Alberto Fernández mantuvo reuniones bilaterales con Merkel, Macron y Sánchez

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El mandatario argentino recorrió con sus pares temas como la integración, la acción contra el cambio climático y la renegociación de la deuda externa.

El presidente Alberto Fernández mantuvo este sábado encuentros bilaterales con la canciller federal de Alemania, Angela Merkel; con el jefe de Estado de Francia, Emmanuel Macron y el titular del Gobierno español, Pedro Sánchez, en el contexto de la Cumbre del G20 que se desarrolla en Roma.

También se reunió con las autoridades del Consejo Europeo, Charles Michel, y de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, en el Centro de Convenciones La Nuvola (La Nube) de Roma.

Participaron de las audiencias los ministros de Relaciones Exteriores, Comercio internacional y Culto, Santiago Cafiero; y de Economía, Martín Guzmán; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz; y el sherpa del G20, Jorge Argüello.

En el tiempo disponible durante el desarrollo de la sesión plenaria inaugural del evento, el mandatario argentino sostuvo la primera de sus audiencias bilaterales y fue con Merkel.

Fernández reiteró a la canciller su agradecimiento por el apoyo de Alemania para que la Argentina logre un acuerdo sustentable con el Club de París y con el FMI.

Asimismo, el Presidente argentino aprovechó para despedirse de su par alemana, quien próximamente finalizará su mandato luego de un período de 16 años al frente del Ejecutivo.

Alemania es el principal socio comercial de la Argentina en la Unión Europea (UE) y el comercio bilateral superó los 2.700 millones de dólares en 2020.

Macron

En la reunión con Macron, los mandatarios reafirmaron las visiones compartidas sobre la acción climática y la preservación de la biodiversidad a la defensa de los derechos humanos y la igualdad de género, entre otras.

Fernández ratificó a su par el compromiso de su gobierno con la implementación del Acuerdo de París.

El Presidente argentino agradeció muy especialmente el apoyo brindado por Francia tanto en la negociación que la Argentina mantiene con acreedores privados como con el Club de París y el FMI.

Fernández y Macron acordaron seguir trabajando de manera coordinada en el marco del Foro Generación Igualdad, en el que la Argentina colidera la Coalición de Acción sobre Autonomía Corporal y Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos.

También expresaron su interés en ampliar la agenda comercial y de inversiones entre ambos países, así como favorecer mayores vínculos entre las empresas argentinas y francesas, sobre todo en los sectores de energías renovables, infraestructura y automotriz.

Coincidieron, asimismo, en la importancia de dar impulso a la cooperación científico-tecnológica bilateral, que tiene a Francia como el primer socio internacional de la Argentina, con más de 100 proyectos bilaterales en ejecución.

Pedro Sánchez

Fernández también compartió una reunión bilateral con su par del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en el que coincidieron en la preocupación sobre los desafíos que deja la pandemia, sus graves consecuencias políticas, sociales y culturales a nivel global, teniendo en cuenta sobre todo su impacto en la región latinoamericana.

Durante la reunión, el mandatario argentino agradeció a Sánchez su apoyo en las negociaciones que lleva adelante la Argentina con el FMI y el Club de París y reconoció especialmente la acción solidaria del gobierno español por realizar una donación de 2.202.800 vacunas a nuestro país a través del mecanismo Covax.

Por otro lado, los mandatarios ratificaron su voluntad de avanzar en la implementación del “Plan de Acción para la Profundización de la Asociación Estratégica para el bienio 2021-2023” como una vía para trabajar sobre los temas identificados como prioritarios para ambos países.

También acordaron reforzar la relación económico-comercial bilateral y promover una mayor interrelación entre empresarios de ambos países para facilitar y diversificar el comercio bilateral, agregarle valor, incorporar nuevas tecnologías y concretar nuevas inversiones.

España es un socio comercial clave para la Argentina, tiene el cuarto lugar en el contexto europeo y en 2020 el comercio bilateral alcanzó los 1.800 millones de dólares, con exportaciones del orden de US$ 1.100 millones.

Asimismo, es el segundo inversor externo en nuestro país y la Argentina es el sexto destino de inversión externa española en el mundo.

