Sociología de la dependencia
Un enemigo, culturalmente “domesticado”, no solo deja de ser enemigo, sino que incluso, suficientemente bien motivado, puede pasar a ser dócil instrumento de los intereses y designios del agresor.
Eso los saben muy bien los anglosajones, expertos con muchos siglos de utilización de diversas técnicas de colonización cultural y de manipulación masiva en países sometidos a sus designios.
Dos sectores sociales de nuestra Argentina, son particularmente preocupantes por el agravado nivel de colonización mental que evidencian, los docentes y los militares, habida cuenta de los estragos producidos por la profunda y persistente colonización cultural, la cual por cierto no viene de ayer, pero que se enfatizó desde “la fusiladora” (1955), se acentuó desde el golpe antifrondicista (1962) y se “perfeccionó” y se hizo sutilmente demoledora desde el siniestro “proceso” (1976), y en los gobiernos neoliberales del menemato y el delarruato.
Hoy el refinamiento de los operadores de la colonización cultural llega a extremos de sutileza notable, logrando que amplias capas de argentinos sigan –incluso gustosos- en la confusión total, y defendiendo incluso ferozmente a sus opresores de la CEOcracia apátrida e insensible, que claramente está demoliendo al país, preparando su balcanización a corto plazo.
Los docentes porque forman a la juventud y tienen mucha influencia cultural; los militares porque ningún proceso de desarrollo auténtico y de independencia económica, puede concretarse sin contar con el Brazo Armado del Pueblo y de la Patria, que es la función primigenia y principal de las FFAA (tan tergiversado todo desde que se impuso excluyentemente el liberalismo como “único pensamiento posible”), FFAA que deberían ser el reservorio principal de la Doctrina Nacional, del Pensamiento Geopolítico y del auténtico Patriotismo bien entendido y practicado, no meramente enunciado y contradicho por los hechos.
Pero desde que operaron como tropas de ocupación del propio territorio nacional, al servicio de los personeros del neoliberalismo apátrida, con la doctrina de la seguridad nacional como “biblia atea de la dependencia institucionalizada”, el auténtico patriotismo fue suplantado por un patrioterismo de opereta, basado en meras formalidades huecas de contenido, el patrioterismo de himno y bandera, que grita supuesto patriotismo mientras avala e incluso aplaude la destrucción generalizada que impiadosa y alevosamente consuman los personeros de turno de los intereses extranjeros, que pugnan no solo por llevarnos a los empujones a la economía pastoril del siglo XIX, sino que apuntan a la disolución nacional, para completar la obra infame inconclusa del agente británico Bernardino Rivadavia, sus acólitos y sus continuadores del mitrismo y sucesores políticos.
Hoy los patrioteros de bandera quedaron sin sus pobres argumentos, dadas las destrucciones masivas que el neoliberalismo está perpetrando, incluyendo áreas muy sensibles, como Fabricaciones Militares. Y el anzuelo de los indultos ya no alcanza para anestesiar las conciencias, que ante la magnitud de los desastres intencionalmente perpetrados, comienzan a despertar.
El cierre de FANAZUL, si bien tapado por los “medios adictos” (hoy casi todos los medios “convencionales” de diarios, radios y TV), llegó a conocimiento y para dolor y escándalo de muchos argentinos, provocando incluso una gran pueblada en esa localidad bonaerense. Pueblada que ni los más malintencionados pudieron
descalificar como “provocada por los zurditos y los peronistas”.
Rápidos de reflejos para “mantener alineada a la tropa” (expresión literal en este caso), como de la galera, los neoliberales en el poder sacaron el 44º aniversario del ataque del ERP a la guarnición militar de Azul, montándose un gran acto cívico militar, con participaciones de familiares de las víctimas del artero ataque del grupo terrorista trotskista. Grupo guerrillero tan apátrida como los instigadores y conductores del “proceso” montado bajo la excusa de la necesidad de reprimir sin límites, para bajo ese amparo, imponer el neoliberalismo, perversamente dañino para los Intereses Nacionales.
La cobertura mediática de los “medios adictos” y “del conglomerado mediático conductor”, enfatizó que es la primera vez en muchos años que se recuerda el triste suceso, con lo cual reafirmaron y profundizaron los serios extravíos conceptuales de amplias capas de “la familia militar”, la cual sigue salvo honrosas excepciones, anclada en los años ’70 e incapaz de entender los profundos cambios geopolíticos que el mundo experimentó en este último medio siglo; y por supuesto, siguen creyendo a pies juntillas la falsedad ideológica de la supuesta existencia de tan solo dos corrientes de pensamiento político – económico: liberalismo y marxismo, tal como se “enseña” (léase adoctrina) en los Institutos Militares. Por descarte, los militares que no completaron por cuenta propia su formación político – económica, se abrazan al liberalismo, ignorando que es una doctrina apátrida por definición.
Fabricaciones Militares fue pionera en el desarrollo industrial y tecnológico nacional, y en la producción de insumos de alto valor estratégico.
El cierre de FANAZUL implicará importar explosivos, acentuando el proceso de desindustrialización y de imposición de la dependencia, como etapas hacia la regresión a la Argentina primaria y pastoril del siglo XIX, o peor aun, como pasos hacia la disolución nacional.
Reflotar el “enemigo trostko – marxista” hoy totalmente anacrónico, diluído o inexistente, es claramente una operación comunicacional, sobre todo “tropa adentro”, para tapar la destrucción sistemática que la CEOcracia neoliberal está perpetrando, alineada con los poderes financieros transnacionales y los mandatos de las potencias atlantistas, las mismas que mantienen y avalan la usurpación de Malvinas, de la Antártida Argentina, y que vuelven a instalar sutilmente y a corto plazo la nefasta “necesidad” de permutar deuda –hoy impagable- por territorios, tal como se pretendió hacer en 2001.
Pero muchos colonizados mentales, insisten en cerrarse en el odio para no asumir el compromiso de ver y analizar la dolorosa realidad actual, la cual ellos mismos contribuyeron a montar.