Sólo 2 de cada 10 millennials argentinos tienen estudios superiores completos

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Se reciben menos jóvenes de 18 a 34 años que hace una década. La generación Z queda aún más rezagada en la comparación con Corea del Sur, Canadá y Japón.

La buena noticia sería que el porcentaje de chicos que no terminan el secundario en la Argentina descendió en la última década y que simultáneamente se incrementó el de los que lo hacen y entran a la universidad. Pero la mala es que cuatro de cada 10 no egresen graduados.

Los datos surgen del Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la Universidad Católica Argentina (UCA), y comprenden a la población de 18 a 24 años con residencia en áreas urbanas a nivel nacional.

La mala noticia es que el porcentaje de jóvenes de 25 a 34 años con estudios superiores completos (los que integran la última etapa del proceso de aprendizaje académico, o sea, la possecundaria) está a mitad de camino con los pares chilenos (19 contra 40%) y un tercio más abajo de Corea del Sur (69%), Canadá (66,6%) y Japón 64%), de acuerdo con lo publicado en World of Statistics y tuiteado por Impuestos&Equidad, sitio afín al gobierno de Javier Milei.

Sin embargo, el Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) advirtió que Argentina tiene más estudiantes universitarios que Chile y Brasil pero que en esos países es mayor la eficacia en graduaciones que en Argentina.

Sobre la evolución de la graduación total de Argentina, Brasil y Chile entre l2013 y 2021, la tabla es liderada por Brasil con un incremento del 33%, seguido por Chile con el 32% y Argentina con el 21%.

Nuestro país presenta la mayor cantidad proporcional de estudiantes, alcanzando los 557 por cada 10.000 habitantes, mientras que las cifras de Brasil y Chile son sustancialmente menores, con 408 y 355 estudiantes por cada 10.000 habitantes respectivamente.

Lo contrario ocurre cuando se observa la cantidad de graduados cada 10.000 habitantes, dado que Argentina presenta apenas 31 graduados cada 10.000, mientras que Brasil registra 61 y Chile 55, es decir que en proporción a la población, Argentina gradúa a la mitad de estudiantes que Brasil y Chile.

Estas diferencias también se observan en la eficacia en la graduación, ya que de 100 ingresantes en el 2017 se graduaron en Argentina en 2021 unos 28, versus 46 en Brasil y 69 en Chile. 

Escolaridad

Los resultados de la última prueba PISA dieron que sólo 22 de cada 100 chicos argentinos de 15 años transitan su escolaridad en tiempo y forma, es decir, sin repetir ni abandonar, y con el nivel esperado de desempeño en Matemática y Lectura.

También este indicador coloca a Argentina por detrás de los resultados educativos de otros países de la región como Chile y Uruguay.

En la comparación con el resto de Latinoamérica se advierte que nuestro país está segundo, casi pegado a Chile, el primero, en asistencia a la escuela de alumnos de 15 años. Y que Brasil y Uruguay le siguen y más atrás viene Perú. México es el de menor concurrencia escolar del lote de principales países, como publica Argentinos por la Educación.

Pero por otro lado, según la Síntesis de Información Universitaria que elabora anualmente el Ministerio de Educación de la Nación, creció casi un 68% el ingreso de estudiantes a las universidades, la matrícula registró una mejora del 39,7%, y la cantidad de egresados se incrementó en casi 30% en todo el país durante la última década.

Se contabilizan más de 2,5 millones de estudiantes universitarios con una tasa de escolarización del orden del 65,3%, una de las más altas de América Latina, el Caribe y la región y cercana a Chile y España.

Nuevos ingresos universitarios

El informe publicado el año pasado por la cartera educativa reveló que el número de nuevos ingresantes creció de 423.920 en 2012, a 710.699 en 2021; que el sistema universitario pasó de 1.824.904 estudiantes de grado y pregrado a un total de 2.549.789; y que en ese período los estudiantes que egresaron se incrementaron en un 29,4%.

Entre los datos recopilados, se desprende que el sistema universitario argentino cuenta con un total de 2.730.754 de estudiantes que cursan en las 11.769 carreras de pregrado, grado y posgrado que se dictan en las 132 universidades de todo el país.

Las que preocupa son las proyecciones. Según el informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina, actualmente, el 40,9% de los jóvenes de entre 18 y 24 años estuvieron o están participando en estudios superiores: 2,9% ingresaron y abandonaron, 35,2% continúan estudiando y 2,8% finalizó con éxito.

Pero las cohortes de edades subsiguientes registran una tasa casi constante de abandono de al menos 22%, lo que lleva a inferir que uno de cada cuatro o cinco jóvenes de la cohorte actual no logre graduarse.

Podría esperarse, al aplicar esa tasa de riesgo, según apunta el estudio, que un 9% del grupo no termine. Si esto fuese así, esta cohorte generará casi 32% de egresados del nivel superior.

La expectativa de los investigadores sociales apunta a que terminen aproximadamente entre el 75-80% de los que ingresan, si bien el consecuente abandono de entre 20-25% no es aleatorio, esta sesgado económica y socialmente, al igual que la calidad en la formación terciara o universitaria que logran los egresados.