Autoridades europeas

Por último, el Jefe de Estado argentino se reunió en sendos encuentros bilaterales con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y con la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, con quienes repasó temas de interés de la agenda bilateral y diversas vías para profundizar la cooperación existente y sus posibilidades de desarrollo.

También abordaron temas multilaterales y regionales, entre los que se mencionó el fortalecimiento del diálogo entre la UE y la Celac y la problemática del cambio climático, teniendo en cuenta la proximidad de la 26° Cumbre de Naciones Unidas sobre la temática.

La UE, como bloque, es el tercer socio comercial de la Argentina y el principal inversor externo. Existe, además, una intensa agenda de cooperación en diversos campos, tales como ciencia y tecnología, género, derechos humanos, educación y cultura.

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El legado de Angela Merkel

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Se acercan las elecciones en Alemania y surgen a priori dos interrogantes ¿Cuál será el legado de Merkel? ¿Qué será del futuro de la Unión Europea?

Primero, hagamos un breve repaso. A finales de junio, por ejemplo, Merkel recibió al presidente francés, Emmanuel Macron, en la cancillería; hizo lo mismo con el primer ministro italiano, Mario Draghi. Se reunió con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; se reunió con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y luego viajó a Bruselas para asistir a dos días a la cumbre de la Unión Europea, donde intentó fortalecer los vínculos entre la OTAN y Estados Unidos e intentó fomentar el diálogo con Vladímir Putin. Esta semana, fue recibida por Joe Biden en la Casa Blanca. 

Merkel transformó la política alemana posterior a la Guerra Fría, liberalizó su partido, presidió una expansión extraordinaria del poder económico y político alemán en Europa e hizo mucho por defender el proyecto político europeo en tiempos muy complejos. Crisis del euro, crisis migratoria, el Brexit, el ascenso de populismos y ahora la pandemia.

La popularidad de Merkel en Alemania ha fluctuado en cuatro períodos. A nivel internacional, se consolidó, año tras año, como el principal líder europea y en unos meses dejará el poder con una imagen positiva que rompe todos los récords.

Y no todo ha sido color de rosa para la Canciller.

Durante sus 16 años de gestión, los países del sur de Europa resintieron las políticas de austeridad impuestas desde Berlín durante la crisis de la eurozona y los culparon del ascenso de los populistas en Atenas y Roma; por el contrario, algunos países del norte de Europa y del Báltico exigían que Grecia fuera expulsada de la eurozona tras la crisis de la deuda. Los europeos del este estaban enojados con ella por dar la bienvenida a los refugiados y se negaron a participar en un sistema de reasentamiento en toda la UE. Los liberales de todo el continente la han acusado de no prestar especial atención ante el retroceso democrático en Polonia y el ascenso de líderes autoritarios en Hungría. Una sucesión de primeros ministros británicos, desde David Cameron hasta Boris Johnson, se han sentido consternados por la cortés negativa de Merkel a pagar cualquier precio para evitar que se divorcien de la UE. Incluso, desde el otro lado del continente, soportó que Trump ninguneara la estrecha relación que Estados Unidos y la Unión Europea supieron construir.

Para profundizar el análisis, consulté a varios colegas internacionalistas. 

Esteban Chiacchio, analizando el caso griego, me cuenta que “hay un caso específico en dónde es interesarse posicionarse para comprender un doble desafío que deberá abordar quién busque llenar los zapatos de Ángela:  mantener unida a la familia (o sea, al bloque) y comprender las subjetividades en disputa que hay “puertas adentro” de cada nación”. Y expone que “La catastrófica situación financiera de Grecia y las políticas de austeridad que recomendaba la dirigente alemana, fueron un cóctel que minaron cualquier indicio de popularidad de Merkel en tierras helénicas; ello, sumado al resultado del referéndum, animó a referentes políticos del continente a cuestionar los términos de la alemana, como fue el caso del presidente francés Francois Hollande.” 

Y agrega “el caso griego se vio sumamente eclipsado por lo ocurrido un año después: el Brexit pateó el tablero de la geopolítica global y significó un nuevo desafío para Merkel, que sin dudas paseó su memoria por la experiencia griega para regatear los traspiés de dicha experiencia: ¿a cuáles nos referimos? La investigadora de la Universidad de Macedonia, Ino Terzi, postula que la baja comunicación y comprensión de la Unión Europea respecto a las condiciones de los ciudadanos afectados, no solo desprendieron políticas ineficientes, sino que también dañaron la reputación del bloque de manera significativa.”

