ACV

Expertos destacan la importancia de trabajar en la rehabilitación de los pacientes con accidentes cerebrovasculares

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El 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del ACV, una ocasión para poner el foco en esta enfermedad, su prevención y abordaje. En esta ocasión, los expertos llaman a concientizar acerca de la importancia del trabajo posterior con los pacientes: si se realiza una rehabilitación integral e interdisciplinaria, en muchas ocasiones pueden revertirse las consecuencias del accidente cerebrovascular y así lograr una mejor calidad de vida con mayor reinserción social y laboral.

Los accidentes cerebrovasculares ocurren cuando una arteria cerebral se ocluye (ACV isquémico) o se rompe (ACV hemorrágico). Se trata de una emergencia médica, porque el paciente debe concurrir a una institución para su inmediata atención y, dependiendo del tiempo desde el inicio de los síntomas, se le podrán realizar diferentes abordajes terapéuticos.

Cada año, 15 millones de personas tienen un ACV en el mundo, de las cuales 5 millones mueren y otras 5 millones desarrollan discapacidad permanente que requieren asistencia para las tareas de la vida diaria, lo que tiene un impacto en las familias y en la comunidad.

“A diferencia de las enfermedades neurodegenerativas, el ACV es una lesión adquirida del sistema nervioso central: una vez que ocurre, aparecen secuelas, pero no suelen empeorar, sino mejorar con el tiempo si es que se hace la rehabilitación adecuada. Esta no debe ser necesariamente en internación, puede ser ambulatoria. A nivel mundial, cada vez hay más centros de rehabilitación neurológica, conforme la población es más añosa y lamentablemente ocurren más enfermedades que comprometen al sistema nervioso”, afirmó el Dr. Máximo Zimerman, Neurólogo, Director Médico del Centro CITES INECO, Director Médico de la Clínica ALCLA.

Luego de un año de ocurrido un ACV, únicamente el 10% de los sobrevivientes tiene una recuperación completa. Otro 10%, desgraciadamente, fallece al cabo del año y el 80% tiene algún grado de secuela que impacta significativamente en su calidad de vida. Esto quiere decir que un paciente no vuelve a ser el mismo después de un accidente cerebrovascular. La mayoría de los esfuerzos son destinados a los primeros momentos, a prevenir y a tratar de manera aguda el ACV, pero representa la primera causa de discapacidad a nivel mundial, lo que refuerza la importancia de trabajar en la recuperación y reinserción del paciente en su ámbito social, familiar y laboral.

Esta rehabilitación debe estar compuesta, entre otros, de un entrenamiento físico a través de terapia ocupacional y kinesiología, entrenamiento del lenguaje y de la deglución -a través de fonoaudiología-, entrenamiento neuropsicológico en el caso de que exista una secuela cognitiva y entrenamiento de todas las actividades de la vida diaria a través de terapia ocupacional. Esto se debe coordinar de manera interdisciplinaria, como parte de un programa que permita medir los objetivos a corto, mediano y a largo plazo realizando el traje a medida de cada paciente.

En cuanto al tratamiento farmacológico, en opinión de la Dra. Andrea Romeo, médica neuróloga, miembro del Servicio de Neurología Vascular del Hospital Universitario Fundación Favaloro, “la prevención secundaria incluye tratamiento antiplaquetario, estatinas a altas dosis (no solo por su acción sobre el colesterol, sino por otros beneficios demostrados) y medicamentos antihipertensivos (en pacientes previamente hipertensos o que estuvieron hipertensos durante la internación). La mayoría de los pacientes queda bajo este tratamiento, mientras que aquellos con episodios de menor severidad se atienden con una batería diferente de medicamentos”, subrayó.

Algunos de los síntomas que podrían indicar la presencia de un ACV son imposibilidad para mover una parte del cuerpo (brazos, piernas), entumecimiento u hormigueo en las extremidades, caída de un párpado, dificultad para hablar (palabra “arrastrada”, balbuceo, dificultad en la pronunciación), alteraciones en la visión (ver doble, borroso o dejar de ver súbitamente), pérdida de la conciencia, dolor de cabeza intenso y confusión.

