Por sexto año consecutivo se celebra en el país la fecha el Día de la Mujer Emprendedora bajo el lema “Animar, Acelerar e Invertir”.
La iniciativa, titulada Women´s Entrepreneurship Day (WED), fue creada en 2014 por la empresaria norteamericana Wendy Diamond. Se trata de una de las autoras más vendidas en Estados Unidos, personalidad destacada de la televisión.
En Argentina el movimiento cuenta con el apoyo de gobiernos, empresas locales, organizaciones y de un Comité Honorífico compuesto por referentes del sector político y empresarial.
Delia Flores, presidenta de GEMA -Grupo Empresarial de Mujeres Argentinas- es miembro honorífico del Comité del WED y remarcó la importancia de este día: “Creamos un espacio para que podamos comunicarnos unas con otras, compartir experiencias para que las mujeres se potencien a través de redes, para poner en valor todo lo que las emprendedoras realizan en nuestro país y en el mundo”.
“Invitamos a celebrar juntas el Día de la Mujer Emprendedora. Les aseguro que de estos encuentros van a salir motivadas, van a salir fortalecidas, con deseos de querer dar más pasos adelante” expresó.
La líder de GEMA ha participado como disertante en congresos internacionales empresariales y ha sido designada delegada ante el W20 en Alemania, representando a las mujeres empresarias argentinas. También fue parte del Women in Bussines del G 20 en Arabia Saudita y actualmente representa a la Argentina en del G20 Italia 2021, aportando su mirada en el área de Comercio e Inversiones y en el área de las Mujeres en los negocios.
El Día Internacional de la Mujer Emprendedora, WED, es la mayor iniciativa de empoderamiento empresarial y financiera mundial. Cuenta con embajadoras en más de 144 países y tiene como misión empoderar, celebrar y brindar apoyo a las mujeres emprendedoras para iniciar nuevas empresas, impulsar la expansión económica y promover comunidades en todo el mundo.
“Me enamoré de la Camellia Sinensis”. De ese amor nació La Francisca, la Casa de Té que se inauguró hace una semana en Posadas. Mirta Pasqualino, es la atrevida enamorada que quiere contagiar su pasión por el té y los blends.
La varita emprendedora de Mirta convirtió la vieja esquina de Buenos Aires y Catamarca en una elegante casona mágica que contiene exquisiteces muy diversas. Desde perlas de hojas de té con jazmín de China, hasta muffins de yerba mate.
El budín de rosas, también podría ir muy bien con un té paquistaní. La Francisca es sin dudas el encuentro entre Misiones y el mundo a través de la Camellia Sinensis. Esa es la magia de Mirta.
“Si el té es bueno, es mejor probarlo solo (sin endulzante) para degustarlo y luego sí, podés usar azúcar, miel, melaza, lo que gustes; o agregarle una perla de jazmín”, explica. Y ¿qué es esa perla? Una pequeña bolita de hoja de té que dentro tiene una flor de jazmín: un producto traído de la China.
La Francisca ofrece más de quince variedades de blends entre “viajeros” y “misioneros”. Y pronto estará a disposición una creación de Mirta que se llama “Mia Sorella” (mi hermana). “Es un blend que hice en base a los gustos de mi hermana: los cítricos. Son refrescantes, pero también son buenos para el invierno”, explica Mirta.
“Me encanta la ductilidad del té. Me enamoré de la camellia sinensis. Desde como es el cultivo, es muy delicado. Hasta la cosecha que es maravillosa. Y es una especie que se lleva bien con todo. Se lleva con las flores, frutas, especias, con hierbas aromáticas y medicinales y por eso se pueden hacer los blends. Se puede disfrutar un té verde, o un blend con cardamomo, o flores”.
“Los blends con chocolates y especies son mis favoritos. Con cardamomo, jengibre o pimientas, se prestan para el invierno y es muy típico en la India”.
Mirta es una viajera también. Trajo de China, Japón, y países de Europa una serie de teteras, tazas, medidores, infusores, relojes y todo tipo de accesorios que se utilizan para preparar el té.
La Casa de Té está decorada con vajilla de diferentes lugares del mundo y los cuadros que la misma Mirta pintó. También se lucen las pinturas de Ángela, su hermana, quien la acompaña en este viaje por los caminos milenarios de la cammelia sinensis.
Mirta es una emprendedora. Es ingeniera agrónoma, fue docente y directora de una escuela EFA en San Ignacio. Abrió una academia de arte y un hostel boutique.
El hostel fue galardonado como el mejor de Argentina en 2017. Luego compró el fondo de comercio de “Té Bar” donde aprendió los gajes del oficio: “Fui una kamikaze, tuve que aprender a usar la cafetera, a llevar la bandeja, todo”. Pero la vida la llevó a enfrentar la enfermedad de su marido y decidió dejar todos sus emprendimientos. Luego, con la cura de su compañero de vida, llegó esta nueva oportunidad.
