un “infierno” (tomando la alegoría de lo que sucedía en la antiguas librerías, el infierno era el sector de lo restringido, lo censurado sin censurar) en el mundo digital, donde se relegan los contenidos menos comerciales o problemáticos. “El algoritmo pone una prohibición blanda sobre muchos contenidos (…) entonces si este tipo de cultura, pues se ignora y se favorece lo que es más comercial”.
Este fenómeno plantea interrogantes sobre la censura y la moderación en las redes sociales, donde ciertos contenidos pueden ser fácilmente excluidos o minimizados, lo que influye en la diversidad y la profundidad de la cultura en línea.
A pesar de estos desafíos, Chayka sigue siendo optimista de que podemos liberarnos de la burbuja de filtro y reclamar nuestras experiencias culturales. Alienta a las personas a buscar activamente perspectivas diversas y nuevas ideas, y a resistir la tentación de simplemente consumir lo que los algoritmos nos recomiendan.
A fin de cuentas podemos seguir su ejemplo y desconectarnos del algoritmo, no es una tarea sencilla, pero como señala Chayka: “Te das cuenta que no son tan importantes para ti, aunque antes pareciera lo contrario”.
Fuente: Telefónica, MundoFiltro