“Ante un accidente cerebrovascular, es muy importante no dejar pasar tiempo, porque cada minuto cuenta. Si pensamos que se puede estar ante un ACV, no hay que medicarse o ir a descansar. El tiempo es cerebro: cada minuto que pasa es una posibilidad de hacer un procedimiento y revascularizar la zona afectada. Tampoco es recomendable tomarse la presión y medicarse: es probable que haya presión aumentada debido al ACV. Por ello, la indicación es dirigirse a una institución de salud o llamar a una ambulancia inmediatamente”, explicó el Dr. Zimerman.

“La probabilidad de desarrollar un accidente cerebrovascular aumenta en aquellos individuos que tuvieron previamente un ACV o un ataque isquémico transitorio (AIT) y cuando existen factores de riesgo modificables, que son aquellos que pueden ser sometidos a cambios o control a través de intervenciones médicas o modificaciones en el estilo de vida, como la hipertensión arterial, la diabetes, la dislipemia, la obesidad y el tabaquismo, entre otros. Pero es importante destacar que el medio ambiente también es considerado un factor de riesgo modificable. Por otro lado, los factores de riesgo no modificables son aquellos que escapan a la influencia de intervenciones médicas o cambios en el estilo de vida y estos son principalmente la edad, el género y los antecedentes familiares”, sostuvo la Dra. Romeo.

Consultado acerca de la presentación de esta enfermedad en varones y mujeres, el Dr. Zimerman aseguró que “en primera instancia, se observa una diferencia en las edades de los pacientes: luego de la menopausia, el riesgo de ACV aumenta. Además, en mujeres suele presentarse en forma más severa. Lamentablemente, también en ocasiones los profesionales menosprecian la sintomatología en ellas, por lo que es un punto en el que se está trabajando y, afortunadamente, cada vez hay mayor conciencia al respecto”.

“Con frecuencia, las mujeres suelen manifestar síntomas inespecíficos como dolor en el pecho, dificultad para respirar, alteraciones en la atención o memoria, así como síntomas generales como fatiga, náuseas y/o vómitos. Al presentar estos síntomas no tradicionales, pueden no identificar o subestimar la gravedad del cuadro, lo que resulta en un retraso en la búsqueda de atención médica”, agregó la Dra. Romeo.

Para prevenir un ACV, es importante llevar una alimentación y peso saludables, realizar actividad física, evitar el tabaquismo, limitar el consumo de alcohol, controlar la presión arterial, el colesterol y la diabetes y enfermedades cardiovasculares -si es que las padece- y, por supuesto, mantener los controles periódicos con el médico de cabecera.

“Desde Upjohn trabajamos a diario para que más personas tengan la posibilidad de tener una buena calidad de vida a pesar de deber transitar por enfermedades desafiantes, como puede ser un ACV. Nos enorgullece ocuparnos en ello y ser parte del camino que deben recorrer los pacientes hacia una rehabilitación que les permita tener un futuro y una calidad de vida mejor”, detalló el Lic. Martín Javier Martínez Lozano, Gerente General de Upjohn división de Pfizer, para el Cono Sur y Clúster Andino.

Para conocer más acerca de cómo cuidar la salud cardiovascular, es importante contar con información segura y confiable. Por ello, sitios como https://www.alertacorazon.com.ar/ son fundamentales para la comunidad. Allí podrán encontrar datos relevantes, factores de riesgo, cómo prevenir la enfermedad cardiovascular y más contenido para preservar la salud.

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Lugo recibe el alta médica tras medio año internado en Argentina

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El expresidente de Paraguay Fernando Lugo recibió hoy el alta médica después de pasar seis meses en un hospital de Argentina para completar su rehabilitación de varias cirugías derivadas de un accidente cerebrovascular con riesgo de muerte a principios de agosto, y tiene pensado regresar prontamente a su país.