La Francisca, es un nombre particular. ¿cuál será la historia? “Primero, antes de tener el proyecto, pensé en el nombre. Quería un nombre francés, con glamour, pero se prestaba a confusiones, se escribe de una manera y se pronuncia de otra; luego, pensé en darle un toque regional, en un nombre guaraní, pero también tiene una fonética especial. Hasta que dije, algo simple, en español que todos recuerden y pensé en el nombre de mi hijo Francisco. Pero es una casa de té, no podía ser ‘El Francisco’; lo consulté con él y no le molestó”.
Menú regional
Mirta desarrolló una receta de muffin de yerba mate y un budín denominado Hu (negro, en guaraní): “Lo hago con melaza de San Javier, es como la masa negra”. También creó un budín de rosas con hebras de té verde (ver video).
Hay chipas y sandwiches, variedad de tortas y masas. Los blends de té se renovarán en primavera.
Ping Pong
Té de Misiones: “Es llamativo el color. El té de otros lugares es más claro. El de Misiones tiene un color fuerte y eso gusta mucho”. Mirta quiere vender exclusivamente té misionero “para el turista o el cliente local”.
“El 95 % del té que se consume en Estados Unidos es misionero, se lo consume como té helado”.
Té Blanco: “Se cosecha a mano, de manera muy delicada para no romper los brotes”. Si es muy barato, Mirta sospecha de que realmente sea té blanco. “En hebras, tiene un color cenizo”.
Té Verde: “Es el que menos me gusta. No debería decirlo, pero es así. El té negro es mi favorito”.
Té con leche: “Me encanta. Tanto que se habla del té británico. Ellos lo cortan con leche o con crema también. Es parecido al nuestro. Es muy noble la camellia sinensis, se amiga con todo”.
Desafío: “Lograr que la gente también opte por opciones menos tradicionales para acompañar el té, como muffins salados; o el sandwich inglés para la hora del té”.
Viaje inolvidable: “¡Italia! Viajé varias veces y siempre tengo nostalgias de volver. Deben ser los genes de mis nonos”
Ficha de vida
Mirta Pasqualino
59 años
Nació en ciudad de Buenos Aires el 1/2/1960
Tiene 2 hijos
Casada con un misionero
Trabaja (con apoyo incondicional) su única hermana que se llama Angela Pasqualino
Alicia Meza es artesana y, como tantas otras audaces, encontró en el arte de emprender su medio de vida. Junto a su esposo tomaron la decisión de transitar el camino desafiante de ser sus propios jefes, aprender un oficio, mejorar la técnica y brindar a sus clientes un producto de buena calidad. Se dedican a la artesanía en cuero y cuerina, fabrican canastos, porta termos, mates, termolares, bombillas y otras variedades, con precios que oscilan entre los 80 y los 200 pesos. Además, trabajan con pedidos cuyos valores varían según la complejidad del trabajo y los gustos del cliente.
Las tareas están bien organizadas: su esposo fabrica los productos y Alicia se dedica a la venta, así logran llevar adelante un proceso continuo que permite el crecimiento diario del emprendimiento familiar. “Hay que estar y ser constante, hay que llegar con el entusiasmo de saber que vas a vender, entonces no te ahogas en un vaso de agua y querés salir adelante”, remarcó la emprendedora.
Alicia Meza relató que desde muy chica trabajó en casas de familias haciendo las tareas de limpieza pero que a los 40 años ya estaba cansada. Fue allí que surgió la posibilidad de cambiar el rumbo. “Un primo de mi esposo nos propuso que fabriquemos los productos en cuero para que él los comercializara. Fue así que decidimos comenzar ya que por la edad a mi esposo lo descartaban para trabajar en otros lugares. Entonces vi la posibilidad y le dije que podíamos continuar nosotros con la actividad y así nos encaminamos”, comentó.
Fue un cambio radical dejar de trabajar para otros y comenzar a ser sus propios mentores. “Es un orgullo muy grande, me gusta lo que hacemos porque, además de vender, hablas con los clientes, con otros artesanos y conversar con otros te enseña”, subrayó.
Los productos de Alicia se pueden encontrar en el box 5 del sector Varios del Mercado Concentrador Zonal de Posadas, ubicado en avenida Aguado 4450, a dos cuadras de avenida Chacabuco. Para pedidos o consultas también se puede llamar al teléfono: 0376-154579974.
María de los Ángeles Ramírez (43) es de Santo Tomé (Corrientes) pero hace diez años que vive en Oberá, junto a su familia y es la gran hacedora de los productos que ofrece Noni: bijoutery, blanquería, adornos en crochet, souvenirs. “Noni accesorios comenzó como una terapia-hobby”, cuenta María de los Ángeles. “Era la séptima mudanza que, por motivos laborales, encarábamos con mi marido. Fueron diez casas en ocho años aproximadamente y yo necesitaba un cable a tierra. Primero recién, casados crisis 2001. Recién recibido mi esposo, contratos cortos. Luego, una empresa que lo movía mucho. Yo con cuarto año de ingeniería agronómica y los mismos de Profesorado de Biología, había abandonado la primera carrera al casarme y la segunda al mudarme”, relata.