Situación económica de las familias

El trabajo de UCA, efectivamente, considera la situación económica de las familias un factor clave para el acceso educacional, ya que entre los jóvenes que residen en hogares no pobres disminuye la incidencia de los que no finalizaron el secundario (22,1%) y aumentan los que cursan estudios superiores (42,6%), sumado a quienes lograron finalizar sus estudios terciarios o universitarios (4,3%).

En cambio, entre los jóvenes que habitan hogares en situación de pobreza superan el 40% aquellos que no terminan el secundario y rondan el 25% quienes abandonan la universidad. 

En los hogares indigentes solo el 23,5% cursan estudios superiores, mientras que en los pobres lo hacen el 28,3%.

Hay otras cuestiones que se relacionan con los cambios culturales en el interior de las generaciones más jóvenes que conviven actualmente en la sociedad: la X, los millennials y la desagregada Gen Z, abarcan a los nacidos entre 1997 y nuestros días.

X, Millennials y Z

Al iniciarse en la fuerza laboral, a los millennials (nacidos entre 1981 y 1996) no se sabía cómo hablarles, tratarlos o estimularlos, ya que son la última generación que transcurrió la infancia sin Internet.

Inclusive moldearon su identidad y comprensión del mundo condicionados por el 11 de septiembre y la recesión del 2008, lo que creó una diferencia dentro de la propia Generación X, que digirió tales sucesos monumentales con mayor madurez y se produjo entonces un quiebre que se manifiesta en las interrelaciones dentro de una misma generación.

Los Gen Z (nacidos entre 1997 y 2012) están en proceso de consolidación. E inspiran, más que molestan, a los Gen X o a los Millennials.

Se atribuye a los efectos que provocó el encierro pandémico de los últimos dos años, que remodeló el sentido de identidad. También podría ser que se deba a sus actitudes inclusivas y dinámicas sobre el trabajo, la política, la sexualidad y el estilo.

Generación X y Millennials convergen obre todo en los gustos musicales, con estos últimos volviéndose a enamorar de las estrellas pop como en el 2003, en tanto los Gen Z lo están orquestando todo a través de TikTok, su estilo maximalista y su rebelión descentralizada (pero sobrealimentada).

En los últimos cincuenta años (especialmente de veinte a esta parte, temas como la raza, el género y la sexualidad comenzaron a debatirse y a afirmarse, de modo que entender la propia identidad formó parte de un proceso de exploración y experimentación.

En el 2022, se reflejó cada identidad y la forma de exhibirse ante el mundo, a través de cuentas de Facebook e Instagram. Millennials y los Gen Z comparten más información sobre sí mismos en línea.

En este contexto, se forjó la escolarización, que comprende a los nacidos entre 1990 (según el promedio de permanencia universitaria) y 2019, preescolar, con los mojones de escuela primaria, intermedia y superior, que marcan la niñez, preadolescencia, adolescencia y adultez joven.

La conjugación cultural de cada etapa entre sí y con las otras da como resultado los cambios que se viven en la forma de estudiar, de trabajar, de concebir la política y hasta de organizarse individualmente y en familia.

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Centennials: prefieren las tarjetas de crédito y tienen buen cumplimiento de pagos

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Radiografía actualizada de una de las poblaciones con mayor incidencia actual y futura en la economía y el consumo. Entre los que poseen al menos 1 producto de crédito, el 76% tienen tarjeta de crédito, mientras que un 10% posee tarjeta y préstamos. Tienen deudas promedio por $9700.

Equifax, compañía global de Big Data & Analytics, realizó un estudio sobre los argentinos nacidos entre 1998 y 2003, también conocidos como la Generación Z, y que tienen entre 18 y 25 años, y representan el 16% de la estructura poblacional argentina, el 49% son mujeres y el 51% hombres.

Dentro de los que tienen un empleo formal, el Top 5 actividades de este grupo etario se compone: por servicios personales (19%), el comercio (17%), servicios de transporte y almacenamiento (12%), actividades administrativas y servicios (8%) y salud humana y servicios sociales (8%).

El 31% de esta generación es titular de al menos un producto de crédito. El 76% solo hace uso de tarjetas de crédito, mientras que un 10% suma préstamos y tarjetas de crédito a sus opciones de financiamiento y otro 10% solo utiliza préstamos.

Dentro del subgrupo que tiene entre 18 y 21 años, el 82% posee tarjeta, un 6% tarjeta y préstamo, un 9% solo préstamo y un 3% otros créditos. Por otro lado, entre aquellos que tienen entre 22 y 25 años, el 74% es titular de una tarjeta, un 11% de tarjeta y préstamo, otro 11% solo préstamos y un 4% otros créditos.

Acerca del perfil de endeudamiento, los centannials tienen deudas promedio por $9.700 mensual, siendo una de las generaciones que muestra menor porcentaje de deuda en cuanto a sus ingresos promedio (29%) .