Además, habla sobre la posible desintegración de la UE: “Pensar que el evitar la desintegración de la UE debe estar a la cabeza de la agenda de quién tome las riendas tras Merkel es algo exagerado. Si se pueden tomar algunos aspectos del caso griego para el mundo post-pandémico y sus nuevas particularidades: en un mundo -un continente- en dónde la comunicación constantemente se está reinventando, la reputación de la Unión Europea no puede solo sostenerse en base a la experiencia de sus instituciones y su confianza en los acuerdos y beneficios mutuos. El inmenso desafío es que el transnacionalismo no se devore a la necesidad de comprender las motivaciones subjetivas domésticas. Escribirlo es fácil, desarrollarlo es un largo camino de concesiones y reservas.”

Por otra parte, Gonzalo Fiore Viani analiza la actual situación de la derecha alemana y el futuro de la política alemana. “El balance del gobierno de Merkel, sin dudas, es positivo, y será recordada en el futuro como una de las grandes dirigentes políticas mundiales. Sin embargo,  los desafíos que enfrenta tanto su país como la Unión Europea tras su retirada, son muchos.

La extrema derecha, encabezada por Alternative Für Deutschland (AfD), aprovechó la bandera de las “libertades” frente a las restricciones impuestas por el gobierno para combatir la pandemia, para consolidar y ampliar su base electoral. Merkel, siempre centrada en sus posiciones y poco afectada por los grandes gestos o las frases rimbombantes, suele referirse en términos muy duros a AfD, el partido ultraderechista con mayor inserción electoral desde los años de la posguerra. Un signo claro de esto es lo sucedido en la región de Turingia en las elecciones regionales de 2019. Allí, el vencedor había sido el partido de izquierda Die Linke, pero quedó lejos de poder formar un gobierno, mientras AfD se posicionó en el segundo lugar, con un sorprendente 24% y 22 diputados”.

Además, sostiene que “El líder de la formación extremista en Turingia es uno de los elementos más radicales del partido, Björn Höcke. Con un discurso explícitamente xenófobo, racista y contrario a cualquier tipo de inmigración, Höcke ya es uno de los políticos de derecha más conocidos en el país. Luego de meses de negociaciones, en febrero de 2020, Thomas Kemmermich, del Partido Liberal, fue finalmente electo jefe regional de Turingia, gracias a los votos de la CDU y de AfD. Esto provocó un cisma político en Alemania, ya que rompió con el “pacto tácito” que existe en el sistema de partidos tradicionales: jamás pactar con la ultraderecha. Merkel criticó de manera muy dura esta decisión de un hombre de su propio partido. A causa del escándalo político desatado, Kemmermich debió renunciar, y la región se sumió nuevamente en la inestabilidad.”

Analizando la futura situación de la Unión Europea en su conjunto y el posible vacío que dejará la Canciller, Martín Schapiro me cuenta que “Merkel deja un orden económico europeo comunitario que se relaciona con una forma de actuación colectiva, con una cantidad de reglas y valores en esa actuación que van a sobrevivir durante mucho tiempo, donde la Unión Europea tiene compromisos colectivos a nivel presupuestario, en particular me refiero al manejo del presupuesto de los países miembro donde la UE también interviene colectivamente, si bien no lo hace como un supra- estado con recaudación común, sí interviene colectivamente ante las dificultades de los estados individuales ”.

Además agrega que “queda un liderazgo político y moral que ha marcado límites claros respecto de la ultraderecha europea, tanto de la derecha que es parte o socia minoritaria en los gobiernos en Occidente, como la de su propio país y como los que gobiernan en Hungría y Polonia, donde el conflicto de valores se ha escenificado desde la Comisión hacia los gobiernos de esos países seleccionados, respecto a la legislación LGBTIQ. Esos han sido valores que se han proyectado hacia el resto del mundo como valores europeos muy ligado al liderazgo de Merkel. Ese liderazgo inflexible ya su vez dotado de muchísima legitimidad interna y externa, teniendo en cuenta el peso de Alemania dentro de la Unión, hoy va a estar en cuestión ya que no hay una figura clara que pueda tomar ese liderazgo de manera tan indiscutible como lo tiene hoy el gobierno alemán”.

