En medio de una economía nacional atravesada por el ajuste fiscal, recorte de subsidios y encarecimiento del transporte, Misiones sostiene y expande una de sus políticas sociales más emblemáticas: el Boleto Estatal Estudiantil Gratuito (BEEG).
Los números del sistema muestran un crecimiento sostenido. En 2022, los beneficiarios eran poco más de 300 mil. Para la primera mitad de 2025 ya superan los 383 mil. Se trata de un incremento de más del 27% en tres años, que convierte a este programa en un caso único de continuidad y expansión en tiempos de crisis.
El impacto económico para las familias es contundente. Un estudiante de nivel inicial o primario ahorra al mes el equivalente a 40 pasajes urbanos, unos 44.000 pesos. En secundaria, el ahorro asciende a 66.000 pesos, mientras que en el nivel superior puede superar los 80.000 pesos mensuales. Para un universitario que vive en Iguazú y viaja periódicamente a Posadas, el beneficio alcanza los 179.600 pesos por mes.
La magnitud se percibe aún más al observar el ahorro familiar. Un hogar con un estudiante de secundaria y otro universitario puede ahorrar hasta 245.600 pesos al mes, es decir, más de 2,4 millones de pesos al año. Todo a partir de una política provincial que elimina el costo del traslado y garantiza el acceso pleno a la educación.
Desde su implementación en 2016, el BEEG se consolidó como una política de Estado que permite a los estudiantes elegir libremente dónde cursar, sin restricciones geográficas y con cobertura en toda la provincia. El sistema funciona como una subvención: el Estado paga por cada pasaje utilizado, con una erogación mensual y anual que representa un esfuerzo fiscal considerable.
En contraste con el escenario nacional, donde el transporte se encarece y los subsidios se reducen, Misiones reafirma su modelo de inversión social. La ampliación del BEEG no solo alivia el bolsillo de las familias, sino que fortalece la legitimidad política de un programa que ya forma parte de la identidad provincial.