Lumilagro importará termos desde China y recorta 65% de su planta laboral
Lumilagro cambia su modelo de negocios: combinará producción local con importaciones desde China para sostenerse en el mercado.
La histórica empresa de termos argentinos reduce personal y avanza hacia un esquema mixto tras el fin de los aranceles antidumping y el impacto del contrabando
En un contexto marcado por la apertura comercial, la pérdida de competitividad de la industria nacional y la proliferación del contrabando, Lumilagro, fabricante emblemático de termos en Argentina, anunció una profunda reconversión de su modelo productivo. La firma pasará a operar con un esquema mixto de producción e importación, con el objetivo de sostener su operación en el mercado local y mantener su posicionamiento de marca.
Según informó el gerente comercial Carlos Bender, alrededor del 60% de los termos serán fabricados en China, bajo diseño y control de calidad propios, mientras que el restante 40% se mantendrá con producción nacional, incluyendo el tradicional termo con ampolla de vidrio. Esta transformación incluyó un fuerte ajuste en el plantel laboral, que pasó de 200 a poco más de 70 empleados a través de un plan de retiros voluntarios.
Una estrategia defensiva frente a la apertura de importaciones y el contrabando
El cambio de estrategia ocurre en un momento en que el Gobierno eliminó los aranceles antidumping para la importación de termos de acero provenientes de China, medida que había estado vigente desde 2001 y que fue clave para proteger a la industria local durante más de dos décadas.
“Esto es readaptarse o morir. Lo que hicimos fue tener gente en China que está produciendo con diseño de Lumilagro. Ya está por entrar el primer container”, detalló Bender en diálogo con Infobae en Vivo.
A la presión por apertura externa se suma el impacto del contrabando informal, que distorsiona precios y complica la competencia leal. El ejecutivo reveló que la empresa accedió a datos oficiales de comercio exterior de Bolivia, donde se importaron más de 4 millones de termos desde China, pese a que ese país carece de cultura matera. Para Bender, la mayor parte de esos productos ingresó a la Argentina sin controles aduaneros.
El panorama se torna más crítico al analizar el desempeño del sector en los últimos años. La Comisión Nacional de Comercio Exterior (CNCE), en su evaluación sobre la continuidad del arancel antidumping, concluyó que el sector local no logró mejorar su competitividad pese al sostén de las medidas de protección. Entre los principales datos:
- -26,5% en producción local.
- -32% en ventas internas.
- -31% en empleo sectorial.
- 21% de utilización de capacidad instalada en 2024 (vs. 51% en 2021).
Estos indicadores reflejan un deterioro estructural del entramado productivo, agravado por la invasión de productos de bajo costo y calidad dudosa.
La reconversión como única vía para sostener la marca
Con el nuevo esquema, Lumilagro busca preservar su liderazgo en el segmento de termos, adaptando su estrategia al nuevo escenario. Si bien mantendrá parte de la producción local, la empresa admite que el modelo tradicional de alta producción y bajo costo por escala quedó desfasado frente a los cambios de contexto.
“Todo lo que es contrabando es dañino para la actividad industrial y comercial”, advirtió Bender, y también criticó las fallas en el sistema de estampillado que dificultan al consumidor identificar productos legales.
La decisión de Lumilagro de reconvertirse y abrirse a la producción en China marca un punto de inflexión para la industria nacional de bienes de consumo, especialmente en rubros históricamente protegidos. Aunque mantiene un compromiso con la fabricación argentina, la empresa admite que la supervivencia pasa hoy por la flexibilidad operativa y la diversificación de orígenes de producción.
La medida también abre un nuevo debate sobre el rol del Estado en la protección industrial, la efectividad de los controles aduaneros y la necesidad de definir políticas sectoriales de largo plazo.