Alemania entre potencias

Trazar las cambiantes relaciones de Alemania con las grandes potencias ha sido el desafío más fastidioso de Merkel. Como potencia media europea que comparte continente con Rusia e importa energía de Rusia, depende para las exportaciones de China (el mayor socio comercial de Alemania fuera de la UE) y depende de Estados Unidos para su paraguas de seguridad, Alemania tiene opciones estratégicas limitadas. Históricamente, esto se ha reflejado en un instinto profundamente arraigado de equilibrar aliados y adversarios por igual, y Merkel no ha sido una excepción a esta tradición.

En una línea similar, gran parte de las conversaciones sobre el emergente mundo “multipolar” no impresionaron a Merkel durante mucho tiempo. Mientras Washington seguía siendo el principal proveedor de seguridad de Europa, ella y sus gobiernos se sintieron libres para abrir camino a las relaciones económicas especiales con Rusia –deterioradas después de la anexión de Crimea en 2014, a pesar de lo cual el controvertido y desacertado proyecto del gasoducto Nord Stream 2 se mantuvo– y, en particular, con China, de nuevo a expensas de la unidad europea. Pensar en los polos, en las dinámicas geoestratégicas y el peligro de crear dependencias peligrosas, se dejó para más adelante.

Sin embargo, tras cuatro años de presidencia de Donald Trump y los crecientes temores de la élite alemana sobre si EEUU logrará resolver lo que algunos describen como “inmensos problemas” internos, Merkel parece haber tomado finalmente la decisión de que es necesario un cambio. 

Como mínimo, Europa y Alemania necesitan tener un “plan B” en caso de que los estadounidenses vuelvan a elegir a Trump o una figura trumpista en las próximas elecciones, lo que podría acabar definitivamente con siete décadas de política exterior estadounidense. Esto significa un Occidente que en el futuro se basará más en los intereses compartidos, más que en los valores, y una Europa que cooperará estrechamente o incluso se alineará con Washington siempre que tenga sentido hacerlo, al tiempo que amplía el margen de lo que la UE puede hacer por su cuenta si es necesario.

Merkel parece apuntar ahora con firmeza a la creación de la autonomía estratégica europea: otra victoria silenciosa para Macron, quien, al final del largo mandato de la canciller, puede sentirse satisfecho de que la gran líder de Europa, después de bloquear durante años, se mueva ahora con firmeza en su dirección, a toda velocidad.

A pesar de haber tenido grandes relaciones económicas con Rusia, los modelos políticos siguen chocando. La anexión de Crimea por parte de Rusia, su guerra de poder en curso en Ucrania, sus operaciones de desinformación y propaganda en las redes sociales alemanas, el hackeo de los servidores del Bundestag en 2015, el asesinato en 2019 de un refugiado político checheno en Berlín, el intento de asesinato en 2020 del político del opositor ruso Alexei Navalny y el apoyo de Moscú a la brutal represión de las manifestaciones masivas en Bielorrusia: todos estos acontecimientos han llevado a la clase política alemana a una reconsideración sobre la relación con Moscú.

Como canciller, se convirtió en una transatlántica dedicada, incluso defendiendo la guerra del presidente George W. Bush en Irak. Tuvo una muy buena relación con Barack Obama, quien la instó a postularse para un cuarto mandato debido al riesgo para Europa de Trump. Y en mayo de 2017, después de esa primera aparición de Trump en una cumbre del G-7, Merkel dio la bienvenida a la elección de Biden con calidez (y un alivio palpable). Su ministra de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer, quien comparte sus puntos de vista sobre la importancia de la alianza con Estados Unidos, sigue presionando por un mayor gasto en defensa y una postura militar alemana más progresista. Pero también es cierto que las capacidades de seguridad de Alemania han estado lamentablemente infra financiadas durante demasiado tiempo.

De cara al futuro, todo es incertidumbre. Algunos plantean que Emmanuel Macron encontraron el gran próximo líder de la Unión, pero la legitimidad interna en Francia le pondrá las cosas muy complicadas.

