La Administración de Parques Nacionales (APN) y la Fundación Rewilding Argentina (FRA) concretaron el pasado fin de semana la liberación de “Acaí”, un ejemplar hembra de yaguareté, en el Parque Nacional Impenetrable ubicado en la provincia de Chaco.
Se trata de la quinta hembra de yaguareté (Panthera onca) liberada en el marco del proyecto de suplementación de la especie en el área protegida.
El ejemplar de esta especie que en nuestro país es considerada Monumento Natural Nacional (2001) nació en silvestría en el Parque Nacional Iberá, Corrientes. Tras la apertura de la “guillotina”, Acaí abandonó el recinto y se desplazó hacia el monte, sumándose de esta manera a Keraná, Nalá, Miní y Quiyoc, las otras cuatro hembras que también fueron liberadas en el Parque con el fin de aumentar las posibilidades de reproducción con los machos silvestres que habitan la zona y continuar fortaleciendo la escasa población de yaguareté en la región chaqueña.
En peligro de extinción
En Argentina se considera que el yaguareté está en peligro crítico de extinción, ya que enfrenta un riesgo extremadamente alto en estado silvestre. Se estima que su población actual es de alrededor de 250 individuos adultos.
Las principales causas del riesgo de extinción son la caza furtiva; la destrucción y degradación de ambientes por parte de la industria agropecuaria o la deforestación, que reduce la superficie de bosques y selvas; la escasez de presas naturales, ya que el hombre caza los mismos animales que el yaguareté.
Hay razones de sobra para arriesgar que, en los próximos años, se posicionará como destino insoslayable del turismo de naturaleza y aventura, tanto a nivel nacional como mundial.
Nuestra lancha atraviesa las aguas rojizas del río Bermejo. Es un día sin nubes y sopla una brisa refrescante, el marco ideal para navegar y ver de cerca a los yacarés que salen a tomar sol. Se acomodan sobre la arena o entre troncos caídos, a ambas orillas, que parecen haber sido cortadas a cuchillo: es que, aunque ahora parezca calmo y poco profundo, el Bermejo sufre crecidas feroces de diciembre a marzo, arrastrando barro y piedras y árboles (de ahí su otro nombre, “Teuco”, que significa “bravo”).
No parece haber nada que nos permita diferenciar que, a la izquierda, recorremos terreno formoseño, mientras que, a la derecha, se extiende el Parque Nacional El Impenetrable, creado en 2014, en la provincia de Chaco. Sin embargo, nada podría ser más distinto: de un lado, estancias privadas que permiten (o, por lo menos, ignoran) que los cazadores furtivos sigan diezmando especies autóctonas irremplazables; del otro, un área protegida de 130.000 hectáreas que intenta preservar a esa misma vida amenazada y que, motorizada por los esfuerzos de Fundación Rewilding Argentina (FRA), emerge como fuente alternativa de ingresos y empleo frente a la deforestación, la agricultura y la ganadería.
Hay razones de sobra para arriesgar que, en los próximos años, el Parque Nacional El Impenetrable se posicionará como destino insoslayable del turismo de naturaleza y aventura, tanto a nivel nacional como mundial. Para empezar, porque forma parte del extremo sur del Gran Chaco Americano, ese bosque tropical seco que es el más grande del mundo y el pulmón verde más importante de Latinoamérica después del Amazonas (de ahí que su biodiversidad sea excepcional o directamente “abrumadora”, como admiten los biólogos de la Estación de Campo El Teuco, perteneciente a FRA). Para seguir, porque la estrategia para lograrlo replica las claves del éxito del “milagro de Iberá”, es decir, la que tuvo lugar en Esteros del Iberá, provincia de Corrientes.
Ahí, un territorio poblado de estancias ganaderas en ruinas se convirtió en un destino de ecoturismo reconocido a nivel internacional. Para eso, bajo el modelo de producción de naturaleza, FRA buscó reintroducir especies autóctonas (yaguareté, lobo gargantilla, muitú, guacamayo rojo y tapir, entre otras) y se acercó en las comunidades locales, a quienes escuchó, involucró y capacitó de manera que se convirtieran en las principales beneficiarias del proyecto a largo plazo; así fue cómo los propios locales se transformaron en dueños y/o trabajadores de hospedajes y restaurantes, artesanos, guías de turismo, etc.
Para 2022, apenas cuatro años desde su inauguración, el Parque Nacional Iberá recibió la cifra récord de 60.000 visitantes y fue elegido por el New York Times como uno de los destinos “obligados” para vacacionar. Ese mismo año, el turismo en Argentina contribuyó con US$ 43.000 millones, según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, lo que equivale al 8,6% del PBI nacional; aproximadamente un tercio de ese total correspondió al turismo de naturaleza, un segmento que todavía tiene un enorme potencial de crecimiento (por ejemplo, un estudio de la Universidad de Western Ontario, Canadá, analizó el caso del Amazonas peruano y concluyó que el ecoturismo no solo es más valioso porque preserva la biodiversidad y combate la crisis climática, sino que es más rentable a largo plazo que cualquier otro uso de la tierra; ese mismo estudio calculó que, en países en vías de desarrollo, los ingresos anuales totales por turismo de naturaleza pueden ser tan altos como US$ 210 billones).