“Visitamos al querido presidente Fernando Lugo, conversamos sobre los desafíos y la esperanza de cambio. Fuimos partícipes de la maravillosa noticia de su alta médica”, informó en su perfil oficial de Twitter el candidato presidencial por la coalición de centro izquierda Concentración Nacional, Efraín Alegre.

Alegre aseguró que Lugo “volverá a su patria” con la misión de “unir, sumar y fortalecer a todas las fuerzas democráticas en la coalición”.

Asimismo, acompañó el mensaje con una fotografía de ambos en la que se lee el lema ‘Lugo vuelve a su patria’.

El jefe de campaña de la coalición Nueva República, Kencho Rodríguez, confirmó también la noticia en Twitter.

Por el momento, Lugo no decidió su apoyo concreto ni a Alegre ni a Euclides Acevedo, candidato por Nueva República de cara a las elecciones presidenciales de abril próximo.

El Frente Guasú (izquierda) no presentó un binomio en las primerias; una parte del mismo optó por la designación de Núñez como dupla de Alegre y por otro lado el senador Sixto Pereira y Jorge Querey se unieron a la candidatura de Acevedo.

Lugo, actual senador del Frente Guasú, fue trasladado el 7 de septiembre al Instituto de Rehabilitación y Educación Terapéutica de FLENI en Buenos Aires para realizar tratamientos de rehabilitación por el accidente cerebrovascular (ACV) que sufrió el 10 de agosto mientras se encontraba en su despacho en la Cámara de Senadores del Congreso.

Los médicos que lo atendieron optaron por inducirle el coma y al día siguiente operarlo, tras lo cual alertaron que su vida estaba en peligro, si bien “la parte más peligrosa de la operación” ya había terminado.

Los doctores señalaron que la hemorragia pudo producirse debido a los medicamentos anticoagulantes que tomaba para tratar otras enfermedades.

Hace cuatro días, Lugo participó desde Buenos Aires en la primera sesión del Senado paraguayo, tras el ACV.

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Usan datos de electrocardiogramas para detectar factores de riesgo ocultos de ACV

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Los investigadores de Mayo Clinic utilizaron inteligencia artificial para evaluar electrocardiogramas de pacientes en el marco de una estrategia dirigida para detectar fibrilación auricular, un trastorno frecuente del ritmo cardíaco. La fibrilación auricular es un latido cardíaco irregular que puede provocar coágulos sanguíneos que podrían viajar al cerebro y causar un accidente cerebrovascular, y suele ser difícil de diagnosticar. En el estudio descentralizado realizado a través de medios digitales, la inteligencia artificial identificó nuevos casos de fibrilación auricular que no se habrían observado clínicamente en la atención médica de rutina.

En investigaciones anteriores, ya se había desarrollado un algoritmo de inteligencia artificial para identificar a los pacientes con una probabilidad alta de tener fibrilación auricular previamente desconocida. nference y Mayo Clinic otorgaron la licencia del algoritmo para detectar la fibrilación auricular en un ritmo sinusal normal a partir de un electrocardiograma a Anumana Inc., una empresa de tecnología médica impulsada por inteligencia artificial.

El Dr. Peter Noseworthy, cardiólogo electrofisiólogo en Mayo Clinic y autor principal del estudio, declaró: “Creemos que los exámenes de detección de la fibrilación auricular tienen mucho potencial, pero actualmente los resultados son muy pocos, y los costos son muy altos como para posibilitar la detección generalizada. El estudio demuestra que un algoritmo de inteligencia artificial aplicado a un electrocardiograma puede ayudar a dirigir los exámenes de detección a los pacientes que tengan más probabilidades de beneficiarse con ellos”.

Del estudio participaron 1003 pacientes, a quienes se les realizaron controles constantes, y otros 1003 pacientes de atención médica habitual funcionaron como controles del mundo real. Los hallazgos, que se publicaron en The Lancet, mostraron que la inteligencia artificial puede identificar un subgrupo de pacientes de alto riesgo que recibirían más beneficios al hacerse controles cardíacos intensivos adicionales para detectar fibrilación auricular, lo que apoyó la estrategia de detección dirigida y guiada por inteligencia artificial.