Para Merkel, está empezando nada menos que un nuevo orden mundial, y quiere que la UE le dé forma. En lugar de evitar vincular a su sucesor, como algunos han especulado en relación con su tibia respuesta transatlántica, el objetivo de Merkel en sus últimas semanas parece ser casi el contrario: crear la plantilla para un Occidente futuro y para una política exterior europea que resista incluso cambios de gran alcance, especialmente en Estados Unidos.

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Primer día en Davos: Macri se reunirá con Angela Merkel y Bill Gates

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El Presidente Mauricio Macri llega hoy al mismo lugar que lo vio lanzar internacionalmente su gestión hace justo dos años atrás cuando el país aún no había salido del default: Davos.
En el marco del Foro Económico Mundial que se hace todos los años en esta villa en Suiza, el mandatario se reunirá a pocas horas de arribar aquí con la canciller alemana Angela Merkel. Será cerca del mediodía. Luego, por la tarde, verá al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
Es que el Presidente compartirá un almuerzo con directivos de empresas en la Casa Argentina, un espacio especialmente organizado para la ocasión, en el que Macri será anfitrión.
En 2016 Macri habló en Davos de su plan para sacar a la economía argentina del default, bajar la inflación e integrarse más al mundo. Se espera que aquí haga un repaso de ello y esboce la hoja de ruta a seguir.
Tras la conversación con Bill Gates, el Presidente mantendrá sucesivos encuentros con directivos de las firmas Temasek International (inversionista); Total (petroquímico y energético); Cargill (agroquímica); Coca-Cola (alimenticia) y Lloyd’s (Seguros). También verá a ejecutivos de Facebook y Siemens.
La agenda continuará a eso de las cinco de la tarde en la misma Casa Argentina, donde el Jefe del Estado se reunirá con la reina Máxima y con el primer ministro de Holanda, Mark Rutte.

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Merkel: “Las condiciones macro en la Argentina se han vuelto más confiables”

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La canciller alemana se entrevistó este jueves con el presidente en en la Casa Rosada y ponderó que “las condiciones macro en la Argentina se han vuelto más fiables” con su llegada al gobierno.

 La canciller alemana Angela Merkel dijo este jueves que “las condiciones macro en la Argentina se han vuelto más confiables con la llegada del presidente Macri”, en tanto el presidente argentino apostó a “la relación futura entre Argentina y Alemania” a la vez que calificó al país europeo como “un socio importantísimo”, durante una conferencia de prensa en la Casa de Gobierno.

Ambos jefes de Estado, además, coincidieron en impulsar un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, y en fomentar la cooperación entre ambas naciones, así como también en el camino de reformas y de apertura al mundo que encaró Argentina para resolver sus problemas y salir del aislamiento de años anteriores.

Macri y Merkel -que visita la Argentina por primera vez- compartieron poco después de mediodía una conferencia de prensa en la Casa Rosada, tras haber mantenido un encuentro bilateral en el despacho presidencial.

“Con mucho gusto seguiremos cooperando” con la Argentina, dijo Merkel, a la vez que recordó los “160 años de relaciones bilaterales”.

El mandatario argentino enumeró ante la visitante las oportunidades que tienen en Argentina los empresarios alemanes que quieran invertir en “transporte, infraestructura, energía y tecnología”, enumeró. Y dejó claro que la llegada de inversiones es importante para el objetivo de su gobierno de “generar trabajo”.

La canciller alemana consideró que su presencia en el país era “oportuna”, porque Argentina ha iniciado -opinó- “un camino hacia las reformas, abriéndose al mundo”. Y añadió: “Somos socios en un mundo que coopera, con reglas concretas”.

Merkel mencionó que la acompañan empresarios de su país que no sólo están atentos a las oportunidades de inversiones, sino también a que Argentina “sea parte del orden mundial, con reglas justas”.

La canciller dijo sentirse “impresionada” por los “objetivos ambiciosos de la Argentina en materia de medio ambiente” y por su potencial de energías renovables, “al cual pueden contribuir empresas alemanas con su experiencia”, dijo.

Insistió con el hecho de que Argentina se haya “abierto al mundo”, y señaló que los empresarios alemanes pudieron comprobar que las inversiones en el país son “viables” y que “hay más transparencia y menos trabas burocráticas. Vemos amplias posibilidades para cooperar más estrechamente”, enfatizó la canciller alemana.