Con la experiencia de Iberá como antecedente, FRA fue una de las organizaciones que más exhortaron a los gobiernos provincial y nacional a crear el Parque Nacional El Impenetrable. La historia del origen de las tierras merece un capítulo aparte: su último dueño, Manuel Roseo, era el mayor terrateniente de Chaco y uno de los top diez de Argentina, además de un personaje mítico de la zona porque vivía de manera absolutamente austera, rozando la indigencia. En 2011, Roseo murió en manos de un estafador; sin herederos, su estancia de 259.000 hectáreas quedó en un limbo. Fue entonces que un grupo de entidades ligadas al ambientalismo propuso convertirla en área protegida. La sanción llegó en 2014 pero, tras la aparición de supuestos herederos, la apertura del parque no se concretó hasta marzo de 2017.
Desde entonces, FRA se aboca a lo que mejor sabe hacer: un combo potente que incluye investigación científica y acciones de vanguardia para la conservación de la naturaleza apalancadas en tecnología de punta, infraestructura turística en clave “lujo sostenible” y desarrollo social comunitario. El resultado: una experiencia inolvidable para los viajeros que se atreven a llegar hasta el misterioso corazón del monte chaqueño.
Ajenos a jurisdicciones, pugnas y tragedias humanas, los yacarés se aletargan a orillas del Bermejo. Son un espectáculo, el más expuesto, pero están lejos de protagonizar el único: en esta especie de safari acuático, la expectativa es alta. ¿Avistaremos algún tapir, carpincho, tatú carreta o aguará-guazú? ¿Y qué hay del oso hormiguero, una figurita difícil, pero no imposible, con algo de suerte? Encontrarnos con un yaguareté, eso sí, sería casi un milagro: en cinco años, solo hubo registros de tres ejemplares y a apenas uno de ellos se le pudo colocar un collar satelital para seguir sus movimientos. A este último, a partir de una votación de escuelas de la zona, lo bautizaron Qaramtá, que significa “el que es difícil de destruir” en lengua qom.
Darío Soraire, nacido en un paraje del Impenetrable, maneja la lancha, pero es mucho más que nuestro guía: es también nuestros ojos y oídos ahí donde nosotros no podemos ver ni escuchar nada. En cambio, a Darío no se le escapa ninguna presencia. Cuando identifica algún “bicho”, baja la velocidad y el motor se acalla, señal suficiente para que nosotros también hagamos silencio y entremos en modo alerta. Entonces, él nos señala algún punto del paisaje, diciendo por lo bajo el nombre del animal, y sucede la magia: lo invisible se hace visible, lo salvaje se vuelve cercano. Como si fuera poco, el Bermejo es vueltero. Hay algunas curvas tan pronunciadas que resulta imposible adivinar qué habrá del otro lado, aportando así un suspenso in crescendo. De repente, Darío hace la pregunta que todos queríamos oír: “Un oso hormiguero, ¿lo ven?”. Lo vemos, hasta que decide caminar monte adentro y lo perdemos.
Rewilding – impenetrable – ph ariel amoroso (11)
Esa noche, dormimos en una playa virgen, en carpas con catres, rodeados de estrellas. Sabernos los únicos seres habitando esa porción todavía intacta del planeta Tierra es una sensación indescriptible. Seres humanos, desde ya: la aclaración es importante, porque la playa se encuentra plagada de huellas de animales…
Para recorrer con tranquilidad el parque, 4 o 5 días representan una estadía bien aprovechada. Actualmente, Rewilding Experience, la operadora turística de FRA, cuenta con dos campings, Nueva Población (agreste) y La Fidelidad (equipado con restaurante, baños y duchas de agua caliente, entre otras comodidades), y dos glampings, La Armonía y Los Palmares. Estos últimos no tienen nada que envidiarles a los safaris de países como Sudáfrica: de hecho, sus carpas fueron traídas desde allá, para ser instaladas sobre decks de madera, en medio de la vegetación exuberante y con vista privilegiada al río.
La estadía en cualquiera de los glampings incluye excursiones con guías locales (paseos en lancha, kayak, senderismo) y pensión completa; la propuesta gastronómica, basada en productos de cercanía, está bajo la guía de la gran chef Alejandra Repetto, finalista del Baron B Prix Cuisine 2022 y nieta de Juanita, la legendaria asistente de Doña Petrona. En una enorme carpa living-comedor se sirven las cuatro comidas del día, una más exquisita que la otra, y con la posibilidad de maridar con vinos de distintos rincones del país. A la hora de brindar, no quedan dudas: si de viajar se trata, el nuevo gran lujo es combinar lo mejor de la cultura humana (una cama cómoda, comida superlativa, disfrutada en buena compañía) con la naturaleza salvaje.
Avanza el proyecto de recuperación del Yaguareté en Chaco. Llegan a Argentina tres yaguaretés de Paraguay
Ñaró, Keraná y Colí son los nuevos integrantes del plantel de yaguaretés que participa de la recuperación de su especie en Iberá y El Impenetrable.