A las mudanzas se sumaron los hijos (tres en total). “La familia es maravillosa, pero era frustrante no haber hecho lo que me propuse o trabajar en lo que había estudiado. Yo lo veía trabajar a mi marido y me sentía mal”, cuenta María de los Ángeles. Pero, inmediatamente aclara: “Ahora estoy totalmente convencida que la ingeniería y la biología no eran lo mío”.
La “terapia” comenzó con la bijou, “para jugar un poco”, dice. “Fui a comprar las pinzas para una tía mayor que quería probar su uso. Hice collares y aros y los regalé. Un día me pidieron uno para regalar y lo cobré. Y después, una amiga con boutique me hizo pedidos”, recuerda.
Con mucha pasión
María de los Ángeles relata cronológicamente lo que fue un viaje de ida. “Después comencé a probar con telas e hilos y pompones. Ahí lo textil me apasionó. Ya pensé en paletas de colores. Luego vino la feria a la que asistí como invitada. Conocí pares que hacían cosas similares. Eso potenció ideas. Muchos diseñadores. Ahí comencé a personalizar mis productos. Un nombre. Etiquetas de tela caseras hechas con transfer. Luego impresas”, dice.
La marca Noni Accesorios siguió creciendo. “Líneas para distintas ocasiones. Me invitaron a desfiles para mostrar la bijou. Vino desfile con reinas de la Fiesta del Inmigrante. Me interesó la temática de inmigrantes. Más ferias. Y ahora estoy registrando la marca”, explica.
Las ideas van y vienen porque María de los Ángeles es así: inquieta y apasionada. “Mi madre era modista y mi tía, experta en crochet…pero yo no era buena alumna. Sabía tejer, pero no coser.
Agarré la máquina de coser hace seis años y aprendí por tozudez. Soy detallista entonces me esfuerzo mucho en cada pieza”, define.
Emprendedora
“Yo me siento emprendedora”, se define María de los Ángeles, aunque desde hace un tiempo integra la Cámara de Mujeres Empresarias, un hecho que le permitió adquirir experiencia y socializar.
“Quiero dar el paso. Soy monotributista. Pago impuestos municipales de venta, sin local comercial. Pero para considerarme empresaria debería crecer en volumen y dedicarme a un segmento en particular, ser más selectiva”, indica.
Al mismo tiempo, María de los Ángeles está abocada a la tarea de registrar su marca para las muñecas inmigrantes que realiza.
¿Te imaginás a dónde te puede llevar este camino que iniciaste casi de casualidad (aunque dicen que nada es casual) o no?
“Tengo una visión de lo que puede venir, pero es compartida. Mi esposo es ingeniero agrónomo y tenemos pensado un emprendimiento de jardinería: flores y aromáticas con delantales, manoplas y macetas hechas por mí. Lo estético de mi lado. Regalos verdes con textiles y packaging artesanal. Estamos redondeando la idea”, cuenta.
Los proyectos surgen constantemente, aunque María de los Ángeles analiza que en estos momentos la materia prima de buena calidad no es barata. “Yo no consumo Paraguay, por ejemplo. Nunca fui. Me abastezco de proveedores locales. Eso hace que los precios varíen. A veces consigo materiales por internet y en otras ocasiones me provee una emprendedora de Brasil”, indica y añade: “de todas maneras este año en particular surgieron líneas crediticias muy importantes”.
“Se le está dando mucha importancia al emprendedor”, afirma María de los Ángeles, la artesana que dio pasos importantes para ser también emprendedora y que ahora, apuesta y sueña en convertirse en una empresaria.
Es la historia de Ángela Benítez, una emprendedora de la ciudad de Posadas que hace casi 12 años decidió emprender y crecer económicamente a partir de sus propios esfuerzos.
Comenzó haciendo cotillón en escuelas y con el paso de los años fue ampliando los rubros. Ángela, además de continuar con la decoración en telas y globos junto a dos emprendedoras como ella, sumó a su actividad el rubro de la blanquería. Pasa varias horas al día dedicando su tiempo a las exigencias de sus clientes y superándose en la calidad de sus productos. Tiene un puesto en el sector Varios del Mercado Concentrador Zonal de Posadas, lo que se constituye en una vidriera para mostrar su creatividad y concretar los encuentros con sus compradores.
Como trabajadora independiente conoce el esfuerzo que demanda emprender y sabe sobre la importancia de la tarea en conjunto. Por eso, señala que poder citar a sus clientes en el Mercado también le posibilita a otros emprendedores y productores ampliar su red de compradores. “Hoy hago todo lo que es blanquería, pinturas sobre tela, crochet y pintura sobre remeras. El Mercado Concentrador es el espacio donde puedo exponer algunas cosas y puedo decirle a los clientes que tengo un lugar donde me pueden encontrar, ver mis trabajos y además ver los productos de otros emprendedores y productores”, comentó.
Para finalizar, Ángela se define como una persona muy detallista y destaca que “hay que tener paciencia ya que hay días en los que se vende más que otros”. Tiene en claro que la capacitación permanente es una herramienta fundamental para el crecimiento económico ya que le permite mejorar la calidad del producto, sumar nuevos clientes y así poder vivir de lo que más le gusta hacer.