En este punto, Macri cuestionó que “el proceso de aislamiento de la Argentina (en los años del kirchnerismo) lo único que hizo fue profundizar la pobreza”.

En un contexto más amplio, Merkel afirmó que “Alemania ratifica el deseo argentino de alcanzar progresos en el acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea”. Y prometió: “Vamos a apoyar intensamente la negociación europea”.

Reconoció, sin embargo, que “todo acuerdo de libre comercio siempre” es “un tema difícil”, pero dijo que su país “va a negociar duro”, al tiempo que se mostró optimista respecto a que hay buenos motivos” para que esta vez se concrete.

Por su parte, Macri ratificó el compromiso argentino con el acuerdo de París, y destacó la necesidad de seguir desarrollando energías renovables, como la eólica.

Macri dijo también que “el socio natural de América latina es Europa”, y, expresó su deseo de que avancen las negociaciones para un acuerdo Mercosur- Unión Europea.

“Esperamos algo especial de Europa”, dijo Macri al hablar de este capítulo de la relación entre ambos continentes.
El jefe de Estado argentino también planteó la voluntad argentina de “ser miembro permanente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)”, para generar mayor confianza en el país.

“Confío y apuesto a las relaciones futura de Argentina y Alemania”, dijo tras manifestar el deseo de ser socio permanente de la OCDE,

Y enseguida ironizó con el Mundial de fútbol que se jugará en Rusia. “Espero que este crecimiento de las relaciones entre Argentina y Alemania, incluya también una final entre ambos países en Rusia, pero que gane Argentina”, bromeó Macri ante Merkel.

La canciller, entre sonrisas, replicó siguiendo el juego: “Hasta ahí estaba de acuerdo, pero eso no”.

Argentina y Alemania disputaron tres finales de Mundiales en la historia. En México 86, Argentina fue campeón; pero en Italia 90 y Brasil 2014, terminó derrotada por Alemania.

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Macri y Merkel acordaron impulsar acuerdo entre el Mercosur y la UE

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En medio de un fuerte operativo de seguridad, la canciller alemana Angela Merkel se reunió en Casa Rosada con el presidente Mauricio Macri, junto a quien brindó una conferencia de prensa en la que manifestaron su intención de impulsar alianzas entre el Mercosur y la Unión Europea.

Alemania es un socio importantísimo para Argentina“, dijo Macri al encabezar la conferencia en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno.

En la misma línea se manifestó su par por Alemania, quien señaló que ese país “ratifica” el deseo “de alcanzar el proceso” de integración entre ambos bloques. “Vamos a apoyar de forma intensa las negociaciones“, añadió.

De todos modos, Merkel marcó la cancha: “La negociación de libre comercio nunca es fácil. Alemania, sabemos, nunca tiene una postura fácil, porque defiende sus propios. Vamos a negociar duro, Argentina no va a ver colmados todos sus deseos, cada parte va a tener que hacer concesiones, pero va a redundar en beneficios mutuos”.

Otros dos puntos centrales del encuentro fueron inversiones y la reunión del G-20 de 2018, que tendrá sede en Buenos Aires. “Argentina se ha abierto en varios sentidos, estoy convencida de que esto va a derivar en más empleo y mayor crecimiento (…) Las condiciones marcos se han vuelto más fiables, y estas son las cuestiones que necesitan las empresas para decidir inversiones”, dijo la canciller alemana que vino acompañada de una delegación de empresarios.

Merkel fue recibida por Macri con todos los honores brindados por la Fanfarria Alto Perú del Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín.

Seguidamente, tras recorrer el Salón de los Bustos, el mandatario junto a Merkel se dirigieron al Salón Blanco, donde ambos participaron del saludo protocolar estrechando sus manos ante los reporteros gráficos, de los medios locales y extranjeros.

De inmediato, el mandatario y la canciller alemana se trasladaron al despacho presidencial, donde junto a la vicepresidenta Gabriela Michetti mantuvieron un encuentro bilateral, previo a un almuerzo ofrecido en el Salón de los Científicos Argentinos y la conferencia de prensa.

En el almuerzo comieron burrata con higos y tomate confité y aderezo de berro, y risotto de alcaucil con huevo soft y frutas de postre como plato principal.

