A riesgo de ser repetitivo, la cuestión de la distribución de recursos federales en las provincias sigue siendo una cuestión central en la política nacional. La existencia de notables asimetrías (desde donde se las mire) afectan al desarrollo relativo, castigan a unas, sobrepremian a otras y no hay, en el fondo, ningún criterio alguno que los justifique desde un costado técnico.

Misiones fue históricamente una de las provincias más afectadas, tanto en los recursos automáticos, pero también en los no automáticos (o discrecionales), exhibiendo montos captados en menor volumen que otras provincias en la región y participando de un porcentaje muy menor en el reparto.

El primer semestre del año trajo cierto alivio respecto a eso, porque se observó un mayor apoyo nacional en envíos por fuera de la coparticipación. Si bien los primeros meses del año marcaban un camino similar a años previos, en los siguientes se recompuso de manera importante y cierra con buenos números y también perspectivas más alentadoras. Pese a ello, no hay que omitir el hecho de que las asimetrías siguen vigentes.

Con un total captado de $ 8.599 millones, Misiones recibió el décimo mayor volumen de recursos entre las veinticuatro jurisdicciones del país (provincias + CABA), subiendo un puesto contra el 2021, donde había finalizado este periodo en el puesto 11. Dentro del NEA, se ubica tercera, detrás de Chaco y Formosa (eso muestra nuevamente las inequidades del reparto, que se abordará luego). 

En términos relativos, Misiones tuvo un alza real del 11,6% en los envíos no automáticos captados. De esa forma, tiene la mayor suba en el NEA, la quinta en el Norte Grande y la séptima del país. Así, al tener una suba mayor, puede ir creciendo en su participación dentro del esquema del reparto. 

Recapitulando: decimo mayor monto total captado en pesos y séptimo mayor crecimiento real en el país. Hasta aquí, bien. Pero donde se ve todavía una cuestión irresuelta es cuando ajustamos los pesos recibidos en base a la población: con un total de $ 6.744 por misionera, se ubica 14° en el país y tercera en el NEA, con una muy fuerte brecha en la región con Formosa (120,5%). Para el estado nacional, un formoseño vale más del doble que un misionero; y un chaqueño poco menos del doble que un misionero (88,5% de brecha en los envíos per cápita entre uno y otro).

Una de cal y una arena. Pero sabiendo que las asimetrías sufridas por Misiones en términos de reparto de fondos son históricas, el haber exhibió la mayor suba real en la región es un dato relevante que encauza un posible camino de achicar las brechas. Los envíos no automáticos nacionales tienen la particularidad de ser altamente volátiles, por ello no puede afirmarse que los resultados mostrados en este punto son una tendencia, pero si ayudan a pintar un panorama más optimista.

¿Cómo se componen los recursos que recibió Misiones por este tipo? La primera distinción clave es por la clasificación económico: el 63% del total correspondientes a transferencias corrientes y el 37% restante, de capital. Además, las primeras crecieron en mayor volumen ($ 5.424 y +14% real vs. $ 3.175 y +7,9% real).

Entre los envíos corrientes, se destaca que el 77% de las mismas fueron directo al gobierno provincial, ya sea a la administración central o a organismos provinciales; el 21% fue destinado al instituto de seguridad social y el 2% restante fue para municipios e instituciones educativas. En lo referido a las transferencias de capital, hay una diferencia clave: el 78% para el gobierno provincial (en línea con las corrientes), pero el 20% se destinó a los municipios, aspecto clave en relación con el financiamiento de obras a desarrollar en los mismos. El 1% restante se divide entre instituciones educativas y el instituto de seguridad social. 

Los últimos dos meses del semestre fueron claves para la suba misionera final: entre enero y abril, el promedio mensual captado fue de $730 millones, pero creció a $ 1.250 promedio en los últimos dos meses, que engrosó el volumen final del período. 

En clave política, la aceleración de envíos en los últimos meses está en línea con las gestiones del gobierno provincial por recursos, pero también hay un factor determinante vinculado a la necesidad del gobierno nacional de “conciliarse” con provincias que están algo molestas con el poder central. 

Misiones siempre conservó una actitud armoniosa pero no por ello obsecuente; por el contrario, reclamó constantemente por soluciones, pero el gobierno nacional no tomó nota de ello. Ahora, el trazado de este nuevo camino parece mostrar resultados, y la aparición en escena de Batakis podría ser todavía mejor: conocedora de las realidades provinciales, podría ser ella el canal de dialogo y negociación que no se pudo construir con Guzmán. 

La flamante ministra puede fortalecer un programa de asistencia y reparación económica hacia la provincia, pero también puede ser un medio para alcanzar otras soluciones que reclama Misiones, como ser legislación. Recordemos que el fracaso final de la zona aduanera especial no fue mérito solo de Alberto Fernández, sino que detrás estaba Guzmán derribando en un decreto lo que no pudo derribar en el Congreso. 

Tomando únicamente como base el periodo iniciado con la pandemia a hoy, todos y absolutamente todos los logros alcanzados por la provincia (que son muchos) son resultados propios del gobierno provincial, sin apoyos nacionales y, por el contrario, debiendo lidiar con una inestabilidad macro muy importante. Pero todo esfuerzo tiene limitantes, y es donde el estado nacional debe decir presente para equilibrar escenarios y dar impulsos. El empleo formal, estrella misionera en el 2021, esta mostrando ciertas debilidades en el primer cuatrimestre de este año: el alza de precios, su consecuente impacto sobre los costos y la irresuelta cuestión de las divisas impactan de lleno en este proceso, como también la competencia desigual que tiene Misiones no solo hacia sus fronteras externas, sino también internas. 

En resumen: punto a favor el incremento de asistencia económica nacional; punto en contra, todo el escenario económico que proviene de una macro que no logra tener equilibrios. Los perfiles productivos, económicos e incluso comerciales de Misiones necesitan respuestas urgentes.

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