Habitualmente, los electrocardiogramas se hacen para diagnosticar una variedad de trastornos, pero como la fibrilación auricular puede durar poco, es baja la posibilidad de detectar un episodio durante un rastreo por electrocardiograma de 10 segundos. Los pacientes pueden someterse a enfoques de control cardíaco intermitentes o continuos que tienen tasas de detección más altas, pero se requieren muchos recursos para aplicarlos a todo el mundo, y los controles pueden ser molestos y costosos para los pacientes.

En este punto, puede ser útil el electrocardiograma guiado por inteligencia artificial. El algoritmo de inteligencia artificial puede identificar pacientes que, aunque tengan un ritmo cardiaco normal el día en que se hacen el electrocardiograma, puedan tener un riesgo mayor de episodios de fibrilación auricular no detectada en otros momentos. Luego, estos pacientes pueden hacerse controles adicionales para confirmar el diagnóstico.

“Los programas de exámenes de detección tradicionales seleccionan pacientes según la edad (mayores de 65 años) o la presencia de afecciones como la hipertensión arterial. Estos enfoques tienen sentido porque la edad avanzada es uno de los factores de riesgo de fibrilación auricular más importantes. Sin embargo, no es factible realizar controles cardíacos intensivos de manera reiterada a más de 50 millones de adultos mayores en todo el país”, señaló la Dra. Xiaoxi Yao, investigadora de resultados médicos del Departamento de Medicina Cardiovascular y del Centro Robert D. y Patricia E. Kern para la Ciencia de Brindar Atención Médica de Mayo Clinic. La Dra. Yao es autora sénior del estudio.

“El estudio muestra que un algoritmo de inteligencia artificial puede seleccionar un subgrupo de adultos mayores a los que los controles intensivos podrían beneficiar más. Si esta nueva estrategia se implementara de forma generalizada, podría reducir la fibrilación auricular sin diagnosticar y prevenir accidentes cerebrovasculares y la muerte de millones de pacientes alrededor del mundo”, indicó la Dra. Yao.

El próximo paso en esta investigación es un ensayo híbrido multicéntrico enfocado en la eficacia de la implementación del proceso de trabajo del electrocardiograma guiado por inteligencia artificial en diversos entornos clínicos y poblaciones de pacientes.

“Esperamos que este enfoque sea especialmente valioso en entornos de pocos recursos, en los que las tasas de fibrilación auricular sin diagnosticar pueden ser particularmente altas y pueden ser limitados los recursos para detectarla. Sin embargo, hace falta más trabajo para superar los obstáculos de implementación, y los estudios futuros deben evaluar las estrategias de exámenes de detección dirigidos en estos entornos”, expresó el Dr. Noseworthy.

“Ahora que demostramos que son posibles los exámenes de detección de fibrilación auricular dirigidos por inteligencia artificial, también debemos mostrar que los pacientes con fibrilación auricular detectada mediante exámenes se benefician del tratamiento para prevenir accidentes cerebrovasculares”, señaló el Dr. Noseworthy. “Nuestro objetivo final es prevenir los accidentes cerebrovasculares. Creo que el estudio actual nos ha llevado un paso más cerca”.

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Día Mundial del ACV, importancia de estar alerta a los primeros síntomas

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 Se estima que más de 80 millones de personas a nivel mundial viven después de un accidente cerebrovascular (ACV), y que cada año 15 millones de personas en todo el mundo sufren un ACV. De ellos, 5 millones mueren y 5 millones quedan permanentemente discapacitados, lo que repercute en la familia y la comunidad[2]. El dato a considerar es que el 80% de los ACV son prevenibles mediante un adecuado control de los factores de riesgo[3], como por ejemplo diagnosticando y tratando la hipertensión arterial, evitando el tabaquismo, practicando deporte, manteniendo una alimentación sana, combatiendo el sobrepeso y la obesidad, cuidando los niveles de azúcar en sangre y realizando chequeos médicos periódicos.