Son dos machos y una hembra rescatados y enviados por el Establecimiento Faro Moro, ubicado en las cercanías de Filadelfia, República del Paraguay. Los cachorros son huérfanos, en general como consecuencia del conflicto entre depredadores y actividad ganadera.
Recuperar una especie en un estado de conservación tan crítico como el yaguareté requiere de esfuerzos internacionales. En Paraguay, las autoridades ambientales (MADES) y sanitarias (SENACSA) son partícipes de la recuperación de esta especie clave del monte y los esteros.
La colaboración internacional para proyectos de rewilding crece día a día y urge adecuar leyes y procedimientos para facilitar estas tareas de conservación, hoy en general limitadas por reglamentaciones que no contemplaban este tipo de acciones como parte de iniciativas de conservación.
Los felinos, tienen un año y medio de edad. Habían sido hallados por Estancia Faro Moro cuando eran cachorros, luego de que perdieran a sus madres, víctimas de cazadores furtivos.
Tras salvarse de una muerte segura, se encomendó al equipo de Fundación Rewilding Argentina, conformado por veterinarios y técnicos, de buscar a los ejemplares. Actualmente están en la Cuarentena Internacional de Especies Amenazadas, ubicada en el Parque Provincial San Cayetano en Corrientes, realizándose controles sanitarios.
Una vez que estos estudios comprueben un buen estado de salud por parte de ellos, los tres yaguaretés podrán ser trasladados al Centro de Reintroducción de Yaguareté en la Isla San Alonso, en el corazón del Parque Iberá.
Actualmente en el parque correntino hay 9 ejemplares, aunque no todos en libertad. Según detalló Radio Dos, la llegada de estos tres individuos reforzará el núcleo fundacional que se conformó con los 8 que sí viven libremente allí, aportando a la diversidad genética de esta población inicial.
El yaguareté, depredador tope y el más grande de América Latina, cumple un rol fundamental en la estructura de los ecosistemas. Por este motivo, su regreso constituye un factor clave en la restauración ecológica de los Esteros del Iberá y del Impenetrable chaqueño.
La Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y la Agencia Nacional de Promoción de la investigación Científica y Tecnológica, financiarán 15 proyectos de investigación sobre los Esteros del Iberá y “El Impenetrable” chaqueño con el fin de “obtener resultados concretos que orienten las próximas políticas públicas y mejoren las condiciones de vida de los habitantes de esos lugares”, informó la casa de altos estudios.
Los proyectos elaborados en esas regiones de las provincias de Chaco y de Corrientes, abordarán temáticas relacionadas a biodiversidad, desarrollo productivo, cultura, turismo y salud , entre otros.
Los 15 proyectos PICTO (Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica Orientados), serán realizados por un acuerdo entre el citado organismo de promoción de la investigación dependiente del Ministerio de Ciencia y Tecnología y la UNNE.
María Silvia Leoni, secretaria General de Ciencia y Técnica de la UNNE, recordó que sobre el Iberá,” se viene trabajando hace muchos años y por lo tanto, estos nuevos proyectos potenciarán las líneas de investigación en marcha, actualizarán trabajos previos, y se podrá tener nuevas perspectivas de abordaje para la zona”.
Personal del Parque Nacional El Impenetrable y la Dirección Regional NEA de la Administración de Parques Nacionales (APN) junto a investigadores del IDEA-CONICET pertenecientes al Proyecto Yaguareté registraron por primera vez la presencia de yaguareté (Panthera onca) en el área protegida, durante una recorrida de rutina llevada a cabo el domingo.
El registro consistió en el avistaje de huellas, que fueron medidas y fotografiadas para su posterior análisis, determinando su correspondencia con la especie mediante el uso de una planilla discriminante de medidas combinadas, basada en la medición de múltiples huellas de puma y yaguareté de origen conocido.
El último dato acerca de la especie dentro del territorio que hoy integra el área protegida corresponde al año 2013, por lo que es la primera vez que se la registra desde la creación del Parque, sumándose así a otros registros recientes obtenidos en la región.
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Desde hace años, los investigadores trabajan en Argentina para determinar el estado de las distintas poblaciones de yaguareté que quedan en el país.
Con solo unos 250 ejemplares silvestres, cada individuo silvestre cuenta. El hallazgo reciente de huellas de “tigre” en el interior del Parque Nacional El Impenetrable da esperanzas del regreso de la especie a esta área y demuestra la importancia que tiene la creación de grande áreas protegidas para la conservación del yaguareté y de otras especies amenazadas.
Este registro, el primero en el Parque Nacional desde su creación, anima a seguir ampliando las áreas protegidas y a crear corredores que las unan, permitiendo así el movimiento seguro de los animales y el intercambio genético entre los ejemplares de las últimas poblaciones de la especie
El yaguareté fue declarado en 2001 Monumento Natural Nacional, máxima categoría de protección para una especie. La misma se encuentra en peligro crítico de extinción en el país según la categorización de la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos (SAREM) en el Libro Rojo de Mamíferos Amenazados de la Argentina. También es Monumento Natural provincial en varias provincias del norte argentino.