Un dato particular es que en relación al cumplimiento de sus pagos, el 78% no muestran ningún tipo de retraso, siendo los más jóvenes del grupo (entre 18 y 21 años) los que mejor comportamiento presentan, dado que el 82% cumple con sus obligaciones en forma normal.

“La Generación Z es un grupo etario muy particular definido por el gran acceso y manejo de la tecnología. Como usuarios y consumidores exigen inmediatez y experiencias innovadoras. Están transformando y traccionando una nueva forma de ver y gestionar las finanzas personales, el consumo y el acceso a productos de crédito para cumplir todos sus proyectos y sueños. No postergan. Por eso, es importante que las empresas sigan dando pasos en pos de ofrecerles mayor cantidad de productos de crédito y alternativas financieras novedosas. Hay una gran oportunidad para la banca y las fintech para acercar productos, soluciones y oportunidades que impulsen la inclusión financiera de este grupo”, comenta
Santiago Pordelanne, Presidente y CEO de Equifax Argentina.

En lo que hace a la locación geográfica de la generación Z, el 30% vive en el conurbano, el 29% en el centro, el 11% en CABA, el 10% en el Noreste, un 8% en el Noroeste, un 7% en la Patagonia y un 7% en Cuyo. El análisis utilizó datos del Bureau Equifax combinada con información laboral del ANSES.

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El 44% de centennials elige Home office y horarios flexibles, como factores clave para un trabajo

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La firma Grant Thornton realizó recientemente una encuesta a sus colaboradores más jóvenes para entender qué factores son los que más ponderan de una. La Generación Z o Centennials que define a los nacidos entre 1996 y 2002, se caracterizan por la búsqueda de estructuras flexibles y dinámicas en las cuales desarrollarse, son emprendedores por naturaleza, especialmente en la defensa de causas sociales y ambientales.

Sobre qué buscan en un primer empleo los Centennials, el 76% de los encuestados respondió que es generar experiencia en su profesión. El 17% respondió que busca aplicar los conocimientos adquiridos en la facultad. Un 3% priorizó la posibilidad de conocer cómo es trabajar en una empresa.

Otro 3% compartió que lo que busca en su primer empleo es desarrollar su carrera a largo plazo y aprender de aquellos con mayor trayectoria. Por otro lado, la opción “hacer networking” como motivación en un primer empleo no fue seleccionada por los participantes de la consulta.

Al preguntar qué factores son los más valorados a la hora de aceptar una nueva propuesta laboral, el 44% de los consultados respondieron que el factor que más les interesa es la posibilidad de hacer home office y tener horarios de trabajo flexibles. Muy por debajo, con un 17%, el salario fue considerado prioridad.

En tanto, el 15% optó por la oportunidad de contar con capacitaciones y el 14% eligió la opción “Otros”, detallando que, si bien el salario es muy importante, tener horarios flexibles y hacer home office les facilita la asistencia a clases y continuar sus estudios universitarios. También se valora el buen clima laboral y las posibilidades de aprender de otros miembros de sus equipos.

“La Generación Z valora muchísimo la formación. No es casualidad que uno de los ítems más valorados de la encuesta es la posibilidad de capacitación al considerar distintas ofertas laborales. De hecho, según una consulta online realizada por Grant Thornton durante el mes de agosto, el 37% de los participantes prefieren como metodología de capacitación los cursos virtuales asincrónicos. Esta generación entiende el conocimiento como algo práctico pero también fluido, flexible y dinámico que permite una mejor vinculación con la realidad y con el diseño de sus propias carreras”, detalla Matiana Behrends, Directora de Human Capital de Grant Thornton Argentina.

Por su parte, el 8% eligió como factor clave para aceptar una propuesta poder trabajar por objetivos y no por horarios. Por último, los programas de beneficios fueron un factor clave sólo para el 2% de los consultados.
“Los centennials ya no buscan una empresa en la cual hacer carrera toda su vida, su propósito no es ingresar a “la empresa”. Las compañías ya no son quienes eligen unilateralmente a los empleados, sino que éstos “evalúan la experiencia” que la compañía les ofrece. Pero que hayan elegido una empresa, no implica que la seguirán eligiendo por mucho tiempo. Seguirán en ese lugar hasta que “una nueva experiencia les interese más”, comenta Mariana Amores, Gerente de Recursos Humanos de Grant Thornton Argentina.
“La imagen de empresa paternalista caducó. La generación Z busca desafíos, protagonismo, saber cuál es el impacto y el sentido de sus tareas”, añade Amores.

Además, el 37% de los miembros de la generación Z entrevistados consideran que su aporte principal es una forma más flexible de trabajar. El 31% opina que su mayor contribución es la aplicación de la tecnología en la gestión de procesos.

Asimismo, el 14% cree que su generación tiene una visión innovadora de los negocios y el 10% opina que su aporte es una mirada creativa a la solución de problemas. Por último, el 8% de los consultados optó detallar sus propias reflexiones, entre las que se destacan aportar energía para un buen ambiente de trabajo, adaptabilidad a los cambios, curiosidad y ganas de aprender a utilizar nuevas herramientas.

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