En oportunidad del Día Mundial del ACV, que se celebra este 29 de octubre, los especialistas además señalan la necesidad de tratar interdisciplinariamente las secuelas que aparecen tras el primer año del evento, que no sólo comprometen el cuerpo sino también la salud mental y emocional de las personas. De acuerdo con las últimas cifras oficiales, durante 2019 en la Argentina se produjeron 97.264 muertes a causa de enfermedades del sistema circulatorio, entre las que se encuentran patologías isquémicas del corazón, hipertensivas y también cerebrovasculares[4].

“El ACV es la segunda causa de muerte a nivel mundial, nuestro país no escapa a esa realidad, y también es la primera causa de discapacidad. Cuando se habla de esta patología se cree que es propia de personas mayores, esto no es del todo cierto. Si bien el riesgo de padecerlo aumenta con la edad, y el 80% de los casos se observa en personas mayores de 60 años, existen factores de riesgo relacionados a alteraciones cardiológicas, diabetes, sedentarismo, tabaquismo y alcoholismo, que pueden ocasionar un ACV a temprana edad. Inclusive existen cuadros asociados a diversas patologías que pueden predisponer a la ocurrencia de ACV a temprana edad (alteraciones cardiológicas, hematológicas y malformaciones vasculares). Por esto, es fundamental la prevención de aquellos factores de riesgo evitables”, advirtió el Dr. Máximo Zimerman, neurólogo y Director Médico del Centro Cites INECO y médico investigador del Hospital Universitario de Hamburgo, Alemania.

Según refirió el Dr. Zimerman, durante la pandemia se redujeron sistemáticamente las consultas médicas por el miedo de los pacientes al contagio de Coronavirus. Así, muchas consultas neurológicas con sospecha de ACV no se realizaron a tiempo, algo que es fundamental ya que ‘cada minuto cuenta’ al momento de consultar porque es una urgencia médica y si no actuamos de manera urgente perdemos una posibilidad única de revertir la evolución de esta enfermedad. A su vez, durante el confinamiento se observaron muchos episodios de ansiedad, frustración, depresión o incertidumbre. “El estrés es un factor de riesgo, no es el responsable directo del ACV, pero sí contribuye en la aparición de conductas de riesgo: fumar más, beber más, estar más quieto”, explicó.

De acuerdo con lo señalado por el Dr. Zimerman, 8 de cada 10 pacientes van a tener algún tipo de discapacidad luego del primer año de haber ocurrido el ACV. Hay estudios a nivel local que sostienen que el 2% de los argentinos mayores de 40 años convive con secuelas de un ACV[5] que afectan diversos dominios neurológicos. Entre las más comunes se encuentran la debilidad muscular en miembros superiores e inferiores del mismo lado del cuerpo. En algunos casos puede aparecer un aumento del tono muscular (espasticidad), dificultades para hablar y otras alteraciones del lenguaje (afasia), algo que está presente en el 40% de los pacientes aproximadamente. También pueden aparecer alteraciones visuales, campimétricas, es decir, un paciente que tiene dificultad para ver hacia un campo visual determinado. Y, por supuesto, las afecciones cognitivas y conductuales.

Para la Dra. Virginia Pujol Lereis, Subjefa del Centro Integral de Neurología Vascular de Fleni, muchas veces se cree que las secuelas de un ACV implican aspectos puramente físicos, tales como la dificultad motora. No obstante, hay otras dimensiones involucradas. “Tras un ACV puede afectarse nuestra capacidad para comunicarnos, sentir, pensar y actuar. Incluso los pacientes frecuentemente experimentan cambios emocionales y de comportamiento. Por lo tanto, las secuelas no sólo podrán impactar en la manera en la cual ‘manejamos’ nuestro cuerpo, sino que afectarán nuestras emociones, nuestra capacidad cognitiva, las sensaciones que tenemos sobre lo que nos está pasando, y en la manera de interactuar con nuestro entorno”, subrayó.