Por el Gobierno argentino acompañaban a Macri el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el secretario de Asuntos Estratégicos de Cancillería, Fulvio Pompeo y el embajador argentino en Alemania, Luis María Kreckler, mientras que con Merkel se encontraban su vocero Steffen Seibert y funcionarios de la cancillería.

Antes, Merkel se reunió con empresarios y visitó una sinagoga. “Creemos que además de las conversaciones políticas, podemos acompañar los desarrollos económicos. Argentina necesita infraestructura, Argentina debe modernizarse y para ello Alemania puede ser un buen socio“, destacó la canciller.

En medio de un fuerte operativo de seguridad, Merkel inició su jornada en Buenos Aires en el hotel Alvear, del barrio de Recoleta, donde ejecutivos de empresas alemanas con intereses en Argentina le plantearon la situación de sus compañías, su visión sobre la marcha de la economía y propuestas para mejorar la situación bilateral.

Según pudo saber Télam de fuentes participantes en el encuentro, de la reunión participaron el embajador de Alemania en Argentina, Bernhard Graf von Waldersee, y una veintena de empresarios.

Del hotel Alvear se trasladó directamente al Templo Libertad, ubicado en el centro porteño, donde dejó inaugurado el órgano de la sinagoga de la congregación israelita de la Argentina reparado con un subsidio de la embajada germana.

Durante la ceremonia, Merkel recordó los atentados perpetrados en el país contra la sede de la Embajada de Israel y la AMIA, y agradeció a la Argentina por facilitar “un puente” con Europa para acoger a las víctimas del nazismo.

Merkel fue recibida en el templo por Rodríguez Larreta; el embajador de Israel en Argentina, Ilan Sztulman; el ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, el rabino Sergio Bergman; el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj; y el presidente y el director de la DAIA, Ariel Cohen Sabban y Víctor Garelik, entre otros.

A continuación, la canciller alemana se dirigió a la Plaza San Martín, donde colocó una ofrenda floral frente al monumento del libertador General San Martín y, posteriormente, el jefe de Gobierno porteño le entregó las llaves de la ciudad.

En tanto a las 15, también en Casa Rosada, tendrá lugar una reunión de Macri y Merkel con empresarios alemanes, mientras que luego está previsto que visite el Parque de la Memoria, donde arrojará una ofrenda floral al río en memoria de los desaparecidos durante la última dictadura cívico militar, y firmará el libro de visitas.

Posteriormente, a las 16.30, estará en el Polo Científico y Tecnológico, ubicado en la calle Godoy Cruz 2320, en el barrio de Palermo,

Finalmente, a las 19, está previsto el cierre de la visita de la canciller con una cena de honor en el Centro Cultural Kirchner.

La primera visita oficial de Merkel al país tiene el propósito de relanzar las relaciones bilaterales y avanzar en el traspaso de la presidencia pro témpore del G-20 a la Argentina a partir de 2018.

La de Merkel será la primera visita oficial de un gobernante alemán al país en 15 años, tras la de Gerhard Schröder en 2002.

Las relaciones oficiales entre Alemania y Argentina comenzaron en 1857 y tienen una base profunda en la economía, la cultura y a la vez, en criterios similares en muchos temas globales y multilaterales.

La cooperación estrecha en el ámbito universitario y en la ciencia y el desarrollo constituye un eje central de las relaciones bilaterales, promovido políticamente por ambas partes.

Asimismo, ambos países tienen cuestiones en común significativas respecto a la importancia del multilateralismo y el derecho internacional, la política de no proliferación nuclear y, específicamente, los derechos humanos.

La Argentina es uno de los tres representantes latinoamericanos en el G20 -los otros son Brasil y México-, el grupo más importante de los países industriales y emergentes en el mundo y sucederá a Alemania en la presidencia del bloque en 2018, de modo que ambos países cooperan y coordinan estrechamente sus agendas de trabajo ya durante el presente año, con el fin de garantizar una continuidad y efectividad de las negociaciones en este marco.

Se conoció que Macri y Merkel terminarán de definir detalles del traspaso a las autoridades argentinas de la presidencia del G20, y también temas relativos a las inversiones alemanas en el país en energías renovables.

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