Se estima que el origen del 88% de los ACV es isquémico, esto significa que hay un vaso que se ocluye, impidiendo el normal flujo sanguíneo. Mientras, en el otro 12% de los casos, la causa es hemorrágica5: se rompe una arteria y se produce extravasación de sangre, generando un cuadro severo con importante compromiso del tejido cerebral.

“En aproximadamente un 40% de los pacientes, luego de un ACV isquémico se observa apatía, indiferencia, hipobulia, es decir, esta falta de iniciativa muy marcada, que no está directamente relacionada con una enfermedad psiquiátrica, sino con el compromiso de áreas muy específicas, sobre todo las situadas en el lóbulo frontal, que se vieron afectadas por el ACV. Por otra parte, si bien no es habitual, también puede hallarse dolor crónico, dado que hay distintos factores que pueden ocasionarlo después de un ACV de acuerdo a las estructuras anatómicas involucradas”, consignó el Dr. Zimerman.

“Se estima que entre 11 y 55% de los pacientes que sufren un ACV van a presentar dolor crónico que, generalmente, es de origen musculoesquelético como consecuencia de la movilidad alterada. Dicho dolor puede observarse tanto luego de isquemias como de hemorragias”, destacó la Dra. María Martha Esnaola y Rojas, Jefa de Neurología del Hospital Dr César Milstein y una de las referentes de la Sociedad Neurológica Argentina y de la asociación Por una Vida Libre de ACV.

También puede encontrarse el denominado dolor neuropático central, que se presenta como sensación de quemazón, frío, pinchazos, hinchazón, o de puñalada. Puede ser continuo o paroxístico, es decir de aparición brusca, también puede ser provocado por ciertos movimientos o cambios en la temperatura. “Este dolor suele ser de moderado a severo y provoca muchas limitaciones funcionales, puede comenzar incluso de meses a años luego del ACV y a veces es difícil diferenciarlo del dolor provocado por otras alteraciones como por ejemplo la espasticidad”, detalló la Dra. Esnaola y Rojas.

Según refirió la Dra. Pujol Lereis, el hecho de que la aparición del dolor puede no estar temporalmente ligada al momento del ACV, sino aparecer un tiempo después, puede llevar a la confusión, por eso hay que prestarle atención a esta secuela. “El objetivo de cualquier abordaje del dolor crónico post-ACV debe incluir no sólo el alivio del dolor sino también el aumento de la funcionalidad y la mejoría de la calidad de vida del paciente”, aseguró.

De acuerdo a lo indicado por la Dra. Esnaola y Rojas, este dolor crónico puede traer consecuencias como trastornos en el sueño y cambios en el humor, ansiedad e incluso depresión. “Por lo general, la depresión post ACV está subdiagnosticada y no se trata correctamente. Con respecto al tratamiento, generalmente se recurre a la combinación de fármacos con diferentes mecanismos de acción”, sostuvo.

En la misma línea, el Dr. Osvaldo Daniel Messina, médico internista y reumatólogo, especialista en Osteología, afirmó que muchas veces luego de un ACV aparece un cuadro que se conoce como síndrome o enfermedad de Sudeck, que produce un dolor y una inflamación con hinchazón en una mano. “Generalmente esta afección se da en el hombro y en la mano, es poco frecuente. También muchas veces estos pacientes quedan con hemiparesia o hemiplejia, con menos fuerzas o sin fuerza en la mitad del cuerpo, es decir, aparecen las limitaciones físicas que pueden llevar a las personas a la depresión”, sostuvo.

Para el Dr. Messina, el abordaje interdisciplinario también resulta fundamental. “Tiene que intervenir un psicólogo, un psiquiatra, un médico clínico, un fisiatra para que recupere la motricidad de la mano o la pierna, un neurólogo, kinesiólogos y nutricionistas, porque muchas veces estos pacientes tienen sobrepeso. Son procesos que llevan tiempo, son tratamientos de uno o dos años, el objetivo es que los pacientes recuperen la fuerza muscular, la habilidad con la mano (que se pierde a veces), la posibilidad de escribir y la marcha, que también se puede ver afectada. A su vez, la participación del psiquiatra en la valoración de la salud mental es vital”, remarcó.

“La prevención como en casi todas las enfermedades crónicas no transmisibles es la clave, y por ello es importante avanzar en la concientización del riesgo que representa padecer un accidente cerebrovascular, y sus consecuencias. Las personas que han padecido un ACV pueden sentir ansiedad, ira u otras alteraciones anímicas[6], por eso es importante acompañar a estos pacientes para que puedan mantener una adecuada salud mental”, sostuvo el Lic. Martín Javier Martínez, Manager para el Cono sur de Upjohn una División de Pfizer.

Una de las premisas más importantes en la recuperación del ACV destacadas por el Dr. Zimerman, es que nunca es tarde para realizar rehabilitación luego de este evento, y que la recuperación continúa a lo largo de la vida del paciente. No obstante, cuanto antes se realice la rehabilitación, mejor.)

Para la Dra. Pujol Lereis, además, resulta fundamental “conocer todo el espectro de las posibles secuelas de un ACV, especialmente las que exceden las funciones más orgánicas (motoras, sensitivas, visuales), para evitar desestimar los síntomas perdiendo la oportunidad de un tratamiento adecuado”.

En paralelo, mientras el paciente se recupera del ACV hay que controlar los factores de riesgo que muy probablemente lo llevaron al evento, es decir, la hipertensión arterial, el nivel de colesterol, y continuar con los controles neurológicos. “Hay que lograr que el paciente adopte hábitos saludables, esto es que si fuma deje de hacerlo, y otra cuestión muy importante es que muchos son pacientes con exceso de peso, entonces acá aparece el o la nutricionista”, graficó el Dr. Messina.

“Desde el Grupo de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Neurológica Argentina y desde la Asociación de Pacientes ‘Por una vida libre de ACV’ venimos trabajando enfáticamente en este tema. Creo que cada vez existe mayor conciencia en la población general sobre la importancia de la actividad física, de mantener un peso corporal saludable y de diagnosticar y tratar en forma adecuado la hipertensión arterial, el aumento del colesterol y la diabetes”, subrayó por su parte la Dra. Esnaola y Rojas.

“Al momento que un paciente presenta un ACV, no podemos saber el origen, por eso hay que actuar rápidamente para poder establecer un tratamiento adecuado. Si es isquémico hay medidas de urgencia como la aplicación de medicamentos durante las primeras 3 horas, que permiten remover el coágulo y retomar la circulación. También existe la posibilidad de realizar un procedimiento endovascular, que permite tener una ventana más extensa de tratamiento: se puede recanalizar esta arteria hasta 6 horas después de ocurrido el evento. Para poder actuar rápidamente ante esta urgencia médica hay que poder reconocerla, hay un código de ACV para poder actuar rápidamente”, aportó el Dr. Zimerman.

“Si estamos ante la sospecha de que una persona presenta un ACV, le tenemos que pedir que hable, poder escuchar cómo está hablando, si el paciente presenta un trastorno o no puede expresarse, probablemente esté desarrollando un ACV. También le tenemos que solicitar que levante los dos brazos de manera simétrica y si vemos que uno de los brazos cae por debilidad, también es un signo. Por último, le tenemos que pedir que sonría, para ver la simetría, si hay una zona que está paralizada, probablemente se trate de un ACV; a esto se suman los trastornos visuales, si la persona no puede ver de un ojo, esto también es una señal característica. También puede aparecer un dolor de cabeza infrecuente y de máxima intensidad. Ante estos signos hay que llamar una ambulancia y hacer una consulta en forma urgente, porque cada minuto cuenta”, concluyó el Dr. Zimerman.

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